30/11/87

El ascenso y probable retiro de Astiz abre otra crisis militar en Argentina (30-11-1987)

El grado militar del teniente de navío Alfredo Ignacio Astiz podría provocar en la Armada argentina una situación paralela a la que durante la pasada Semana Santa llevó al Ejército de Tierra a la insurrección. El Gobierno ha decidido en principio ascenderle al grado inmediato de capitán de corbeta y exigirle automáticamente su pase a retiro. La cúpula de la Marina, encabezada por el vicealmirante Ramón Arosa, se opone terminantemente a esta solución de compromiso que acabaría con la carrera naval de uno de los símbolos de la represión castrense.Durante los primeros y peores años de la dictadura militar instaurada en 1976, Astiz integró uno de los grupos de tareas pertenecientes a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en la capital federal, principal centro de detención clandestina y tortura del país.

En diciembre de 1986 la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, aun admitiendo la responsabilidad de Astiz como autor probado de delitos de privación ilegítima de la libertad y lesiones graves, no pudo condenarle por haber prescrito los crímenes probados.

El 12 de diciembre de 1977, tras haberse infiltrado entre las Madres de Plaza de Mayo como supuesto hermano de un desaparecido, propició la detención en la iglesia de la Santa Cruz de 14 personas de entre las cuales las monjas francesas Alice Donon y Leoni Duquet desaparecieron tras habérselas visto violadas y torturadas en la Escuela de Mecánica de la Armada. El pasado mes de junio Astiz, en prisión preventiva por este caso, fue puesto en libertad en aplicación de la llamada ley de obediencia debida que desprocesó a los oficiales que violaron los derechos humanos siguiendo órdenes de sus superiores.

Rendición

En 1982, Astiz, comando naval -es buceador de combate- ocupó al mando de Los Lagartos, unidades de elite de la infantería de Marina, las Georgias del Sur, durante la crisis de las Malvinas. Las rindió a la Armada británica sin disparar un tiro. Juzgado, fue absuelto por tribunales militares en el entendimiento de que recibió de sus superiores la orden de rendición.Desde hace dos años el ascenso de Astiz a capitán de corbeta ha sido congelado por los dos primeros procesos a que fue sometido y cuyas resoluciones exculpatorias han sido apeladas. Ahora la discusión entre el partido gubernamental -la Unión Cívica Radical- y el Gobierno ha sido muy violenta sobre la situación de este oficial. Una fórmula de compromiso se ha alcanzado resolviéndose ascenderse al grado inmediato superior y exigirle el pase a la reserva. Los altos mandos navales se han negado en redondo en el buen entendimiento de que ése será el camino que seguirán todos los restantes oficiales desprocesados por delitos aberrantes contra la humanidad, asunto en el que la Armada argentina obtuvo antaño elevadas cualificaciones.

27/11/87

El sindiato peronista convoca su décima huelga general contra la política de Alfonsín (27-11-1987)

La peronista Confederación General del Trabajo (CGT) acordó en la noche del martes llevar a cabo su décima huelga general contra la política económica del Gobierno radical en menos de cinco años de restauración democrática.Esta décima huelga general tendrá una duración de 34 horas, y se iniciará el 8 de diciembre a las dos de la tarde. El éxito de este nuevo pulso al Gobierno de Alfonsín está garantizado de antemano,al ser feriado optativo el día 8 de diciembre para el comercio y la Administración pública, con lo que los trabajadores de estos ramos no perderán su jornada salarial, en la duda de si se declaran en huelga u optan por una vacación a la que en ese día tienen derecho.

Aunque la CGT mantiene su ritmo de al menos dos huelgas generales por año -durante los siete años de dictadura militar sólo convocó una, ya en la agonía de la penúltima junta castrense-, la próxima supondrá un salto cualitativo, al superar las 24 horas y decidirse tras intensas negociaciones fracasadas entre el Ministerio de Trabajo y la única central sindical.

