30/4/83

El Gobierno argentino prohíbe a 50 familiares de caídos en la guerra viajar a las Malvinas (30-4-1983)

La Junta Militar argentina prohibió ayer la salida del puerto de Buenos Aires del buque mercante Lago Lacar, con 52 tripulantes, 50 familiares de soldados muertos en las Malvinas y 6 periodistas (cuatro argentinos y dos de las televisiones estadounidense y británica -NBC y BBC-) con dirección al archipiélago.La Junta anunció que el lunes, 17 de mayo, enviará una unidad naval de superficie y un avión con representación de las tres armas hacia la zona donde fue hundido el buque argentinoGeneral Belgrano durante la guerra con el fin de tributar un homenaje floral a las víctimas. El Estado fletará también el Lago Lacar, en el que viajarán los familiares de los argentinos muertos en el conflicto hacia el lugar donde se hundió el General Belgrano sin penetrar en la zona de exclusión marítima.

El Lago Lacar, propiedad de una empresa estatal y que sirve de escuela a los alumnos de la Marina Mercante argentina, había sido fletado por 38.000 dólares por el Centro de Voluntarios por la Patria, que preside Osvaldo Destefanis, técnico electrónico de 40 años, empresario y considerado como ultraderechista.

El capellán voluntario de la nave es el padre Zaffaroli, confesor del canciller argentino Aguirre Lanari, que hace dos semanas casó a la hija de éste con asistencia del presidente de la República. La suma del flete se atribuye a donaciones anónimas.

El Lago Lacar debía poner rumbo a Puerto Darwin, donde los británicos dieron sepultura a 221 soldados argentinos. El capitán de la nave había declarado que, de ser interceptado por navíos británicos en el límite de las 150 millas de exclusión que rodean el archipiélago, viraría de regreso a Buenos Aires tras oficiarse una misa en alta mar y arrojar una ofrenda floral a las aguas.

Era prácticamente segura la interceptación del buque por las fragatas de la Royal Navy destacadas en las Malvinas, ante el incumplimiento por parte de Destefanis de las dos condiciones británicas para autorizar el viaje: navío de matrícula neutral con pabellón de la Cruz Roja Internacional y ausencia de periodistas a bordo. La Cruz Roja se retiró de la mediación ante sus dudas razonables sobre los auténticos propósitos de esta singladura.

La Junta Militar de Buenos Aires da oficialmente por muertos a los desaparecidos en su declaración sobre la 'guerra sucia' (30-4-1983)

La Junta Militar argentina dio a conocer ayer lo que será su "última" declaración sobre los desaparecidos y la guerra sucia. Tras reconocer que, en un marco "casi apocalíptico" de la lucha contra la guerrilla, pudieron cometerse errores que quedan sujetos al juicio de Dios y a la comprensión de los hombres, dio por muertos a todos aquellos ciudadanos desaparecidos (incluidos los niños) que no estén exiliados o no figuren en las actuales listas de detenidos. El rechazo político y social ha sido unánime e indignado.

Fue a las diez de la noche del jueves (tres de la madrugada del viernes en Madrid), con las calles de Buenos Aires vacías, cuando los canales de la televisión comenzaron a emitir en cadena la "definitiva" acta institucional de la Junta Militar sobre la guerra antisubversiva y la suerte de los desaparecidos. Durante 45 minutos, una voz masculina leyó el documento militar sobre un vídeo-montaje con imágenes relativas al terrorismo urbano y la guerrilla en la provincia de Tucumán, fundidas con planos subliminales de trabajadores agrícolas e industriales trabajando bajo la paz de las armas.Como en una broma macabra o, cuando menos, en un alarde de imprevisión, el documento fue leído el mismo día en que las madres cumplían sus seis años de patética presencia en la plaza de Mayo. Acompañadas de algún sacerdote y algún fraile y de miembros de otras asociaciones humanitarias, marcharon a primera hora de la tarde portando grandes reproducciones fotográficas de sus parientes desaparecidos, hacia su cita de todos los jueves con la plaza.

Los aparatosos motoristas de la policía federal intentaron dificultar su marcha, y cuando fueron increpados de palabra y a paraguazos, recibieron orden por radio de retirarse. Posteriormente, en la plaza hizo acto de presencia, a pie y de paisano, el general Sassiain, jefe de la policía de Buenos Aires, quien tuvo que refugiarse en su auto, insultado y apedreado con la gravilla de los jardines. Bajo una lluvia inmisericorde que anegaba la ciudad, las madres permanecieron más de una hora ante la Casa Rosada reclamando a gritos a sus hijos.

La reacción más dura ha sido la de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos: "La Junta Militar", afirman sus responsables, "en un vano y soberbio intento de poner punto final al grave problema de la violación de los derechos humanos, ha producido un informe en el que desprecia la vida al no dar respuesta sobre el destino de miles de detenidos-desaparecidos entre los que se encuentran cientos de niños. La Junta Militar falta a la verdad porque pretende que en el país hubo una guerra sucia, mientras existen innumerables pruebas que nos permiten afirmar que el 82% de los desaparecidos fueron secuestrados de sus hogares, en la vía pública o en sus lugares de trabajo y ante testigos".

Dirigentes del Centro de Estudios Legales y Sociales imputan a la Junta "cobarde ocultamiento de sus crímenes" y "ausencia de hombría para afrontar la verdad". Las madres preguntan: "Secuestrar, ¿es un acto de servicio?; torturar, asesinar, mentir, ¿son actos de servicio?". Las abuelas de la plaza de Mayo sentencian: "Si se acogen al juicio de Dios es que están pensando en el infierno".

Con mayor moderación verbal, pero idéntica energía, destacados representantes del peronismo, radicales, intransigentes y desarrollistas rechazan el documento por insatisfactorio y reconocen todos que éste no puede ser el punto final del drama argentino, y que el juicio de Dios deberá ser completado, aquí en la Tierra, por el juicio de la justicia democrática argentina.

Los puntos del documento

Los puntos principales de la larga exculpación militar son los siguientes:

1. "Las Fuerzas Armadas asumen la cuota de responsabilidad histórica que les compete frente a la nación en el planeamiento y ejecución de las acciones".
2. "La República Argentina, a partir de mediados de la década del sesenta, comenzó a sufrir la agresión del terrorismo, que intentaba hacer efectivo un proyecto político destinado a subvertir los valores morales y éticos de la inmensa mayoría de los argentinos".
3. "La infiltración en el aparato del Estado abrió el camino para que a partir del 25 de mayo de 1973, con la asunción del Gobierno constitucional, los grupos terroristas abandonaran la clandestinidad e iniciaran el ataque al poder".
4. "Miembros activos de las organizaciones terroristas ocuparon posiciones relevantes en el Gabinete nacional y en los Gobiernos provinciales, en el Congreso y en el poder judicial. Ni las organizaciones religiosas estuvieron a cubierto de esta infiltración".
5. "El año 1976 marca la máxima escalada de la violencia. Los secuestros llegaron a 600 y los asesinatos a 646, con un promedio de dos víctimas diarias del terrorismo".
6. "Entre 1969 y 1979 se registraron 21.642 hechos terroristas. Esta cifra guarda relación con la magnitud de la estructura subversiva, que llegó a contar en su apogeo con 25.000 subversivos, de los cuales 15.000 fueron combatientes".
7. "En ese crucial momento histórico, las Fuerzas Armadas fueron convocadas por el Gobierno constitucional para enfrentar a la subversión por medio de un decreto que ordenaba 'ejecutar las operaciones militares necesarias para neutralizar y / o aniquilar a los elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán' y 'ejecutar las operaciones militares y de seguridad necesarias a efectos de aniquilar a los elementos subversivos en todo el territorio del país'".
8. "En este marco, casi apocalíptico, se cometieron errores que, como sucede en todo conflicto bélico, pudieron traspasar a veces los límites del respeto a los derechos humanos fundamentales y que quedan sujetos al juicio de Dios en cada conciencia y a la comprensión de los hombres".
9. "Debe quedar definitivamente claro que quienes figuran en nóminas de desaparecidos y que no se encuentran exiliados o en la clandestinidad, a los efectos jurídicos y administrativos, se consideran muertos, aun cuando no pueda precisarse hasta el momento la causa y oportunidad del eventual deceso ni la ubicación de sus sepulturas".

