29/9/87

'Suave' insurrección militar en un regimiento argentino (29-9-1987)

El Regimiento número 3 de Infantería General Belgrano no se encuentra sublevado, pero permanece suavemente insurrecto; la más absoluta normalidad reina en la perfecta indisciplina que hoy distingue al Ejército argentino. El ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, volvió ayer precipitadamente desde Madrid, donde estaba en visita privada. El tercero de Infantería se encuentra acantonado en La Tablada, al oeste del Gran Buenos Aires, y al pie de las cuatro brigadas aéreas que protegen la mayor concentración urbana de la República y el Río de la Plata.

Estaba al mando del teniente coronel Darío Fernández Maguer, quien no fue requerido junto a sus tropas para sofocar la rebelión de Campo de Mayo de la pasada Semana Santa, en la seguridad de que no acataría las órdenes, y fue sometido a 20 días de arresto. El pasado viernes, Fernández Maguer cesó en su mando, un año antes de lo previsto, y fue destinado a tareas administrativas. El domingo el regimiento se autoacuarteló y comenzó la ceremonia de la confusión. Los periodistas desplazados a La Tablada recibieron información de oficiales del regimiento que desmintieron cualquier anormalidad y aseguraron que sólo se estaba procediendo a una "inspección de arsenales" -en domingo-, rogándoles se alejaran de las inmediaciones por existir peligro de explosión.Posteriormente, un capitán y un teniente en ropas de faena y autodenominados Luciérnaga y Dignidad salieron del cuartel para abordar a la Prensa, a la que informaron del malestar existente en su unidad por el relevo de su jefe y que consideraban ircumplidos los acuerdos adoptados tras la sublevación de Semana Santa por los cuales el único sancionado sería el ex teniente coronel Aldo Rico, jefe espiritual y táctico de aquella asonada. El ministro Jaunarena se encontraba en España y el presidente, Raúl Alfonsín, en el fin del mundo, visitando, con ocasión del Día Internacional del Turismo, Ios glaciares Perito Moreno y Upsala.

A la una de la madrugada del lunes, el general José Dante Caridi, jefe del Estado Mayor del ejército, ingresó al regimiento, en el que permaneció hasta las 2.30, hora en que se retiró sin hacer declaraciones. Ya en la mañana de ayer, la tropa salía y entraba normalmente de sus acuartelamientos; también entraban y salían otros oficiales de apodos fantásticos que declaraban por les móviles de las emisoras de radio que el problema debía ser resuelto por la cúpula militar y que la quiebra en la rutina del regimiento no era más que una primera etapa de un plan más amplio para impedir el relevo de su jefe. El Ministerio de Defensa y el Estado Mayor del Ejército informaban que reinaba la tranquilidad en todas las guarniciones militares. El presidente Alfonsín, el general Caridi y el secretario de Defensa, Alconada Sempé, se encontraban reunidos.

Poco antes de las dos de la tarde (seis de la tarde, hora peninsular) un helicóptero aterrizó en el regimiento en conflicto depositando al propio jefe del Estado Mayor y al teniente coronel Gustavo González. El general Caridi dio el mando personalmente a González.

El ex teniente coronel Aldo Rico, preso en Campo de Mayo, hijo de emigrantes asturianos, con buen desempeño en la guerra de las Malvinas y dotado de toda la caracteriología de los mártires o los fanáticos, ha roto la cadena de mando, erigiéndose en líder de los cuadros medios del Ejército que desprecian a su generalato.

Quince generales y cuatro coroneles con mando habilitado se encuentran en Buenos Aires para una reunión sobre ascensos prevista con anterioridad a las irregularidades del Regimiento número 3 de Infantería General Belgrano. Todo está bien. La paz reina en Varsovia.

23/9/87

Pedro Massa, el último gobernador de Azaña (23-9-1987)

A sus 89 años falleció en Buenos Aires quien probablemente era el decano de los corresponsales de prensa en el mundo: Pedro Massa, un caballero ejemplar, corresponsal de Abc y acaso el último en marcharse de los gobernadores que nombró Manuel Azaña como presidente del Gobierno en la II República Española.

Abogado, periodista, ensayista, comediógrafo, traductor y adaptador de obras teatrales, promotor y director de editoriales literarias, historiador, fue uno de los grandes -y también de los grandes desconocidos- del periodismo español. En 1932 ganó el Premio Mariano de Cavia, y en 1935, el Luca de Tena, ambos de la casa Abc. Republicano, fue designado por Azaña en 1933 gobernador civil de Huesca.

Un año después de estallada la guerra civil se expatrió, junto a su esposa y una hija de corta edad, primero a Francia y después a Argentina, donde ha terminado sus días. A su obra periodística y literaria desarrollada en Buenos Aires hay que sumar todos sus trabajos en la Asociación Patriótica Española, entidad civil fundada en Argentina en 1898 por emigrantes con el objeto original de regalar a la Armada española un acorazado para la guerra con Estados Unidos, en cuya sede anteayer estábamos velándole, como antaño se hizo en el mismo lugar con los restos de Ramón Gómez de la Serna.

Tuvo la rara modestia de calificarse a sí mismo como "autoexiliado" y jamás se enzarzó en las peleas ultramarinas entre rojos y nacionales;gozaron de su amistad y su paciencia desde comunistas hasta falangistas en tanto en cuanto fueran hombres de bien. Republicano cabal, le vimos por última vez con vida en la embajada de España: ya muy viejito y con dificultades para caminar sin ayuda, se tomó la molestia de no rechazar una invitación oficial para festejar el santo del Rey.

Fue un gran hombre, frustrado, como tantos, por el cainismo español, pero tocado por la gracia de los que desconocen la miseria del rencor. Descanse en paz.

19/9/87

Defensa de la República Argentina (19-9-1987)

En los alrededores del Gran Buenos Aires, ya en la provincia y fuera de la capital federal, se erige, en una linde de la carretera que conduce a la bahía de San Borombón y a los balnearios de la costa atlántica, el penal militar de Magdalena, una extensión de instalaciones castrenses que recluyen a colimbas indisciplinados -colimba es el soldado de leva, y se debe su apodo a que corre, limpia y barre bajo la mayor máxima intelectual militar de que todo lo que se mueve se saluda y todo lo que permanece quieto se limpia o se pinta- y a jefes y oficiales caídos en la desgracia de sus crímenes.En el penal militar de Magdalena se encuentran cumpliendo sus sentencias, confirmadas por el presidente Raúl Alfonsín en su calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas, tres ex-presidentes militares consecutivos de la República: los ex tenientes generales Jorge Rafael Videla, por mal nombre La Pantera Rosa, dada su delgadez y continuada expresión de pretendida inteligencia estupefacta, de 62 años, casado y con siete hijos; Roberto Eduardo Viola, cardiaco, alcohólico, de 63 años, casado y con dos hijos, y Leopoldo Fortunato Galtieri, de 61 años, casado y con cuatro hijos, no ya alcohólico -una definición médica-, sino borracho -una categoría social-, quien entre los vapores de su cerebro llegó a estimarse como un émulo del general George S. Patton, niño mimado de la Casa Blanca, primer defensor en Suramérica de la doctrina de la seguridad nacional y la defensa de las fronteras interiores ante la subversión marxista internacional, y hasta el recuperador militar de las islas Malvinas, pasando por encima del Reino Unido y la OTAN y de toda su trama de leales alianzas entre los países ricos de Occidente.

