26/12/87

La Armada argentina dice no tener comunicación oficial sobre la situación de Astiz (26-12-1987)

Portavoces de la Armada argentina afirmaron el jueves que en el Edificio Libertad -sede del almirantazgo- no se había recibido aún oficialmente ninguna comunicación del Ministerio de Defensa relativa a la futura situación del capitán de corbeta Ignacio Alfredo Astiz. Las mismas fuentes indicaban sólo tener conocimiento de la decisión presidencial del pasar a este oficial a retiro por lo leído en los periódicos.El pasado martes, Astiz recibió sus nuevas insignias en la base nava. de Puerto Belgrano, apostadero de la flota de mar, donde se desempeña como jefe de operaciones del destructor misilístico hércules. El contralmirante Emilio Osses, comandante de la flota de mar, presidió una reunión de jefes navales en Bahía Blanca para informar sobre la situación de Astiz, comentando públicamente que no cabe esperar que antes del próximo mes de junio la junta de calificaciones navales se pronuncie sobre el pase a retiro del nuevo capitán de corbeta.

Por lo demás, no existen indicios de tina reacción inmediatamente, peticiones de retiro- entre los altos mandos navales o los camaradas de promoción de Astir. De entre las reacciones políticas cabe destacar la descalificación del ingeniero Álvaro Alsegaray, líder de la Unión de Centro Democrático (UCD) -centro-derecha-, un partido en auge que aspira a ser bisagra entre radicales y peronistas. Alsogaray estima que a Astiz se le ha fabricado una imagen por parte de organizaciones izquierdistas que ha sido divulgada por la Prensa internacional a su servicio. Critica así el líder ucedista el futuro pase a retiro del oficial, afirmando que Alfonsín ha tomado justa medida exclusivamente con las miras puestas en su próximo viaje de enero a Suecia.

La Navidad, el fin del curso escolar y el comienzo del éxodo de las vacaciones veraniegas han acolchado este nuevo pulso entre el poder civil y las fuerzas armadas. Y hasta en un gesto de buena voluntad se ha decidido que el ex teniente coronel Aldo Rico, la cabeza rebelde de Semana Santa, preso en Campo de Mayo, a la espera de su juicio militar por amotinamiento, pase la Navidad en arresto domiciliario.

Mensaje de Alfonsín

El presidente Alfonsín se dirigió el miércoles al país por la cadena nacional de radio y televisión asegurando que la situación de la República ha mejorado globalmente y que, aunque esperan años difíciles, los argentinos aún pueden permitirse algún optimismo sobre el futuro económico e institucional. Aseguró Alfonsín que no va a completar los dos años que le quedan de mandato sólo para administrar -se encuentra en minoría parlamentaria-, sino que pretende sacar adelante sus grandes proyectos de reforma de la República. Grabado su mensaje, se retiró a Chapadmalal, al sur de la provincia de Buenos Aires, donde ha comenzado el presidente sus vacaciones estivales.

24/12/87

Alfonsín asciende a Astiz y le pasa a retiro (24-12-1987)

"El lagarto se quedó sin cola" o "Feliz Navidad" son algunos de los títulos con los que los diarios porteños acogían ayer el pase a retiro obligatorio del ya capitán de corbeta Alfredo, Ignacio Astiz. El presidente argentino, Raúl Alfonsín, contrariando los criterios de su ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, y desoyendo los consejos de importantes sectores de su partido, la Unión Cívica Radical (UCR), cumplió con la ley ascendiendo a Astiz a su empleo inmediato superior con retroactividad al 31 de diciembre de 1985, y ordenando asimismo el pase a retiro obligatorio del oficial de la Marina.
La doble decisión quedó plasmada en dos documentos: uno dirigido al ministro de Defensa en el que se fundamenta el paso dado por el presidente y otro, secreto, en el que se especifican las causas que aconsejan el retiro obligatorio de Astiz. Ambos textos han sido firmados por el propio Alfonsín en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas argentinas, realzando así la orden, dado que las instrucciones pertinentes podrían haber sido cursadas simplemente por el ministro de Defensa.

Retraso de uno o dos meses

El pase a retiro de Astiz no es automático, ya que debe de ser formalizado por el Estado Mayor naval, trámite que podrá retrasarse un mes o dos si en vez de iniciarse ahora se comienza tras las vacaciones del verano austral. En el ínterin, Alfredo Astiz podría desempeñarse ya con su nuevo grado como jefe de operaciones del destructor en que se encuentra embarcado con base en Puerto Belgrano.En el edificio Libertad, sede del almirantazgo, la noticia ha sido recibida con un ominoso silencio. "Ahora la pelota ha vuelto al campo de la Marina", comentó un miembro del Gobierno radical. No cabe, fuera de la insubordinación, un incumplimiento por parte de la Armada del retiro obligatorio dictado por Alfonsín, pero sí se esperan decisiones de pase voluntario a retiro que podrían incluir la del vicealmirante Ramón Arosa, jefe del Estado Mayor de la fuerza, lo que provocaría un maremoto de dimisiones en cadena en la cúpula naval.

La Armada ha mantenido en torno a Astiz un cerco de defensa en el correcto entendimiento de que constituía un símbolo tanto nacional como internacional de la guerra sucia contra la subversión desarrollada bajo la dictadura militar de 1976-1983. La Armada peleó bravamente por impedir en su tiempo el procesamiento de Astiz y, ahora, por lograr mantenerle en activo, pensando en otros oficiales menos conocidos que el citado pero que teniendo igualmente las manos manchadas de sangre civil podrán en el futuro emprender el mismo camino del retiro forzoso de este héroe contemporáneo.

Derechos humanos

Alfonsín, en su escrito al ministro de Defensa, recupera su mejor aliento de 1983 en defensa de los derechos humanos, y escribe a Jaunarena: "Las conclusiones, provenientes de los órganos encargados de la Administración de la justicia de la República, tornan procedente la adopción de la medida administrativa por la que se le reconoce el grado inmediato supe,rior, al desaparecer los obstáculos legales y reglamentarios que impidieran con anterioridad su ascenso (...).(...) Así las cosas, resuelta reglamentariamente la situación del citado oficial, preocupa ahora al presidente de los argentinos la eventual incidencia negativa que sobre la cohesión del cuerpo social podría significar mantenerlo en servicio como, a su vez, la repercusión que ello pudiera generar sobre las instituciones castrenses", señala el escrito del presidente argentino. "Es por ello", agrega, "que he apreciado en el correspondiente informe complementario fundado, que el capitán de corbeta don Alfredo Ignacio Astiz, no debe permanecer en actividad, debiéndose seguir el procedimiento correspondiente a tal efecto".

En su informe reservado, Alfonsín no sólo considera los crímenes en los que se vio envuelto Astiz sino igualmente su deshonroso desempeño como jefe de los lagartos -comandos de la infantería de Marina- en su breve ocupación de las Georgias del Sur durante la guerra de las Malvinas.

Lo dicho: ahora la pelota está en terreno de la Marina.

22/12/87

Alfonsín cede a la presión de la Armada para que ascienda el teniente Astiz, acusado de torturas y otros graves delitos (22-12-1987)

Antes del próximo 31 de diciembre el teniente de navío Ignacio Alfredo Astiz será ascendido a capitán de corbeta, al haber sido declarado apto para el empleo inmediato superior por la junta de calificaciones de la Armada argentina. Astiz debería haber ascendido en 1985, pero los procesos en que se vio involucrado por violación de los derechos humanos demoraron su ascenso.

Una vez ascendido, el flamante capitán de corbeta deberá iniciar su período anual de vacaciones, por lo que podrá retrasarse hasta comienzos de febrero la decisión de otorgarle destino, sugerirle el retiro, obligarle a retirarse o dejarle indefinidamente a disponibilidad del Estado Mayor de su arma.No obstante, la presión de la Armada es muy fuerte y cerrada para que Astiz prosiga su carrera naval sin ninguna interferencia del poder político. El presidente Raúl Alfonsín y su ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, han mantenido reuniones con expertos jurídicos civiles y militares sin encontrar el menor resquicio legal para impedir el ascenso del oficial que comandó un grupo de tareas en la Escuela de Mecánica de la Armada durante la guerra sucia contra la subversión, bajo el apodo de Cuervo. Astiz es acusado, entre otros delitos, de la desaparición de la adolescente sueca Dagmar Hagelin, y de las monjas francesas Alice Domon y Leoni Duquet.

