Las dos CGT argentinas, próximas a su
reunificación, han convocado separadamente una huelga general de 24 horas para
el próximo lunes, 27 días antes de las elecciones que teóricamente restituirán
la democracia al país; el ministro de Defensa ha sido sustituído por el
intendente de fronteras; los jueces comienzan a negarse a aplicar la ley
militar de autoamnistía; el Gobierno ha promulgado una nueva ley antisubversiva
que otorga facultades omnímodas a las fuerzas de seguridad; en Fátima, al
noroeste de Buenos Aires, se ha descubierto otro cementerio clandestino con
cadáveres dinamitados en 1976.
Los
enfrentamientos físicos entre sectores radicales y peronistas distinguen ya la
campaña electoral, y la deuda externa ha dejado de ser renegociada atendiendo
reclamaciones judiciales que la tienen por una traición a la patria. La
hiperinflación de este segundo semestre se estima en un 600%, y ni siquiera la
naturaleza se muestra clemente: dos días consecutivos de sudestada han
desbordado el Plata al este y oeste de Buenos Aires, y la flota de río prosigue
la evacuación de cientos de personas.La huelga general no era deseada por la
dirección sindical, que no ha hecho otra cosa que cabalgar la ola de protesta
social. El pasado lunes, por primera vez en siete años, dirigentes sindicales
con corbata accedían a la Casa Rosada para entrevistarse con el presidente
Bignone y encontrar una solución. El presidente, firme en su política de no
adoptar decisiones económicas, desoyó las peticiones, sellando así la huelga
federal del día 3.
Por
paradójico que parezca, la huelga general pondrá orden en el caos laboral en el
que vive la nación (en el disciplinado mundo sindical argentino los gremios
estaban haciendo desde hace semanas la guerra por su cuenta), pero no resolverá
la situación angustiosa de quienes padecen la hiperinflación: una masa obrera
que aterra a los sociólogos, en el entendimiento de que bajo tales condiciones
económicas derivará indefectiblemente hacia el marxismo o el fascismo.
La rebelión de los jueces
El desorden
social (por más que en este caso se ajuste a justicia) continúa con la decisión
de dos jueces de instrucción de declarar "inválida e insanablemente
nula" la amnistía recientemente decretada por el Gobierno. Ambas fuentes
investigan a instancia de parte el paradero de dos desaparecidos secuestrados
por personal de una fuerza armada. El artículo 8 de la ley de Amnistía obliga a
los jueces de instrucción a elevar las causas comprendidas en la ley y a
suspender sus investigaciones. Pero los magistrados Ledesma y Edwin han
estimado que la atrocidad e inhumanidad de los delitos que se pretenden
amnistiar anulan por su carácter la posibilidad del autoperdón. Cabe esperar la
paralización de los efectos de la ley de Amnistía, por cuanto los jueces
argentinos designados libremente por elproceso militar aspiran a
alcanzar alguna notoriedad democrática que les permita ser confirmados en sus
destinos por el futuro Congreso de la nación.Otra ley que ha merecido unánime
repudio es la de defensa de la democracia, dictada el martes
por el Gobierno. Por ella la policía federal queda facultada para registrar
domicilios, interceptar el correo y proceder a escuchas telefónicas durante 48
horas antes de informar a un juez. La detención preventiva se extiende a 15
días, y la incomunicación de los presos, a diez días, aunque ya con
conocimiento de un juzgado. Los sumarios no podrán prolongarse más de 60 días.
Esta es otra de las leyes que serán derogadas por el futuro Congreso democrático.
El juicio más suave lo ha emitido un dirigente radical: "Sancionar una ley
de este tipo a estas alturas es un sarcasmo, es tomarle el pelo al país".
La
sustitución del ministro de Defensa, Martínez Vivot, por el intendente de
seguridad de fronteras, carece de mayor importancia, dado el deseo del ex
ministro de ocupar una magistratura en la Corte suprema. El ministro de Defensa
(civil) no tiene otras atribuciones que las administrativas.
Y mientras
se sigue pidiendo la aparición con vida de Rubén Álvarez, candidato a diputado
provincial de Salta por el Partido Intransigente, desaparecido hace nueve días,
han comenzado los trabajos de exhumación de más de 30 cadáveres NN (ningún
nombre) encontrados en la ciudad de Fátima. Los restos corresponden a los fusilados
en la ciudad el 20 de agosto de 1976; los cuerpos fueron dinamitados antes de
su secreto enterramiento.