Les acompañan en Magdalena sus conmilitones de triunvirato (en 1976, estos milicos se repartieron el país entre las tres armas, a un 33%: ministerios, gobernadurías provinciales, intendencias, empresas públicas, canales de televisión, radios y periódicos, sin que se haya podido saber jamás quién decidió el destino del 1 % restante).

Los compañeros del penal de Magdalena son los almirantes Emilio Eduardo Massera, alias El Negro, de 62 años, casado, con dos hijos,pintán, muy macho, gran amador de mujeres, de ilimitadas ambiciones políticas para sí y para su fuerza, y que convirtió la Escuela de Mecánica de la Armada -la ESMA-, un complejo de edificios junto -al río de la Plata y en los aledaños de la capital federal, en un atroz complejo de represión política, en el que se utilizó la tecnología en el desarrollo de métodos de tortura impensables para los verdugos medievales.

Reinado de la picana

En la ESMA no te interrogaban: te sodomizaban con cápsulas de munición naval, te castraban haciéndote permanecer durante días -encapuchado, esposado- con una cinta elástica sujeta a los testículos, que, impidiendo la irrigación sanguínea -terminaban por desprenderse del cuerpo por necrosis. La picana fue la reina en la ESMA. La picana es un conductor de corriente eléctrica que se utilizaba para movilizar a las reses; aplicada sobre los cuartos traseros del animal, le hacen marchar, provocándole menos daño físico que la brutal y carnicera garrocha española. La picana fue un elemento de civilización agropecuaria, pero, trasladada a los hombres y a las mujeres y a sus zonas más sensibles, ha terminado por erigirse en un símbolo de la tortura. En la ESMA se llegó a conectar la picana a una cucharilla de las de café para picanear,penetrando la vagina y el cuello del útero, el feto de una embarazada.

El Negro Massera, en su ambición, ya en su retiro de la Armada, pretendió en 1976 presentarse como un nuevo Perón, un nuevo líder populista, exterminador del extremismo de izquierda,-esencialmente montoneros, que fueron su especialidad- y comprensivo, endemoniadamente comprensivo, con las motivaciones altruistas que llevaron a toda una generación de jóvenes argentinos a tomar las armas contra el orden burgués constituido.

Amante y confidente

Dios mediante, se le pudieron parar a tiempo los pies recordándole judicialmente que faltaba del censo, precisamente, un tal Fernando Branca, marido de una de sus amantes, Marta Rodríguez Mac Cormack. Marta había podido levantar algunos negocios de su marido en la cama de Massera, y cometió el error, harta de las infidelidades de su esposo, de amenazarle en público: "Se lo voy a contar al El Negro que le has querido pasar en un negocio, y El Negro te va a hacer pasar un camión por encima". El Negro -el almirante Massera- cometió un grave error: convidar al pobre Branca, quien creyó ser más listo que nadie, a navegar por el delta del Paraná en el yate de respeto del Almirantazgo. Branca precedió a El Nani en su incierto y seguramente trágico destino. Llegaron a Buenos Aires extraños y remotos rumores sobre su presencia en otras tierras, llegó su firma enajenando sus bienes, y es obvio que su cadáver -dos tiros en la nuca, pesas de cemento atadas con alambre a los tobillos- no aparecerá jamás. Al menos, evaporado el cadáver del marido de la bella amante, el almirante Massera, en un océano de fundadas sospechas, vio así truncada su carrera política en la recobrada democracia argentina.

En el penal de Magdalena, y junto a Massera, también cumple penas el resto de los triunviros. Tales como el almirante Armando Lambruschini, de 62 años, casado, con una hija viva y con otra asesinada a sus 16 años por los montoneros en 1978 (volaron en la noche el piso medianero del almirante, matando a su chica en su cama), y el también almirante Jorge Isaac Anaya, de 60 años, casado, con dos hijos, quien decidió como mejor rasgo de su personalidad el no sonreír nunca, defensor acérrimo del viejo plan naval de ocupación sorpresiva de las Malvinas y que, una vez llevado a cabo el despropósito -por más que no quepa duda de que las Malvinas son argentinas-, afirmó: "Los ingleses no van a hacer la guerra por esto; pero si vienen se encontrarán con el Alcázar de Toledo".

No hizo buena la imagen del teniente general Moscardó, quien no ha pasado a la historia militar como uno de los grandes tácticos, pero sí como uno de los grandes empecinados; sí reafirmó la estimación de los analistas militares occidentales de que la Armada argentina -pese a que fue creada por Guillermo Braun, un irlandés que cuando se quedaba sin munición ordenaba cortar los eslabones del ancla y los disparaba candentes contra las armadas contrarias-, si perdía un solo barco, carecería de todo lo demás.

Así fueron las cosas. El Gobierno conservador de Margaret Thatcher ordenó al comandante del submarino atómico Conqueror interceptar y hundir una pieza de museo naval como el crucero argentino General Belgrano, que navegaba a toda máquina en dirección opuesta a la zona de guerra de los archipiélagos australes en conflicto.

El torpedeamiento arruinó las conversaciones de paz o de compromiso defendidas por los entonces secretario de Estado estadounidense, Alexander Haig, y el presidente peruano, Fernando Belaúnde Terry. El almirante Anaya, con la solemnidad expresiva del burro que siempre le caracterizó, comunicó a sus compañeros de Junta, Militar que, hundido el Belgrano, la Armada se retiraba de cualquier compromiso político con el Reino Unido. Tras la majestuosidad de su afirmación, que por momentos extrajo al presidente Galtieri de su estupor etílico, Anaya envainó la espada, requirió el chapeo, miró al soslayo, fuese y no hubo nada. La Armada argentina desapareció del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS).

Presos egregios

Junto a los ex tenientes y los ex tenientes generales habitan también en Magdalena los ex comodoros del Aire Orlando Ramón Agosti, de 61 años, casado, con dos hijos; Omar Domingo Grassigna, de 60 años, casado, con cuatro hijos, aquejado de una depresión que ha obligado en ocasiones a vigilarle para evitar su suicidio, y Basilio Lami Dozo, de 57 años, santiagueño, casado, con cinco hijos, que llevó brillantemente a sus aviadores, buenos pilotos, fanáticos, mayoritariamente adscritos o próximos al Opus Dei, a una posibilidad heroica de victoria en el estrecho, malvinense de San Carlos, sobre la fuerza de tareas británicas que intentó, y consiguió, recuperar el archipiélago.

Esta es la población egregia del penal castrense de Magdalena, donde habitan, cierto que confortablemente, tres ex presidentes militares y seis de sus compañeros de fechorías, cumpliendo sentencias desde la reclusión perpetua de Videla hasta los ocho años de Lambruschini, dictados en juicios orales y públicos -contrarios a la tradición argentina del proceso escrito y privado-, con observadores extranjeros y con gran respeto por las garantías procesales de los homicidas que no han objetado ni sus abogados defensores.

Sería posible cerrar el capítulo de los horrores sobre los nueve habitantes de Magdalena en tanto en cuanto fueron los inspiradores y sufragadores de tantos cientos de miles de voluntarios asalariados de la tortura. No fue así, y por orden directa del presidente Alfonsín se procesó también, y se condenó, al carnicero de Buenos Aires, el ex general de Caballería Ramón Camps, quien, al frente de la policía de Buenos Aires, arrasó con los psicólogos, persiguió a los argentinos de origen semita, vejó a periodistas como Jacobo Timerman y mandó asesinar a estudiantes secundarios de La Plata -la capital bonaerense-, con una media de 15 años, en aquella horrible noche de los lápices, en la que se decidió que se había terminado con la broma de que lospendejos reclamaran subvenciones al transporte escolar.