29/4/83

María Estela Martínez de Perón (29-4-1983)

María Estela Martínez de Perón -Isabelita para la masa peronista- regresará, presumibiemente antes de fin de año, a Argentina, después de ser recibida por el Papa. Jefa espiritual del justicialismo, es una de las claves de la transición democrática en este país. Su silencio desde su exilio madrileño es la cara de la esfinge que políticos, militares y sindicalistas tratan de desentrañar.

Juan, Domingo Perón, erguido, juvenil, luciendo aquella sonrisa gardeliana abarrotada de dientes, en uniforme del Ejército de Tierra, reina otra vez en las paredes de las calles de Buenos Aires. Millares de pasquines con su imagen nos recuerdan aquí nuevamente al macho, como se le llegó a tildar. A su izquierda, la imagen de Eva Duarte, y a su derecha, la de Isabelita. La socarronería porteña ya ha bautizado el horroroso cartel electoral: "Don Flor y sus dos mujeres", en un retruécano de la obra del brasileño Jorge Amado (Doña Flor y sus dos maridos) que se representa con éxito en la calle de Corrientes.Este país, tan aficionado al psicoanálisis, aún nos debe a todos un estudio, sin duda apasionante, sobre la ambivalente relación de Perón con las mujeres: "Siempre encumbrándolas y encumbrándose sobre ellas, dependiente y distante, a un tiempo Pigmalión y Galatea, siempre manipulador y siempre manipulado. En 78 años casó tres veces; la segunda, con un mito nacional -Evita-, fascinante producto del rencor social; la tercera y última, con la primera presidenta de una nación americana. Extraidas las dos de modestísimos escalones del elenco artístico argentino y zarandeadas ambas desde la moralina victoriana de las clases bien del gran Buenos Aires que se autocontempla satisfecho en los estrenos del teatro Colón, donde Nureyev, ahora mismo, recibe ovaciones más apasionadas y críticas más eruditas que en París.

Temor a la provocación

No se atrevió Perón a postular a Eva como vicepresidenta, ya en las postrimerías de la vida de ésta, por temor a que se considerara una provocación. A Isabelita la admitió en su fórmula presidencial con el cinismo del siguiente comentario: "O sea, que queréis que gobierne solo". Pero en el escepticismo de el macho, que sabía que regresaba a su país antes para morir que para dirigirlo, había también otras cosas. Primero, un punto de senilidad, que le hacía sensible al halago desmesurado y a lo que aquí se llamó la fórmula presidencial Perón-Perón (él y su mujer) y que le hacía tolerar sin sonrojo que a la pregunta de "¿Qué hora es?", el entonces presidente Cámpora le respondiera: "La que usted diga, mi general"; y en segundo lugar, muchos puntos de lucidez en quien sabía su sucesión imposible. Si hubiera aceptado a "fulano de tal" como vicepresidente en 1973, hoy "fulano de tal" estaría en ciernes de ser el próximo presidente constitucional argentino. Pero aceptando a su última mujer como vicepresidente, Perón dejó el camino abierto para que el justicialismo buscara libremente entre sus bases un nuevo jefe del movimiento.

Un sentimiento prepolítico

Sin embargo, como el peronismo es a la postre un sentimiento prepolítico teñido de emociones y de su estado deshuesado de ideología sistemática, Isabelita, bien en una cárcel militar, bien en su piso madrileño, bien en la casa marbellí del doctor Flórez Tascón, es una referencia inevitable de la política argentina. Puede que no sea tanto su poder como para señalar con el dedo al candidato peronista, pero con una sola palabra puede mandar a las tinieblas exteriores a cualquiera de los que se disputan la herencia de Perón.Desde que en 1956, siendo una humilde bailarina, conociera al general en la ciudad de Panamá, ha aprendido muchas cosas. Como ella acostumbraba a decir: "No me he pasado veinte años en Europa con Perón sólo visitando tiendas". Sus 633 días de presidenta argentina dieron de ella la imagen de una mujer elevada a responsabilidades por encima de sus méritos; pero la realidad es que Perán dejó al morir una situación de guerra civil que también a él, pese a su carisma, le hubiera pasado cruelmente por encima.

Isabelita, pese a sus carencias, no es una mujer desprovista precisamente de carácter, ambiciones y -a lo que se advierte- sentido de la prudencia y capacidad para enmendar los yerros. Ha sabido guardar silencio y lo está usando como un arma; se ha despegado de validos peligrosos como López Rega o de tonterías sociales como Pilar Franco; se ha cubierto durante años de una piedad religiosa (acaso sincera), y será recibida por el Papa antes de su regreso a la Argentina.

Con la terquedad de las mujeres pequeñas y de facciones engañosamente delicadas, ha tejido en los años de su desgracia lo que pocos grandes hombres han conseguido: una segunda oportunidad política. Esta mujer volverá a la República Argentina y, todavía, influirá en su incierto destino.

27/4/83

Alfonsín denuncia un pacto entre el sindicalismo peronista y sectores militares (27-4-1983)

Horas antes de abandonar Buenos Aires con destino a Madrid (donde participa en el Encuentro en la democracia sobre América Latina), Raúl Alfonsín, precandidato del partido radical a la presidencia de la nación, denunció el pacto secreto entre un sector de las fuerzas armadas y el sindicalismo peronista."Por lo que a mí me ha llegado", afirmó Alfonsín, "son acuerdos que se producen entre los generales Nicolaides, Nelson y Trimarco y algunos hombres del sindicalismo. Esto constituye un pacto que nada tiene que ver con la democracia que todos necesitamos". Fernando de la Rúa, el otro precandidato radical, reprobó también el pacto, criticando toda oligarquía, "uniformada o no".

Los dos candidatos radicales, duramente enfrentados, coinciden así en el rechazo de este matrimonio, que perpetuaría la influencia de la actual cúpula militar y de las 62 organizaciones peronistas lideradas por el metalúrgico Lorenzo de Miguel. Pese a los continuos desmentidos de los sindicalistas, pocos dudan aquí de esta pinza a punto de cerrarse entre los militares, que quieren seguir tutelando la democracia en ciernes, y los sindicatos peronistas, de feroz anticomunismo. La CGT Azopardo (la primera en colaborar con la Junta y ahora en un segundo plano ante los militares) ha amenazado con un paro de 48 horas si sigue el cuchicheo entre Lorenzo de Miguel y los uniformados.

El próximo jueves, la radio y la televisión conectarán en cadena, y una voz en off sobre imágenes del terrorismo dará a conocer el documento de la Junta Militar sobre su guerra antisubversiva.