Su pase a retiro por orden del ministro de Defensa sería una decisión política que debería enfrentarse a la explícita amenaza de la dirección de la fuerza, que encabeza el vicealmirante Ramón Arosa, de dimitir el bloque. Sólo dentro de 10 años, si el régimen democrático pervive en la Argentina, Astiz podría ver truncada su carrera sin traumas institucionales; en 1997 deberá hipotéticamente ascender a capitán de fragata, rango a partir del cual sólo se puede ascender mediante acuerdo secreto del Senado de la nación.

Esperanza remota

Resta una remota esperanza de que Astiz solicite voluntariamente su retiro y acepte las ofertas que se le están haciendo de trabajar como instructor de la Marina, en astilleros civiles o incluso como agregado a una embajada como la de Argentina en Suráfrica, donde ya sirvió durante algunos años a plena satisfacción del régimen surafricano. El caso es que el presidente Alfonsín, tras el golpe de Estado blando del Ejército de Tierra durante la pasada Semana Santa, y perdida su mayoría parlamentaria y en las gobernaciones de las provincias en las elecciones del 6 de septiembre, carece de poder real para plantarle cara a la Armada.Cabría una última posibilidad de solucionar el caso Astiz en un terreno judicial.

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, máximo tribunal castrense, juzgó y condenó a los responsables militares de la pérdida de la guerra de las Malvinas. Dado que, desde la asunción del Gobierno radical, las sentencias militares son apelables ante la justicia ordinaria, el fiscal federal Julio César Strassera recurrió aquellas por no estimarlas ajustadas a derecho; particularmente la que absolvía a Astiz por la rendición de las islas Georgias del Sur sin disparar un solo tiro, aún en el supuesto de haber recibido órdenes para hacerlo así.

Código de honor

La fiscalía de la Cámara Federal de Apelaciones estima que según el código de honor de las Fuerzas Armadas argentinas, el jefe de una plaza no puede rendirla sin haber agotado el parque o haber perdido dos tercios de sus hombres en la batalla.Si en esta apelación, que comenzará a verse en febrero próximo, el ahora capitán de corbeta Alfredo Astiz resultara condenado, se facilitaría políticamente su definitivo retiro de la Armada argentina.

19/12/87

El golpista argentino Aldo Rico será juzgado por militares (19-12-1987)

Por tres votos contra dos, la Corte Suprema de Justicia argentina decidió que el ex teniente coronel Aldo Rico sea juzgado por la justicia militar y no por la civil, que también le reclamaba. Aldo Rico se atrincheró entre el 16 y el 19 de abril en la Escuela de Aplicación de Infantería de Campo de Mayo, cuartel general del Ejército.

La acción de Rico provocó la ruptura de la cadena de mando en el Ejército de Tierra y la caída del jefe del Estado Mayor de la fuerza.El teniente coronel fue separado de las fuerzas armadas por el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, y el juez federal Daniel Piotti le intimó a la rendición procesándole por rebelión. Ahora, el fallo de la Corte Suprema ha decidido que el juicio contra el ex teniente coronel corresponde a la justicia militar por cuanto "no surgen elementos que permitan, afirmar que el procesado pretendió arrancar una medida o concesión a algunos de los poderes públicos del Gobierno nacional".

La Corte Suprema preestablece así que la asonada de Rico fue un motín y no una rebelión. Los magistrados Jorge Bacque y Enrique Petracchi disintieron, estimando el primero que los sucesos de Semana Santa constituyeron una rebelión y el segundo que en el caso Rico debe actuar primero la justicia militar y después la justicia civil.

El caso es que Aldo Rico, preso en Campo de Mayo, ha visto satisfechas sus aspiraciones de ser juzgado en su fuero. De cualquier manera, tras la reforma del Código de Justicia Militar argentiro en 1984, todas las sentencias castrenses son apelables ante la justicia ordinaria. Así, en el futuro , la fiscalía de la Cámara Federai de Apelaciones en lo Criminal y Correccional podrá intervenir sobre la sentencia que Rico reciba de sus camaradas de armas.

Por otra parte, ayer se reunió durante toda la mañana el almirantazgo argentino para deliberas sobre la situación del teniente de navío Ignacio Alfredo Astiz, quien tiene retrasado dos años su ascenso a capitan de corbeta.

Alfredo Astiz vio congelado su ascenso al encontrarse involucrado en gravísimos delitos contra los derechos humanos, como la desaparición de la adolescente sueca Dagmar Hagelin y de las rrionjas francesas Alice Domon y Lconie Duquet.

La primera causa contra él prescribió, aunque se probó su culpabilidad, y de la segunda fue desprocesado en virtud de la ley de obediencia debida.

No se espera que antes de la próxima semana el presidente Alfonsín decida sobre el ascenso de Astiz, aunque se sabe de su intención primera de ascenderle -con la ley en la mano no puede hacer otra cosa- y exigirle de inmediato su pase a retiro. Otra solución más suave consistiría en ascenderle a capitán de corbeta y dejarle indefinidamente en disponibilidad para ganar tiempo, al tiempo en la esperanza de que se aburra y pida él mismo su retiro. En cualquier caso, la sociedad civil no puede tolerar que un oficial como Astiz prosiga y culmine su carrera naval.

La reacción de la Armada argentina es imprevisible y comprende dos supuestos máximos y peligrosos. La cúpula naval encabezada por el vicealmirante Ramón Arosa, podría pedir su propio pase a retiro, si se corta la carrera de Astiz, provocando una crisis en el arma, dado que ningún otro almirante aceptaría sus tituir a Arosa. Menos probable pero posible es que los compañeros de promoción de Alfredo Astiz, tenientes de navío y capitanes de corbeta, se autoacuartelen en la base naval de Río Santiago en defensa de su camarada y en una reedición del planteo del Ejército de Tierra durante Semana Santa.

El presidente Raúl Alfonsín, una vez más, se ve abocado a elegir entre la peste y el cólera.

10/12/87

Seguimiento irregular de la huelga general peronista (10-12-1986)

Un seguimiento mediano distinguió la décima huelga general organizada por la central sindical peronista Confederación General del Trabajo (CGT) en los cuatro años de la recobrada democracia argentina. La huelga, en esta ocasión por 34 horas, se inició como en numerosas ocasiones anteriores aprovechando las lindes de una festividad: el feriado optativo del martes a cuenta de la Inmaculada Concepción.Esta vez la CGT se retiró de la Capital Federal iniciando la huelga con una concentración en La Matanza, partido industrial bonaerense, que reunió entre 10.000 y 20.000 personas. Saúl Ubaldini, el trabajador cervecero que encabeza la CGT, pretendió ridiculizar al presidente, Raúl Alfonsín, imitando su voz y fue crítico y sarcástico con los ministros de Economía, Trabajo y Obras Públicas. Nuevamente el núcleo de su mensaje consistió en la exigencia de la renuncia del equipo económico del Gobierno, al que acusa de encontrarse al servicio del Fondo Monetario Internacional.
Estimulado por los concurrentes, que levantaban imágenes de la Virgen de Luján, muy milagrera y patrona del Ejército, Ubaldini cerró su discurso con un "¡Gracias Virgen mía, por darnos este acto!".
La huelga ha sido seguida muy irregularmente en todo el país, acaso ante el cansancio por tan repetitiva fórmula. Salieron los periódicos aunque en paginación reducida y oficinas bancarias, comercios y espectáculos, abrieron sus puertas en gran número. Circularon taxis y autobuses conducidos por sus propietarios y sólo la paralización de los trenes subterráneos y de superficie incidió seriamente en la asistencia al trabajo.

El hecho de que la CGT realizara su concentración en la provincia de Buenos Aires y no en la capital argentina y la escasa asistencia a la misma -pese a celebrarse en una cicunscripción eminentemente obrera- se interpreta en Argentina como un decaimiento del poder de convocatoria del sindicalismo peronista.

El presidente Alfonsín no sólo se ha ausentado de esta décima huelga -se encuentra en viaje oficial de siete días a Italia y el Vaticano- sino de la transmisión de poderes a los 22 gobernadores provinciales electos el pasado 6 de septiembre, de los que 14 son peronistas, y sólo dos -Córdoba y Río Negro- radicales, y el resto pertenecientes a caudillismos locales.

Antes de su marcha el presidente se reunió en el domicilio del ministro del Interior, Enrique Nosiglia, con el hoy ya gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero, líder de la corriente renovadora del Movimiento Justicialista y firme candidato presidencial para las elecciones de 1989.

Cafiero es desde hoy gobernador de la primera provincia del país pero se enfrenta con una mayoría de la Unión Cívica Radical en el Congreso provincial y con otra mayoría -también radical- de alcaldes y por ello tiene necesidad de pactar con el jefe del radicalismo.