Cancer de prostata

Camps, un animal de caballería que lleva bastante bien su cáncer de próstata en el hospital de Campo de Mayo -Cuartel General del Ejército argentino-, y que divide sus mañanas y sus tardes entre las visitas de su mujer y de su amiga, recibe la mejor atención médica que se pueda ofrecer en este país. Y el teniente general Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del III Cuerpo de Ejército (Córdoba), tan franciscano que pretendió sublevarse contra Videla por tenerle como muy débil con la subversión, espera también en prisión su proceso por supuesto genocidio en la circunscripción bajo su mando.

El Gobierno de Alfonsín ha buscado lograr la consecución de la mayor justicia debida posible: sin recordar una pesquisa exhaustiva, y ciñéndonos sólo a algunos casos flagrantes, debe recordarse que la Administración de esta República reclamó la extradición de segundos países del Comandante Pepe, Mario Eduardo Firmenich, antiguo estudiante católico, próximo a la tesis de tacuara -los falangistas argentinos; tacuara fue la lanza de caña de la caballería gaucha-, quien ha sido condenado, bajo el respeto de las leyes argentinas y brasileñas -de donde fue extradido-, a 40 años de cárcel por secuestro extorsivo y no por ser el jefe de los montoneros, los guerrilleros de Perón -que Perón odiaba y arrojó, despreciándolos como imberbes, de la plaza de Mayo-; ellos se retiraron cantando: "Somos unos boludos; / votamos a una muerta -Evita-,/ a una puta -Isabelita- / y a un cornudo".

Pero, antes de ser reclamado y puesto preso Firmenich, las autoridades constitucionales habían reclamado a otros supuestos delincuentes internacionales: por ejemplo, y sin tampoco agotar la nómina, al ex teniente general Carlos Guillermo Suárez Mason, ex jefe del I Cuerpo de Ejército, jefe operativo del general Camps, tenido por el alias de Pajarito,y que en las vísperas de la democracia fue el militar más inteligente de todos: "Yo no voy a ser el pato de esta boda". Acusado no sólo de violación de derechos humanos, sino de gravísimos ilícitos económicos, se hizo autodesaparecer, siendo posteriormente encontrado en Estados Unidos por el FBI, a reclamo de la Interpol argentina. Allí espera, en la prisión de Foster City, el próximo noviembre, la solución de su expediente de extradición.

José López Rega, El Brujo, el cabo de la Policía Federal experto en ritos sincretistas del candombe brasilero, secretario del matrimonio Perón, ministro de Bienestar Social, creador de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), responsable de centenares de asesinato, fue encontrado también a través de la Interpol en Miami y extradido a Buenos Aires, donde en una cárcel porteña de máxima seguridad se le sigue juicio por sus desmanes.

El contralmirante Chamorro, el jefe de la ESMA en los peores años de la guerra sucia, fue reclamado por el Gobierno de Alfonsín a Suráfrica, en donde se desempeñaba como agregado naval. Un caritativo y definitivo ataque cardiaco impidió el juzgamiento de este jefe naval, pequeño en estatura moral y fisica, rechoncho, calvo, escasamente brillante en su trayectoria profesional, pero protagonista de uno de los más espectaculares casos de síndrome de Estocolmo registrados en el mundo: la dirigente montonera Marta Bazán fue apresada pcr sus tropas y torturada; dada la vuelta, salió acompañada a las calles para reconocer a sus compañeros montoneros, entregó no sólo a sus amigos de militancia, sino a su propia familia y la de su marido. Nada que reprocharla mediando la picana aplicada a las encías, a la vulva, a la vagina, a los pezones, al ano... Marta Bazán abandonó los altillos de la ESMA, en la que permanecían encerrados los soldados de Perón -losmontos- y se trasladó a la residencia del contraalmirante jefe de la ESMA para compartir su cama. Y se sabe que vive nuevamente en Argentina bajo identidad falsa.

Aníbal Gordon, presunto jefe operativo de la Triple A, junto a gran parte de su banda, se encuentra preso -le acaban de extirpar un tercio del pulmón derecho en el mejor hospital público de Buenos Aires y con cargo al Estado- y espera también su proceso tras haber sido buscado y encontrado por el Gobierno radical.

Condiciones desfaborables

Todo esto ha sido llevado a cabo bajo condiciones económicas propias e internacionales muy desfavorables para un país como Argentina, eminente exportador de alimentos hacia naciones ricas que en estos momentos no los están comprando -el Mercado Común europeo, Estados Unidos-, que protegen legítimamente su producción de granos crecidos mediante la biotecnología y el ergorde de las terneras mediante el acreditado método de hacerlas abrevar cerveza. Y ha sido llevado a cabo contra la opinión de unas fuerzas armadas incólumes interiormente y todavía gozadoras de fuertes apoyos sociales.

Estados Unidos ha resuelto moralmente sus responsabilidades en Indochina -los dos Vietnam, Laos y Camboya- juzgando al teniente William Calley, ya en libertad, por la matanza de la aldea vietnamita de My Lay. Está bien que así sean las cosas, aunque resulten tan desproporcionadas y debamos sentirnos obligados a estimar que la intervención estadounidense en Indochina sólo se excedió en la aldea de My Lay.

España, con más astucia política, llevó a cabo su transición a la democracia decretando tres amnistías que acabaron abarcando a todos: desde José Pérez Beotegui, responsable del comando etarra que asesinó al almirante Carrero Blanco, a su chófer y a su escolta, hasta algún reciente candidato al Parlamento Europeo que suscribió los últimos fusilamientos de Franco. Lo último que podemos creernos los españoles es que los 23 procesados en Campamento por el intento de golpe de Estado de 1981 completaron la nómina total de los responsables de aquella asonada.

Cumplimiento de condena

Los procesos en Grecia, tras la dictadura de los coroneles, no llevaron a prisión a tantos militares griegos como argentinos, pese a que los crímenes de ambos fueron igualmente ominosos. Y este corresponsal ignora, aunque le gustaría saberlo, cuántos sayones de la Policía Internacional de Defensa del Estado de la dictadura portuguesa fueron procesados y han cumplido sus condenas.

En la República Oriental de Uruguay no se ha llevado adelante ni un solo proceso contra los responsables de su reciente dictadura militar, amparados por una ley de amnistía que muchos ciudadanos quieren retocar mediante un referéndum, mediando otros muchos que estiman que el paisito ya tiene bastantes problemas como para chocar con sus, también incólumes, fuerzas armadas. Otrosí de la República Federativa de Brasil, que todavía no es más que una democracia tutelada militarmente y en la que el problema de la exigencia de responsabilidades penales a los homicidas y torturadores de uniforme ni siquiera se ha planteado.

Estimar que en Nuremberg las potencias aliadas juzgaron "hasta el final". a los responsables y partícipes de la locura nazi podría ser tenido, cuando menos, como una exageración histórica. El reciente juicio de Lyón de Klaus Barbie ha recordado que junto a la eminente resistenciaconvivió un colaboracionismo y que aún estamos todos esperando los procesos sobre la batalla de Argel, donde los delgados, hermosos y heroicos paracaidistas franceses, retratados por Jean Laterguy, descubrían los secretos de la picana y violaban a las argelinas con botellas de cerveza, tal como relató por experiencia propia una letrada tan emérita como Djamila Boupachá.

