30/12/06

Sadam Husein, en el cabo de su cuerda (30-12-2006)

El tirano iraquí fue en sí mismo un arma de destrucción masiva. Lo demostró con creces con los kurdos, chiíes, kuwaitíes, y sobre todo en su bárbara guerra innecesaria contra Irán donde empezó a emplear gases que le servían las empresas alemanas que tuvieron también como cliente a Heinrich Himmler para sus campos de Auschwitz-Birkenau. Es la única explicación que se nos puede ocurrir para la tan famosa foto de las Azores. Aquello que repetía Aznar que el mundo era mejor sin Sadam Husein. Es un esfuerzo de comprensión porque el autoengaño de las armas de destrucción masiva iraquíes continúa penalizando la guerra inacabada.

Destacados asesores de la Seguridad del presidente Bush se retiraron de su Administración y escribieron libros mostrando su estupefacción ante un furor colectivo, una alucinación, que llevó a todos a creer que tales armas realmente existían; hasta los inspectores de las Naciones Unidas no tuvieron claro si aquellos artilugios existieron. Acaso lo que fue más incomprensible fue la actitud de Sadam jugando al ratón y al gato con EEUU y sus aliados cuando podía haber dejado inspeccionar libremente su territorio antes que le llegara el ultimátum de Washington para que abandonara el país junto a sus dos sanguinarios cachorros, luego muertos en combate. El Irak de Sadam era un Estado-gamberro, por supuesto y nadie lo duda, pero no estaba exactamente en el Eje del Mal y fue Sadam quien hubiera ahorcado a Bin Laden si éste antes no lo hiciera con él. Recuerden las excelentes relaciones entre el Partido Socialista Español y el Baaz iraquí. Bagdad fue en tiempos recientes y ominosos un aliado circunstancial de Occidente, cuyo laicismo compensaba su antisemitismo.

En los juicios de Nüremberg se ahorcó y se dispersaron en absoluto secreto las cenizas de los jerarcas nazis, pero aquello no evitó que con el tiempo resurgieran los grupos neonazis en Alemania y en otros países europeos. La cuerda de Sadam es su peana sobre la que se erigirá un policía político de mala muerte que no alcanzó otra formación que la de Stalin cuyas biografías en lenguas que desconocía coleccionaba compulsivamente. Fue un zote en la política, en lo militar y en lo diplomático; un sátrapa de tercera porque no hay cuarta. Antes de penderlo habría que acabar con todos los juicios que tiene pendientes, aunque a nadie se le ahorca más de una vez. Es un hombre acabado, sobre todo para el terrorismo islamista que asola a Irak y se merece «la perpetua».

Si lograra escapar de esta sentencia, los kurdos, los muslimes o los chiíes ya se encargarían de matarlo.

28/12/06

Ley de Aviaco (28-12-2006)

Viaje con nosotros es una de las canciones más lúcidas del vasco Javier Gurruchaga y la Orquesta Mondragón. Todos hemos volado por aerolíneas de bandera española y hemos sentido y hemos sufrido el mismo pánico escénico. No sé si la letra es de Luis Alberto de Cuenca, pero corren leyendas urbanas de que en la T-4 de Barajas se han encontrado cadáveres en los servicios de turistas perdidos o fallecidos de muerte súbita: todo es posible en el mundo de la aeronavegación española.

Magdalena Alvarez tiene por mal mote el de Lady Aviaco porque cuando fue consejera de la compañía voló junto a su familia gratis total y dejó a gente en tierra que había pagado su pasaje y que realmente cotizaba a la compañía. Sobre el frontispicio del Palacio de los Diputados habría que esculpir una frase: «El Gobierno no está para pagar las vacaciones a nadie». Los desgraciados ecuatorianos, peruanos, argentinos, venezolanos, uruguayos, brasileños, no iban de vacaciones precisamente sino que regresaban a encontrarse con sus familias después de muchos años. Tampoco iban a las Seychelles o a las Maldivas a broncearse y a tomar gin tonic.

Pero esta ministra del fomento del follón (nieve en el pasado diciembre, el verano caliente de El Prat y ahora Air Madrid) parece que viaja en escoba, porque su mala leche es indescriptible de derecha a izquierda. Empieza a ser creíble que Juan Carlos Rodríguez Ibarra o Manuel Chaves, desde sus respectivas comunidades extremeña y andaluza, aprovecharon el Gobierno de cuota y cremallera («Soy el justiciero de las mujeres», ZP dixit) para desprenderse de sus mujeres más incómodas, ineficaces y terriblemente ríspidas.

Si Lady Aviaco tenía información desde hace meses en su cartera sobre Air Madrid es una irresponsable por haberla dejado volar, y haber hecho sentir la presión de su dominio en plenas vacaciones de Navidad es de una insensibilidad propia de las iguanas.

Probablemente la acabará asistiendo la razón a posteriori en el sentido de que Air Madrid estaba haciendo desde hace bastante tiempo overbooking (algo sancionado por nuestra amiga Loyola de Palacio), pero ella lo conocía, estaba avisada. Sin embargo, nuestra querida ministra Magdalena Alvarez es de las que meten la cristalería de Bohemia en el lavarropa. Un dechado de sutilezas. Esto es lo que sucede con las ministras de cuota y cremallera del jefe.

21/12/06

La reunión que nunca existió (21-12-2006)

Alfredo Pérez Rubalcaba es un gran experto en distorsionar la verdad; durante el periodo de los GAL lo hacía quizás un poco mejor y tal vez con humor (si puede caber tal cosa en el llamado «terrorismo de Estado») y ahora lo está haciendo peor con bastante mala milk. Nuestro ministro del Interior actual está viviendo en la cueva de Plutón donde se estremece toda sombra. Rubalcaba parece decaído porque siendo un hombre muy listo, aunque no sirva para la generalización de la rama de los químicos, es consciente de que el llamado proceso de paz se parece más al intento de hoja de ruta de Medio Oriente: una proyección al infinito. El ministro del Interior ha dicho en el Congreso de los Diputados que ETA jamás miente. La tesis se le vuelve en contra porque los pistoleros están hartos de repetir desde hace 40 años que sus objetivos irrenunciables son la anexión de Navarra e Iparralde (los Pirineos atlánticos) y por supuesto la tan comentada autodeterminación del pueblo vasco con la amnistía de todos sus presos. Nada de esto puede conceder Zapatero ni aunque intente su transformación en el mago Merlín, Sonsoles en la reina Ginebra y por supuesto La Moncloa en Camelot.

La hoja de ruta del presidente se desconoce porque ZP no es un apasionado de comunicar a los españoles y no se ve a los etarras convirtiéndose mágicamente en gelatina. La kale borroka y sus cotidianas acciones en Francia deberían sacarle los colores a este señor sonriente (la astucia de los pícaros), con talante y sin cintura.

Se presupone que en la cita-trampa entre el presidente y el jefe de la oposición no van a discutir sobre el desastre último en Barajas de Air Madrid o sobre las clases de religión en las escuelas. Y acerca de ETA, sobre la que se había iniciado un desmantelamiento durante la Administración Aznar, precisamente con el apoyo de la oposición de entonces, el tándem Zapatero y Rubalcaba, hay muy poco que decir porque los hechos mandan. El ministro Rubalcaba, el monje negro de dos eras socialistas, está demasiado silencioso porque está viendo el hundido proceso color hormiga y si él está tan silente es que al presidente se le están cayendo los palos del sombrajo.

El de León (o de Valladolid, como a usted le apetezca) ha tenido la tontuna de definirse públicamente como rojo y justiciero de las féminas; podría mejor haberse identificado como el «guerrero del antifaz», lo suyo es voluntarismo acerca de lo imposible. Reunión fracasada de antemano la del 22-D.

14/12/06

El loco de La Moneda (14-12-2006)

El cuento es chileno. A Lucía Hiriart, esposa de Pinochet, la llamaban la mayonesa porque siempre estaba encima del loco, un marisco austral, y por extensión el fanático marido. Nada sexual, por favor: se aludía al paquete familiar de ella y sus dos hijos insaciables de ganancias y gabelas. Cuando se salió de cauce el regato urbano que cruza Santiago se canturreaba: «Con Pinocho hasta se desbordó el Mapocho». Quería saber algo más de la muerte del español Carmelo Soria, nieto de nuestro urbanista Arturo Soria, y consultor de Naciones Unidas. Le hicieron beber alcohol, le rociaron con el resto, le metieron en su coche y lo despeñaron por un acantilado del Mapocho. Mal remedo de una secuencia de Con la muerte en los talones. Añadieron vileza al crimen aduciendo que Soria tenía problemas matrimoniales y se había embriagado o se había suicidado en su etilismo. Yo mantenía contactos con el Partido Comunista Chileno y esperaba alguna información.

El 10 de septiembre de 1993 tenía billete para el último vuelo Buenos Aires-Santiago. Me entró una flojera extraña, como un largo cansancio y me enrabieté no queriendo ir aduciendo mil pretextos futiles. En un VW Escarabajo de quinta mano llegue casi a pedales al aeropuerto internacional de Ezeiza, porque se había soltado un cable en el acelerador. Me entretuve en la ventanilla contemplando el increíble paso de los Andes que no termina nunca. En la aduana santiagueña me puse el último de la cola porque sabía que iba a pasar algo y no quería impacientes a mis espaldas. Pasó. Me llevaron a la comisaría del aeropuerto, me retiraron el pasaporte y mi bolsa de viaje, me cachearon y me hicieron la pregunta del millón: «¿Qué ha hecho usted contra Chile?». No supe qué contestar, y prosiguieron: «Queda usted expulsado del país a perpetuidad por orden del supremo Gobierno». El comisario consultó una guía de vuelos y me destinó al primero de la mañana que salía para Buenos Aires.