Strassera, nombrado embajador argentino ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (10-12-1987)

Julio César Strassera, fiscal de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, ha sido designado embajador argentino ante las oficinas de las Naciones Unidas defensoras de los derechos humanos con sede en Ginebra. El nombramiento, a instancias del Gobierno de Raúl Alfonsín, fue aprobado el pasado lunes por la Comisión Permanente del Senado y será ratificado antes de fin de mes y en un mero trámite por el Congreso de Diputados y Senadores.Bajo la fiscalía de Strassera, el ex teniente general Videla y el ex almirante Massera, integrantes de la primera junta militar argentina, fueron sentenciados a cadena perpetua por crímenes aberrantes contra la humanidad; el ex teniente general Viola, segundo presidente militar de la dictadura, fue sentenciado a 18 años de prisión, así como a ocho años el ex almirante Lambruschini, miembro de su Gobierno. El ex brigadier general del Aire Agosti, integrante de la primera junta militar, también fue sentenciado a cuatro años y medio de penitenciaría.

En otras causas, la fiscalía dirigida por Strassera obtuvo 25 años de prisión para el ex general Ramón Camps, ex jefe de la policía de Buenos Aires, y 20 años para su sucesor en el cargo, el ex general Richieri.

La designación de Strassera como embajador ante las Naciones Unidas en Ginebra ha sido negociada de mutuo acuerdo entre el Gobierno y el interesado para alejarle del foco de amenazas y tensión política de Buenos Aires. Para dar continuidad a la labor de la fiscalía será nombra do sustituto el fiscal adjunto Luis Moreno Campo.

30/11/87

El ascenso y probable retiro de Astiz abre otra crisis militar en Argentina (30-11-1987)

El grado militar del teniente de navío Alfredo Ignacio Astiz podría provocar en la Armada argentina una situación paralela a la que durante la pasada Semana Santa llevó al Ejército de Tierra a la insurrección. El Gobierno ha decidido en principio ascenderle al grado inmediato de capitán de corbeta y exigirle automáticamente su pase a retiro. La cúpula de la Marina, encabezada por el vicealmirante Ramón Arosa, se opone terminantemente a esta solución de compromiso que acabaría con la carrera naval de uno de los símbolos de la represión castrense.Durante los primeros y peores años de la dictadura militar instaurada en 1976, Astiz integró uno de los grupos de tareas pertenecientes a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en la capital federal, principal centro de detención clandestina y tortura del país.

En diciembre de 1986 la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, aun admitiendo la responsabilidad de Astiz como autor probado de delitos de privación ilegítima de la libertad y lesiones graves, no pudo condenarle por haber prescrito los crímenes probados.

El 12 de diciembre de 1977, tras haberse infiltrado entre las Madres de Plaza de Mayo como supuesto hermano de un desaparecido, propició la detención en la iglesia de la Santa Cruz de 14 personas de entre las cuales las monjas francesas Alice Donon y Leoni Duquet desaparecieron tras habérselas visto violadas y torturadas en la Escuela de Mecánica de la Armada. El pasado mes de junio Astiz, en prisión preventiva por este caso, fue puesto en libertad en aplicación de la llamada ley de obediencia debida que desprocesó a los oficiales que violaron los derechos humanos siguiendo órdenes de sus superiores.

Rendición

En 1982, Astiz, comando naval -es buceador de combate- ocupó al mando de Los Lagartos, unidades de elite de la infantería de Marina, las Georgias del Sur, durante la crisis de las Malvinas. Las rindió a la Armada británica sin disparar un tiro. Juzgado, fue absuelto por tribunales militares en el entendimiento de que recibió de sus superiores la orden de rendición.Desde hace dos años el ascenso de Astiz a capitán de corbeta ha sido congelado por los dos primeros procesos a que fue sometido y cuyas resoluciones exculpatorias han sido apeladas. Ahora la discusión entre el partido gubernamental -la Unión Cívica Radical- y el Gobierno ha sido muy violenta sobre la situación de este oficial. Una fórmula de compromiso se ha alcanzado resolviéndose ascenderse al grado inmediato superior y exigirle el pase a la reserva. Los altos mandos navales se han negado en redondo en el buen entendimiento de que ése será el camino que seguirán todos los restantes oficiales desprocesados por delitos aberrantes contra la humanidad, asunto en el que la Armada argentina obtuvo antaño elevadas cualificaciones.

27/11/87

El sindiato peronista convoca su décima huelga general contra la política de Alfonsín (27-11-1987)

La peronista Confederación General del Trabajo (CGT) acordó en la noche del martes llevar a cabo su décima huelga general contra la política económica del Gobierno radical en menos de cinco años de restauración democrática.Esta décima huelga general tendrá una duración de 34 horas, y se iniciará el 8 de diciembre a las dos de la tarde. El éxito de este nuevo pulso al Gobierno de Alfonsín está garantizado de antemano,al ser feriado optativo el día 8 de diciembre para el comercio y la Administración pública, con lo que los trabajadores de estos ramos no perderán su jornada salarial, en la duda de si se declaran en huelga u optan por una vacación a la que en ese día tienen derecho.

Aunque la CGT mantiene su ritmo de al menos dos huelgas generales por año -durante los siete años de dictadura militar sólo convocó una, ya en la agonía de la penúltima junta castrense-, la próxima supondrá un salto cualitativo, al superar las 24 horas y decidirse tras intensas negociaciones fracasadas entre el Ministerio de Trabajo y la única central sindical.

Saúl Ubaldini, el trabajador cervecero líder de la CGT, se trasladó hasta la sede de su central en una, ambulancia seguida por una unidad móvil de terapia coronana intensiva -se encuentra internado por una afección renal- para decidir personalmente la fecha y el alcance de la nueva huelga general.

Por su parte, el ministro de Trabajo, Ideler Tonelli, dejó una puerta abierta a una posible solución de este nuevo conflicto afirmando que el Gobierno siempre vería con buenos ojos una mediación de la Iglesia católica. La CGT se encuentra fuertemente influenciada por la jerarquía católica argentina -la Iglesia más conservadora de América del Sur-, y entre los- asesores y redactores del discursos de Ubaldini se cuentan prestigiosos sacerdotes.

No obstante, caben escasas esperanzas de que la jerarquía católica medie en esta huelga, con la que comienza oficialmente la campaña electoral peronista para las elecciones presidenciales de octubre de 1989, que, con toda seguridad, serán adelantadas al menos seis meses. El obispo de San Justo ha rechazado la posibilidad de mediación entre el Gobierno y los sindicatos peronistas, aduciendo que "el congelamiento de precios no existe" y que "la situación socioeconómica no ha inejorado".

Dólar oficial y dólar 'negro'

Esta décima huelga general se enmarca en una situación económica caracterizada por una brecha cambiaría entre el dólar oficial y el negro del 18,80%, y por una inflación mensual del 8,5%. El tobogán del Plan Austral de economía de guerra sube y baja, defendiéndose precariamente, pero en estos momentos precisamente asciende, si se tiene en cuenta que la inflación del mes de octubre creció hasta el 20% , lo que obligó al Gobierno a adoptar drásticas subidas de tarifas y un tercera congelación de precios.

6/11/87

La huelga contra Alfonsín reúne a las dispersas huestes peronistas (6-11-1987)

La novena huelga general en Argentina contra el Gobierno de Raúl Alfonsín ha servido, al margen de sus discutibles pero legítimos intereses sindicales, para reunir a la grey de la peronista Confederación General de Trabajo que, hace sólo tres semanas, se encontró al borde de la escisión a cuenta de si el representante sindical en la dirección del peronismo sería un renovador, un histórico, un verticalista, un miembro de las 62 organizaciones, de las 25 organizaciones o de las 15organizaciones (agrupaciones de gremios peronistas de distintas corrientes tácticas). La huelga fue seguida por un 98% de la población laboral, según datos de la central sindical (esta vez el Ministerio de Trabajo no facilitó un seguimiento de la misma). En todo caso, funcionaron taxis y colectivos, confiterías, cines, teatros y medios de comunicación. Como en ocasiones anteriores, la huelga afectó esencialmente a los centros fabriles del Gran Buenos Aires.

La concentración en la plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, se vio deslucida por un considerable aguacero; los diarios porteños cifran la asistencia entre 15.000 y 30.000 personas, y el Ministerio del Interior tampoco esta vez evaluó policialmente el número de manifestantes. La CGT informó oficialmente que los asistentes al discurso de su líder, Saúl Ubaldini, fueron exactamente 165.000 personas.

Bajo la consigna "¡Que se vayan!", el secretario de la CGT acusó al Gobierno de llevar a los argentinos al hambre, la desocupación y la miseria, exigiendo la renuncia de todo el equipo económico gubernamental y la moratoria unilateral en el pago de la deuda externa. Anunció finalmente un plan de movilizaciones continuas contra el Gobierno.