La República austriaca se encuentra presidida ni más ni menos que por un ex secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, denunciado por los servicios de inteligencia estadounidenses como oficial interrogador del ejército de ocupación alemán en Yugoslavia. La Resistencia francesa fue una broma entusiasta si se la compara con los trabajos y sufrimientos, mucho menos publicitados, del ejército partisano del mariscal José Broz, alias Tito. Los quebraderos de cabeza de las tropas alemanas en los Balcanes pueden resumirse en que media Europa fue liberada de la ocupación nazi por aliados occidentales y otra media por el Ejército Rojo. Sólo un país europeo arrió la esvástica por sí mismo: Yugoslavia. Y la Werhmacht sufrió y combatió esa voluntad definitiva con toda su energía. El actual presidente austriaco, entonces oficial de inteligencia del Ejército alemán y destacado en Yugoslavia, ha merecido los respetos de la comunidad internacional y ahora los merece de su propio pueblo, pese a haber sido sindicado como supuesto genocida. Es correcto por cuanto raramente en la historia se revisa la vida de los protagonistas y, sobre todo, es probablemente inevitable.

Regresamos al día de hoy, al penal militar de Magdalena y a la ley deobediencia debida, que ha desprocesado a cientos de militares y policías argentinos. Los deudos de los picaneados y desaparecidos, no ya desde la dictadura militar de 1976-1983, sino los de quienes sufrieron la tortura y la muerte desde decenas de años antes, tienen derecho a la queja por cuanto la justicia no llegó tan lejos como la iniquidad.

El punto final

Es verdad que tras las leyes de punto final y de obediencia debidanumerosos argentinos pueden coincidir en la calle con los torturadores y homicidas de sus familiares y amigos. Ellos y todos aquellos argentinos que pelearon y pelean por la justicia pormenorizada tienen derecho a su queja, jurídica, política y moral, sin que nadie se la regale. Las madres y abuelas de plaza de Mayo, los integrantes del Centro de Estudios Legales y Sociales, etcétera, pueden levantar su voz airada.

No así los justicialistas renovadores, ortodoxos, verticalistas, históricos, seguidores de este o de aquel cacique provincial, que en 1983 hablaban de "reconciliación nacional", mientras Raúl Alfonsín prometía formalmente enjuiciar a los responsables de la matanza. Eve Bonafini, lamadre de hierro de las madres de plaza de Mayo, puede y debe: clamar de indignación. No Antonio Cafiero ni Italo Argentino Lúder, futuro gobernador de Buenos Aires y primer diputado nacional por la provincia y ex candidato presidencial Frente a Alfonsín.

La ley de punto final no establecía el desprocesamiento de nadie, sino que daba un plazo -discutible, pero amplio- para terminar con un rosario de denuncias por violación de derechos humanos que amenazaba con extenderse, como mínimo por toda la legislatura radical de seis años. Contra ella cabía una negación razonable: los delitos contra la humanidad no prescriben nunca. A favor de ella, y como quedó demostrado rápidamente, podía argumentarse que las fuerzas armadas argentinas tienen escasos puntos de referencia con las helvéticas, las estadounidenses, las británicas o hasta las españolas.

Rebeliones blandas

En Semana Santa, una sublevación militar blanda, encabezada por los cuadros militares medios del Ejército, exigió del Gobierno una ley deobediencia debida que desprocesara a todos los que hubieran recibido órdenes, por aberrantes que fueran, incluidos los generales, almirantes y comodoros del Aire que no tuvieran mando de zona. Se rompió la cadena de mando y el Ejército revino en una banda insurrecta que hizo posible una guerra civil. Alfonsín lo intentó todo durante aquella auténtica Semana de Pasión, incluida la apuesta de riesgo físico personal.

Finalmente sancionó la ley, previamente aprobada por el Parlamento gracias a la ausencia de la primera minoría peronista, que políticamente se lavó las manos, pero, con sentido de Estado, permitió su sanción. No es éste un análisis de las elecciones parciales argentinas del pasado 6 de septiembre, pero debe recordarse que nadie en Argentina puede creer seriamente que con el peronismo en el Gobierno se hubiera llegado más allá en la Justicia o se hubieran impedido los desprocesamientos que ha propiciado la obediencia debida.

Lo que debe ahora destacarse es que en la República Argentina, no sólo por la voluntad explícita del presidente Alfonsín, sino por la del 52% de los votos que en 1983 le dieron el poder, se ha levantado la defensa de los derechos del hombre tan arriba como se ha podido, y se ha podido bastante. Sea como fuere, y aun siendo una realidad que "los asesinos andan sueltos" -¿en qué nación los asesinos no andan sueltos?-, debe escribirse que en esta esquina inestable y empobrecida del mundo, un Gobierno que se reclama intelectualmente del krausismo ha llegado en la defensa de la dignidad del hombre bastante más lejos que otras repúblicas o reinos ricos e institucionalmente ordenados que miran con suficiencia moral hacia el empobrecido Cono Sur americano.

9/9/87

EI Gobierno presenta su dimisión a Alfonsín (9-9-1987)

El Gobierno radical ha ofrecido su renuncia al presidente Raúl Alfonsin tras el holocausto electoral del pasado domingo. No existe en Argentina la figura formal del Consejo de Ministros con sus reuniones periódicas y actas: el presidente despacha individual o colectivamente con sus ministros según sus propios criterios. Alfonsín permanece en la, quinta presidencial de Olivos y aún no ha formulado declaraciones públicas. En su residencia oficial ha recibido a sus ministros y principales colaboradores; los primeros, sin excepción, han ofrecido sus renuncias, lógicas y obligadas, ante la situación de virtual ingobernabilidad del país tras las elecciones parciales del pasado domingo.

La Unión Cívica Radical no sólo ha perdido la exigua mayoría parlamentaria que le permitió precariamente gobernar desde 1983, sino que ha perdido hasta el quórum en la Cámara de los diputados. Sus 130 diputados de 1985 -últimas elecciones parciales- han descendido a 117 -sobre un total de 254-, de los que cinco son extrapartidarios, aliados coyunturales del radicalismo.El justicialismo ha ascendido de 101 a 105 diputados -un extrapartidario- y ha hecho una excelente elección en todo el país y no sólo en la provincia de Buenos Aires. El mapa de la República Argentina es peronista, y los radicales sólo retienen a duras penas su hegemonía en la capital federal y en Córdoba, la segunda provincia del país.

Teniendo en cuenta que el peronismo ha ido a estas elecciones multidividido y sin una dirección unitaria -el partido es presidido por una señora que vive en Madrid-, su triunfo es doblemejite destacable y meritorio.

El escasísimo margen de maniobra de Alfonsín se ha visto reducido a cero. Sus grandes proyectos de largo aliento como la reforma de la Constitución o el traslado de la capital federal para el poblamiento del sur patagónico son ya letra muerta. El Gobierno radical, en mayoría y esgrimiendo el 52% de los votos obtenidos en octubre de 1983, ha tenido que soportar en tres años y medio nada más que ocho huelgas generales decretadas por los sindicatos peronistas y las vísperas de la elección del domingo fueron una prueba de fuego para la paciencia de los argentinos: huelgas sectoriales y salvajes paralizaron las comunicaciones aéreas, el servicio de taxis, las conexiones telefónicas urbanas e internacionales y el suministro de gas doméstico en pleno invierno austral. Los sindicatos ferroviarios llegaron a convocar su huelga para el pasado fin de semana y sólo la desconvocaron cuando se les convenció de que su decisión podía perjudicar el libre ejercicio del voto y ser tenida por antidemocrática.