Por otra parte, continúan los preparativos del Lago Lacar, que zarpará el sábado rumbo a las Malvinas con familiares de fallecidos argentinos. Y la flota de mar, con el portaviones 25 de mayo a la cabeza, ha abandonado el puerto de Belgrano y navega frente a la costa atlántica con rumbo sur; se ha retrasado el licenciamiento de una quinta y se ha adelantado el reclutamiento de otra, remitiéndose las tropas al sur patagónico. Aquí se estima que, al igual que Galtieri hace un año con las Malvinas, Pinochet (enfrentado con la Iglesia, con una multipartidaria activa, terrorismo urbano diario y amenazas de huelga general) necesita ahora una guerra por el canal de Beagle. Lo que faltaba.

25/4/83

Tibio pronunciamiento de la Iglesia católica argentina sobre los 'desaparecidos' (25-4-1983)

El episcopado argentino, ante la presión social, ha publicado una declaración urgiendo la reconciliación entre los argentinos, en la que se equipara las víctimas del terrorismo a las de la represión. La Junta Militar ha asegurado que antes de final de mes publicará su informe sobre desaparecidos y lucha antisubversiva.

Uno de los obispos que el sábado abandonaba la 46ª asamblea plenaria del episcopado argentino (reunidos durante una semana en las afueras de Buenos Aires) no pudo ser más explícito ante el acoso de los periodistas: "Señores, no nos podemos despeinar todos los días". Las presiones sobre estos doctos varones han sido múltiples, en un intento de forzarlos a definir la voz de la Iglesia católica sobre los graves problemas del país. Y han hecho lo que han podido con arreglo a los acreditados cánones de la diplomacia vaticana. Y los argentinos todavía no saben si deben estar contentos o indignados con sus pastores evangélicos ante el ratoncito alumbrado por este parto de los montes.

Reunido el pleno de los obispos para redactar un documento sobre moralidad, éste fue finalmente aprobado, pero no tendremos posibilidad de conocerlo antes de 30 días. Es lícita la suposición de que la Iglesia argentina no quiere pronunciarse sobre ninguna moralidad antes de conocer el documento de la Junta Militar sobre la guerra antisubversiva y los desaparecidos.

Pero bajo la presión de las organizaciones humanitarias y, al menos, la expectación de la opinión pública, se ha visto obligada a emitir una declaración. En 13 puntos que continuamente remiten a los misterios del Nuevo Testamento los obispos argentinos declaran que "...la reconciliación con Dios obtenida para los hombres por Jesucristo, debe ser asumida a través de la historia por cada uno de nosotros. Ello implica el reconocimiento de los propios yerros en toda su gravedad, la detractación de los mismos, el propósito firme de no cometerlos más, la reparación del mal causado y la adopción de una conducta totalmente nueva".

Apelando a los principios de la verdad, la justicia y el amor, continúan los obispos: "Sólo aceptando estos valores nuestro pueblo podrá encarar situaciones tan graves tomo el doloroso problema de losdesaparecidos y de las víctimas de la subversión, que también desgarra a, los hogares y afecta a la convivencia de los argentinos (...). No es el resarcimiento de las injusticias y de los sufrimientos mutuamente inferidos y provocados, sino solamente la voluntad de reconciliación y la común búsqueda de nuevos caminos para una amistosa convivencia, lo que debe construir y garantizar a las naciones un futuro mejor".

Se extienden después los obispos, con mayor amplitud, sobre la necesaria solidaridad con las víctimas de las inundaciones que sufre el noreste argentino, y hacen admoniciones a los políticos para que definan sus imprecisos programas (se interpreta que sobre temas como el divorcio, el aborto, la familia, etcétera); a los sindicatos, para que "no desvirtúen" el derecho de huelga; a los periodistas, para que favorezcan la comprensión entre los hombres, y a los actuales gobernantes, para que reduzcan los gastos de armamento, dada la "angustiosa situación económica".

Ni una palabra sobre la tortura

Ni una palabra sobre la tortura, sobre la corrupción o sobre las garantías de los elementales derechos del hombre. El dolor por losdesaparecidos se equipara con el dolor por las víctimas del terrorismo sin entrar en consideraciones sobre la violencia de Estado.

Las Madres de la Plaza de Mayo han insertado anuncios en los periódicos denunciando la hipocresía de la jerarquía argentina y su silencio durante la represión.

Observadores eciesiales estiman que en esta conferencia episcopal ha quedado en minoría el segmento más progresista de la Iglesia, aunque se admite que el margen de maniobra de los obispos es muy escaso y que por lo menos la Iglesia argentina ya ha desaconsejado tres borradores militares sobre desaparecidos por impresentables jurídica, moral y hasta lógicamente.

La Junta Militar ha prometido para antes de final de mes publicar su versión sobre este drama, cuyas líneas generales se conocen: represión legal encargada por el Gobierno peronista de María EstelaIsabelita Martínez de Perán, que los desaparecidos están muertos y que sólo la justicia militar podrá entender de este tema.

Multipartidaria del Cono Sur

Si así van a ser las cosas, si los obispos argentinos no se deciden a despeinarse ni los militares siquiera a confesar dónde están los cuerpos de los desaparecidos y cuál fue su última suerte (como paso previo a una amnistía para todos), pueden estar echándose las bases de la descomposición social argentina.
Por lo demás, el paisaje no es alentador: la tímida apertura informativa está descubriendo dramáticas estadísticas sobre mortalidad infantil por desnutrición en Tucumán, Buenos Aires, Chaco y Santiago del Estero, y semana a semana, implacablemente, el tarifazo (el reajuste de los precios de bienes y servicios) dinamiza el presupuesto de los argentinos, curados ya de tentaciones monetaristas y militaristas. 

Todo el armazón castrense en el Cono Sur parece desmoronarse a cámara lenta: la dictadura uruguaya ha tenido que autorizar una marcha obrera de protesta para el Primero de Mayo; el 11 del mismo mes los obreros del cobre chilenos intentarán arrastrar a una huelga general a otros sectores productivos; Raúl Alfonsín, presumible cabeza ganadora de la segunda fuerza política argentina, los radicales (faltan las elecciones internas de cada partido), ha propuesto en Santiago de Chile la creación de una multipartidaria de todo el Cono Sur con sede en Buenos Aires para coordinar el desmantelamiento de las dictaduras militares en este extremo del mundo.

22/4/83

El general Cristino Nicolaides asegura que el Ejército argentino no volverá a derrocar por las armas a un Gobierno constitucional (22-4-1983)

Primero fue el almirante Franco, jefe de la Armada; ahora acaba de hacerlo el teniente general Cristino Nicolaides, jefe de las tropas de Tierra. En la ciudad de Tandil, durante una gira de inspección, ha declarado enfáticamente que "el Ejército nunca jamás volverá a derrocar a un Gobierno constítucional". Sólo falta ya el representante del Aire en la Junta para completar este triunviro de desdén hacia la intervención militar en los asuntos civiles.Sin embargo, no es exactamente un convencimiento de las bondades de la democracia lo que subyace en estas declaraciones de los miembros de la Junta, sino el reflejo de las desgarraduras internas y la animadversión popular en que han caído los militares. Los mejores de entre ellos no quieren otra cosa que aislarse por unos años en los cuarteles para reconstruirse y restaurar su imagen.