Antonio Cafiero, gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, aspirante oficioso a las elecciones presidenciales de dentro de 27 meses y líder de los peronistas renovadores, una de las múltiples fracciones del justicialismo, prefirió no subir a la tribuna para acompañar a Ubaldini, dado que carecía de seguridades por parte de la Unión Obrera Metalúrgica -sindicalistas duros entre los duros- de no ser abucheado.

30/10/87

Felipe González afirma en el Congreso argentino que la democracia no es un privilegio de los países ricos (30-10-1987)

A primera hora de la tarde de ayer el presidente del Gobierno, Felipe González, se estaba dirigiendo al Congreso de la República Argentina (diputados y senadores) reflexionando sobre los valores intrínsecos de la democracia y negando que ésta sea un privilegio de los países económicamente prósperos. Durante su estancia en Argentina, González mantendrá tres, entrevistas con el presidente Alfonsín y recibirá a Antonio Cafiero, gobernador electo die la provincia de Buenos Aires, líder del peronismo renovador y presumible candidato presidencial justicialista en las elecciones de 1989.

Las relaciones políticas y personales entre González y Alfonsín son óptimas (la Unión Cívica Radical está adscrita como observadora a la Internacional Socialista y utiliza en sus campañas el emblema del puño que sujeta una rosa), se telefonean frecuentemente y a la inspiración del presidente del Gobierno español se deben algunas medidas drásticas como el plan de economía de guerra de la ahora tambaleante reforma financiera y económica.El presidente español ha arribado a Buenos Aires acompañado por su canciller Francisco Fernández Ordoñez y de los ministros de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, y de Cultura, Javier Solana. Esta visita española no es para nada banal: se integra en el contexto de los recientes viajes a Buenos Aires de François Mitterrand, del ministro soviético de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze -quien ordenó la apertura de un consulado de la URSS en la hipotética capital patagónica de Viedma- y de la decisión italiana de transformar su deuda externa con el país en créditos blandos.

El presidente Alfonsín, tras la derrota de su partido en las elecciones parciales del pasado 6 de septiembre -sólo mantuvo la gobernación de dos provincias sobre 22 y perdió su exigua mayoría en ambas Cámaras- se encuentra empeñado en una reedición de los pactos de la Moncloa que aporten alguna luz al túnel económico en el que se encuentra sumida la República: 52.000 millones de dólares de deuda externa y, lo peor, la caída en picado de los precios y hasta los mercados de los granos y la carne en los países ricos de occidente. La Unión Soviética, el gran comprador argentino, procura y alcanza su autarquía alimentaria disminuyendo cada año las adquisiciones en esta fértil nación. La visita del presidente González tiene un componente psicológico muy importante, por la mimetización en que los argentinos hacen del proceso democrático español.

Nuevo enfoque

¿Por qué -se preguntan- nosotros que tenemos metro y medio de humus en la Pampa húmeda, más extensa que Italia, dos cosechas por año, refinamos nuestro propio uranio, tenemos cinco premios Nobel, sólos somos 32 millones de habitantes sobre dos millones y medio de kilómetros cuadrados y nos autoabastecemos de petróleo, no funcionamos?. Es el gran misterio del siglo XX: el fracaso de Argentina como nación.La deuda externa no es directamente el tema principal de las conversaciones entre Alfonsín y el presidente González. España, sin llegar a los límites de la generosidad italiana -muy relativa por cuanto los márgenes de la deuda externa argentina con Europa son estrechos- mantienen un tratamiento blando con Argentina decidido entre Alfonsín y Felipe González desde la asunción de la presidencia por el primero. Lo que Argentina propone ahora, en conjunción con el Brasil, es un enfoque nuevo de la deuda externa latinoamericana que contemple el incremento anual de las tasas de interés, sólo las cuales importan dos o tres veces el importe global del plan Marshall destinado a recuperar la economía europea de la última posguerra mundial. El Gobierno español sería complaciente con respecto a este planteamiento argentino.

Los acontecimientos sociales y las recepciones están empañadas por elvis a vis entre González y Alfonsín y el apoyo prestado por los titulares españoles de Economía y Exteriores. Todo destinado a respaldar una inmediata propuesta argentina de pagar la deuda externa pero con los intereses históricos y no con los actualizados mes por mes. Buenos Aires, que es una capital que quiere pagar, pero que no quiere asumir los intereses exorbitantes de una economía internacional acaso desquiciada por el déficit público estadounidense.

González, muy querido junto con Adolfo Suárez en este país, tiene previstos tres días de reunión con la presidencia argentina y un día de turismo en las cataratas del río Iguazú en los márgenes con Brasil y Paraguay. Después cruzará el río de la Plata hacia Montevideo y proseguirá hasta México.

5/10/87

La caricia soviética sobre el Cono Sur (5-10-1987)

Un secretario general del Partido Comunista Argentino (PCA) jugaba al Prode (Pronósticos Deportivos, la quiniela) y hace una decena de años acertó todos los pronósticos y con un buen pozo -el gran premio es acumulativo- de millones de pesos. Ante la sugerencia de sus camaradas de que destinara al menos una parte de aquella ganancia a las finanzas del partido, dimitió como secretario general, pidió la baja en la organización y se asegura que hasta abominó del marxismo.No es una anécdota trivial para entender al PCA. Los comunistas argentinos nunca tuvieron un gran peso específico en esta sociedad, al contrario de socialistas y anarquistas arrastrados a estas playas por las olas de la emigración mediterránea y centroeuropea. Los anarquistas se extinguieron y ya ni siquiera son una raza en conservación; los socialistas, con figuras muy notables y respetadas en su seno, encontraron la extraña habilidad de dividirse en fracciones encontradas aún con mayor empeño que el que se dio en el socialismo chileno, que ya es afirmar.

Los comunistas argentinos tienen otros pecados, pero, al igual que toda la izquierda de la República, fueron aplastados por la losa del peronismo emergente en 1946. Perón les ofreció alianzas electorales que el PCA rechazó por tener al general por un mussoliniano cooperativista. Perón comentó: "Vuelan bajo". Ambas partes tenían razón en sus apreciaciones.

En 1946, el PCA debería haber practicado el entrismo entre las masas de descamisados que seguían a Perón, pero estaba cerca la derrota de las potencias del Eje y, además, aún quedaban muchos trotskistas en América Latina. El PCA, así, languideció hasta convertirse en lo que es hoy: un partido de cuadros ilustrados de la pequeña y mediana burguesía sin representación parlamentaria, sin influencia social ni prestigio entre los otros partidos de izquierda.

Apéndice de la Embajada soviética en Buenos Aires, no entraron como los revolucionarios montoneros en el peronismo para convulsionarlo desde dentro y cometieron la abyección de no despegar los labios ni las manos durante el último período dictatorial de 1976-1983: la Unión Soviética entonces necesitaba urgentemente granos ante los embargos de cereales estadounidenses, y las relaciones entre las juntas militares argentinas y el Kremlin fueron excelentes.
Un silencio notorio

Tras haber abominado del peronismo desde 1946 en las elecciones democráticas de 1983, se aliaron con la extrema derecha de aquél ante la Unión Cívica Radical liderada por quien fuera electo presidente Raúl Ricardo Alfonsín. Hubo serias cábalas en la República sobre el número de interconexiones neuronales y unos dirigentes comunistas que daban la espalda al peronismo cuando ganaba y lo apoyaban cuando perdía, a más de guardar silencio cuando la barbarie militar hacía desaparecer a sus militantes más lúcidos.

No quedaron en eso las cosas, y al año de la frágil democracia recuperada, el PCA, abolida ya la doctrina de la seguridad nacionalpropiciada por el Departamento de Estado estadounidense y en clara remisión las dictaduras militares del subcontinente -Argentina, Brasil, Uruguay-, publicó una extensa nota solicitada en los diarios porteños reivindicando la lucha armada contra las tiranías. "Tarde y con daño".

El PCA, tras hercúleos esfuerzos, logró al fin desaparecer del mapa político argentino. Y éste es el contexto explicativo necesario para interpretar las relaciones entre la URSS y la República Argentina, ahora visitada muy amistosamente por el canciller Edvard Shevardnadze en una gira que comenzó en Brasil y termina en la República Oriental de Uruguay.

Las relaciones soviéticas con los países del Cono Sur han sido siempre impecables, incluso en las dictaduras militares. Todo el revolucionarismo armado -equivocado estratégicamente pero moralmente legítimo- venía de Cuba y de las propias entrañas del socialismo latinoamericano, pero nadie podrá afirmar que los partidos comunistas suramericanos, o moderados o callados, alimentaron las guerrillas de las dos últimas décadas.