La lógica de las cosas permite suponer que Italo Argentino Lúder, el candidato peronista derrotado por Alfonsín en 1983 y ahora primer diputado justicialista por la provincia de Buenos Aires, presidirá antes o después la Cámara de los Diputados, erigiéndose así en la tercera. figura política de la República. La misma lógica permite deducir que elperonismo renovador, encabezado por el inmediato nuevo gobernador de Buenos Aires, Antonio Francisco Cafiero, es el llamado a dirigir la reunificación y resurgimiento del peronismo.

El horizonte electoral presidencial está muy próximo -1989- y será normal que Cafiero o Lúder opten dentro de dos años por la presidencia de la República.

Alfonsín ha dicho por activa y por pasiva que no desea la posibilidad de su reelección -los presidentes argentinos no pueden ser reelectos y la pretendida reforma constitucional de los radicales apuntaba a corto plazo a un posible papel de Alfonsín como primer ministro- y aunque es un luchador nada depresivo, todo se le ha puesto muy difícil para su continuidad en el poder. Angeloz, gobernador de Córdoba, podría de aquí a dos años sustituirle en el liderazgo.

La crisis institucional se achaca a la política económica de los radicales. Ésta se ha asentado sobre dos patas: renuncia a la demagogia de denunciar la deuda externa, lo que le ha permitido renegociarla con bastante comodidad y evitarle al país la represalia de los acreedores, y una batalla interior contra la hiperinflación que, entre altas y bajas, ha rebajado de más del 31% mensual al 13%.

Los argentinos, sumidos en una crisis económica excepcional, fruto del proteccionismo comunitarlo y estadounidense sobre: las importaciones alimenticias -España tiene la mitad de la deuda externa argentina, carece de petróleo y no es autosuficiente en la obtención de uranio enriquecido, y no sufre el coste de su deuda-, han decidido legítirnamente y en su.justo derecho cambiar de caballos en la mitad del río.

8/9/87

¿Un peronismo renovado? (8-9-1987)

La sociedad argentina tuvo miedo en 1983 a un triunfo global del peronismo. Se tenía memoria histórica de que el peronismo había engendrado una guerra civil entre sus dos alas extremas y que, indirectamente, había propiciado la barbaridad del golpe militar de marzo de 1976. Esa fue la clave de la inesperada derrota peronista en el año de la recuperación de la democracia, firmemente apoyada por la sociedad. Al éxito radical ayudó muchísimo la presentación como candidato a la gobernación de Buenos A¡ res de un ganster llamado Herminio Iglesias, hijo de orensanos, que logró entonces su candidatura desplazando a todos los demás a punta de pistola.El peronismo ha tenido tiempo para recapacitar y para excluir de su seno a delicuentes comunes como Iglesias. que, ahora, al frente de su nuevo partido,Agrupación 17 de octubre, se dedica. a vender parcelas en los desiertos del noroeste al 300% de su. valor real.

Pero el peronismo renovadorrepresentado por Antonio Cafiero sólo ha renovado su imagen y poco aporta al panorama político argentino. El peronismo, nuevamente en marcha, deberá responder de su multidivisión interna y deberá convencer al país -por la votación del domingo acaso ya lo ha hecho- de que ha superado su propia guerra civil.

En materia económica, los renovadores del peronismo no han ofrecido ninguna alternativa al Plan Austral fuera de la crítica generalizada al pago de los intereses de la deuda externa. El peronismo carece de programa económico capaz de superar los techos de la deuda externa, de la caída de los precios agropecuarios, del proteccionismo estadounidense y del mercado común sobre carnes y granos, así como la decisión de Mijail Gorbachov de que la URSS sea autárquica en materia alimenticia.

Severo voto de castigo contra el radicalismo y el presidente Alfonsín (8-9-1987)

La derrota electoral de la Unión Cívica Radical (UCR), partido gobernante en Argentina, puede ser calificada de estrepitosa. Aun tratándose de unas elecciones parciales -renovación de parte de los diputados, más elección de gobernadores e intendentes (alcaldes)- que no cuestionaban la presidencia de la República, ostentada por Raúl Ricardo Alfonsín, está claro que se ha producido un severo voto de castigo contra el radicalismo y su presidente.

Voto de castigo que no sólo implica un correctivo o una advertencia contra el Gobierno, sino que cuestiona todo su proyecto político.La reforma constitucional propiciada por el radicalismo -posibilidad de reelección de presidente, que éste no profese la fe católica, establecimiento de la figura de un primer ministro responsable ante las Cámaras, potenciación del poder legislativo e instauración de jurado y del juicio oral y público- muy probablemente no será ya posible.

En Buenos Aires se da casi por cancelado hasta el traslado de la capital federal a la Patagonia, intento radical de poblar los abandonados territorios australes y considerado por el todopoderoso lobby porteño como un despilfarro innecesario.

Presión militar

El Gobierno y la figura de su presidente, Raúl Alfonsín, ya quedaron fuertemente debilitados por la presión militar durante los sucesos de la pasada Semana Santa; este descalabro electoral deja al Gobierno radical a los pies de los caballos.

La derrota electoral de los radicales es pareja en importancia a su histórico triunfo en octubre de 1983, en el que revolcaron al peronismo alzándose con el 52% de los votos y arrebatándoles la gobernación de la provincia de Buenos Aires

Ahora los, datos electorales provisionales son muy otros: el radicalismo ha descendido hasta poco más de un 37% y el peronismo ha remontado hasta cerca de un 42%, emergiendo un tercer partido, la Unión de Centro Democrático (UCD) -centro derecha, socios políticos de la Alianza Popular española-, con cerca de un 6% del electorado.

El radicalismo ha perdido su mayoría simple en el Congreso de los Diputados y ha visto descalabrada su política de alianzas con partidos provinciales en el Senado, donde nadie ostenta la mayoría.

Presidencia del Parlamento

Incluso entra dentro de lo probable que se exija la elección de Ítalo Argentino Lúder -el candidato peronista derrotado por Alfonsín en 1983- como presidente de la Cámara de los Diputados en sustitución de una de las más prestigiosas figuras radicales, como es el doctor Juan Carlos Pugliese. No sería nada ¡lógico aventurar que el peronismo, teniendo mayoría en la Cámara baja, reclamara la presidencia para sí.

El radicalismo perdió el importantísimo gobierno de Buenos Aires -una extensión equivalente a la de Italia, poblada por más de 12 millones de habitantes- y los de Mendoza, Entre Ríos, Misiones y Chubú. Los peronistas retuvieron el gobierno de 11 de las 22 provincias de la República, en algunas de las cuales se encontraban políticamente en precario.

Apretado triunfo en Córdoba

En nada puede consolar a la Unión Cívica Radical su triunfo -muy apretado- en Córdoba., la segunda provincia en importancia del país, cuyo gobernador, Eduardo Angeloz, podría llegar a tener suficiente peso político para suceder a Alfonsín en la dirección de la UCR, o en la provincia de Río Negro o en la capital federal -urbana, conservadora, antiperonista-, en la que su hegemonía se ve empañada por el ascenso, por su derecha, de una UCID que, además, esgrime el voto juvenil.

Ésta ha sido una derrota radical en toda regla, teniendo en cuenta la circunstacia de la fuerte inestabilidad institucional por la que atraviesa esta República.