Pero éste es también el temor de los líderes políticos: que ahora los militares se desembaracen de una situación social y económica caótica que han creado y no saben resolver, y vuelvan frescos por sus viejos fueros en cuanto la democracia parlamentaria comience a desgastarse. Lo que acaba de declarar pesinústa y cínicamente Jorge Luis Borges en Nueva York: "Ganarán los peronistas y habrá otro golpe militar".

De ahí que los partidos vayan sugiriendo la necesidad de reformas en la institución militar. Cambiar su enseñanza y sus costumbres para que nunca más el militar argentino crea, como hasta ahora, que el colofón de su carrera es la presidencia de la nación o, en su defecto, de una multinacional.

Raúl Alfonsín, líder radical y precandidato presidencial, ha solicitado cambios profundos en la organización de las Fuerzas Armadas y el abandono de la teoría de la frontera ideológica (que tan importante como la frontera geográfica es el frente interior), y el sector más moderado del peronismo ha pedido que se suprima el cargo de comandante en jefe y que el escalafón militar acabe en el jefe de Estado Mayor de cada arma.

Dado que para los militares argentinos la no ingerencia en el poder civil consiste fundamentalmente en que los civiles no se ocupen de los asuntos militares, la prueba de fuego de la cercana democracia argentina consistirá en ver si el futuro presidente se atreve o no a designar una nueva cúpula militar. Y la actual Junta pretende seguir dirigiendo el Ejército después de la entrega del poder.

La ley electoral

Nicolaides acaba de advertir a los políticos que "deben reflexionar bien" antes de propiciar reestructuraciones en las Fuerzas Armadas. Pero la mejor arma de la Junta es la ley electoral que está elaborando el ministro del Interior, general Reston, y la posibilidad de propiciar reformas constitucionales. El presidente Reynaldo Bignone insiste en que sólo a petición de los partidos se modificaría la Constitución y que la ley electoral se está consultando con las fuerzas políticas.Es verdad, pero los militares ya han sugerido los siguientes cambios: Ballotage (segunda vuelta en las elecciones) y elección directa del alcalde de Buenos Aires. No han necesitado más; la discordia devora a los líderes partidarios. El ballotage es una de las pocas esperanzas que tienen los radicales de triunfar sobre el peronismo, y la posibilidad para los restantes partidos (siempre a gran distancia de los dos grandes) de tener alguna influencia en el proceso electoral.

Los más prudentes, empero, estiman que una segunda vuelta de las elecciones partirá en dos al país entre peronistas y antiperonistas. El caso es que los militares mantienen un diálogo interesado con los partidos a base de amenazas que darán como primer resultado aún una mayor debilidad de la clase política argentina.

20/4/83

Largas colas en Buenos Aires para escuchar la música de Serrat (20-4-1983)

Bajo la lluvia del otoño porteño, cientos de bonaerenses rodean toda la manzana en la que se levanta el Gran Rex, de Corrientes, donde Joan Manuel Serrat cantará del 2 al 4 de junio, a beneficio de la Cruz Roja argentina, y bajo el patrocinio del Ministerio español de Cultura.Abiertas las taquillas el lunes (con cerca de dos meses de anticipación), los admiradores de Serrat comenzaron a hacer fila en la madrugada del domingo, provistos de termos de café y bocadillos. En la mañana tuvieron que acudir varios patrulleros de la Policía Federal ante el tumulto originado por el anuncio de que no estaban a la venta las primeras veinte filas de la platea, retiradas por Les Luthiers (empresarios del espectáculo) para atenciones a invitados.

El público entendió que se destinaban a la reventa. El aluvión de personas obligó a la elección de "delegados de fila", para evitar más incidentes.

En su gira rioplatense, Serrat debía también actuar en Montevideo. El coronel Washington Varela, jefe de la policía de la capital, ha prohibido al cantante español la entrada en Uruguay, "por su actividad política en ese concierto internacional que orquesta sistemática campaña de difamaciones sobre nuestro país y que integran todos aquellos que quisieran ver franjas rojas en nuestra bandera".

La Junta Militar y la Iglesia argentina evitan pronunciarse sobre los desaparecidos (20-4-1983)

Por razones de oportunidad ha sido postergada la publicación por parte de la Junta Militar argentina del informe sobre la guerra sucia y los desaparecidos, que se esperaba para esta misma semana. Los obispos argentinos, que comenzaron el lunes su plenario anual, también han descartado de su agenda el problema de la lucha antisubversiva y sus secuelas, y se han negado a recibir las 200.000 firmas que reclaman por los desaparecidos y que ya rehusó recibir el Gobierno. Nadie quiere ser el primero en pronunciarse sobre este problema.

La situación recuerda tanto al drama como al sainete. La Junta Militar se aprestaba a dar el más cuidadoso de sus pasos: la publicación esta misma semana de un "documento institucional" sobre la guerra antisubversiva, las hipotéticas responsabilidades por sus excesos y la suerte de los desaparecidos. El general Reston, ministro del Interior, había hecho pasar por su despacho a dirigentes políticos, sindicalistas, obispos católicos, pastores evangélicos, rabinos, para lograr que la exculpación de la Junta encontrara un consenso político-moral. Políticos y sindicalistas callaron; la Iglesia católica, aprovechando la Pascua, habló del olvido y en contra de actitudes revanchistas. Se sabía del disenso entre los militares sobre su propio documento, por cuanto muchos de ellos estimaban que una mera declaración de la Junta sobre este tema no cerraba judicialmente el asunto ante el próximo Gobierno constitucional.

Ejército-Iglesia

Todos, a la postre, miraban anhelantes hacia la 46ª asamblea episcopal argentina, reunida desde el pasado lunes bajo la presidencia del cardenal Juan Carlos Aramburu, y hacia su esperado documento pastoral sobre "moralidad". Pues bien: Monseñor Galán, secretario de la Conferencia, se ha apresurado a declarar a la Prensa que "ni de soslayo" van los obispos argentinos a ocuparse de la subversión y los desaparecidos. Aclaró que las firmas recabadas por las Madres de la Plaza de Mayo van dirigidas al Gobierno y no tiene por qué ser el episcopado depositario de ellas, y que el documento sobre moralidad no se hará público inmediatamente "por problemas de impresión". Rápida y oficiosamente, la Junta hizo saber que retrasaba la publicación de su propio documento, mientras aquí se estima con alarma que si, con 30.000 desaparecidos sobre el tablero, los obispos se encierran para discutir sobre moralidad y "ni de soslayo" se ocupan de este drama, es que se han reunido para hablar de fútbol.La realidad es que los obispostienen el camino muy difícil. Este es un país en el que penden de los retrovisores de los taxis rosarios enroscados en cintas blanco-celeste (la bandera argentina), donde el presidente no puede serlo constitucionalmente si no profesa la religión católica y donde por ley no escrita los judíos no pueden acceder a la carrera de las armas. Si durante la represión la Iglesia hubiera dicho "¡basta!", le hubiera sido muy arriesgado a los militares continuar su bárbara limpieza.

Pero si la Iglesia clama ahora por los desaparecidos pondría en evidencia las omisiones anteriores. Tender la manta del olvido como pide monseñor Gurracino, obispo de Avellaneda y presidente del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), no es posible. La amnistía podría acabar siendo deseable, pero ni un sector de los militares la propicia ni nadie prepara al país para este pacto de reconciliación nacional.