Diecisiete horas en la comisaría del aeropuerto, sin luces, en un camastro en el que sólo me senté sin quitarme ropa ni zapatos, por si acaso. Ni un pitillo ni un vaso de agua. Cuando me dieron el petate lo registré hasta deshacer los nudos de los calcetines buscando un alijo de droga que me hubiera causado un problema mayor en Argentina. Lo que costó la peripecia fue un artículo titulado como éste. Sólo a un loco se le ocurre asesinar con bombas lapa al ex canciller Orlando Letelier en Washington junto a su secretaria, y al ex jefe del Ejército Carlos Prats junto a su esposa en Buenos Aires. No lloro su muerte.

9/12/06

Francisco Umbral (9-12-2006)

Hace semanas que Francisco Umbral no escribe en la última página de este periódico. Está bien, no ha sido operado de nada, le han dado el alta de su alifafe y volverá escribir cuando le pete. Los zopilotes que han rondado en círculo su cama hospitalaria por ver de heredar su columna pueden regresar a sus pequeños riscos. Lo que es verdad es que se ha notado mucho su ausencia porque su columna es un macizo de hormigón que arma y sujeta la última página que es por donde se empiezan a leer los diarios. Umbral siempre ha sido de contraportada y en un periódico que hoy no importa le sacaron de la última y le marearon por los interiores a causa de los celos rastreros hasta que dio un portazo.

Una de mis primeras entrevistas se la hice en el Café Gijón hace sólo cuarenta años, y nunca me contestó a qué se debe ese pequeño chirlo que luce en la cara entre bucanero y canalla que tanto gustaba a las mujeres. Entonces era dandi y surrealista y vivía con un maniquí de El Corte Inglés que no sé cómo había afanado. Se celebraron cenas de escritores en honor de la muñeca de tamaño natural. Umbral era un progresista cuando había que serlo, bajo un franquismo que parecía no morirse nunca. Yo creo que he leído toda su producción periodística, que es ingente, y casi todos sus libros, y sigue siendo un rompedor y un antisistema de los que mean los muros de la Real Academia. Algunos indoctos y ágrafos recuerdan el «¡Vaya tropa!» del conde de Romanones y produce rubor y vergüenza ajena que este pulidor de palabras no se siente en la Academia.

El PP ha respetado más a Umbral porque tenía un Alberto de Cuenca en el Ministerio de Cultura, y del Partido Socialista está dicho todo cuando tiene a Rosa Regás en la Biblioteca Nacional y escribiendo que Barrabás fue el buen ladrón crucificado con Cristo. Cultura de supermercado. Sólo Tierno Galván supo utilizarle sabiamente como bastón literario y peripatético. Políticamente a Umbral le definen mejor sus adversarios, y cuando escribía en Abc le mandaban sobres llenos de excrementos. Y es que aunque él no se autotitula es más rojo que el bla-bla-bla de Zapatero. En la Guerra Civil le habrían fusilado en los dos bandos.

Escribo en las máquinas Olivetti que me dona y lo hago con dedos de mariposa para prolongar la vida del legado. Ya ni se fabrican. Y las cintas tintadas me las envía una mafia de amigos desde Marruecos. Un vericueto de la vida me ha convertido en inquilino de Umbral, y presumo de casero. Se nos han cruzado la caridad de las máquinas obsoletas y el mundo inmobiliario. En esta su ausencia temporal he recordado un no muy lejano artículo en octosílabos que era trabajo de orfebre. Como nunca se ha ido que se tome su tiempo en volver a apuntalar la última página.

7/12/06

El Estado subnormal (7-12-2006)

Al jerarca socialista Indalecio Prieto le llevaron a una tenida masónica para iniciarle entre cartabones y compases, crespones negros y calaveras. Al final le preguntaron: «Don Inda ¿qué le ha parecido?». Y él, gran ateo, respondió: «Mire, prefiero la misa». Y eso nos pasa a algunos leyendo el manifiesto socialista por el XXVIII aniversario de la Constitución. Conectan la actual Norma Suprema con la del 31, que se parecen como un huevo a una castaña, y no se sabe por qué se contienen y no la enlazan con La Pepa de 1812. Relacionar y rascar, todo es empezar, debe suponer Alvaro Cuesta, responsable del panfleto. No ha de extrañar que tal papel coincida con la petición del nacionalismo gallego de un huso horario propio, porque las estupideces nunca viajan solas. Las horas de sol no son las mismas en Cantabria que en Andalucía y cada autonomía podría decretar su propio horario, y llamaríamos a Levante cuando están despiertos como las gallinas y al País Vasco cuando aún duermen como marmotas. Todo sea por la identificación nacional a través de la relojería.

La ingeniería social pertenece al comunismo, no a la mejor tradición socialista que el zapaterismo pretende superar. Les aporto ideas. ¿Qué sentido tiene mantener la paga del 18 de julio que simboliza el alzamiento contra la República? Además esa soldada recuerda ominosamente que fue el fascista de José Antonio Girón, ministro de Trabajo de Franco, quien sentó las bases de una seguridad social integral en España. ¿Y qué decir del aguinaldo de Navidad que, en un Estado laicista, celebra la natividad de Cristo? Estos botarates deberían empezar por trabajar las fiestas de guardar. Las pagas extra y las vacaciones las pactan las empresas con sus empleados y no están sujetas a calendarios litúrgicos. ¿Cabe en el laicismo uterino de estos pillos la santificación del domingo? Domingo, maldito domingo, inamovible como día de descanso del Señor. ¿Qué hace un laicista ante el domingo? La Revolución Francesa cambió el nombre de los meses. Para la revolución semanal el sábado no sirve porque es el sabat judío, pero quedan L, M, X, J y V para repartir el descanso entre las autonomías. Y los católicos que vayan a la Misa del Gallo. Las procesiones interrumpen el tráfico laico y hay que agostar ese atraso de la Semana Santa que financian los fieles y los ayuntamientos. Y el mito de los Reyes Magos, que a la postre son los padres, debe ser sustituido por el nórdico de Papá Noel, que ya va tomando posiciones. Cuanto más avanzan éstos en el laicismo, más ganas me entran de volver a misa.


2/12/06

Vídeo porno (2-12-2006)

El PP ha producido vídeos políticos carentes de fineza, pero la videoteca del partido socialista es a la mexicana: violentamente perturbadora, desde el dóberman fiero a esta reescritura histórica de las negociaciones con ETA. Hay que tener mucho cuidado con las modernas técnicas de transmisión de datos porque pueden ser más devastadoras que el polonio. Los socialistas pueden hacer una reelectura de nuestro 1898 y cualquier gatuperio sólo sería advertido por historiadores y eruditos, pero hay que tener descaro para tergiversar lo sucedido en 1998, habiendo tanta gente viva que puede dar fe.

Zapatero necesita explicar que sus tratativas con ETA no son nada nuevo. Es verdad: todos sus antecesores han intentado el diálogo imposible con la mafia terrorista. Por ejemplo Felipe González, que mandó a Argel a secretarios de Estado y delegados del Gobierno para escuchar de los desharrapados mentales de Antxon y su novia que siendo España una dictadura militar había que convocar al Rey o en su defecto al jefe del Estado Mayor de la Defensa. Las tragaderas de González fueron de cíclope y tardó bastante en pedir a los argelinos que deportaran aquella chusma a Santo Domingo, donde, por cierto, continuaron las conversas a más bajo nivel.

El vídeo porno-político editado por Pepiño Blanco, el intelectual del Partido Socialista, miente exageradamente. A José María Aznar le cogió por sorpresa aquella tregua de ETA y henchido de entusiasmo anunció al país que abría conversaciones con el Movimiento de Liberación Nacional Vasco, denominación-remedo de la descolonización de los años 50 y evidente lapsus linguae por no utilizar ETA, sinónimo de carnicería humana. Cualquier presidente hubiera aceptado el reto. Desde el primer día, su ministro Mayor Oreja, calificó el trance como tregua trampa, pero Aznar no se dejó los pelos en la gatera de Ginebra y desenchufó el contacto en cuanto le exigieron contrapartidas políticas. Que moviera presos etarras es anecdótico.

El partido socialista comete estas injurias al pasado reciente porque necesita establecer líneas de retirada ante un más que previsible fracaso del aquelarre que mantiene con ETA y que no puede acabar en baile de boda. Su coartada no es que todos los gobiernos españoles democráticos se pinzaron la nariz y se sentaron con la banda, sino que el PP fue más lejos que nadie en el chalaneo. ¿Pero no hay periodistas que le pregunten al docto Pepiño cuáles fueron aquellas frivolidades?

Que los socialistas están nerviosos ante la trampa para osos en la que han caído, no por oferta sino por proposición, da cuenta el gañido de Santiago Carrillo suponiendo a Aznar más audaz que Zapatero en estos negocios de una paz con ETA. Cuando el zapaterismo saca la efigie incorrupta de Carrillo en procesión, es para ocultar algo, distraer de algún percance grave… Es el fantasmón del teatrillo de títeres. ZP ha empedrado de concesiones jurídicas y políticas el camino hacia la autodeterminación del País Vasco y ahora necesita freno y marcha atrás. 

30/11/06

El rostro impenetrable (30-11-2006)

No sé si la cara de tungsteno le corresponde a Zapatero o a Leopoldo Torres o a ambos. Pero para proponer al ex fiscal general del Estado para el subcomité contra la tortura de la ONU hay que tener muy pocos escrúpulos. España propone cada año a funcionarios españoles para altos cargos internacionales, como acaba de ocurrir, frustradamente, con la ministra de Sanidad candidateada para secretaria de la Organización Mundial de la Salud. Nuestro célebre Inocencio Arias tuvo que fingir la sensación de querer miccionar para insistirle en el baño de señores del Santiago Bernabéu a Kofi Annan, que Miguel Angel Moratinos ascendiera a los cielos de algún mandato internacional. Era José María Aznar quien lo pedía pero este afrancesado amante del borgoña al verse desairado optó por abrazarse al PSOE.