La marcha de la economía ha ido, sin duda, el factor de la ruina electoral del Gobierno radical.
Una inflación de más del 10% mensual presionando sobre los salarios bajos de la ancha clase media argentina ha propiciado el enojado voto del domingo.

Recuperación muy lenta

Paradójicamente, la economía argentina no sólo no se degrada, sino que se recupera muy lentamente, aunque los frutos de tal recuperación sólo serán perceptibles por la próxima generación de argentinos.
Hace dos años el país se despeñaba desde una inflación de más del 1% diario. El Plan Austral de economía de guerra, con todas sus valencias, detuvo aquella suicida hiperinflación, cambió la moneda y motivó a la población.

No llegó por ello la riqueza y la abundancia de antaño, pero el Plan Austral es un éxito económico, todo lo mediocre que se quiera, frente, por ejemplo, al rápidamente fracasado Plan Cruzado brasileño.
Sería un grave error de apreciación estimar que la sociedad argentina ha castigado electoralmente a su Gobierno por la ley ole Obediencia Debida y el desprocesamiento de tantos militares y policías responsables de la guerra sucia contra la suversión.

Es la penuria creciente y cotidiana y no la defensa de los derechos humanos lo que motiva a esta sociedad. Podría afirmarse aún más: la pelea de perros del alfonisismo por procurar la condena de tres ex presidentes, de tres juntas militares de la dictadura, por su desempeño antihumano, no le ha deparado ni un solo voto. Le ha deparado reconocimiento internacional y prestigio propio pero no el reconocimiento de sus conciudadanos divididos entre los que estiman que no ha hecho la suficiente justicia , y los más, que aprecian que ha hecho demasiada.

7/9/87

Las elecciones argentinas, decisivas para su estabilidad (7-9-1987)

En la mitad del mandato presidencia¡ de Raúl Ricardo Alfonsín y de su Gobierno de la Unión Cívica Radical -participante como observadora de la Internacional Socialista, que usa el emblema del puño agarrando la rosa y que podría ser considerada como socialdemócrata- se han celebrado ayer en Argentina unas elecciones parciales para diputados, gobernadores e intendentes (alcaldes), decisivas para la estabilidad institucional de esta República. La tendencia, al cierre de esta edición, era hacia una victoria de los peronistas en la provincia de Buenos Aires.

La provincia de Buenos Aires tiene en estas elecciones especial significación ya que, aparte de ser el, distrito más importante, con más de siete millones de electores, se eligen 35 diputados.En octubre de 1983, Argentina recuperó su dignidad democrática tras siete años de dictadura militar.

Ese año, contra todo pronóstico, el peronismo fue derrotado por la Unión Cívica Radical (UCR), un partido de intelectuales y clases medias, alejado del populismo peronista, regeneracionista y alzado sobre su peana gracias al voluntarismo político de Raúl Alfonsín.

El bipartidismo argentino fue sorprendido por el triunfo radical pero no alterado en su sustancia. En 1983, la UCR logró 129 bancas contra 111 del Partido Justicialista, alzándose con el 52% de los votos. Sobre el bipartidismo argentino ilustra el resto del reparto parlamentario de aquella votación histórica: 13 escaños para el Partido Intransigente (PI, jóvenes izquierdistas centrados en la provincia de Buenos Aires) y otros 12 escaños para la Unión de Centro Democrático (UCD, un partido economicista de centro-derecha bajo la etiqueta de liberal).

En las elecciones parciales de 1985, los radicales ganaron un diputado en la Cámara Baja, los justicialistas bajaron de 111 a 103, y los intransigentes doblaron hasta seis su representación y la UCD creció en un solo escaño.

Los radicales han gobernado desde 1983 con una relativa comodidad legislativa, no sólo otorgada por su mayoría minotaria sino por la metástasis de la oposición -los peronistas- en hasta siete grupos parlamentarios entre las dos Cámaras.

Probable descenso

De las elecciones parciales de ayer se esperaba un descenso de los votos radicales y un ligero ascenso en la Capital Federal de la UCD, apoyada por un voto juvenil que confía en que el resurgimiento europeo del conservadurismo pueda aquí aportar soluciones a una crítica económica que el Plan Austral de la economía de guerra, sólo ha logrado -y es muchísimo- rebajar la inflacción del 30% mensual al 10%, y que ha fracasado en la contención del cambio negro del dólar estadounidense que alcanzó la par con la nueva moneda -el austral- y por el que ya se dan, en cualquier negocio, 3.20 austral.

Los radicales no van a perder su capacidad legislativa para continuar gobernando el país, aunque carezcan de una mayoría parlamentaria. Otros partidos provinciales pueden aportarles seguridad legislativa para los proyectos de reforma constitucional que permitirían la reelección del presidente de la República -Alfonsín insiste en su negativa a ser reelecto y, probablemente, sólo aspiraría a ser primer ministro en un futuro no presidencialista- y las relevancias del Parlamento, actualmente deteriorado y hasta inane por su incapacidad institucional de censurar al jefe de la República.

El voto es obligatorio entre los 18 y los 60 años, y su no emisión es sancionable administrativamente a menos que se justifique policialmente encontrarse razonablemente al menos a 500 kilómetros de distancia del colegio electoral correspondiente. La ley seca impera desde el amanecer y está prohibido portar armas en un radio de 100 metros de cada colegio electoral.

Hombres y mujeres votan separadamente, según censos distintos, dado que el voto femenino sólo se logró en 1950 gracias al empeño de Evita Perón. Salas de espectáculos, bares y confiterías se encuentran cerrados hasta la finalización de los comicios.

No obstante, pueden observarse en la capital federal aspectos reverenciales del voto: una anciana impedida accede a votar en taxi; no puede abandonarlo; los responsables de la mesa electoral, ayudados por el presidente de mesa y la policía federal, cubren los cristales del taxi con páginas de periódicos y le permiten votar dentro del coche, convertido brevemente en cuarto oscuro.

El acto electoral se desarrolló sin incidentes, pese a que el cierre de la campaña deparó un muerto a tiros en el Gran Buenos Aires y desórdenes a palos en ciudades como Rosario.

El país votó en paz, pero en un cierto clima de desencanto, motivado principalmente por la crisis económica que ha proletarizado a la ancha clase media de este país -500 dólares estadounidenses (60.000 pesetas) mensuales pueden ser tenidos como un salario excelente para cualquier profesional liberal- y por el desencanto provocado por la triunfante rebelión militar de la pasada Semana Santa, en que los segmentos jóvenes del Ejército de Tierra, encabezados por el todavía teniente coronel Aldo Rico exigieron y lograron el desprocesamiento hasta el rango de general de los responsables de la guerra sucia contra la subversión.


6/9/87

El gobierno de Buenos Aires, clave de las elecciones argentinas de hoy (6-9-1987)

Fuentes de la Unión Cívica Radical (UCR), el partido en el Gobierno argentino, consideran que resultaría "muy grave" para la solidez institucional del país un triunfo peronista en las elecciones parciales de hoy para el Congreso de Diputados, gobernadores provinciales e intendentes, particularmente si Antonio Cafiero derrota al candidato radical, Juan Manuel Casella, para la gobernaduría de Buenos Aires."Esto no es Francia, Italia o España", se dice. "Aquí todo está prendido por alfileres". Tras la rebelión militar de la pasada Semana Santa, el Gobierno ha hecho esfuerzos sobrehumanos por asegurar la normalidad democrática, puesta en precario, y recibiría un severo golpe -aunque en esta ocasión lo fuera democrático- si el peronismo le arrebatara la gobernación bonaerense.