Los políticos, siempre en el tercer plano que aquí les corresponde (bien detrás del Ejército-sindicatos, bien detrás del Ejército-Iglesia, bien detrás, del Ejército-oligarquía), esperan a ver si tienen que levantar la voz o reclamar la paz del olvido en Cristo, a tenor de lo que digan los demás. Es la patata caliente que nadie quiere tener primero en las manos. La Iglesia católica no quiere formular una condena que dificultaría la entrega del poder por los militares; los partidos y los sindicatos no piensan ser más papistas que el Papa ni el más allá de la jerarquía en sus denuncias (hay que entender que están recibiendo el poder de los militares); y los uniformados no se entusiasman ante la perspectiva de que les reediten un Nuremberg por la única guerra que no han perdido.

17/4/83

Más de 10.000 personas se manifestaron en Buenos Aires por los desaparecidos (17-4-1983)

Un número de 10.000 personas para el ponderado Clarín, 2.500 para la policía y 15.000 para los organizadores se manifestaron el viernes ante la Casa Rosada de Buenos Aires en un intento infructuoso de hacer llegar al Gobierno pliegos con las firmas de más de 200.000 personas reclamando la suerte de los desaparecidos. La cabeza de los manifestantes (un premio Nobel de la Paz y dos obispos católicos) no fue recibida por ninguna autoridad ni en la sede del Gobierno.

Varias organizaciones humanitarias convocaron esta marcha en apoyo de las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo, que llevan meses pidiendo firmas por las calles de Buenos Aires. El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, los obispos católicos De Nevares y Novak junto a dirigentes de segunda fila de la mayoría de los partidos encabezaron la marcha.La inmensa avenida de Nueve de Julio (la arteria urbana más ancha del mundo) quedó cortada por un bosque de pancartas; la policía, a caballo y con carros de asalto, encauzaba la manifestación hacia la plaza de Mayo. Los eslóganes sincopados: "¡Se va a acabar, se va a acabar, esta costumbre de matar!" y "¡La plaza es de las Madres y no de los cobardes!", corearon la marcha. Cerca de la sede del Gobierno se arrojó sobre los manifestantes, desde un balcón, un paquete de octavillas: "Madres de terroristas, vayan a reunirse a la plaza Roja de Moscú". Un atronador "¡Hijos de puta!" llenó las calles embotelladas por la columna. La policía, impertérrita, fue tildada de asesina hasta la saciedad. En la Casa Rosada nadie accedió a recibir los dos carritos de supermercado con las carpetas de las firmas. Pérez Esquivel anuncié que se depositarían en la Conferencia Episcopal, entre gritos de: "¡A los curas no, que están pastando!".

La inminencia de la publicación por parte de la Junta Militar de su documento sobre los desapareci dos y las revelaciones hechas en Amsterdam por el ex policía Rodolfo Peregrino ponen un poco más de sal en esta herida. Peregrino, denunciado aquí por estafa y abandono del hogar, ha relatado con gran detalle el organigrama de la represión secreta de 1976. 

Lentamente van apareciendo algunos niños secuestrados y regalados por los militares a familias de orden. Se busca el paradero de otros presuntamente entregados a familias chilenas y uruguayas y se clama por el destino de los que hayan nacido en prisión, dadas las miles de embarazadas que fueron sacadas con vida de sus hogares. Hace pocos meses un matrimonio que compasivamente había adoptado a un niño entregado por los militares observé que el pequeño lloraba y tocaba la pantalla de televisión cada vez que aparecía determinada locutora. Llamaron a la emisora y los pusieron en contacto. Era la hermana de la madre desaparecida, que el muchacho había reconocido.

16/4/83

La rehabilitación política de la viuda de Perón puede presagiar su vuelta a Argentina (16-4-1983)

La Junta Militar argentina, en su lentísimo desenredar la madeja que ovilló hace siete años, ha rehabilitado políticamente a Isabel Perón y otros 24 justicialistas, seis de los cuales hace ya años que gozan de mejor vida. Comienzan así a desmontarse las llamadas actas de responsabilidad institucional, por las que en 1976 se privó de derechos políticos y sindicales a 42 dirigentes peronistas.

No obstante, sobre la viuda de Perón pesa una sentencia judicial firme que la inhabilita políticamente de por vida, aunque nadie duda que el probable próximo gobierno peronista restablecerá inmediatamente a la señora en todos sus derechos. Entre los beneficiados por la decisión de la Junta figura Lorenzo de Miguel, poderosísimo líder sindical, y entre los que continúan proscritos aparece el ex ministro de Bienestar Social e inspirador de la Triple A, José López Rega.La generosidad de la Junta no pasa de ser simbólica (De Miguel no ha dejado de hacer política y sindicalismo pese a la proscripción), pero ha servido para avivar la continua especulación" sobre la jefa espiritual del peronismo. Podrá resultar sorprendente para un europeo, pero aquí, para presumir políticamente, hay que dejar entender que se ha viajado en secreto a Madrid y se ha conversado con la señora.

Un ex gobernador justicialista asegura que Isabel tiene en su poder un testamento político de Perón en el que indicaría al más idóneo para sucederle al frente del movimiento. Otros recuerdan que Perón, desde el balcón de la Casa Rosada, presintiendo su muerte, dijo que su sucesor sería el pueblo, y que, en consecuencia, ahora son las bases peronistas quienes tienen que elegir al nuevo líder.

Para unos, Isabelita debe quedarse en Madrid o instalarse en Uruguay y ejercer un magisterio político a distancia; para otros, es inminente su regreso a la Argentina para dirigir el justicialismo y elegir el candidato presidencial. El caso es que los peronistas, como antaño, viven con la mirada puesta en Madrid, y que es un serio error desdeñar a esta dama por mucho desprecio intelectual que provoque el recuerdo de su actuación como presidenta.

La masa peronista la respeta, y en un movimiento de las características pasionales y mitológicas del justicialismo, la viuda de Perón tiene una considerable influencia. Y hasta sus más firmes detractores reconocen que los militares la han purificado con cinco años de prisión.

Cuando aquí se estaban haciendo los grandes negocios del monetarismo, recuerdan los argentinos, esta señora estaba presa, aunque fuera en una cárcel de privilegio. Los que se desesperan ante la nueva inundación electoral peronista, llueven las afiliaciones, me comentan: "Hasta eso han hecho mal los militares; menos mal que no detuvieron a López Rega. Si lo llegan a meter en la cárcel, ahora estaría recibiendo aplausos por la calle de Florida".

Por lo demás, continúa la bronca interna militar. Ha comenzado el juicio a puerta cerrada contra el contralmirante Zaratiegui, ex comandante del área naval austral durante la guerra, por presunto delito de rebeldía. En septiembre del año pasado publicó una catilinaria contra el jefe de la Armada, comandante Anaya, denunciando la incompetencia de la dirección de la guerra naval. Afronta al menos dos años de prisión, y un nutrido grupo de marinos le ha ovacionado al llegar a la sede del tribunal militar.

14/4/83

La agonía del régimen militar de Argentina acentúa las rencillas en las fuerzas armadas (14-4-1983)

El enfrentamiento y hasta la enemistad entre las diferentes armas es ya una vieja tradición militar en las fuerzas armadas de cualquier país. No lo es menos entre los militares argentinos, que, nunca mejor dicho, hacen la guerra por su cuenta, entre sí o contra el Gobierno que preside uno de los suyos. Así, en las recientes celebraciones por la guerra de las Malvinas, el Ejército de Tierra se cubrió de medallas (la más alta condecoración militar fue concedida a un soldado que de recluta era analfabeto total; el Ejército no le enseñó a leer ni a escribir) y la Aviación, en un gesto de orgullo y desdén, sólo repartió medallas entre los muertos y los heridos.