Así, curiosamente, en este país en el que se puede insultar seriamente a un sindicalista tildándole de bolche o de zurdo, la Unión Soviética como Estado no despierta recelos. Fue un excelente comprador de carnes y granos argentinos que los países de Occidente rechazaban con su proteccionismo, se sostuvo junto a Argentina durante el contencioso diplomático que acompañó a la guerra de las Malvinas y, ahora mismo, científicos y técnicos soviéticos estudian las posibilidades de desagote por la bahía de San Borombom de la provincia de Buenos Aires, periódicamente asolada por lluvias espantosas, acaso provocadas por el gran espejo de agua de la inmensa represa brasilera de Itaipú.

Antes de la visita de presidentes como Mitterrand y Felipe González, el canciller Shevardnadze ha venido a estas tierras a traer un pequeño balón de oxígeno al presidente brasileño José Sarney -rota su coalición gubernamental, advertido por los militares y fracasado su plan económico-, al argentino Raúl Alfonsín -revolcado por la población en unas elecciones parciales- y al uruguayo Julio María Sanguinetti, quien, por si no tuviera suficientemente oscuro el horizonte, afronta la posibilidad de un referéndum que revoque la ley de amnistía para los militares y policías que secuestraron y asesinaron a los ciudadanos.

Derroche de simpatía

Shevardnadze derrochó simpatía, se entrevistó con el presidente Alfonsín, con el vicepresidente Víctor Martínez (ala derecha del radicalismo), con su colega Dante Caputo, visitó el Congreso de la nación y la Corte Suprema y varias veces detuvo a su caravana para charlar con la gente en las calles por mediación de sus intérpretes. A Martínez, quien a media mañana se preocupaba por el horario de su visitante, le contestó: "Hasta las nueve de la mañana de mañana, en que tengo mi cita con el presidente Alfonsín, todo el tiempo es suyo".

Ha defendido aquí el derecho argentino a conceder licencias de pesca en sus aguas territoriales invadidas por la zona de exclusión económica británica en torno a las Malvinas -muchas de cuyas licencias operan legítimamente en manos soviéticas-, se ha mostrado contrario a la militarización del Atlántico Sur y defendió una salida política a la sangría de la deuda externa del Tercer Mundo, a la que calificó de tumor maligno. No alcanzó a firmar protocolos económicos, pero dejó la esperanza en el Gobierno argentino de que los planes soviéticos sobre autarquía alimentaria tendrán en consideración durante los próximos años las necesidades exportadoras argentinas de cereales.

Hacia su lado no tuvo ningún empacho en admitir que si Estados Unidos desarrolla la guerra de las galaxias, la carga económica-financiera aplastará a los países en desarrollo y defendió al menos una reducción del 50% en el potencial ofensivo Este-Oeste. Estimó como propio de la edad de piedra el que la Administración Reagan pueda ver algún peligro en el acercamiento entre la URSS y los países del Cono Sur.

Además ha firmado lo que no ha firmado aquí nadie: la apertura de un consulado soviético en Viedina, la nonata nueva capital argentina en la Patagonia, por la que, tras la derrota del radicalismo a manos de los peronistas, nadie da un ochavo.

No es que sea mucho, pero menos aceite da una piedra. Veremos ahora qué traen los presidentes Mitterrand,y González a esta esquina del mundo abandonada por Occidente y acariciada por la diplomacia soviética.

1/10/87

Jaunarena considera superada la crisis militar argentina (1-10-1987)

El ministro de Defensa argentino, Horacio Jaunarena, compareció a primeras horas de la noche el martes ante la comisión de su competencia en la Cámara de Diputados para informar sobre el autoacuartelamiento del III Regimiento de Infantería Mecanizada acantonado en La Tablada. Toda la oposición calificó el informe ministerial como insatisfactorio y superficial. Jaunarena insistió en que el problema suscitado por el relevo del teniente coronel Darío Fernández Maguer al frente de su regimiento se encontraba superado y en que el Gobierno no preveía que se presentaran nuevas situaciones de este tipo.

Una solicitud democristiana de que la reunión informativa fuese pública fue rechazada por diputados de la Unión de Centro Democrático y del Partido Intransigente. La oposición peronista se mostró sorprendida de que la Prensa tuviera conocimiento previo de una situación irregular en el regimiento, a lo que el ministro repuso que en el país se respetaban las libertades informativas.El líder de la Unión de Centro Democrático, Álvaro Alsogaray, preguntó si el Parlamento podía hacer algo para acabar con las secuelas de la guerra antisubversiva, en alusión a la amnistía que propicia su partido. El ministro fue vago en su respuesta, pero por primera vez no rechazó de plano, como en otras ocasiones, la posibilidad de una amnistía.

Jaunarena confirmó que el relevo, con un año de anticipación, del teniente coronel Fernández Maguer al frente de su regimiento era consecuencia de la actitud inhibitoria adoptada por este oficial durante la rebelión de Semana Santa. Fernández Maguer y otros cinco oficiales del III de Infantería de La Tablada, permanecen arrestados y a disposición de la justicia militar.

El Gobierno resta importancia

El Gobierno ha intentado por boca del secretario de Defensa, Alconada Sempé, restar importancia al incidente, achacándolo a una magnificación periodística.Cabe destacar el empeño personal del general Caridi por reestablecer la disciplina. José Segundo Dante Caridi, artillero, 56 años, soltero, sustituyó al desacreditado general Héctor Ríos Ereñú al frente del Estado Mayor del Ejército de Tierra tras la rebelión de la pasada Semana Santa y no tiene otro objetivo que el de verticalizar nuevamente la cadena de mando militar.

Los radiogramas procedentes de otras guarniciones hablan de normalidad y en, la Capital Federal se desarrolla la prevista reunión de generales y coroneles habilitados para resolver futuros ascensos. La población, esta vez, se lo ha tomado con paciencia y hasta resignación, ante el hecho consumado de que existe una fractura horizontal en el Ejército de Tierra, nucleado por jefes y oficiales medios en tomo a la figura del ex teniente coronel de comandos Aldo Rico, preso en Campo de Mayo.

Los partidos políticos y la Confederación General del Trabajo (CGT) han sido cautos a la hora de adjetivar esta nueva insurrección tenida por todos como un coletazo más de los sucesos de Semana Santa, pero para nada el último.

Los hombres de Aldo Rico -el cesado Fernández Maguer, de su misma promoción- están haciendo política a tiempo completo, conectando con la derecha del radicalismo y el peronismo, con grupúsculos neonazis y con la extrema izquierda, ante la que aparecen maquillados de nasseristas.

Oficiales jóvenes

Todo este segmento horizontal de la oficialidad joven ya logró en su sublevación de abril el desprocesamiento de cientos de implicados en laguerra sucia contra la subversión, pero pretende algo más: reivindicarla, repartir medallas y reencontrar un espacio político para lo que denominan "el nuevo Ejército". No quieren saber nada de los triunviros de las juntas militares de la dictadura, a quienes desprecian por tenerlos como débiles, ni de sus actuales jefes por considerarlos como entregados a la politiquería del poder civil. Es una rebelión larvada de tenientes coroneles para abajo, aparentemente imparable, y que, desdichadamente, dará mucho para escribir.

29/9/87

'Suave' insurrección militar en un regimiento argentino (29-9-1987)

El Regimiento número 3 de Infantería General Belgrano no se encuentra sublevado, pero permanece suavemente insurrecto; la más absoluta normalidad reina en la perfecta indisciplina que hoy distingue al Ejército argentino. El ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, volvió ayer precipitadamente desde Madrid, donde estaba en visita privada. El tercero de Infantería se encuentra acantonado en La Tablada, al oeste del Gran Buenos Aires, y al pie de las cuatro brigadas aéreas que protegen la mayor concentración urbana de la República y el Río de la Plata.

Estaba al mando del teniente coronel Darío Fernández Maguer, quien no fue requerido junto a sus tropas para sofocar la rebelión de Campo de Mayo de la pasada Semana Santa, en la seguridad de que no acataría las órdenes, y fue sometido a 20 días de arresto. El pasado viernes, Fernández Maguer cesó en su mando, un año antes de lo previsto, y fue destinado a tareas administrativas. El domingo el regimiento se autoacuarteló y comenzó la ceremonia de la confusión. Los periodistas desplazados a La Tablada recibieron información de oficiales del regimiento que desmintieron cualquier anormalidad y aseguraron que sólo se estaba procediendo a una "inspección de arsenales" -en domingo-, rogándoles se alejaran de las inmediaciones por existir peligro de explosión.Posteriormente, un capitán y un teniente en ropas de faena y autodenominados Luciérnaga y Dignidad salieron del cuartel para abordar a la Prensa, a la que informaron del malestar existente en su unidad por el relevo de su jefe y que consideraban ircumplidos los acuerdos adoptados tras la sublevación de Semana Santa por los cuales el único sancionado sería el ex teniente coronel Aldo Rico, jefe espiritual y táctico de aquella asonada. El ministro Jaunarena se encontraba en España y el presidente, Raúl Alfonsín, en el fin del mundo, visitando, con ocasión del Día Internacional del Turismo, Ios glaciares Perito Moreno y Upsala.