Estaríamos ante un problema más psicológico que estrictamente político, y que reflejaría muy claramente el agotamiento que se advierte en el presidente Raúl Alfonsín, a quien lo último que se le podría reprochar sería el permanecer encerrado en la Casa Rosada o en la quinta presidencial de Olivos. Dos o tres viajes por semana por el vastísimo interior del país conforman su agenda de trabajo.

Últimamente contesta y replica a ciudadanos aislados que le increpan, y su discurso es repetitivo y pesimista: "Jamás", insiste, "un presidente argentino ha tenido que afrontar el cúmulo de problemas que le ha tocado en suerte a éste".

Poco más allá de la mitad de su mandato, que finalizará en 1989, Alfonsín no parece pretender ya otra cosa que salvaguardar la República y entregar su banda presidencial a otro candidato libremente elegido.

La UCR tiene asegurada su continuidad en la gobernación de Córdoba -la segunda provincia del país-, y en el Noroeste tiene serias posibilidades de ganar las elecciones en provincias peronistas de toda la vida, como Tucumán, Santiago del Estero y Jujuy. Pero Argentina se divide todavía en 21 provincias, por un lado, y Buenos Aires, por otro. Así las cosas, la batalla bonaerense puede resultar decisiva para el futuro de los planes institucionales a largo plazo de Alfonsín.

4/9/87

Los partidos políticos argentinos cierran su campaña electoral (4-9-1987)

Veinticuatro horas después de que el justicialism,o cerrara su campaña electoral en el gran Buenos Aires con una caravana presidida por su candidato a gobenador bonaerense, Antonio Cafiero, los radicales cerraron su campaña en la historica Plaza de Mayo, con una concurencia no inferior a las 100.000 personas, ante las que tomaron la palabra el candidato a gobernador bonaerense Juan Manuel Casella y Juan Carlos Pugliese, actual presidente de la Cámara de los diputados y calididato renovado a su diputación.El peronismo, optó por cerrar su campaña buscando los espacios abiertos de la periferia obrera de la capital federal y el radicalismo decidió aceptar el reto de colmar la plaza de Mayo frente a la Casa Rosada.

Anoche, el presidente Raúl Alfonsín resaltó por televisión la importancia de estos comicios -para elegir diputados, gobernalores y ayuntamientos-, los primeros democráticamente continuados en 25 años. Su breve comparecencia se supone que servirá para aliviar la presión de los sindicatos peronistas.

La Confederación General del Trabajo (CGT) liderada por Saul Ubaldini, presenta tres líneas de fractura: las 62 organizaciones capitaneadas por el viejo y peligroso metalúrgico Lorenzo Miguel, celoso del protagonismo de Ubaldini y secreto colaborador del Gobierno radical; las 15 organizaciones dirigidas por elementos moderados que han colocado a uno de sus hombres -Alderete- como ministro de Trabajo en un Gobierno radical; y el resto de los sindicatos peronistas, que propiciaron ocho huelgas generales en menos de tres años.

Esta preelección es un caos social. Intentar abordar un avión supone un retraso de tres o cuatro horas, por cuanto los empleados de Yacimientos Petrolíferos Fiscales se encuentran en huelga por primas salariales impagadas; cuando los aviones ya están cargados de nafta, son los pilotos de Aerolíneas Argentinas los que detienen su trabajo.

La capital federal y el gran Buenos Aires acaban de padecer una ola de fríos polares en la que, inteligentemente, los servidores del gas del Estado decidideron no facilitarle las cosas al Gobierno radical. Con gran largueza se entregan las cartas y con mayor dificultad se obtienen las conferencias telefónicas.

Las últimas semanas han sido un infierno huelguístico en el que ha sido imposible viajar, telefonear al exterior, ducharse o calentar un almuerzo, en un apoyo no sólo explícito, sino práctico, de la mayoría de la CGT en favor de los candidatos opuestos al Gobierno.

2/9/87

Un abogado previene a Isabelita que podría recibir las manos robadas del cadáver de Perón (2-9-1987)

Juan Labaké, ex diputado peronista y abogado de Isabelita Martínez de Perón, ha prevenido a la ex presidenta (residente en España) sobre la posibilidad de que pudiera recibir por correo los efectos robados de la tumba de su marido (gorra, sable de ceremonia, un rosario) e incluso las propias manos del cadáver, cercenadas por desconocidos a finales del pasado mes de junio en la cripta familiar porteña de La Chacarita.

El apoderado de Isabelita alimentaría así indirectamente las presunciones de que las manos de Perón podrían encontrarse fuera de Argentina, acaso en España o en la República Oriental del Uruguay. Un periódico montevideano de reciente aparición, Con Todo, afirma, citando fuentes no identificadas de la policía argentina, que ésta se encontraría siguiendo pistas sobre el paradero de los restos en Uruguay.La realidad es que ni el ministro del Interior, Antonio Troccoli, ni el comisario jefe de la Policía Federal, Juan Pirker, ni el juez que entiende de la profanación, Jaime Far Suau, han facilitado la menor información sobre sus investigaciones. Sí es obvio el interés de Troccoli por dar una solución al macabro caso antes de las elecciones parciales del próximo domingo.

Hasta ahora, el juez Far Suau ha ordenado la detención de cinco personas, entre ellas un médico cirujano, de las que sólo se ha facilitado la identidad de una: Alberto Imbeci, ex agente de inteligencia militar durante la dictadura y presunto integrante de la banda de Aníbal Gordon (ahora en prisión preventiva), jefe operativo de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A).

Imbeci habría sido el informante del juez Suau y le habría conducido a allanamientos y a las otras cuatro detenciones en las provincias de Buenos Aires, Tucumán y San Juan. Pero. curiosamente Imbeci se ha negado a declarar formalmente ante el juez.

Rocambolesco

Los mejores caracteres de Rocambole rodean toda la historia. La semana pasada, en una noche de este invierno polar, la guardia de infantería se enzarzó en un tiroteo con desconocidos en los aledaños de la cripta de Juan Perón en La Chacarita, sin que se produjeran heridos o detenciones.

La Chacarita, en el oeste de la capital federal, es un sacramental de 100 hectáreas, 10 puertas y más de 10.000 panteones. La guardia de infantería -tropa de choque de la Policía Federal- guarda la bóveda de Perón, asícomo la de Evita en el otro cementerio porteño de La Recoleta y la tumba en la ciudad de La Plata, capital de la provincia bonaerense, de Ricardo BaIbín, último dirigente histórico del radicalismo.

A comienzos de agosto, la policía descubrió en el acceso al cementerio de La Recoleta una caja de cartón con un letrero: Aquí están las manos de Perón. Ante el temor de que se tratara -de una trampa con "caza-bobos", los artificieros reventaron el paquete para encontrar en él dos pezuñas de cerdo.

El misterioso grupo de los 13 que firmó el reclamo de ocho millones de dólares por las manos y los efectos del tres veces presidente argentino no ha vuelto a comunicarse con la dirección del Partido Justicialista ni ha dado la más pequeña indicación de cómo debería entregarse el rescate, que, en cualquier caso, no será pagado jamás.

Al margen de la ausencia de información oficial o confidencial solvente y hasta de las propias y extrañas denuncias del ex agente Alberto Imbeci, nadie duda que la profanación es obra de algún grupo de tareasparapolicial o paramilitar de los que sirvieron a la dictadura, y que con este despropósito pretenden engordar la desestabilización emocional de una sociedad ya tan baqueteada como la argentina.