La táctica de los mejores periodistas para levantar el techo informativo es muy simple: basta con erigirse en mero portavoz de una de las armas, Tierra por ejemplo; pronto la Aviación le filtrará informes para contrarrestar aquella influencia; y la Armada acabará llegando a la mesa del redactor para dar su versión. Así, no basta en Buenos Aires interpretar al Gobierno, ni siquiera interpretar a la Junta Militar, sino que hay que desentrañar los pronunciamientos de cada arma.Por lo pronto, la Aviación está pidiendo explicaciones al presidente del Banco Central sobre la renegociación de la gigantesca deuda externa, y ha advertido que no tolerará el desbloqueo de los capitales británicos en el país. Tras una reunión con sus mandos, el brigadier general Augusto Hughes emitió un comunicado oficioso en el que los aviadores aseguran que no han comprado material desde el final de la guerra. Es un secreto a voces que Buenos Aires se ha convertido en capital mundial del mercado de armamentos ante la necesidad del Ejército argentino de reponer el material perdido y la urgencia de hacerlo antes de las elecciones. Y, curiosamente, el comunicado del general Hughes puntualiza que la Aviación prácticamente no tiene deuda externa: sólo un 0,5% del total del país.

Por lo demás, los aviadores se congratulan de "la prudencia y consideración con que los sectores políticos y gremiales encaran el difícil momento por el que atraviesa el país", y elogian "la forma en que presentan sus problemas, evitando crear situaciones que lleven al caos, la incertidumbre o las tormentas ingobernables". No hace una semana que el jefe de la Armada, almirante Rubén Oscar Franco, tildó de irresponsables a los dirigentes sindicales. La Aviación argentina es el arma menos comprometida con la represión.

El almirante Franco ha vuelto a insistir, al término de una visita oficial a Perú, en que su arma no volverá jamás a interferir un proceso democrático (las revistas de humor, que son las únicas que hacen crítica política, han soltado el trapo de la risa), y ha venido a con firmar que en breve se levantará la proscripción política sobre la señora, la viuda de Perón. Confirmó también la inminencia del documento de la Junta sobre los desaparecidos y la guerra sucia contra la subversión. El general Llamil Reston, ministro del Interior, se está entrevistando con jerarquías católicas, pastores evangélicos, políticos y sindicalistas para explicarles la "filosofía de las desapariciones": que el Gobierno constitucional de Isabelita Perón ordenó a las Fuerzas Armadas la erradicación del terrorismo y la insurgencia armada, que todos los implicados en la represión cumplieron órdenes jerárquicas y que los desa parecidos están muertos. En suma: "la paz reina en Varsovia". Pero la realidad es que aquí puede arder Troya. Hasta los comedidí simos precandidatos presidencia les de los 362 partidos inscritos han reconocido en una reciente encuesta que hay que superar cualquier tentación de revanchi mo, pero que la justicia tendrá que pormenorizar cada caso y repartir responsabilidades. Éste es el cabo de Hornos que se está a punto de doblar en la política argentina.

13/4/83

El ex presidente argentino Galtieri, sancionado con 60 horas de arresto (13-4-1983)

El teniente general (retirado) Leopoldo Fortunato Galtieri, presidente argentino durante la guerra de las Malvinas, ha sido arrestado por sesenta días en el Campo de Mayo, en la periferia del gran Buenos Aires. La sanción fue impuesta por el teniente general Nicolaides, jefe del Ejército de Tierra, a cuenta de sus declaraciones sobre las responsabilidades de la guerra publicadas por el diario Clarín.Para encontrar otra sanción de este porte hay que retrotraerse al arresto del ex presidente y teniente general Onganía, en 1976, por rebelarse contra la dictadura, militar de Videla, que entonces se implantaba. Galtieri puede comparecer ante una corte marcial si lo decide el tribunal de honor que examina sus declaraciones.

Galtieri fue sorprendido en su cordialidad etílíca por un períodista que conversó largamente con él para la redacción de un libro y bajo condición de no publicar sus palabras durante un tiempo prudencial. Atribuyéndose a Galtieri la autoría de un folleto anónimo sobre la guerra, el periodista dio por roto el pacto y publicó parte de sus conversaciones con el ex presidente en el aniversario de la ocupación de las islas.

Galtieri reprochaba abiertamente al general Meriéndez (gobernador militar de Malvinas) no haberse mostrado más aguerrido, y formuló críticas más humildes a sus compañeros de armas por la escasa preparación de la tropa, y a la Aviación, por las deficiencias de su despliegue táctico. En su dispersión de responsabilidades llegó a culpar a la población (por su entusiasmo desbordado) de la prolongación de la guerra.

Teóricamente, Galtieri es arrestado por hacer declaraciones sin autorización del mando, pero eso está aquí a la orden del día. Sin autorización se exculpó públicamente el general Menéndez y sin autorización el general Camps (jefe de la policía de Buenos Aires durante lo más cruel de la represión) ha publicado un yo acuso contra los desaparecidos tenido por muchos como apología del crimen.


Por una parte, Galtieri es un buen chivo expiatorio para un Ejército al que se le están exigiendo a gritos responsabilidades por sus desmanes y su incompetencia; por otra parte, Nicolaides (que debe su prestigio y autoridad a no haberse corrompido económicamente) quiere acallar la querella militar por la guerra perdida.

11/4/83

La deuda externa de los países en desarrollo, 630.000 millones de dólares (11-4-1983)

Con la aprobación de un documento político (la Plataforma de Buenos Aires) y un paquete de posturas comunes a presentar a las grandes potencias, concluyó el sábado en Buenos Aires la quinta reunión ministerial del grupo de los 77. Tras deliberaciones que han durado quince días, los ministros de Asuntos Exteriores de los 125 países miembros de este club de pobres han logrado al menos una interpretación común de la crisis económica internacional, que servirá de punto de partida para la próxima reunión de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo) a celebrar en Yugoslavia.El texto aprobado revela que las pérdidas netas en divisas que sufrieron los países en desarrollo desde 1980 se estiman aproximadamente en 200.000 millones de dólares, en razón de la brusca caída de los precios de los productos básicos y el creciente proteccionismo de los países desarrollados.

Se estima -subraya la plataforma- que las deudas externas de los países en desarrollo han llegado al nivel abrumador de 630.000 millones de dólares estadounidenses para finales de 1982, con una carga de servicios anuales de deuda de 130.000 millones en la misma moneda.

En el programa de medidas inmediatas propugnado por los 77 se incluye la adopción de medidas urgentes respecto al área de productos básicos (creación de un fondo común, fortalecimiento de los mercados de esos productos, elaboración, comercialización y transporte de los mismos), comercio (proteccionismo, sistema generalizado de preferencias), dinero y finanzas (asistencia oficial para el desarrollo, reforma monetaria multilateral e internacional y aspectos de la deuda externa).