A la una de la madrugada del lunes, el general José Dante Caridi, jefe del Estado Mayor del ejército, ingresó al regimiento, en el que permaneció hasta las 2.30, hora en que se retiró sin hacer declaraciones. Ya en la mañana de ayer, la tropa salía y entraba normalmente de sus acuartelamientos; también entraban y salían otros oficiales de apodos fantásticos que declaraban por les móviles de las emisoras de radio que el problema debía ser resuelto por la cúpula militar y que la quiebra en la rutina del regimiento no era más que una primera etapa de un plan más amplio para impedir el relevo de su jefe. El Ministerio de Defensa y el Estado Mayor del Ejército informaban que reinaba la tranquilidad en todas las guarniciones militares. El presidente Alfonsín, el general Caridi y el secretario de Defensa, Alconada Sempé, se encontraban reunidos.

Poco antes de las dos de la tarde (seis de la tarde, hora peninsular) un helicóptero aterrizó en el regimiento en conflicto depositando al propio jefe del Estado Mayor y al teniente coronel Gustavo González. El general Caridi dio el mando personalmente a González.

El ex teniente coronel Aldo Rico, preso en Campo de Mayo, hijo de emigrantes asturianos, con buen desempeño en la guerra de las Malvinas y dotado de toda la caracteriología de los mártires o los fanáticos, ha roto la cadena de mando, erigiéndose en líder de los cuadros medios del Ejército que desprecian a su generalato.

Quince generales y cuatro coroneles con mando habilitado se encuentran en Buenos Aires para una reunión sobre ascensos prevista con anterioridad a las irregularidades del Regimiento número 3 de Infantería General Belgrano. Todo está bien. La paz reina en Varsovia.

23/9/87

Pedro Massa, el último gobernador de Azaña (23-9-1987)

A sus 89 años falleció en Buenos Aires quien probablemente era el decano de los corresponsales de prensa en el mundo: Pedro Massa, un caballero ejemplar, corresponsal de Abc y acaso el último en marcharse de los gobernadores que nombró Manuel Azaña como presidente del Gobierno en la II República Española.

Abogado, periodista, ensayista, comediógrafo, traductor y adaptador de obras teatrales, promotor y director de editoriales literarias, historiador, fue uno de los grandes -y también de los grandes desconocidos- del periodismo español. En 1932 ganó el Premio Mariano de Cavia, y en 1935, el Luca de Tena, ambos de la casa Abc. Republicano, fue designado por Azaña en 1933 gobernador civil de Huesca.

Un año después de estallada la guerra civil se expatrió, junto a su esposa y una hija de corta edad, primero a Francia y después a Argentina, donde ha terminado sus días. A su obra periodística y literaria desarrollada en Buenos Aires hay que sumar todos sus trabajos en la Asociación Patriótica Española, entidad civil fundada en Argentina en 1898 por emigrantes con el objeto original de regalar a la Armada española un acorazado para la guerra con Estados Unidos, en cuya sede anteayer estábamos velándole, como antaño se hizo en el mismo lugar con los restos de Ramón Gómez de la Serna.

Tuvo la rara modestia de calificarse a sí mismo como "autoexiliado" y jamás se enzarzó en las peleas ultramarinas entre rojos y nacionales;gozaron de su amistad y su paciencia desde comunistas hasta falangistas en tanto en cuanto fueran hombres de bien. Republicano cabal, le vimos por última vez con vida en la embajada de España: ya muy viejito y con dificultades para caminar sin ayuda, se tomó la molestia de no rechazar una invitación oficial para festejar el santo del Rey.

Fue un gran hombre, frustrado, como tantos, por el cainismo español, pero tocado por la gracia de los que desconocen la miseria del rencor. Descanse en paz.

19/9/87

Defensa de la República Argentina (19-9-1987)

En los alrededores del Gran Buenos Aires, ya en la provincia y fuera de la capital federal, se erige, en una linde de la carretera que conduce a la bahía de San Borombón y a los balnearios de la costa atlántica, el penal militar de Magdalena, una extensión de instalaciones castrenses que recluyen a colimbas indisciplinados -colimba es el soldado de leva, y se debe su apodo a que corre, limpia y barre bajo la mayor máxima intelectual militar de que todo lo que se mueve se saluda y todo lo que permanece quieto se limpia o se pinta- y a jefes y oficiales caídos en la desgracia de sus crímenes.En el penal militar de Magdalena se encuentran cumpliendo sus sentencias, confirmadas por el presidente Raúl Alfonsín en su calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas, tres ex-presidentes militares consecutivos de la República: los ex tenientes generales Jorge Rafael Videla, por mal nombre La Pantera Rosa, dada su delgadez y continuada expresión de pretendida inteligencia estupefacta, de 62 años, casado y con siete hijos; Roberto Eduardo Viola, cardiaco, alcohólico, de 63 años, casado y con dos hijos, y Leopoldo Fortunato Galtieri, de 61 años, casado y con cuatro hijos, no ya alcohólico -una definición médica-, sino borracho -una categoría social-, quien entre los vapores de su cerebro llegó a estimarse como un émulo del general George S. Patton, niño mimado de la Casa Blanca, primer defensor en Suramérica de la doctrina de la seguridad nacional y la defensa de las fronteras interiores ante la subversión marxista internacional, y hasta el recuperador militar de las islas Malvinas, pasando por encima del Reino Unido y la OTAN y de toda su trama de leales alianzas entre los países ricos de Occidente.

Les acompañan en Magdalena sus conmilitones de triunvirato (en 1976, estos milicos se repartieron el país entre las tres armas, a un 33%: ministerios, gobernadurías provinciales, intendencias, empresas públicas, canales de televisión, radios y periódicos, sin que se haya podido saber jamás quién decidió el destino del 1 % restante).

Los compañeros del penal de Magdalena son los almirantes Emilio Eduardo Massera, alias El Negro, de 62 años, casado, con dos hijos,pintán, muy macho, gran amador de mujeres, de ilimitadas ambiciones políticas para sí y para su fuerza, y que convirtió la Escuela de Mecánica de la Armada -la ESMA-, un complejo de edificios junto -al río de la Plata y en los aledaños de la capital federal, en un atroz complejo de represión política, en el que se utilizó la tecnología en el desarrollo de métodos de tortura impensables para los verdugos medievales.

Reinado de la picana

En la ESMA no te interrogaban: te sodomizaban con cápsulas de munición naval, te castraban haciéndote permanecer durante días -encapuchado, esposado- con una cinta elástica sujeta a los testículos, que, impidiendo la irrigación sanguínea -terminaban por desprenderse del cuerpo por necrosis. La picana fue la reina en la ESMA. La picana es un conductor de corriente eléctrica que se utilizaba para movilizar a las reses; aplicada sobre los cuartos traseros del animal, le hacen marchar, provocándole menos daño físico que la brutal y carnicera garrocha española. La picana fue un elemento de civilización agropecuaria, pero, trasladada a los hombres y a las mujeres y a sus zonas más sensibles, ha terminado por erigirse en un símbolo de la tortura. En la ESMA se llegó a conectar la picana a una cucharilla de las de café para picanear,penetrando la vagina y el cuello del útero, el feto de una embarazada.

El Negro Massera, en su ambición, ya en su retiro de la Armada, pretendió en 1976 presentarse como un nuevo Perón, un nuevo líder populista, exterminador del extremismo de izquierda,-esencialmente montoneros, que fueron su especialidad- y comprensivo, endemoniadamente comprensivo, con las motivaciones altruistas que llevaron a toda una generación de jóvenes argentinos a tomar las armas contra el orden burgués constituido.