1/9/87

Argentina vota por cuarta vez consecutiva desde 1955 (1-9-1987)

El próximo domingo, 6 de septiembre, los argentinos concurrirán por primera vez a las urnas en la cuarta convocatoria consecutiva desde 1955, cuando fue derrocado el régimen del general Juan Domingo Perón. Se trata de una marca histórica por cuanto desde entonces nunca el pueblo argentino demostró tal estabilidad política, pudiendo votar libremente y desde las elecciones generales de 1983, dos elecciones legislativas parciales y un referéndum sobre la paz con Chile a cuenta de las diferencias sobre las islas del canal del Beagle y la proyección antártica de aquellas aguas.

Las elecciones parciales del 6 de septiembre coinciden con el 57º aniversario del golpe militar del general José Félix Uriburu contra el Gobierno constitucional del presidente radical Hipólito Yrigoyen. En aquellas fechas puede datarse el inicio de la decadencia argentina, su serie continuada de pronunciamientos militares y su ausencia de respuesta a la crisis económica internacional propiciada por el crack de la bolsa neoyorquina apenas un año antes.Algo de este mensaje subliminal parece haber sido recibido por la población, que estima como más importante la posibilidad de poder seguir votando en libertad -tras décadas de continua intervención militar- que el mero hecho de escoger entre radicales y, peronistas, bipartidismo imperfecto en el que se encuentra el país desde antes de la salida de la última dictadura militar de 1976-1983.

En estas segundas elecciones parciales los argentinos eligen 120 diputados (la mitad de la Cámara Baja), gobernadores y vicegobernadores en 20 de las 22 provincias y sólo gobernadores en Río Negro y Santiago del Estero, en donde sus respectivas constituciones provinciales sólo prevén la elección del primer mandatario. Igualmente, se eligen diputados en las provincias de Buenos Aires (la primera del país por su población y su peso político específico), Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Mendoza, Salta, Santa Fe y Tucumán. En el territorio de la Tierra del Fuego se eligen sólo legisladores territoriales al no constituir la zona un gobierno provincial federal.

Un 40% de indecisos

También se renuevan cargos en los ayuntamientos -intendencias- de las ciudades, juntas de fomento y tribunales de cuentas. Es, en suma, una auténtica prueba sobre la marcha de la gobernación general de la República, en la que en estas vísperas electorales el número de indecisos se cifra hasta en un 40%, según diferentes sondeos de opinión.Este tan elevado número de indecisos, en una sociedad de voto tan definido como la Argentina (o peronista o radical), junto a los cerca de 800.000 jóvenes que con 18 años votarán por primera vez, es el factor de interés añadido a las elecciones del domingo.

En líneas generales, puede aventurarse que la Unión Cívica Radical (UCR), en el Gobierno, liderada por el presidente Raúl Alfonsín, perderá en los comicios algunos diputados y senadores y, acaso, la mayoría simple que ostenta en la Cámara Baja. Sin embargo, cabe presuponer un retroceso parejo en los votos peronistas, de tal manera que el Gobierno podría continuar legislando con igual o mayor comodidad que hasta ahora con el apoyo de fuerzas políticas provinciales como el Bloque Popular Neuquino, el Frente Autonómico de Corrientes o el Bloquismo de San Juan y fuerzas políticas de centro-derecha como la Unión de Centro Democrático (UCD). En cualquier caso, nadie estima que los justicialistas puedan revolcar electoralmente al partido en el Gobierno.

Al ser el voto peronista el más militante, se deduce que los peronistas no serán favorecidos por tan alto número de indecisos que, o votarán en blanco -el voto en Argentina es obligatorio-, o seguirán prestando su apoyo a la UCR para dar estabilidad y continuidad a la política del Gobierno, o se decantará por la hasta ahora minúscula UCD (dos diputados) para intentar romper el tradicional bipartidismo del país.

Desde hace tres meses, la gran batalla política se ha venido librando -obviamente- en la provincia de Buenos Aires, la más rica y poblada del país, por cuya gobernaduría compiten Juan Manuel Casella, un joven abogado que fue ministro de Trabajo con Alfonsín, y Antonio Casiero, un veterano economista que fue ministro de Economía bajo la presidencia de Isabelita Perón.

Al igual que la capital federal es un bastión radical o conservador donde el domingo volverá a ser dominante la UCR y verá crecer su influencia la UCD, la provincia bonaerense ha sido tradicionalmente un feudo peronista gracias al cinturón industrial del Gran Buenos Aires. Las elecciones generales de octubre de 1983 dieron por primera vez la gobernaduría a los radicales en la persona de un médico bienintencionado y sin vigor político como el doctor Armendáriz, frente al energumenismo de la extrema derecha peronista representado por Herminio Iglesias, ahora fuera del justicialismo.

Los términos en los que se ha desarrollado esta campaña electoral han sido prudentísimos, desideologizados y centrados en asuntos puntualmente administrativos: la conducción de la economía, las inundaciones de Buenos Aires, la asistencia a los jubilados. Para nada han entrado en el debate, salvo para partidos extraparlamentarios de ultraizquierda, cuestiones como el intento de golpe de Estado de la pasada Semana Santa, el papel de las Fuerzas Armadas o la ley de Obediencia Debida que desprocesa a torturadores, secuestradores y homicidas.

El caballo de batalla de estas elecciones se ha cabalgado sobre la situación económica y las falencias del Plan Austral de economía de guerra. Las cosas no están bien en la República argentina: la inflación mensual ha alcanzado el 10% y ya se pagan 3,14 australes por un dólar estadounidense.

[Los consulados argentinos en España (en Madrid, Barcelona, Vigo, Las Palmas, Bilbao y Cádiz) permanecerán abiertos el 6 de septiembre, de las 8 a las 18 horas, para que los ciudadanos argentinos en tránsito o residentes en España puedan justificar la no emisión de su voto en la República.]

La cuña de la UCD (1-9-1987)

El gran ganador del domingo lo será moralmente la Unión de Centro Democrático (UCD), partido que dará un salto cualitativo, aunque para nada decisorio, entre radicales y peronistas; pero meterá la cuña de la idea de que es posible acabar con el bipartidismo en el país.La Unión de Centro Democrático está liderada por el capitán-ingeniero Álvaro Alsogaray, amigo personal y político de Manuel Fraga Iribame.

Alsogaray, un ingeniero militar, define a su Unión de Centro Democrático como liberal y propone una salida economicista a los problemas de la sociedad argentina, que pasaría primordialmente por la privatización de las empresas estatales, el achicamiento del Estado, la libre competencia y la filosofía de exitismo individual como posibilidad de regeneración racional.

La Unión de Centro Democrático agrupa a la burguesía más conservadora, ha captado recientemente a clases medias proletarizadas por la crisis económica, y, sorprendentemente, ve sus mítines arrasados Por jóvenes quinceañeros, no todos de buena posición social, convencidos de que el futuro reside en este liberalismo de centro-derecha.

Como contrapartida al irresistible ascenso de la Unión de Centro Democrático, cabe destacar la entrada en picada del Partido Intransigente (PI), capitaneado por el viejo médico Oscar Alende, alias El Bisonte.

El Pl es una organización escindida del radicalismo por su izquierda y que aglutinaba principalmente a jóvenes bonaerenses o porteños de vocación revolucionaria.

Argentina, así, aunque su futuro continúe siendo decidido entre radicales y peronistas, no parece insensible, al menos entre sus juventudes, a los vientos conservadores que soplan bien fuerte por ahí fuera.