El candidato sobre la tortura ¿qué conocerá de ella? Noticias tendrá al menos de la muerte de Lasa y Zabala, que fueron muertos con las uñas de las manos y los pies arrancadas y cavándose sus propias fosas. Tras ser trasladados en un baúl de coche, les negaron sus últimas voluntades y fueron asesinados a cañón tocante de tiro en la nuca.

¿Qué conoce Leopoldo Torres de otras torturas? Quizá lo que haya leído en El País sustancialmente, quizás alguna crónica mía desde el Cono Sur americano. Te meten por la boca un rosario de electrodos para darte corriente alterna en cualquier víscera hueca o llegan a introducirte una cucharilla con la picana para brindarle alegría al feto que engendras.

La tortura puede llegar a cortarte con alicates tus pezones; este fulano desconoce de torturas y vejámenes que no sean aquéllos de los cuales él ha consentido como fiscal. Quizás haya que prejubilarle sin honores si es que ya tiene la edad para ello, pero nunca catapultarlo a la ONU para representar a la tortura en el mundo. Violentar al prójimo es una costumbre difícil de erradicar y necesitas grandes pensadores para excluir este sufrimiento. Leopoldo Torres no es el hombre adecuado para una promoción internacional, tendría pesadillas por las noches soñando con los GAL o con José Luis Corcuera, que no sé cuál será peor.

De los GAL se ha escrito demasiado y parece que poco hemos aprendido. De alguna manera una parte importante del voto socialista está tácitamente de acuerdo en asesinar a los verdugos. Es aquello que Borges opinaba sobre la guerra sucia argentina: «Se están comiendo a los caníbales».

23/11/06

Justicia bajo toda sospecha (23-11-2006)

Sólo he tenido medio problema con la Justicia a cuenta de Ruiz Mateos (cuya salud guarde Dios) y debí merecérmelo porque le puse como no digan dueñas. Por el contrario cada vez que escribo del Tribunal Supremo o del fiscal general del Estado me llueven extrañas migrañas extemporáneas. Estos desentendimientos se originan en esta democracia de baja intensidad en la que Montesquieu ha muerto, según sentenció Alfonso Guerra, y no se da la división de poderes. El Ejecutivo subsume al Legislativo y el Judicial chalanea con el poder partitocrático. Esto es aburrido por sabido; lo que mueve a extrañeza es que ningún progresista se manifieste por la separación de poderes, que es la bragueta de la libertad.

Así las cosas, el fiscal general del Estado debería ser un ministro del Gobierno (como en Estados Unidos) para no sorprenderse con sus pendulazos serviles. Las herriko tabernas no son ONG sino guaridas de financiación, cooptación, blanqueo de dinero y hasta refugio de Batasuna, ilegalizada en el mundo civilizado como brazo político de ETA. Al terrorismo también se llega por la disipación y el pasatiempo. Aquello de Thomas de Quincey: «Se empieza por un asesinato y se acaba por eructar en la mesa». Hace un año el inefable Cándido Conde-Pumpido, asistido por la inspección de Hacienda pidió procesar a los responsables de las tabernas, y hoy se toma en ellas un txiquito asegurando que no hay pruebas contra ellas. En teoría el Ministerio Fiscal es el defensor de la sociedad, pero en toda esta democracia de bajo voltaje ha sido un ujier del Gobierno, y ahora Pumpido estira la alfombra para que Zapatero pueda llegar hasta ETA para negociar la paz perpetua de Kant. No hay Estado: hay pulposidades gubernamentales.

Entre países equiparables sólo en España no se cumplen las sentencias del Tribunal Supremo: ni a cuenta de Ibarretxe, ni de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones ni de una pareja de estafadores que cazan con el Rey. Los poderosos con las sentencias del Supremo hacen chuflas y morisquetas. También me sorprende que no se quejen, aunque sólo sea por autoestima, pero se desacreditan a sí mismos al aplazar hasta enero la calificación de las juventudes etarras, protagonistas de la lucha callejera. ¿Pero qué necesitan sus señorías para comprobar que Jarrai son las juventudes hitlerianas? Otros que se ahogan con la saliva de pegar un sobre. Otros que libran a Zapatero una condescendiente sonrisa de Otegi. Plegados los poderes del Estado es natural que el presidente se crea César y use al servicio para pasear a los perros.

18/11/06

Visita ‘non grata’ (18-11-2006)

Para mala suerte suya tengo un homónimo que carga mi cruz como un cirineo. Se llama igual que yo y viaja mucho como filatélico. En Santiago de Chile le detuvieron como al malvado Martín Prieto y le costó Dios y ayuda demostrar a la policía que no era yo. Intercambiamos alguna carta jocosa sobre el incidente que no llegó a mayores. Años después escribí algún suelto sobre Guinea Ecuatorial y mi otro yo estaba en Malabo. Le querían expulsar del país, hasta que los buenos oficios de nuestra Embajada demostraron que Martín Prieto no era Martín Prieto. A mi otro yo le persiguen mis fantasmas. Espero que esta vez se encuentre lejos de Guinea.

Al contrario que los ingleses o los franceses, España ha descolonizado atropelladamente y muy mal. La gesta americana terminó en la pseudobatalla de Ayacucho, en el alto Perú, frente al mariscal Sucre al mando de un Ejército criollo. Los amerindios formaban en las filas españolas. Ayacucho en quechua significa el lugar de los muertos, y los jefes enfrentados hicieron el conjuro y pactaron una batalla de guardarropía para salvarle la cara a las tropas españolas que se rindieron tras cuatro tiros y media carga. Ifni fue una derrota militar del franquismo, Guinea un cacao y el Sáhara una vergüenza y una traición sostenida al Frente Polisario.

Guinea podía haber sido una próspera amiga de España y ha devenido desde su independencia en una purulencia. El dinero que nos hemos gastado allí es como baldear agua contra una sábana tendida: un esfuerzo baldío. ¿Pero qué enseñaban en las academias militares franquistas para que de ellas haya egresado un teniente como Teodoro Obiang? Al primer presidente, Francisco Macías, su tío carnal, le mandó matar a palos tras derrocarlo, y según el chamanismo fang, cenó su hígado, no se sabe si encebollado o a la parmesana, para adquirir las virtudes de su víctima. Pero el peor canibalismo es el que se ejerce sobre el propio pueblo.

Mantiene empobrecido a un país pequeño que es una taza de petróleo, se ha hecho monetariamente francófono y su ejército personal es marroquí. Da alaridos internacionales cada vez que una fragata española en maniobras bordea la barriga de Africa, por temor a un golpe de Estado. La corrupción es la ley y Obiang es uno de los hombres más ricos del mundo. No manda diamantes, como Bokasa, porque no los tiene. Frente a su embajada en Madrid ha repartido euros, como Evita Perón regalaba pesetas durante su visita a España.

Hay que entender que el presidente Rodríguez tiene pocos amigos internacionales y recibe poco, pero ésta es una visita non grata de un hombre que se jacta de desear comprar en El Corte Inglés. Debe estar en Malabo enchufado a TVE. Con una visita privada era suficiente.


16/11/06

El contrato social de Zapatero (16-11-2006)

Existía un consenso bastante tonto: los presidentes no dirían fuera lo que no dicen dentro. Que hay un contrato con ETA, o acuerdo, o renglón de intenciones o concierto en Ave María Purísima; da igual, lo mismo ocho que 80, De Juana que su hermana.

Le Figaro (derecha francesa) tiene unas exigentes normas de redacción y, junto con los mejores diarios occidentales, devuelve las entrevistas con jefes de Estado o primeros ministros para su corrección definitiva. Es un pacto: no interesa lo que el periodista haya podido percibir sino lo que el mandatario quiera transmitir a sus conciudadanos y al mundo. Se equivocó Le Figaro, se equivocó la paloma, pero Moraleda, un agropecuario que se encarga de temas de comunicación en La Moncloa, nadie sabe por qué, dejó pasar lo del contrato con ETA de ZP y rectificó cuando Le Figaro ya estaba colgado en la red y en su primera edición.

El subconsciente, y también el consciente, gastan estas bromas, como cuando, inadvertidamente, le dices que sí al que te acusa de ladrón. Por eso la Justicia no te toma juramento y te permite mentir en tu juicio. Al presidente y a sus amanuenses se les ha pasado el arroz de tanto soplar la gaita en el entendimiento de que los españoles no tenemos demasiado cociente intelectual. Trato o contrato hay con ETA porque la banda no se va a rendir incondicionalmente como suponen las descerebradas palabras de la vicepresidenta De la Vega o del ministro del Interior, Rubalcaba.

Este proceso de paz que padecemos como una intifada, llegará a mal puerto si hay territorialidad sobre Navarra y Francia, si hay derecho a la autodeterminación como en Montenegro (o Timor) y amnistía para los asesinos presos. El presidente Rodríguez, por mucho que se crea un taumaturgo, carece de carriles legales para firmar un contrato de esas características. Por no poder no puede ni negociar una pensión de ex combatientes para los ex etarras. No hay principio democrático que le ampare ni perro que le ladre. Rodeado de ministros obsecuentes está solo y las encuestas le son engañosas como arpías.

Del presidente se sabe que lee poco. Ha debido, sin embargo hacerlo con El contrato social, de Juan Jacobo Rousseau, y cree que todos los hombres son buenos por naturaleza, y los etarras son el buen salvaje a redimir. El contrato social con ETA o quiebra la Constitución o no es ni tiene futuro alguno. Será por eso que ZP, demócrata por excelencia, denostador de la derecha extrema (?) no cuenta a los españoles lo que está haciendo. Ni a Le Figaro.