Amante y confidente

Dios mediante, se le pudieron parar a tiempo los pies recordándole judicialmente que faltaba del censo, precisamente, un tal Fernando Branca, marido de una de sus amantes, Marta Rodríguez Mac Cormack. Marta había podido levantar algunos negocios de su marido en la cama de Massera, y cometió el error, harta de las infidelidades de su esposo, de amenazarle en público: "Se lo voy a contar al El Negro que le has querido pasar en un negocio, y El Negro te va a hacer pasar un camión por encima". El Negro -el almirante Massera- cometió un grave error: convidar al pobre Branca, quien creyó ser más listo que nadie, a navegar por el delta del Paraná en el yate de respeto del Almirantazgo. Branca precedió a El Nani en su incierto y seguramente trágico destino. Llegaron a Buenos Aires extraños y remotos rumores sobre su presencia en otras tierras, llegó su firma enajenando sus bienes, y es obvio que su cadáver -dos tiros en la nuca, pesas de cemento atadas con alambre a los tobillos- no aparecerá jamás. Al menos, evaporado el cadáver del marido de la bella amante, el almirante Massera, en un océano de fundadas sospechas, vio así truncada su carrera política en la recobrada democracia argentina.

En el penal de Magdalena, y junto a Massera, también cumple penas el resto de los triunviros. Tales como el almirante Armando Lambruschini, de 62 años, casado, con una hija viva y con otra asesinada a sus 16 años por los montoneros en 1978 (volaron en la noche el piso medianero del almirante, matando a su chica en su cama), y el también almirante Jorge Isaac Anaya, de 60 años, casado, con dos hijos, quien decidió como mejor rasgo de su personalidad el no sonreír nunca, defensor acérrimo del viejo plan naval de ocupación sorpresiva de las Malvinas y que, una vez llevado a cabo el despropósito -por más que no quepa duda de que las Malvinas son argentinas-, afirmó: "Los ingleses no van a hacer la guerra por esto; pero si vienen se encontrarán con el Alcázar de Toledo".

No hizo buena la imagen del teniente general Moscardó, quien no ha pasado a la historia militar como uno de los grandes tácticos, pero sí como uno de los grandes empecinados; sí reafirmó la estimación de los analistas militares occidentales de que la Armada argentina -pese a que fue creada por Guillermo Braun, un irlandés que cuando se quedaba sin munición ordenaba cortar los eslabones del ancla y los disparaba candentes contra las armadas contrarias-, si perdía un solo barco, carecería de todo lo demás.

Así fueron las cosas. El Gobierno conservador de Margaret Thatcher ordenó al comandante del submarino atómico Conqueror interceptar y hundir una pieza de museo naval como el crucero argentino General Belgrano, que navegaba a toda máquina en dirección opuesta a la zona de guerra de los archipiélagos australes en conflicto.

El torpedeamiento arruinó las conversaciones de paz o de compromiso defendidas por los entonces secretario de Estado estadounidense, Alexander Haig, y el presidente peruano, Fernando Belaúnde Terry. El almirante Anaya, con la solemnidad expresiva del burro que siempre le caracterizó, comunicó a sus compañeros de Junta, Militar que, hundido el Belgrano, la Armada se retiraba de cualquier compromiso político con el Reino Unido. Tras la majestuosidad de su afirmación, que por momentos extrajo al presidente Galtieri de su estupor etílico, Anaya envainó la espada, requirió el chapeo, miró al soslayo, fuese y no hubo nada. La Armada argentina desapareció del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS).

Presos egregios

Junto a los ex tenientes y los ex tenientes generales habitan también en Magdalena los ex comodoros del Aire Orlando Ramón Agosti, de 61 años, casado, con dos hijos; Omar Domingo Grassigna, de 60 años, casado, con cuatro hijos, aquejado de una depresión que ha obligado en ocasiones a vigilarle para evitar su suicidio, y Basilio Lami Dozo, de 57 años, santiagueño, casado, con cinco hijos, que llevó brillantemente a sus aviadores, buenos pilotos, fanáticos, mayoritariamente adscritos o próximos al Opus Dei, a una posibilidad heroica de victoria en el estrecho, malvinense de San Carlos, sobre la fuerza de tareas británicas que intentó, y consiguió, recuperar el archipiélago.

Esta es la población egregia del penal castrense de Magdalena, donde habitan, cierto que confortablemente, tres ex presidentes militares y seis de sus compañeros de fechorías, cumpliendo sentencias desde la reclusión perpetua de Videla hasta los ocho años de Lambruschini, dictados en juicios orales y públicos -contrarios a la tradición argentina del proceso escrito y privado-, con observadores extranjeros y con gran respeto por las garantías procesales de los homicidas que no han objetado ni sus abogados defensores.

Sería posible cerrar el capítulo de los horrores sobre los nueve habitantes de Magdalena en tanto en cuanto fueron los inspiradores y sufragadores de tantos cientos de miles de voluntarios asalariados de la tortura. No fue así, y por orden directa del presidente Alfonsín se procesó también, y se condenó, al carnicero de Buenos Aires, el ex general de Caballería Ramón Camps, quien, al frente de la policía de Buenos Aires, arrasó con los psicólogos, persiguió a los argentinos de origen semita, vejó a periodistas como Jacobo Timerman y mandó asesinar a estudiantes secundarios de La Plata -la capital bonaerense-, con una media de 15 años, en aquella horrible noche de los lápices, en la que se decidió que se había terminado con la broma de que lospendejos reclamaran subvenciones al transporte escolar.

Cancer de prostata

Camps, un animal de caballería que lleva bastante bien su cáncer de próstata en el hospital de Campo de Mayo -Cuartel General del Ejército argentino-, y que divide sus mañanas y sus tardes entre las visitas de su mujer y de su amiga, recibe la mejor atención médica que se pueda ofrecer en este país. Y el teniente general Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del III Cuerpo de Ejército (Córdoba), tan franciscano que pretendió sublevarse contra Videla por tenerle como muy débil con la subversión, espera también en prisión su proceso por supuesto genocidio en la circunscripción bajo su mando.

El Gobierno de Alfonsín ha buscado lograr la consecución de la mayor justicia debida posible: sin recordar una pesquisa exhaustiva, y ciñéndonos sólo a algunos casos flagrantes, debe recordarse que la Administración de esta República reclamó la extradición de segundos países del Comandante Pepe, Mario Eduardo Firmenich, antiguo estudiante católico, próximo a la tesis de tacuara -los falangistas argentinos; tacuara fue la lanza de caña de la caballería gaucha-, quien ha sido condenado, bajo el respeto de las leyes argentinas y brasileñas -de donde fue extradido-, a 40 años de cárcel por secuestro extorsivo y no por ser el jefe de los montoneros, los guerrilleros de Perón -que Perón odiaba y arrojó, despreciándolos como imberbes, de la plaza de Mayo-; ellos se retiraron cantando: "Somos unos boludos; / votamos a una muerta -Evita-,/ a una puta -Isabelita- / y a un cornudo".

Pero, antes de ser reclamado y puesto preso Firmenich, las autoridades constitucionales habían reclamado a otros supuestos delincuentes internacionales: por ejemplo, y sin tampoco agotar la nómina, al ex teniente general Carlos Guillermo Suárez Mason, ex jefe del I Cuerpo de Ejército, jefe operativo del general Camps, tenido por el alias de Pajarito,y que en las vísperas de la democracia fue el militar más inteligente de todos: "Yo no voy a ser el pato de esta boda". Acusado no sólo de violación de derechos humanos, sino de gravísimos ilícitos económicos, se hizo autodesaparecer, siendo posteriormente encontrado en Estados Unidos por el FBI, a reclamo de la Interpol argentina. Allí espera, en la prisión de Foster City, el próximo noviembre, la solución de su expediente de extradición.

José López Rega, El Brujo, el cabo de la Policía Federal experto en ritos sincretistas del candombe brasilero, secretario del matrimonio Perón, ministro de Bienestar Social, creador de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), responsable de centenares de asesinato, fue encontrado también a través de la Interpol en Miami y extradido a Buenos Aires, donde en una cárcel porteña de máxima seguridad se le sigue juicio por sus desmanes.

El contralmirante Chamorro, el jefe de la ESMA en los peores años de la guerra sucia, fue reclamado por el Gobierno de Alfonsín a Suráfrica, en donde se desempeñaba como agregado naval. Un caritativo y definitivo ataque cardiaco impidió el juzgamiento de este jefe naval, pequeño en estatura moral y fisica, rechoncho, calvo, escasamente brillante en su trayectoria profesional, pero protagonista de uno de los más espectaculares casos de síndrome de Estocolmo registrados en el mundo: la dirigente montonera Marta Bazán fue apresada pcr sus tropas y torturada; dada la vuelta, salió acompañada a las calles para reconocer a sus compañeros montoneros, entregó no sólo a sus amigos de militancia, sino a su propia familia y la de su marido. Nada que reprocharla mediando la picana aplicada a las encías, a la vulva, a la vagina, a los pezones, al ano... Marta Bazán abandonó los altillos de la ESMA, en la que permanecían encerrados los soldados de Perón -losmontos- y se trasladó a la residencia del contraalmirante jefe de la ESMA para compartir su cama. Y se sabe que vive nuevamente en Argentina bajo identidad falsa.

