El grado militar del
teniente de navío Alfredo Ignacio Astiz podría provocar en la Armada argentina
una situación paralela a la que durante la pasada Semana Santa llevó al
Ejército de Tierra a la insurrección. El Gobierno ha decidido en principio
ascenderle al grado inmediato de capitán de corbeta y exigirle automáticamente
su pase a retiro. La cúpula de la Marina, encabezada por el vicealmirante Ramón
Arosa, se opone terminantemente a esta solución de compromiso que acabaría con
la carrera naval de uno de los símbolos de la represión castrense.Durante los
primeros y peores años de la dictadura militar instaurada en 1976, Astiz
integró uno de los grupos de tareas pertenecientes a la Escuela de Mecánica de
la Armada (ESMA), en la capital federal, principal centro de detención
clandestina y tortura del país.
En diciembre de 1986 la
Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, aun admitiendo la
responsabilidad de Astiz como autor probado de delitos de privación ilegítima
de la libertad y lesiones graves, no pudo condenarle por haber prescrito los
crímenes probados.
El 12 de diciembre de 1977,
tras haberse infiltrado entre las Madres de Plaza de Mayo como supuesto hermano
de un desaparecido, propició la detención en la iglesia de la Santa Cruz de 14
personas de entre las cuales las monjas francesas Alice Donon y Leoni Duquet
desaparecieron tras habérselas visto violadas y torturadas en la Escuela de
Mecánica de la Armada. El pasado mes de junio Astiz, en prisión preventiva por
este caso, fue puesto en libertad en aplicación de la llamada ley de obediencia debida que desprocesó a los oficiales que
violaron los derechos humanos siguiendo órdenes de sus superiores.
Rendición
En 1982, Astiz, comando
naval -es buceador de combate- ocupó al mando de Los Lagartos, unidades de elite de la infantería de
Marina, las Georgias del Sur, durante la crisis de las Malvinas. Las rindió a
la Armada británica sin disparar un tiro. Juzgado, fue absuelto por tribunales
militares en el entendimiento de que recibió de sus superiores la orden de
rendición.Desde hace dos años el ascenso de Astiz a capitán de corbeta ha sido
congelado por los dos primeros procesos a que fue sometido y cuyas resoluciones
exculpatorias han sido apeladas. Ahora la discusión entre el partido
gubernamental -la Unión Cívica Radical- y el Gobierno ha sido muy violenta
sobre la situación de este oficial. Una fórmula de compromiso se ha alcanzado
resolviéndose ascenderse al grado inmediato superior y exigirle el pase a la
reserva. Los altos mandos navales se han negado en redondo en el buen
entendimiento de que ése será el camino que seguirán todos los restantes
oficiales desprocesados por delitos aberrantes contra la humanidad, asunto en
el que la Armada argentina obtuvo antaño elevadas cualificaciones.