11/11/06

El suspiro del lobo (11-11-2006)

Markus Wolf ha exhalado su último suspiro en Berlín a una tranquila y proyecta edad. Era lobo por su apellido y por los sigilosos pasos que dio durante 30 años como jefe del espionaje de la República Democrática Alemana.

Fue más: el superespía soviético del que no había una fotografía. Por eso el escritor inglés John Le Carré retrató a este Karla malamente haciéndole adusto y sempiternamente embutido en una chaqueta de cuero negro tal como un SS o un Gestapo. Vestía con elegancia, tenía la cara de un galán cinematográfico y usaba maneras suaves. Fue el personaje en la sombra que perseguía todo Occidente. Su último suspiro fue su biografía, tasada y recortada al milímetro. Sabía que dar información era entregar poder y que el silencio puede ser un seguro de vida. Era de la estirpe de Vladimir Putin del KGB, del que era coronel, pero mientras a Honeker, presidente de la Alemania comunista, se le persiguió hasta Chile, ya moribundo de su cáncer, Wolf hizo surfing sobre sus procesos judiciales. Hubo voluntad política de no condenarle.

En sus memorias describe operaciones en Europa y Africa, durante las guerras de descolonización en las que intervinieron los cubanos. Se muestra maestro en el doblez hasta para con aliados. A España ni la mienta porque no tendría mucho que decir o todo que callar. Me inclino por lo primero. Llama la atención en un sovietista que desmontara las tesis izquierdistas y bienpensantes sobre el múltiple suicidio en prisión de la banda Baader-Meinhoff. El archienemigo lobo no duda en confirmar que, en efecto, fue una inmolación colectiva de orates radicales y no un asesinato de Estado como la progresía propaló hasta la náusea.

Su obra maestra fue la introducción de su espía Guillaume en el círculo administrativo más próximo al canciller Willy Brandt. La infiltración duró años y Markus-el lobo-Karla destapa que tal espionaje lo conocían los adversarios de Brandt en su propio partido socialdemócrata, guardando la información para un chantaje oportuno. Brandt se deshizo del doble lazo dimitiendo como canciller, separándose de su esposa noruega y casándose con su secretaria y amante. El mítico alcalde de Berlín nunca se recuperó del golpe.

También fue una especie de proxeneta o de rufián porque adoraba trabajar con las mujeres. A su estilo fue un feminista y utilizaba a las féminas en la cama, en la entrepierna, en el sofá del despacho, en las confidencias de medianoche, y las hacía colocar micrófonos en lugares inverosímiles. Fue un maestro del otro sexo que para él era el primero y mantuvo hasta su muerte su matrimonio aunque deshiciera tantos. Era un gran ajedrecista con todos los escaques en proyección cerebral. Una leyenda para John Le Carré y otros jubilados del MI6.



26/10/06

El disparate de un irresponsable (26-10-2006)

Francia ni siquiera se plantea como hipótesis una negociación con ETA sobre los Pirineos Atlánticos, ni sobre su autonomía, su autodeterminación o anexión a la gran Euskal Herria independiente. Y en la Euskadi francesa, si quieres aprender euskara te pagas una academia. El centralismo francés no es opresor: es que él hizo tabla rasa con la legalidad, la igualdad y la fraternidad. A Francia le da lo mismo la votación de Estrasburgo sobre el proceso de paz en el país español de las maravillas porque no tienen ningún complejo al respecto y no van a aceptar una Cuba en el Cantábrico (ni cualquier otro país) porque no se pueden ampliar las fronteras de Europa por separatismos en alguno de sus miembros.

La irresponsabilidad de nuestro presidente del Gobierno le da rango internacional al independentismo de ETA-Batasuna. Por la misma regla de tres podríamos llevar el caso desde el Parlamento de Estrasburgo al Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. Hemos gastado años en inscribir a Batasuna en las instituciones europeas como organización terrorista en calidad de brazo político cooperador, e igualmente en el fichero antiterrorista del Senado de EEUU. Ahora este irresponsable los lleva del brazo a la capital parlamentaria de Europa para que se sancione como buena una negociación entre los asesinos que siguen robando armamento y el Gobierno que deja fuera del marco a los asesinados. Ni Jerry Adams hubiera soñado tanto respaldo.

El llamado proceso de paz son tres palabras deshuesadas que llevan colgadas los precios políticos de la autodeterminación, Navarra y presos en libertad. ETA-Batasuna no ha dado a cambio nada: rearmamento, kale borroka y extorsión. No hay noticias de que la banda esté por disolverse pese a la larga lenidad del Gobierno. Para llevar adelante este paso sobre el abismo el principal irresponsable no cuenta con una mayoría parlamentaria ni de la opinión pública. Avanza movido por su propia soberbia hasta en contra de sectores de su propio partido. Proceso de paz, ¿para qué? ¿en nombre de quién? En el Bachillerato, Zapatero sólo aprendió a dividir. Es el gran divididor: ha logrado partir por gala en dos al Parlamento Europeo.

Este arrebatacapas de León, que hemos de sufrir por nuestros malos votos, no puede poner en almoneda parte de España ni liberar a asesinos en serie inconfesables. El proceso de paz no puede seguir siendo un secreto particular de La Moncloa: sea el que fuera ha de ser expuesto ante las Cortes Generales y no llevado a Estrasburgo. Hasta los ciudadanos vascos tienen derecho a saber qué se va a hacer con ellos.

22/10/06

Manuel Azaña en su laberinto republicano (22-10-2006)

Manuel Azaña murió de una afección cardiaca en su exilio del sur de Francia preguntando: «¿Cómo se llama ese país del que fui presidente de la República?». España como pasión frustrada. Un obispo galo le visitó, pero no hay certeza de que muriera en el seno de la Iglesia. Y estamos a las menos cinco de que ZP se empeñe en repatriar su cadáver para reivindicar lo que no se sabe. Lctor voraz, se perdía por decir una frase redonda. Debutó con la II República cuando las hordas quemaron los conventos de Madrid y exhumaron de sus tumbas a las momias de las monjas para bailar con ellas en las calles. Un mínimo principio de autoridad habría dispersado a la plebe, pero prefirió comentar: «Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un sólo republicano».

Cuando la Constitución del 31 proclamó la separación de la Iglesia y el Estado (no más que en Italia mussoliniana), vomitó: «España ha dejado de ser católica», lo que en puridad era cierto pero también implicaba el supuesto de que la mayoría de los españoles habían perdido su fe, lo que no era verdad, y encorajinó a los creyentes. En Casas Viejas la familia de Seisdedos, anarquistas, se sublevó atacando a la Guardia Civil y haciéndose fuerte en su choza de piedra. Dispararon con cañón matándolos a todos. Azaña había ordenado: «Ni heridos ni prisioneros: tiros a la barriga». Muchas veces se ha cuestionado esta proclama porque Azaña sólo era sanguinario intelectualmente y físicamente era un cobarde.

Juan Carlos Girauta ha escrito La república de Azaña, Ed. Ciudadela, con un epílogo urgente sobre Zapatero succionando lo peor del azañismo. En el prólogo, el historiador Pío Moa destaca el anticomunismo de Azaña, preso entre Largo Caballero y luego Negrín, buscando una mediación británica a la Guerra Civil.

El autor afirma que «Azaña reivindicó para la inteligencia el papel rector de una España que, además, debía renunciar a su Historia. Inevitablemente resuenan ecos platónicos de La República, del gobierno de los más sabios, los que más se parecen a los dioses. Si Platón construye sus argumentos sobre lo que vivió en la corte del tirano de Siracusa, Azaña lo hace desde la observación directa de la Monarquía de Alfonso XIII que habría acelerado su corrupción con la Dictadura de Primo de Rivera». Girauta trae a cuento a Karl Popper: «Platón con toda su intransigente limpieza de lienzos, se vio conducido a lo largo de una senda en la cual debió transigir por su integridad a cada paso. Así se vio forzado a combatir el libre pensamiento y la búsqueda de la verdad. Se vio obligado a defender la mentira, los milagros políticos, la superstición tabuísta, la supresión de la verdad y, finalmente, la más burda violencia. Pese a su odio por la tiranía debió buscar ayuda en un tirano y defender las medidas más arbitrarias por éste tomadas. La lección, pues, que debemos aprender de Platón, es el opuesto exacto de lo que éste trató de enseñarnos».

No puede hacer el autor mejor elogio de Azaña, sin caer en la habitual exégesis babeante. Azaña era un demócrata desleído por el despotismo ilustrado que creía poder y deber ejercer. Lo puso todo negro sobre blanco, desde el albor del régimen hasta los días recios en que se le fue de las manos y se limitó a simbolizarlo con pesar.

21/10/06

Enrique Múgica (21-10-2006)

En los años 50, Enrique Múgica Herzog era una especie de arcángel con rizos (o de ángel caído) que había bajado de San Sebastián a Madrid a predicar en la cafetería de la Universidad de San Bernardo. No hacía caso de la brigada político-social que infestaba las aulas y levantaba las banderas de la izquierda con gran éxito entre los catecúmenos.

Fue figura central e imprescindible de la primera rebelión de los estudiantes contra el franquismo en 1956. Era comunista, pero en la cárcel de Carabanchel se le debieron enfriar los ánimos soviéticos. El escritor Fernando Sánchez Dragó recuerda que a los presos se les privaba hasta de la domeñada Prensa del Régimen; él se las apañó para hacerse cada día con un ejemplar del Ya, que tenía dos censuras, la de la Iglesia y la gubernamental. Pero no fue bastante: la célula comunista de la cárcel exigió censurar el diario otra vez para no contaminar las cabezas marxianas. Tanta estolidez a abandonar el PCE, probablemente por aburrimiento intelectual.