Aníbal Gordon, presunto jefe operativo de la Triple A, junto a gran parte de su banda, se encuentra preso -le acaban de extirpar un tercio del pulmón derecho en el mejor hospital público de Buenos Aires y con cargo al Estado- y espera también su proceso tras haber sido buscado y encontrado por el Gobierno radical.

Condiciones desfaborables

Todo esto ha sido llevado a cabo bajo condiciones económicas propias e internacionales muy desfavorables para un país como Argentina, eminente exportador de alimentos hacia naciones ricas que en estos momentos no los están comprando -el Mercado Común europeo, Estados Unidos-, que protegen legítimamente su producción de granos crecidos mediante la biotecnología y el ergorde de las terneras mediante el acreditado método de hacerlas abrevar cerveza. Y ha sido llevado a cabo contra la opinión de unas fuerzas armadas incólumes interiormente y todavía gozadoras de fuertes apoyos sociales.

Estados Unidos ha resuelto moralmente sus responsabilidades en Indochina -los dos Vietnam, Laos y Camboya- juzgando al teniente William Calley, ya en libertad, por la matanza de la aldea vietnamita de My Lay. Está bien que así sean las cosas, aunque resulten tan desproporcionadas y debamos sentirnos obligados a estimar que la intervención estadounidense en Indochina sólo se excedió en la aldea de My Lay.

España, con más astucia política, llevó a cabo su transición a la democracia decretando tres amnistías que acabaron abarcando a todos: desde José Pérez Beotegui, responsable del comando etarra que asesinó al almirante Carrero Blanco, a su chófer y a su escolta, hasta algún reciente candidato al Parlamento Europeo que suscribió los últimos fusilamientos de Franco. Lo último que podemos creernos los españoles es que los 23 procesados en Campamento por el intento de golpe de Estado de 1981 completaron la nómina total de los responsables de aquella asonada.

Cumplimiento de condena

Los procesos en Grecia, tras la dictadura de los coroneles, no llevaron a prisión a tantos militares griegos como argentinos, pese a que los crímenes de ambos fueron igualmente ominosos. Y este corresponsal ignora, aunque le gustaría saberlo, cuántos sayones de la Policía Internacional de Defensa del Estado de la dictadura portuguesa fueron procesados y han cumplido sus condenas.

En la República Oriental de Uruguay no se ha llevado adelante ni un solo proceso contra los responsables de su reciente dictadura militar, amparados por una ley de amnistía que muchos ciudadanos quieren retocar mediante un referéndum, mediando otros muchos que estiman que el paisito ya tiene bastantes problemas como para chocar con sus, también incólumes, fuerzas armadas. Otrosí de la República Federativa de Brasil, que todavía no es más que una democracia tutelada militarmente y en la que el problema de la exigencia de responsabilidades penales a los homicidas y torturadores de uniforme ni siquiera se ha planteado.

Estimar que en Nuremberg las potencias aliadas juzgaron "hasta el final". a los responsables y partícipes de la locura nazi podría ser tenido, cuando menos, como una exageración histórica. El reciente juicio de Lyón de Klaus Barbie ha recordado que junto a la eminente resistenciaconvivió un colaboracionismo y que aún estamos todos esperando los procesos sobre la batalla de Argel, donde los delgados, hermosos y heroicos paracaidistas franceses, retratados por Jean Laterguy, descubrían los secretos de la picana y violaban a las argelinas con botellas de cerveza, tal como relató por experiencia propia una letrada tan emérita como Djamila Boupachá.

La República austriaca se encuentra presidida ni más ni menos que por un ex secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, denunciado por los servicios de inteligencia estadounidenses como oficial interrogador del ejército de ocupación alemán en Yugoslavia. La Resistencia francesa fue una broma entusiasta si se la compara con los trabajos y sufrimientos, mucho menos publicitados, del ejército partisano del mariscal José Broz, alias Tito. Los quebraderos de cabeza de las tropas alemanas en los Balcanes pueden resumirse en que media Europa fue liberada de la ocupación nazi por aliados occidentales y otra media por el Ejército Rojo. Sólo un país europeo arrió la esvástica por sí mismo: Yugoslavia. Y la Werhmacht sufrió y combatió esa voluntad definitiva con toda su energía. El actual presidente austriaco, entonces oficial de inteligencia del Ejército alemán y destacado en Yugoslavia, ha merecido los respetos de la comunidad internacional y ahora los merece de su propio pueblo, pese a haber sido sindicado como supuesto genocida. Es correcto por cuanto raramente en la historia se revisa la vida de los protagonistas y, sobre todo, es probablemente inevitable.

Regresamos al día de hoy, al penal militar de Magdalena y a la ley deobediencia debida, que ha desprocesado a cientos de militares y policías argentinos. Los deudos de los picaneados y desaparecidos, no ya desde la dictadura militar de 1976-1983, sino los de quienes sufrieron la tortura y la muerte desde decenas de años antes, tienen derecho a la queja por cuanto la justicia no llegó tan lejos como la iniquidad.

El punto final

Es verdad que tras las leyes de punto final y de obediencia debidanumerosos argentinos pueden coincidir en la calle con los torturadores y homicidas de sus familiares y amigos. Ellos y todos aquellos argentinos que pelearon y pelean por la justicia pormenorizada tienen derecho a su queja, jurídica, política y moral, sin que nadie se la regale. Las madres y abuelas de plaza de Mayo, los integrantes del Centro de Estudios Legales y Sociales, etcétera, pueden levantar su voz airada.

No así los justicialistas renovadores, ortodoxos, verticalistas, históricos, seguidores de este o de aquel cacique provincial, que en 1983 hablaban de "reconciliación nacional", mientras Raúl Alfonsín prometía formalmente enjuiciar a los responsables de la matanza. Eve Bonafini, lamadre de hierro de las madres de plaza de Mayo, puede y debe: clamar de indignación. No Antonio Cafiero ni Italo Argentino Lúder, futuro gobernador de Buenos Aires y primer diputado nacional por la provincia y ex candidato presidencial Frente a Alfonsín.

La ley de punto final no establecía el desprocesamiento de nadie, sino que daba un plazo -discutible, pero amplio- para terminar con un rosario de denuncias por violación de derechos humanos que amenazaba con extenderse, como mínimo por toda la legislatura radical de seis años. Contra ella cabía una negación razonable: los delitos contra la humanidad no prescriben nunca. A favor de ella, y como quedó demostrado rápidamente, podía argumentarse que las fuerzas armadas argentinas tienen escasos puntos de referencia con las helvéticas, las estadounidenses, las británicas o hasta las españolas.

Rebeliones blandas

En Semana Santa, una sublevación militar blanda, encabezada por los cuadros militares medios del Ejército, exigió del Gobierno una ley deobediencia debida que desprocesara a todos los que hubieran recibido órdenes, por aberrantes que fueran, incluidos los generales, almirantes y comodoros del Aire que no tuvieran mando de zona. Se rompió la cadena de mando y el Ejército revino en una banda insurrecta que hizo posible una guerra civil. Alfonsín lo intentó todo durante aquella auténtica Semana de Pasión, incluida la apuesta de riesgo físico personal.

Finalmente sancionó la ley, previamente aprobada por el Parlamento gracias a la ausencia de la primera minoría peronista, que políticamente se lavó las manos, pero, con sentido de Estado, permitió su sanción. No es éste un análisis de las elecciones parciales argentinas del pasado 6 de septiembre, pero debe recordarse que nadie en Argentina puede creer seriamente que con el peronismo en el Gobierno se hubiera llegado más allá en la Justicia o se hubieran impedido los desprocesamientos que ha propiciado la obediencia debida.

Lo que debe ahora destacarse es que en la República Argentina, no sólo por la voluntad explícita del presidente Alfonsín, sino por la del 52% de los votos que en 1983 le dieron el poder, se ha levantado la defensa de los derechos del hombre tan arriba como se ha podido, y se ha podido bastante. Sea como fuere, y aun siendo una realidad que "los asesinos andan sueltos" -¿en qué nación los asesinos no andan sueltos?-, debe escribirse que en esta esquina inestable y empobrecida del mundo, un Gobierno que se reclama intelectualmente del krausismo ha llegado en la defensa de la dignidad del hombre bastante más lejos que otras repúblicas o reinos ricos e institucionalmente ordenados que miran con suficiencia moral hacia el empobrecido Cono Sur americano.