Saúl Ubaldini, el trabajador cervecero líder de la CGT, se trasladó hasta la sede de su central en una, ambulancia seguida por una unidad móvil de terapia coronana intensiva -se encuentra internado por una afección renal- para decidir personalmente la fecha y el alcance de la nueva huelga general.

Por su parte, el ministro de Trabajo, Ideler Tonelli, dejó una puerta abierta a una posible solución de este nuevo conflicto afirmando que el Gobierno siempre vería con buenos ojos una mediación de la Iglesia católica. La CGT se encuentra fuertemente influenciada por la jerarquía católica argentina -la Iglesia más conservadora de América del Sur-, y entre los- asesores y redactores del discursos de Ubaldini se cuentan prestigiosos sacerdotes.

No obstante, caben escasas esperanzas de que la jerarquía católica medie en esta huelga, con la que comienza oficialmente la campaña electoral peronista para las elecciones presidenciales de octubre de 1989, que, con toda seguridad, serán adelantadas al menos seis meses. El obispo de San Justo ha rechazado la posibilidad de mediación entre el Gobierno y los sindicatos peronistas, aduciendo que "el congelamiento de precios no existe" y que "la situación socioeconómica no ha inejorado".

Dólar oficial y dólar 'negro'

Esta décima huelga general se enmarca en una situación económica caracterizada por una brecha cambiaría entre el dólar oficial y el negro del 18,80%, y por una inflación mensual del 8,5%. El tobogán del Plan Austral de economía de guerra sube y baja, defendiéndose precariamente, pero en estos momentos precisamente asciende, si se tiene en cuenta que la inflación del mes de octubre creció hasta el 20% , lo que obligó al Gobierno a adoptar drásticas subidas de tarifas y un tercera congelación de precios.

6/11/87

La huelga contra Alfonsín reúne a las dispersas huestes peronistas (6-11-1987)

La novena huelga general en Argentina contra el Gobierno de Raúl Alfonsín ha servido, al margen de sus discutibles pero legítimos intereses sindicales, para reunir a la grey de la peronista Confederación General de Trabajo que, hace sólo tres semanas, se encontró al borde de la escisión a cuenta de si el representante sindical en la dirección del peronismo sería un renovador, un histórico, un verticalista, un miembro de las 62 organizaciones, de las 25 organizaciones o de las 15organizaciones (agrupaciones de gremios peronistas de distintas corrientes tácticas). La huelga fue seguida por un 98% de la población laboral, según datos de la central sindical (esta vez el Ministerio de Trabajo no facilitó un seguimiento de la misma). En todo caso, funcionaron taxis y colectivos, confiterías, cines, teatros y medios de comunicación. Como en ocasiones anteriores, la huelga afectó esencialmente a los centros fabriles del Gran Buenos Aires.

La concentración en la plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, se vio deslucida por un considerable aguacero; los diarios porteños cifran la asistencia entre 15.000 y 30.000 personas, y el Ministerio del Interior tampoco esta vez evaluó policialmente el número de manifestantes. La CGT informó oficialmente que los asistentes al discurso de su líder, Saúl Ubaldini, fueron exactamente 165.000 personas.

Bajo la consigna "¡Que se vayan!", el secretario de la CGT acusó al Gobierno de llevar a los argentinos al hambre, la desocupación y la miseria, exigiendo la renuncia de todo el equipo económico gubernamental y la moratoria unilateral en el pago de la deuda externa. Anunció finalmente un plan de movilizaciones continuas contra el Gobierno.

Antonio Cafiero, gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, aspirante oficioso a las elecciones presidenciales de dentro de 27 meses y líder de los peronistas renovadores, una de las múltiples fracciones del justicialismo, prefirió no subir a la tribuna para acompañar a Ubaldini, dado que carecía de seguridades por parte de la Unión Obrera Metalúrgica -sindicalistas duros entre los duros- de no ser abucheado.