Fue, con Nicolás Redondo o Ramón Rubial, de los pocos vascos que lucharon de verdad contra el franquismo desde unas filas socialistas harto menguadas de militantes, precediendo a Felipe González y Alfonso Guerra. Los actuales dirigentes de Izquierda Unida, que ni se atreven a llamarse comunistas, y los nacionalistas catalanes (esos botarates) sólo eran niños pijos de provincias cuando este judío se batía el cobre. Uno de los problemas de España es que aquí no respetamos ni la biografía del Cid.

Fue un buen ministro de Justicia y junto a Antonio Asunción, a la sazón director de Instituciones Penitenciarias, desmontó la ETA-B organizada en las prisiones, dispersando a los reclusos, política que la banda no le perdonó jamás. Siempre he supuesto que el asesinato de su hermano Fernando se debió a la militancia socialista de éste, pero también por ser hermano de Enrique y quizá hasta por judío porque el pueblo de la diáspora no tiene lugar en un mundo euskaldun. Antonio Asunción dimitió como ministro del Interior en cuanto abrió los cajones de los despachos y encontró billetes ensangrentados.

De Múgica no hay quejas como Defensor del Pueblo de quienes podrían ejercerlas: los ciudadanos. Pero por haber tramitado un recurso de inconstitucionalidad sobre el Estatuto (a petición de sus clientes) los hijos de los franquistas catalanes que no pasaron una noche en comisaría antes de hacerse bolivarianos, le tachan de político frustrado y aprendiz de Milosevic, chorrada de yegua, porque el patrocinador de la gran Serbia es modelo para los que sueñan con la Gran Cataluña o la Gran Euskadi. Extinguidos los elefantes parlamentarios, Enrique Múgica ha hecho más política por nuestras libertades que todos los diputados de la generación del chupete.

19/10/06

El dilema de los presos (19-10-2006)

De Juana Chaos ha falsificado su huelga de hambre con jamón de york, miel, pan bimbo, azúcar y otras dietas porque no quería morir ni por la causa vasca, y sabe el truhán que nunca cumplirá íntegramente sus penas y le quedará tiempo para disfrutar de la vida y escupir sobre sus víctimas. Una riada de magistrados y fiscales, desaguada por Zapatero, hace ingeniería penitenciaria sobre los chacales presos porque no terminará en nada el proceso de paz sin excarcelaciones indiscriminadas. La paz de Adolfo Suárez con los polimilis (Rosón, Onaindía, Bandrés) será más precedente que los acuerdos del Ulster.

Entonces la partición de ETA costó excarcelaciones para todos los que renunciaban a las armas, tuvieran o no delitos de sangre y aunque no se hubieran arrepentido de nada. La sociedad fue muy generosa pero entonces estábamos esperando el golpe de Estado que indefectiblemente se produjo. Ahora la Nación corre bastantes peligros pero no el de un sable militar; las víctimas del terrorismo, antaño amedrentadas, hoy hacen oír su voz, y la opinión pública en general rechaza excarcelar a asesinos en serie. Cuando Zapatero dé el visto bueno al traslado a Euskadi de los presos etarras, hasta resucitará aquella COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha) preguntándose que por qué se libera a un monstruo sanguinario como el falso huelguista, y no a un desgraciado social, a un orillero que pena por trapichear con droga.

Se nos pide generosidad y alteza de miras para lo que será una amnistía encubierta, por ilegal. Tales virtudes las vienen desarrollando con largueza las víctimas del terror. Ni aún teniendo a los asesinos viviendo debajo de su casa se ha tomado nadie la justicia por su mano, ni en un frenesí. Sólo al partido socialista de Zapatero le dio por asesinar etarras o al que pasaba por allí. Parecidas argucias le aplicaron a Hebe de Bonafini, presidenta de las Madres de Plaza de Mayo (dos hijos desaparecidos). «¿Por qué no perdona usted a los asesinos como el Papa ha perdonado a Ali Agca?». Respondió: «Cuando estén en la cárcel purgando sus crímenes, iré a visitarlos y perdonarlos».

Algunos, que podemos ser mayoría, no queremos perdonar si ellos no cumplen su pena, porque el perdón es un trato del alma, no una decisión administrativa. Éste es un dilema que ni Zapatero ni sus chamanes podrán resolver ni aunque logren los imposibles de Navarra y la autodeterminación. Se van a hartar de manifestaciones porque por cada excarcelación habrá una. La fractura social la tienen servida de antemano.

12/10/06

Madrid, una pica en Flandes (12-10-2006)

No hay que olvidar que José Bono nunca quiso ser alcalde de Madrid, ni ministro de Defensa, ni siquiera presidente de Castilla-La Mancha: lo que quería ser y no pudo es secretario general del Partido Socialista, y esa posibilidad se la arrebató Zapatero con sombras chinescas por detrás de los delegados. Eso no se lo va a perdonar nunca aunque Bono siempre es obsequioso con el poder y hasta envía quesos a los periodistas que le fustigan. Como Bono fue primero militante del Partido Socialista Popular de don Enrique Tierno Galván habrán supuesto que el Viejo Profesor podría reeditarse en el joven ex ministro. El si-es-no-es de Bono recuerda las muchas desconfianzas mutuas entre el PS y el PSP y la irritación del titular de Defensa que no dimitió por razones personales. Bono le está pasando alguna chufla por los morros a Zapatero y Pepiño Blanco no se ha enterado.

Madrid es una ciudad liberal a cuyo Ayuntamiento sólo pueden llegar los socialistas en coalición con los comunistas. Ciudad realmente abierta en la que a nadie se le pide la nacionalidad (a lo sumo la tarjeta de crédito) y donde repelen los radicalismos históricos o actuales. Que no se pueda ser alcalde cunero de Madrid es una de las bobadas en las que se escuda Bono porque son incontables los que lo han sido naciendo fuera de la Villa y Corte. El sevillano Alvarez del Manzano es el último ejemplo. Otra cosa es que la izquierda tenga temor a la circunscripción municipal y quiera poner una pica en Flandes pasando por la brecha que les abre el insoportable Gallardón, no por sus interminables obras ni por haberse gastado el presupuesto de dos mandatos, sino por su doblez política. Otro que está pero no está, quiere ser delfín del PP acariciando a los socialistas, y no presidió un gobierno de supuesta concentración, desplazando a Aznar, gracias a los momentos de lucidez de Jordi Pujol.

En cuanto puede le enuclea un ojo a alguien de su partido, y no es mala táctica, por cuanto mientras los socialistas colocan la bota malaya a sus adversarios o simples discrepantes, la capacidad del PP para el masoquismo intramuros es digna del marqués de Sade. Lo que más le gusta a un popular es que le zurren. Pero ello no obsta para que el Bellido Dolfos no pueda ser reelecto. Los socialistas, así, buscan el milagro, el candidato providencial; si no fuera porque no es de su cuerda sacarían a Plácido Domingo cantando gratis en la Plaza Mayor. ¡Qué tiempos en los que nadie quiere ser alcalde de Madrid! Acabarán proponiendo a Pedro Zerolo, a ver si al menos conquista Chueca.

7/10/06

Los GAL (7-10-2006)

Melchor Miralles, director de EL MUNDO TV, está por estrenar la película que ha producido sobre los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Nos recordará a Costa Gavras. Acaba de presentar el libro GAL. La historia que sacudió al país, del que sólo difiero en el título. Creo que Felipe González perdió sus últimas elecciones antes por la corrupción económica que por el asesinato de Estado. Desdichadamente, entre nosotros hay muchos que creen como Fraga que el mejor terrorista es el terrorista muerto, o al menos eso es lo que se pensaba en 1982, cuando a España se le prometía un cambio.

Y es que los crímenes de Estado, o su preparación, comenzaron nada más acceder Felipe González al poder. No fue una reacción visceral ante una matanza, sino un desatino programado en frío desde la oposición. González siempre ha estado convencido de que la opinión pública le acompañaba en aquella guerra sucia y por eso era indiscreto. Así le podía decir a Pedro J. Ramírez que «cuando ellos dejen de matarnos, nosotros dejaremos de matarlos a ellos». Declaración escalofriante en un político supuestamente democrático.

En una habitación del hotel Ercilla de Bilbao, a solas y en plena campaña electoral, me preguntó qué me parecía si matábamos a los etarras. Le hablé mucho, como cuando no quieres decir nada, sobre la OAS y los Barbouzes y el ensangrentamiento que siguió en Francia a la guerra de Argelia. Lamento haber accedido a la petición de Felipe de que apagara el magnetofón.

Uno de los misterios de mi vida periodística es creer haber conocido bien a un hombre como Felipe González y habérseme pasado por alto algunos de los entresijos más miserables de su cerebro. Aunque sea premio Carlomagno, su formación política la recibió más en Iberoamérica que en Europa y de aquellas tierras se trajo lo peor. Empezó amistándose con el general panameño Omar Torrijos, un populista sin complejos, y después con el sinvergüenza de Carlos Andrés Pérez, ladrón y asesino venezolano que le inspiró grupos paramilitares o parapoliciales que dieran muerte a los adversarios. Me temo que yo mismo le sugerí indirectamente utilizar aquella mafia de Marsella que combatió a la OAS. A veces más vale no conversar en la intimidad con los políticos.

Melchor Miralles es como aquel pelotón de soldados que acababa, según Splenger, salvando a la civilización occidental. Sin él y los periódicos Diario 16 y EL MUNDO, dirigidos por Ramírez, seguiríamos en Atapuerca. Pero regreso a mis dudas iniciales. Buena parte de la sociedad española no tiene empacho alguno de seguir la senda de un partido socialista que ni se ha arrepentido, ni pedido perdón y que se ha sucedido a sí mismo hasta con algunas de las mismas caras de entonces. La película y el libro de Miralles los achacarán al sindicato del crimen.