Finalmente, los ministros y jefes de delegación presentes emitieron un documento donde destacan que la cooperación económica entre países en desarrollo es un elemento esencial para establecer el nuevo orden económico internacional, y que debe ser promovida por los propios países en desarrollo. Para los 77, la cooperación Sur-Sur es un medio de reforzar la autoconfianza colectiva del mundo en desarrollo sobre la base del interés mutuo, ratificando así lo asumido en la declaración de Caracas del grupo de 1981. La cooperación, se señala, debería darse en casos de coerción económica, incluido el recurso de las amenazas o sanciones comerciales aplicadas contra ellos por los países desarrollados. En cuanto al endeudamiento externo de los países pobres, se ha descartado en esta conferencia la viabilidad de un club de deudores. Sin embargo, se ha sefialado la imperiosa necesidad de que deudores y acreedores concierten soluciones globales por zonas geoeconómicas, sin que ello implique negociar colectivamente. Pero aunque el club de deudores se haya visto impracticable, los ministros del grupo de los 77 han venido a recordar uno a uno la obvia filosofía de Keynes: "Si debo una libra, tengo un problema; si debo mil libras, el problema lo tiene mi acreedor".

10/4/83

El Gobierno argentino pide una tregua las centrales obreras (10-4-1983)

Tras las movilizaciones sindicales de la semana de Pascua, el Gobierno argentino pidió formalmente una tregua social a las dos centrales obreras para poder llegar, mal que bien, a las elecciones de octubre. Tras el anuncio de que el coste de la vida ha crecido en marzo un 10,5% respecto al mes anterior (44,7% en los tres primeros meses del año), la hipotética tregua empieza a desmenuzarse.La CGT-República Argentina (no colaboracionista con la Junta Militar, propiciadora de la marcha del pasado día 30) ha decidido la aplicación de un nuevo plan de movilizaciones a partir del día 1 de mayo. La CGT de la calle de Azopardo (que se inclina por el pactismo con la Junta) se ha encontrado con que parte de sus bases -los gremios mecánicos- han pedido que se finalicen los contactos con los ministros de Economía y Trabajo, se negocie directamente con el presidente Bignone y se convoque una huelga general de 48 horas si no se atienden las reivindicaciones salariales.

El sindicalismo argentino parece fuertemente influido por caracteres mafiosos de la Italia meridional basados en la experiencia sindical estadounidense. Tienden así a convertirse en grupos de presión económica y política con la satisfacción de sus afiliados. Lorenzo de Miguel (legendario metalúrgico en la línea de la CGT-República Argentina) no ha dejado de ser adorado por sus bases, pese a la imputación militar de ser propietario de numerosos pisos en el Gran Buenos Aires y en lujosas localidades residedeiales del país.

De Miguel está llevando a juicio a los periodistas que le relacionan con el diálogo militar-sindical, pero Jorge Bríaca (líder de la CGT-Azopardo) ha puesto brutalmente las cosas en su sitio: "A los bebés no los trae la cigüeña ni nacen en un repollo. Decir que núnca se habló con las fuerzas armadas es faltar a la verdad".

Las dos fuerzas de siempre

Cerrado el período de presentación de afiliaciones por los partidos se ha vuelto a comprobar que sólo cuentan dos fuerzas en Argentina: el peronismo, otra vez mayoritario, y el radicalismo, que nada tiene que ver con el radicalismo europeo y que es la esperanza de profesionales, ilustrados, clases medias sobrevivientes a la inflación, regeneracionistas moderados: el PSP de Tierno Galván sin socialismo ni marxismo.Y unos y otros en una feroz greña intestina para la designación de candidaturas y líneas políticas. Los radicales se desesperan: "Para qué hacer elecciones si el aluvión zoológico va a volver a ganar" (por los peronistas). Y éstos por las calles cantan al son de bombos y panderos el "¡Volveremos, volveremos!". Es el drama de la pequeña burguesía, un poco ilustrada y un poco progresista, que se ha pasado la vida pergeñando fórmulas milagrosas para que se celebren elecciones libres, pero con los suficientes trucos como para que no gane la mayoría peronista.

Fuentes del Gobierno han dejado filtrar la casi seguridad de que la ley electoral adoptará el sistema proporcional. Con sólo un 3% de los votos un partido podrá tener escaños en el Parlamento. Así se evitará que la Cámara se bipolarice entre peronistas y radicales y que al menos un 25% del electorado se quede sin representación.

7/4/83

Sánchez Albornoz (7-4-1983)

Claudio Sánchez Albornoz nació en Madrid en 1893. Doctor en Filosofía y Letras por la universidad Complutense, ganó, cuando contaba 25 años, la cátedra de Historia de España de la universidad de Barcelona. En 1932 fue nombrado rector de la universidad Central (Madrid) y un año más tarde formó parte del Gabinete de Martínez Barrios como ministro de Asuntos Exteriores. Hoy cumple 90 años. Ayer recibió la felicitación de los Reyes de España.

-¿Cómo dice que se llama el director de EL PAIS?-Juan Luis Cebrián.

-Ese hombre no me quiere nada.

-¡Por Dios, don Claudio...

Se conserva igual que hace siete años cuando le mostraba la redacción de EL PAIS en su primer y único viaje al Madrid posfranquista; entonces, del brazo de su hijo Nicolás, piropeaba a una jefa de sección y ya tenía la coquetería de los achaques de su edad. Está sentado en su sillón, en el departamentito de la calle Anchorena donde ya no caben los libros, junto al teléfono que atiende personalmente como para no desperdiciar la menor posibilidad de comunicación, cualquier fugaz fragmento de vida. El blanquecino bigote de morsa, los ojillos pitarrosos, como dos rayitas entrecerradas tras sus gafas de carey, la piel fina y sonrosada de un bebé, pulcrísimo, con la cabeza todavía clara, se queja de sus años -"es que estoy muy viejo"-, presume de malhablado -dice "carajo" y "puñeterías"- y pide disculpas por ello a las señoras presentes.

-Ya no sé si viviré un año más...

-Don Claudio, que Andrés Segovia es mayor que usted y tiene un hijo de doce años.

-Pero, ¿será suyo?

-¡Don Claudio, por el amor de Dios!

Hoy cumple noventa años y Luis Yáñez, presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana, llega a Buenos Aires expresamente para saludarle y honrarle. Mañana en la embajada española le impondrá la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, nuestra máxima condecoración civil. De Madrid y Avila han llegado sus dos hijas; de Nueva York, su hijo Nicolás, profesor de Historia, ex forzado de la construcción del Valle de los Caídos, de donde escapó en el coche de Norman Mailer, conducido por la hispanista Bárbara Probost Solomon.

Pese a su conservadurismo, reconoce que "si no es por los socialistas, no me hacen ni caso. Estos hombres parecen sensatos y prudentes y, desde luego, agradezco las atenciones que tienen conmigo". Está esperando un telegrama del Rey y, pegado a su teléfono, algo del reconocimiento y el afecto, que España le ha hurtado durante cuarenta años. Desde la serenidad de sus años se le advierte dolorido:

-Me dejan de lado para darle el "Cervantes" al uruguayo Onetti, y me quitan el "Cajal" por culpa de Laín. En España ya me habrían jubilado hace media vida, pero aquí con noventa años la universidad de Buenos Aires me renueva cada año mi contrato como profesor en activo".

Está justamente agradecido a la Argentina y receloso de los peronistas, aunque siempre ha permanecido apartado de la política del país. "La primera vez que vine a la Argentina fue en el 33 -¡hace cincuenta años!-; vine como rector de la Universidad de Madrid, y aquí me enteré que me habían nombrado ministro de Estado. Me recibieron con los brazos abiertos, y en el 40, cuando tuve que escapar de Francia ante la ocupación alemana, me vine desde Casablanca en un velero de carga que no tenía camarotes".