5/10/06

La insoportable levedad del juez Garzón (5-10-2006)

Lejos quedan ya aquellos años en los que el juez Baltasar Garzón se presentaba sin avisar en mi casa para comernos unos huevos mientras hablábamos mal del Rey. No creo que exista en la magistratura quien cuente tantos chistes y tan bien narrados como él, pero detrás de la bonhomía hay un hombre que no se deja ver o que es poliédrico como la cabeza de un insecto. Él sabía mejor que otros que la X de los GAL era Felipe González, aunque no pudiera probarlo. ¿Por qué hizo la pirueta de irse a aquella finca del Estado en Castilla-La Mancha donde, con José Bono como anfitrión, aceptó promesas políticas de quien debía despreciar por el terrorismo institucional? Quizá lo que despreció fue la habilidad y el doblez de Felipe para estos juegos de manos, juegos de villanos. Hay que aprender a no irse los primeros de las reuniones; por un agujerito habría escuchado a Carmen Romero: «No has tardado mucho en convencerle». Y al marido: «Ahora se va a enterar éste de lo que es hacer política».

No entiendo que a Garzón le colmara un Ministerio ni que ése fuera su precio; el caso es que Felipe le humilló y el bifronte y biflequillo biministro Belloch lo hizo en público. El sumario de los GAL no lo perdonarán los socialistas jamás. En un almuerzo en Justicia, Belloch le descuartizó: «No es un juez; tiene alma de policía. Cambia cromos; yo te hago testigo protegido o te saco del sumario si me das tal información». Inspirado en las Manos Limpias italianas, olvidó nuestro hombre que la política es un viaje sin retorno y que el equilibrismo entre el Congreso y la Audiencia Nacional no sería precisamente aplaudido. Su servidumbre ante Polanco, otro centro de poder, minó su crédito: el juez estrella, el juez campeador, tenía la insoportable levedad del ser de la mariposa de luz que va a quemarse en la fogata o en la bombilla prendida.

Cuando se fue a Nueva York, dije que lo hacía por no soportarse a sí mismo. No se sabe a qué fue ni por qué ha vuelto. Ha regresado con kilos de más e inglés de menos y, como dice que no duerme, se ha dado a maltratar de madrugada a unos peritos policiales como si el ácido bórico fuera cocaína pura. Si cree que estas cosas se las van a agradecer los socialistas es que no los conoce pese a sus chalaneos con ellos. Éstos no le van a proponer para ningún cargo internacional aunque asesore a los indios colombianos del Cauca. Su nombre va asociado a los GAL y eso no se puede ir exhibiendo por ahí.

30/9/06

Los convidados (30-9-2006)

La negrada ve en sus chamizos subsaharianos por el canal internacional de TVE a la nieta de Franco mover el culo en un concurso de baile por 48.000 euros la sesión y entienden que España es un país de las mil y una noches al que hay que ir. No es verdad que converjan sobre nosotros por nuestra situación geográfica, porque las mismas avalanchas recibirían Portugal o Italia. Todos los inmigrantes ilegales llaman por un móvil a su lugar de origen para confirmar que hay tránsito libre; amargo pero libre.

Nada le da la razón a Rubalcaba en su supuesto de que hemos tocado techo y la inmigración decaerá, a menos que espere que se hundan más cayucos en su travesía atlántica. La realidad es que nunca hemos sabido qué hacer con nuestros inesperados visitantes; ni lo supo el PP devolviéndolos vía aérea pagada, ni lo sabe el Partido Socialista desde las alegrías de Caldera firmando papeles para todos como si así se pudiera colocar la cuenta a cero. En la conferencia de Madrid de los ocho países de la UE fronterizos con el sur se va a intentar echar el cerrojo europeo si la política de Walt Disney de Zapatero no lo impide. Nuestro presidente tiene la rara habilidad de enemistarse innecesariamente con los mandatarios mundiales y donde pone el ojo coloca la injuria o el desdén. Ninguneó a Bush Jr., ofendió a Angela Merkel y desde su Gobierno se tildó amablemente de gilipollas a Tony Blair. Y ahora ha decidido vérselas con el ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, serio aspirante a la Presidencia, regalando sus sonrisas y favores para la socialista Ségolène Royal. Se debe de haber leído el libro apócrifo ¿Cómo rodearse de enemigos?, y sólo tiene las dobleces de la diplomacia para el gorila venezolano y el amerindio boliviano.

Se preguntaba Felipe González (más astuto que su pupilo) que quién globalizaba la globalización. La globalización también es la nueva trata de negros que contemplamos en Canarias. Son los convidados de la nueva era a los que no queremos pagar la cena. Por mucha que sea nuestra compasión no podemos acogerlos a todos porque no cabemos. En un hospital especializado de Madrid la clientela de inmigrantes no contributivos alcanza el 40%. El capitalismo es así: necesitamos brazos que paguen su Seguridad Social pero no podemos con la carga de los que vienen como marginales. Estados Unidos es el país de la inmigración por excelencia y tiene territorios vírgenes pero expulsa a más de un millón de espaldas mojadas por año al otro lado del Río Grande. Sarkozy propone Armada en la barriga de Africa, inmigración selectiva (artistas, técnicos) y tolerancia cero para los que no tengan papeles. Mienten Zapatero, Fernández de la Vega y Rubalcaba distrayéndonos con cifras ilusorias de expulsión. Para el ágape de la nieta de Franco bailando tenemos demasiados convidados y ni una cerveza en la heladera.

28/9/06

Asesinato por encargo (28-9-2006)

Enrique Haroldo Gorriarán Merlo era hijo de vascos, y como tal, empecinado. Este argentino ha muerto relativamente joven en Buenos Aires de un aneurisma de aorta, la enfermedad que mató a Carlos Cano.

Apodado el pelado por su precoz calva, este militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (trotskistas) pasará a la pequeña historia del terrorismo como el asesino de Anastasio Somoza Debayle en el lugar menos esperado: Asunción del Paraguay. Cuando el Frente Sandinista entró en Managua, Tacho Somoza huyó de Nicaragua llevándose en avión hasta los féretros de sus deudos, que mandó exhumar. Se refugió en un búnker: el Paraguay de Alfredo Stroessner, aparentemente inaccesible para cualquier terrorista. Los sandinistas, conscientes de que no podían llegar hasta él, encargaron el trabajo a Gorriarán y a su pequeño grupo de revolucionarios argentinos. Pasaron las armas por la triple frontera selvática de Iguazú; caminos intransitables hasta para las guardias fronterizas.

En Asunción, con documentación falsa (en Paraguay casi todo es falso), ojearon a Somoza. Tan confiado como Carrero Blanco, salía todos los días de su casa para acudir a su oficina siguiendo el mismo trayecto. La versatilidad de los itinerarios aún no había llegado a los servicios de seguridad. El comando alquiló un piso bajo en el trayecto del ex dictador, pero, queriendo matarle con un lanzagranadas antitanque, temían que a tan corta distancia de la calzada no se activara el detonante, sistema para proteger el lanzador que dispara demasiado cerca. Rentaron a golpe de dólares un quiosquito de periódicos que estaba en la línea de tiro y con comunicación visual con el piso. El quiosco hacía de campana avisando con periódicos en alto que llegaba Somoza. Viajaba en un Mercedes blindado y le dispararon en diagonal, metiéndole un bazoka por la luneta trasera. Quedó desintegrado. El sandinismo se había cobrado la deuda.

Stroessner se volvió histérico creyendo que asistía a una conjura internacional terrorista que acabaría con su vida. Persiguió a patadas en el culo a su ministro del Interior alrededor de la mesa del Consejo de Gobierno y se encerró durante semanas en un sótano blindado (la habitación del miedo) hasta que pasó la tormenta. Gorriarán y su grupo abandonaron Paraguay por las mismas trochas de la selva. El guerrillero no cejó: ocupó el cuartel de La Tablada, en Buenos Aires, ya en democracia, logrando una pequeña matanza (28 guerrilleros, 11 conscriptos) en una intentona inexplicable. Le financió Daniel Ortega y el sandinismo; lo que se ignora es la paradoja de si también le pagaba la CIA.

23/9/06

El champiñón (23-9-2006)

Lo que está sucediendo con el sumario sobre el 11-M se aproxima al arte simple del cultivo de champiñones en cuevas: mucha mierda y ninguna luz. Como soy hijo de ciego, me conduelo con el glaucoma del juez Del Olmo, pero sólo a un irresponsable se le ocurre encargarle un sumario sobre el mayor atentado terrorista en la Historia de Europa occidental.

No fue un acto inocente el encargo a un juez abrumado, y por ello débil. Lo que va a pasar Del Olmo a la sala pertinente de la Audiencia Nacional es, esencialmente, una colección de informes policiales que hacen agua por todas partes. Es legítima la sospecha de que unos moros de tercera, porque no hay cuarta, dados al trapicheo, y una carne de presidio como los confidentes de la policía asturiana ideen, lideren y ejecuten una matanza como la de Atocha y estaciones aledañas.

Del Olmo no sabe quiénes fueron los inductores, ni los técnicos ni la mano de obra. La larga investigación de EL MUNDO sobre las contradicciones y agujeros negros del sumario pueden provocar un juicio sin culpables porque el más lerdo letrado defensor se agarrará a las pruebas manipuladas por la propia Policía. Como cualquier español no sé si tras aquel crimen estuvo la ETA, en su núcleo o en su periferia, proveyendo de explosivos y artefactos electrónicos a unos islamistas de tres al cuarto. Pero resulta inquietante que el Gobierno haya pasado la goma de borrar sobre todo lo que alude a la banda con la que está en tórridas relaciones, y que censure retroactivamente un peritaje policial que cita a ETA.

La reacción de Rubalcaba anunciando medidas legales contra este periódico es un farol, denota su concepto sobre la libertad de información y recuerda demasiado a los GAL de los que él fue protagonista empecinadamente mentiroso. No merecemos un Gobierno que nos mienta. Por supuesto: para empezar no nos merecimos los gobiernos de Felipe González que empezó a matar en el mismo 82. No es el portero sino el sindicato del crimen quien siempre llama a la puerta dos veces. Al presidente le da lo mismo ocho que ochenta desde que nombró al portavoz de los GAL ministro de Interior. Se reproducirán las venganzas profesionales y los intentos de asesinato civil antes que la sombra de ETA planee sobre el juicio.

La Policía, además, ha demostrado su politización. Son ciudadanos que se afilian a sus sindicatos y que pueden votar a quien les pete, pero se dan colusiones con el Gobierno entusiásticamente serviles. Es legítimo suponer que una parte de la Policía de adscripción socialista ha hecho un sumario paralelo al del juez Del Olmo, engañándole, ocultándole e intoxicándole. No podemos estar a merced de mochilas viajeras, coches de quita y pon y pruebas amañadas y peripatéticas. ¿Y cuál fue el explosivo del 11-M? En el juicio no lo vamos a saber porque la policía ha cruzado las pistas hasta hacerlas imposibles.

21/9/06

En territorio islamista (21-9-2006)

El Papa Benedicto XVI no puede prescindir de su cualidad de teólogo y de su rango de cardenal Ratzinger como prefecto de la Congregación de la Fe. Por eso en su conferencia en Alemania ha pecado por erudito, y enlazando dos citas de príncipes del siglo XVI ha dado en motivar a los que le estaban esperando. Traducción va, traducción viene, el Papa ha venido a decir que la razón del hombre también es la de Dios y que en nombre de Él no se puede matar al prójimo. Es una retracción de las Cruzadas, la Inquisición y el violento catolicismo medieval, y, colateralmente, una admonición a la yihad (esfuerzo) que ha lanzado al islamismo contra Occidente. Se ha dado una cuota de violencia anticatólica (una monja asesinada en Somalia, quemas de iglesias), pero habrá muchas más si el Papa no se convence de que carece de libertad de expresión sobre su sagrado ministerio ante los wahabitas y los muslimes en general.

Los hemos visto por televisión aprendiendo el Corán de memoria en las madrasas, inclinando el cuerpo, sin otro alimento cultural. Corán, en árabe, significa sumisión. Y sus páginas les someten a lo que son abyecciones en la civilización judeo-cristiana. Recordar cómo Mahoma cosifica a la mujer es aburrido por sabido. Contiene aleyas sangrientas: «Allá de donde os hayan echado, volved y matadlos a todos». Asunto inquietante cada vez que Bin Laden recuerda: «Que no nos pase lo de Al Andalus». Es uno de los libros sagrados más violentos que se pueden leer.

La reacción europea ante el antipapismo islamista ha sido tardía y poco contundente, y, curiosamente, ha sido el presidente Zapatero quien ha hablado con más claridad del derecho de Benedicto XVI a hablar de lo que le inspire la paloma del Espíritu Santo. Y es que ese misterio del diálogo entre civilizaciones ha de ser de ida y vuelta. Valen las mezquitas en España, pero hacen falta iglesias en Arabia Saudí o Irán. Al contrario que ZP, Mohamed VI, comendador de los creyentes, ha llamado a su embajador en el Vaticano. El sátrapa vecino es muy sensible a que el integrismo musulmán le degüelle y se coloca el primero y el más pío de la procesión.

El incidente papal es un aviso para los navegantes que quieren una interculturización entre el catolicismo y el islam, entre el Nuevo Testamento y el Corán. No se han leído ni el uno ni el otro, pero les privan el aroma oriental y las bayaderas y así reniegan de la Reconquista y, sadomasoquistas, añoran al moro. Mohamed Cebrián, el iraní.

14/9/06

Promotora de Informaciones Socialistas (14-9-2006)

El periodismo español es libre hasta la tergiversación, y más nos vale que sea lo primero aunque tantas veces se caiga en lo segundo. Eso también tiene que ver con el fracaso escolar español que viene de largo, que alcanzó a ZP, y que no hay más que ver en los presentadores de televisión que repiten «ambos dos» con peripuesta naturalidad. Lo más divertido (o preocupante) de los medios es cuando acuden a la contraprogramación informativa. Una televisión generalista (es irrelevante identificarla) dedica minutos de su carísimo y controlado tiempo a intentar desmentir lo que ya es un sumario de EL MUNDO sobre el 11-M; el sumario con el que no puede el juez Del Olmo, apresado entre las presiones gubernamentales y el glaucoma. La tal cadena no dice palabra sobre lo largamente publicado por este periódico pero aceita los mentís gubernamentales, con lo que el televidente queda noticiosamente hemipléjico y meditando a la pata coja con una sola muleta.

Lo que acaba de hacer El País dando por hecho que uno de los confidentes de EL MUNDO sobre el 11-M está a sueldo del periódico mueve a la melancolía profesional y restituye el recuerdo de cómo se trataron en algunos periódicos, los GAL, los fondos reservados de Interior o las empresas fantasmas del Partido Socialista (FILESA and company) para extorsionar al banquero Alfonso Escámez, quien les explicó la técnica extensiva de los informes falsos, y a las empresas estatales. Los periodistas de El País son avezados, tuvieron los informes respectivos en sus mesas de trabajo, pero silenciaron las evidencias en el altar del grupo editorial matrimoniado por interés con el socialismo (las arras más caras de nuestra Historia) y, cuando se vieron desbordados por la realidad, acudieron a atacar al mensajero defendiendo o justificando a personajes truculentos que acabaron siendo juzgados y en dorada prisión.

Cuando escribía para ellos, Jesús Polanco me preguntó: «¿No te estarás pasando en los elogios a Felipe?». No me dejó contestar: «Mejor porque va a ser presidente del Gobierno». Era una visión cósmica del periodismo español que regresa como todo delincuente al lugar del crimen. Se afanarán como galeotes en el sumario de Del Olmo, con más agujeros que un hormiguero, y en la versión oficial de que los terroristas fueron unos buhoneros musulmanes con explosivos y teléfonos móviles en las alforjas. El País ya cayó bajo con los GAL; con el 11-M están dispuestos a superarse a sí mismos.

9/9/06

Rajoy, a la guerra (9-9-2006)

Mariano Rajoy se partió de joven la cara (literalmente) en una accidente de automóvil, y decidió embarbarse para emboscar las cicatrices. Pero pese a su brillantez parlamentaria, la cara se la vuelve a partir cualquier Demóstenes como Pepiño Blanco o un Castelar como el ex ministro Montilla que habla por onomatopeyas. Es como un púgil empeñado en respetar el reglamento mientras su contrincante (Zapatero) da patadas en las espinillas y en los bajos. Le falta a Rajoy la desvergüenza y el instinto asesino de sus adversarios. Debería huir del chantaje sobre la última guerra de Irak que el Partido Socialista utilizará como berbiquí hasta que se enfríe el infierno. En la foto de las Azores aparecieron tres, menos el primer ministro portugués, y 50 naciones, incluido el Japón, que participaron en una ofensiva finalmente sancionada por Naciones Unidas. Nada nos puede avergonzar de haber llevado a juicio a Sadam Hussein. Sólo la progresía gubernamental española anatematiza aquella guerra.

Rajoy te entusiasma hablando y te deprime votando. ¿Quién le ha dicho al PP que tenemos que intervenir en el Líbano? Es una misión incierta: desactivar minas y cubrir la frontera sur sirio-libanesa por donde pasa el abastecimiento bélico de Hizbulá que ha jaleado públicamente el 11-M. No nos quieren ni los israelíes a los que torpemente ha vejado el Gobierno español. Todo quedará igual pero con tropas de interposición. Una misión eterna hasta que al dios del tiempo se le pelen las barbas y se le rompa el reloj de arena o la clepsidra.

El PP debería haber votado en solitario contra la intervención en el Líbano (o al menos haberse abstenido), aunque sólo fuera por remover el espeso caldo parlamentario. Haber dejado al PSOE votar a favor de Kofi Annan, nepotista, corrupto y consentidor de las matanzas en los grandes lagos africanos. Las NNUU no son el Espíritu Santo de las relaciones internacionales. Los 10 millones de votantes del PP lo hubieran entendido porque no son belicistas como supone Pedro Arriola. Si las cosas salen mal (Dios no lo quiera) Zapatero dispondrá de un cheque en blanco firmado por el PP y por el que no le han dado ni las gracias salvo algún antirreglamentario golpe en las gónadas.

El sentido del Estado ciega a Mariano Rajoy. Por el Estado se han cometido crímenes recientes y no es un camino de perfección sino de delincuencia remunerada. No es un asunto de Estado enviar contingentes al Líbano, ni nuestra negativa va a enojar a Chirac, el único amigo decadente que le queda a Zapatero en Europa. Tampoco serviremos de nada no pudiendo desarmar a Hizbulá. Vamos de convidados de piedra. ¿Por qué avala Rajoy este desatino que ni contenta a su propio electorado? Rajoy se vuelve a ir a la guerra, pero con mi voto no parte ni un solo soldado. Si regresan bolsas negras, que le pregunten también al carapartida.

7/9/06

El diminutivo de farruco (7-9-2006)

Ya se sabe que bienaventurados los peatones que cruzan por los pasos de cebra, porque ellos verán a Dios. No hay semana en que algún cristiano sea elevado a los cielos desde un paso protegido. Yo cruzo las calles en diagonal y, por cálculo de probabilidades, tengo más opciones a la existencia. Ultimamente tengo tendencia a querer meter a la gente en la cárcel. Vano empeño en esta sociedad donde no van a prisión ni los condenados por el Tribunal Supremo. Lo hablo con mi psiquiatra pero, escéptico como yo, sólo me receta las píldoras rojas de los psicofármacos. Farruco: pollo joven, ufano, persona que se muestra satisfecha de sí misma.