Encerrado en la catedral

Su memoria es admirable, ha utilizado su cerebro y lo conserva; nos comenta su viaje de novios con su primera mujer (la madre de sus tres hijos), trabajando en la ruta de Santiago y cómo una noche le dejaron encerrado en una catedral mientras la novia se desesperaba por la tardariza en el hotel ("ahora viene el arzobispo de Santiago y se lo voy a contar"). Su segunda esposa, argentina, psiquiatrizada, se separó de él y vive en un manicomio. La discípula que le visita trae abrumadores rimeros de galeradas que "el doctor" (la reverencia críolla por los títulos) corregirá. Don Claudio dirige la publicación anual de un voluminoso tomo de estudios históricos. Este hombre ha creado dos escuelas de medievalistas, en España y Argentina, y aquí universitariamente y para meditación nuestra, se le venera. Con Meriéndez Pelayo y Menéndez Pidal forma el tríptico de los grandes historiadores españoles contemporáneos.Católico, liberal, demócrata y republicano ha pagado el precio de su coherencia. Morirá en Buenos Aires. Hasta sus hijos, que le han suplicado el regreso, lo admiten así. Vive solo, atendido por una mucama (sirvienta) y con los cuidados filiales ("es como otra hija más") de la historiadora Hilda Grassotti. Me comentaba una azafata española que le visitó recientemente la preocupación de don Claudio por saber si Iberia se haría cargo del traslado de su cadáver hasta España.

-Ahora sólo escribo algo de tarde en tarde para la Agencia Efe. EL PAIS me publicó un artículo y luego mandé otros por medio de Soledad Ortega y no los publicaron.

-Peor para nosotros.

-"Me da en la nariz, que huele a barraganía..." ¿De quien son estos versos, que ya no recuerdo?

-No lo sé, don Claudio.

-¿Cómo me dijo que se llama el director de EL PAIS?

-Juan Luis Cebrián.

-Ese hombre no me quiere.


-¡Don Claudio, por favor ...!

5/4/83

Día festivo en Argentina para conmemorar la guerra de las Malvinas (5-4-1983)



La celebración oficial de la ocupación de las Malvinas no ha deparado nada mejor que un nuevo día festivo (en los últimos diez días los argentinos han trabajado dos) y actos castrenses presididos por la Junta Militar pero llevados a cabo en el interior de los cuarteles.Mientras tanto, las dos orillas del Plata son escenario de dolorosas peregrinaciones. Familiares de soldados británicos muertos en la guerra arriban a Montevideo desde donde partirán hacia los cementerios de las islas; otro tanto harán padres y madres argentinos, a partir del día 16, en un buque con pabellón de la Cruz Roja. Una singladura de siete días al frío Antártico para pasar breves horas en Puerto Darwin y poner unas flores en el lodo helado que cubre a sus hijos.

Pasada la Pascua resucitan los rumores sobre una sustitución de los ministros de Economía y Trabajo, que han estado dando la cara ante el descontento social. Pero no parece inminente que la Junta reorganice el Gobierno en plena conferencia del grupo de los 77 (hoy empiezan a llegar a Buenos Aires muchos cancilleres de los 125 países miembros) y en vísperas de la publicación por la Casa Rosada de un documento sobre la guerra sucia y los desaparecidos.

Sobre este (trama La voz del mundo (izquierda peronista) publicó ayer la lista de periodistas desaparecidos desde 1976: 80, a los que hay que sumar otros nueve que están localizados en diferentes cárceles del país. Entre los desaparecidos figura Luis Radolfo Guagnini (secuestrado en diciembre de 1977), corresponsal de Inter Press Service, Latin America Political Report, y EL PAIS.

El capitán de corbeta Astiz (que rindió las Georgias del Sur a Gran Bretaña, reclamado por los Gobiernos de Francia y Suecia como presunto autor de la muerte por torturas de tres súbditas de estos países) intentó establecerse en Suráfrica; ni en este país ha logrado un permiso de residencia y ha regresado importando un costoso BMW a su destino en la base naval de Trelew, en el sur patagónico.
Tras la apertura de una línea aérea semanal Buenos Aires-Moscú, la Unión Soviética ha ofrecido a este país financiación y tecnología para ampliar el puerto de Bahía Blanca y convertirlo en el primero del subcontinente para el tráfico de grano.

4/4/83

Llamamiento de altas jerarquías de la Iglesia argentina a la reconciliación social del país (4-4-1983)



La semana de Pascua ha dado pie a la Iglesia católica argentina para hacer sutiles pronunciamientos sobre la situación política del país. El arzobispo de Córdoba pidió una "reconciliación social", y el presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana se mostraba partidario de una ley de olvido sobre los desaparecidos. El arzobispo de Córdoba, cardenal Primatesta, afirmó textualmente: "Hemos pecado no sólo en la injusticia social, sino de todas las formas, pero se ha avanzado bastante en el camino de la reconciliación en el país". También el arzobispo de Buenos Aires y presidente del Episcopado argentino, cardenal Aramburu, pronunció una homilía monocorde que estuvo centrada también en el mismo punto de la reconciliación nacional.

Un paso más allá ha dado el cardenal Quarracino, presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, quien ha señalado el camino que desean los militares y -todo hay que decirlo- la mayoría de la sociedad argentina: "La única solución para al problema de los desaparecidos en la Argentina", declaró, "es promulgar una ley de olvido, porque agotar el tema por vía judicial llevaría a un envenenamiento de las relaciones humanas en el país".

El prelado aduce que si se desea una justicia pormenorizada y a ultranza habría que empezar a exigir responsabilidades desde al menos 1930, cuando las Fuerzas Armadas empezaron a interrumpir la normalidad constitución . En suma, ya ni siquiera una amnistía, sino una ley de olvido y la mutación de los desaparecidos en olvidados. Justo lo que quiere la Junta Militar.

Documento de la Junta

La Iglesia prepara así el terreno para la inminente publicación por parte de la Junta de un documento sobre desaparecidos y lucha antisubversiva, que definiría como acto de servicio cualquier acción militar en los últimos siete años, y de la exclusiva incumbencia de la justicia militar. Se establecería legalmente que los desaparecidos que no figuren en las listas de exiliados o de detenidos están muertos.

Se descarta la autoamnistía, y de la mano de la Iglesia, y con el asentimiento de los partidos, se busca el pacto social para el olvido. Los familiares de los desaparecidos ya han anunciado que no aceptarán esa solución jamás y que lucharán hasta que sean castigados los responsables de la desaparición de sus deudos.

Insultos a los militares

El sábado, los chicos de la guerra efectuaron ante la impotencia moral de la policía su prohibida manifestación contra la Junta Militar. Ante la Torre de los Ingleses (un regalo monumental del Reino Unido a este pueblo) gritaron entre otras cosas: "iGaltieri, borracho, mataste a los muchachos!", "¡Oeá, oeá, los milicos argentinos no sirven pa gobernar, no sirven pa hacer la guerra, no sirven para una mierda!", y el estribillo de todas las esquinas de Buenos Aires: "¡Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar!".

Los militares, con ley de olvido o sin ella, se están despidiendo entre una atronadora bronca militar de insultos y epítetos inédita en la historia de la descomposición de las dictaduras militares. Es una lástima que la medrosidad y debilidad de los políticos no les permita recoger y encauzar la explosión de conciencia civil que recorre Argentina.