Farruquito, el hijo de El Farruco, mató a un peatón en un paso de cebra, yendo a alta velocidad, sin tener el carné de conducir y no sabemos si ebrio porque huyó sin prestar asistencia. Nada farruco. El coche que atropella siempre está más cerca del atropellado, pero Farruquito se dio a la fuga porque un artista provincial como él no podía pasar por tal oprobio aunque mediara la muerte de otro. Para coronar su ignominia atribuyó a su hermano menor de edad la conducción del auto.

Yo comprendo hasta a los que sodomizan las ocas cortándoles la cabeza para recibir sus últimos espasmos, pero no entiendo estas dudas sobre si el nieto de El Farruco ha de ingresar o no en prisión. Su actuación tras el accidente ha sido infame: impasible ante los jueces, no ha mostrado corazón ante la víctima, rodeado por una tribu amenazante de palmeros y parientes, no ha bajado la cabeza ni pedido perdón. De inmediato se casó en un jolgorio de dos días, donde cantó y bailó con el cadáver en la mesa de los entremeses. Hasta alguna folclórica jubilada se dejó caer por los esponsales para acabar borracha, única eximente para estar allí. Al muerto le daban bofetadas sociales. Este chico con ínfulas debe ingresar en prisión para purgar y meditar, que ser farruco hay que sostenerlo con la hombría de asumir un accidente desgraciado y no esconderse y mentir cobardemente. Además, no es tanta la pena y hasta le sacará jugo publicitario en la telebasura, Telecinco y Antena 3 le convertirán en estrella mediática pagada a peso de morbo.

El hijo de El Farruco es la contraportada del imparable avance de la DGT sobre los galeotes del volante. A Farruquito no le van a quitar los ocho puntos del carné de conducir, porque no lo tiene. Ya nadie le impide sacárselo mañana mismo. Sabemos del diminutivo de farruco, ¿pero cuál es de Farruquito? Un homicida chulesco.

1/9/06

España se despliega en el Limbo (1-9-2006)

El papa Juan Pablo II se equivocó suprimiendo el Limbo porque estar en Babia no tiene la misma fuerza conceptual. Antes de que el Congreso lo debata, ya estamos desplegando fuerzas en el Limbo del Líbano. Kofi Annan, y por extensión las Naciones Unidas, también. La resolución 1.701 del Consejo de Seguridad es calcada de otras anteriores y fracasadas sobre el mismo teatro de operaciones libanés, y es que las resoluciones de la ONU son esquizofrénicas a fuerza de intentar complacer a todas las partes implicadas en un conflicto, pero lo del Líbano es sanar un tumor con mercurocromo porque no es un Estado, sino un rebaño de facciones religiosas pastoreado por Siria e Irán, con un Ejército inútil e igualmente fraccionado en sectas.

Hizbulá es como el anillo de Moebius que no tiene principio ni fin: es una organización terrorista, tiene tres ministros en el Gobierno de Beirut y el 30% en la Cámara de Diputados. Las fuerzas de la FINUL tienen prohibido intervenir contra Hizbulá, que no se va a dejar desarmar por el teórico Ejército libanés. Sería algo así como si la Ertzaintza pretendiera desarmar a los Mossos d’Esquadra. En Bosnia-Herzegovina la ONU es como la Guardia Civil, y Kosovo acabará en partición entre serbios y albaneses. Pero el Líbano es eterno como el Limbo, hasta que algún Papa lo derogue. Nunca mejor dicho que las tropas españolas van para quedarse en una política de seguidismo de Francia que es la mitad del corazón de Europa que le queda a Zapatero. El mayor contingente que se desplazará al extranjero va de Don Tancredo.

Llegamos, además, con la reticencia israelí y el aplauso de Hizbulá, que dialoga de una civilización a otra con lanzaderas de cohetes. Si aquí conversamos con ETA, ¿por qué vamos a hacerle ascos a los ayatolás alzados en armas? No es cierto que Zapatero sea un pacifista: lo que no le gustaba era la guerra de Irak a la que se agarró como clavo electoral. Su disposición a implicarnos en conflictos extraños es casi militarista. Pero lo peor es que en el Líbano no podemos hacer nada, salvo pisar una bomba de racimo, y no decidimos nada ni nos dan el mando de una brigada: acudimos de chusqueros. Y ¿qué hace Felipe González en Teherán? ¿Representa intereses de Jesús del Gran Poder o del todopoderoso mexicano Slim? ¿O es un enviado de la Internacional Socialista? Irán quiere llegar a un equilibrio de terror nuclear con Israel, y causa más temor que FG lleve una mediación por encargo de ZP. La política socialista en el área siempre pasa por los sirios y los persas que son un explosivo retardado. El Limbo atómico.

29/8/06

«… y 40 años de vacaciones» (29-8-2006)

En el sondeo demoscópico que está publicando EL MUNDO sobre los comportamientos ante el franquismo aparecen yacimientos mentales tan interesantes como el de Atapuerca. Así, que una mayoría de españoles se crea que el Partido Socialista llevó el peso de la lucha contra la dictadura. Resistencia hubo poca, pero la palma se la llevaría el Partido Comunista, desde el principio. Partisanos invadieron en 1945 el Valle de Arán en procura de un alzamiento interior, y tuvo que ser el propio Santiago Carrillo en persona quien les sacara a gritos de allí. Carrillo entonces estaba muy lejos de desvariar como ahora. Indalecio Prieto evacuó por mar a los maquis socialistas. El Partido Socialista se dedicó a hacer política internacional desde un fantasmal Gobierno en el exilio y los sacrificados del PC bregaron dentro, fundaron el sindicato Comisiones Obreras y sufrieron la mayor represión. No evitaron que el dictador se muriera en la cama pero fueron omnipresentes: si en aquellos años de esparto querías hacer oposición tenías que pasar por algún partido comunista, que los hubo como sapos tras la lluvia, porque al PS no le encontrabas ni en el Ateneo de Madrid. Muerto Franco, pero con todo su aparato represor en marcha, oías por la radio de la policía en días de manifestación: «No detengan a Felipe González; bajo ninguna circunstancia detengan a Felipe González».

El PS de Zapatero quiere hacerse con una infantil reputación antifranquista descabalgando a Franco y sus símbolos. Es un asunto ancilar que no tiene morbo y debe interesar a muy pocos. Creo haber dado cuenta alguna vez de la inteligencia de los húngaros, que han desmontado todas las estatuas del sovietismo creando un parque de figuras en Budapest (en Pest), que aparece en las guías de turismo y al que le sacan alguna rentabilidad porque te cobran la entrada y en un chiringuito te venden camisetas del Che o relojes rusos desvencijados. No hay revanchismo; hay cachondeo. Zapatero podría hacerse un corral con las estatuas ecuestres de Franco, como caballería de plomo, si no fuera porque todas son de grosera factura y siempre el rechoncho caballero (el teniente general Queipo de Llano le llamó siempre Paca, la culona) queda menoscabado por el caballo. Felipe no movió una estatua y eso que le votamos para 14 años; no hacía falta ni había que exorcizar al de El Ferrol. Para satisfacer al PC o a ERC, tan puntillosos con las más tontunas formas, Zapatero se está haciendo el almacén de bronce que servirá para hacerle a él una estatua cuando le otorguen el Premio Nobel de la Paz, que está al caer en cuanto termine de rebasar a ETA por la izquierda.

24/8/06

El botín bien vale una cárcel (24-8-2006)

Yo creí que el primero que iba a acabar diciendo la verdad era el ex ministro del Interior, José Barrionuevo, por presiones familiares y por lo dolido que estaba con Felipe González. ¡Aquel libro de memorias en el que Barrionuevo equivocaba la fecha en que tuvo conocimiento del secuestro de Segundo Marey, y que prologó Felipe tan a última hora que tuvieron que embucharlo como separata de quita y pon! Finalmente el último de la cuerda de presos, Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, ha sido el que ha obtenido más réditos por su silencio. Como en toda mafia nadie se arrepiente de la omertá. Condenado a 17 años, una pena leve, por secuestro y malversación de fondos públicos, sólo acabará cumpliendo, si la fiscalía no recurre, 26 meses de cárcel. Y el perillán no sólo no se arrepiente de sus delitos sino que alardea de ser una víctima política, y no da noticia de los 645 millones de pesetas de los fondos reservados de Interior con los que se autopremió. Al menos Rodríguez Colorado, ex director general de la Policía, devolvió los 100 millones de pesetas que tenía en la isla de Man. Menuda banda aquella; cuando José Antonio Asunción tomó posesión del Ministerio, encontró los cajones de los despachos llenos de fajos de dinero.

Le llamaban el gitano y le rondan presuntas responsabilidades en intentos de destrucción de imagen, asesinatos civiles a la postre. Está deprimido, dicen; no se corresponde con el fenotipo. Pero tampoco es raro que la prisión deprima. Eso, si no se cura, al menos se controla con psicofármacos. Que le den ansiolíticos. Y en todo caso que concedan beneficios penitenciarios extraordinarios a los miles de presos que están más deprimidos que él y a los que no espera un botín a las puertas de la cárcel. No me vendo barato, pero por 645 millones de pesetas a cambio de 26 meses, lo firmo: aprendo un idioma o hago un máster en informática. Y ni siquiera me lame el lobo de la depresión. Estarán tomando nota los malayos de Marbella. La mujer de Roca dice en la peluquería que no les han quitado ni una cuarta parte de lo que tienen. No se pudrirán en la cárcel, y como el sistema judicial español se olvida tan a menudo de la necesidad de restituir lo robado, seguirán viviendo como horteras fastuosos de las cuentas secretas en Gibraltar.

Aducen los socialistas que por aquellos desmanes ya pagaron el precio político de perder unas elecciones. Precio barato para volver a gobernar en ocho años. La realidad es que el único pato a la naranja de aquellos desafueros ha sido Luis Roldán, y ni siquiera se persigue a Fernando Paesa que robó a un ladrón. Lo de Vera es incitar a la malversación.