27/6/86

Buenos Aires aclamó a Maradona (27-6-1986)

Una multitud incalculable se autovomitó sobre el obelisco de Buenos Aires, cortando dos de las principales arterias de la ciudad, para rendir homenaje a Diego Maradona. Durante horas fue imposible cruzar la capital desde los barrios emigrantes-de La Boca y la calle de Caminito hasta las elegantes construcciones de los Bosques de Palermo.

La avenida más ancha del mundo es la central de Brasilia, embocada por los edificios ministeriales y que se abre sobre la plaza de los Tres Poderes. La segunda en anchura es la avenida del Nueve de Julio, que divide longitudinalmente el microcentro de Buenos Aires y corta en perpendicular la calle de Corrientes a pocas cuadras (manzanas) del 348, refugio tanguero de amores clandestinos con "un gato de porcelana para que no maulle el amor..." (el bidé ahora convertido en garaje). La avenida del Nueve de Julio fue abierta pensando en los Campos Elíseos, diseñada con unos metros más de anchura hasta tal punto que para cruzarla los miopes tienen algunas dificultades para advertir el color del semáforo de la otra acera a la que se quiere llegar. En su intersección con Corriente! se alza el gran obelisco, siempre emborronado de pintadas, símbolo fálico de esta metrópoli. 'Allí se congregan las multitudes para los mítines finales de los partidos en campaña, rodeados por la city bancaria y financiera y toda la saturación imaginable de teatros y cinematógrafos. Allí se congregaron también para vitorear a Maradona. Emponchados con banderas argentinas, con vinchas -cintas que ciñen la frente- azules y blancas, miles de - argentinos -no exactamente la simple hinchada ni las barras bravas que amenizan las canchas porteñas, sino una representación generalizada del país, gentes entusiasmadas- saltaron durante horas y sin el menor incidente al son de sus cánticos y sus pícaras estrofas sincopadas. Las calles y avenidas donde la circulación era posible, desiertas durante el partido, se vieron repletas de automóviles lanzados a toda velocidad, como siempre sin respetar los semáforos, enarbolando banderas argentinas, haciendo sonar rítmicamente las bocinas y encendiendo intermitentemente los faros. Las multitudes paseaban la ciudad batiendo grandes bombos con caños de goma.Las sirenas de las patrulleras de los comandos radioeléctricos de la Policía Federal ulularon jugando con sus distintos tonos, y toda la ciudad empobrecida y amargada fue nuevamente una fiesta. El presidente, Raúl Alfonsín, se había retirado pronto a la quinta oficial de Olivos para ver el partido, y desde allí telegrafió su segunda felicitación a la selección de Bilardo, tan contestada y discutida antes del comienzo del Mundial. Todas las emisoras de televisión de la capital federal retransmitieron en directo el encuentro, que se siguió según la técnica habitual: apagando el sonido del televisor, silenciando a los tranquilos comentaristas televisivos y poniendo a todo volumen la radio para escuchar a los encendidos relatores futbolísticos de las emisoras.

Dignidad recuperada

La colonia española -600.000 gallegos sólo en el Gran Buenos Aires, la primera capital gallega del mundo- asistió enfervorizada al ajusticiamiento de la selección belga y vivirá el domingo su gran jornada en procura del triunfo argentino sobre Alernania Occidental. La casa de los padres y hermanos de Maradona es inaccesible ante las manifestaciones de entusiasmo que la cercan.

Se ha descartado que el presidente Raúl Alfonsín acuda a México para la final, dados sus compromisos de trabajo. Pero el partida será algo más que un encuentro de fútbol y algo más que un posible trofeo deportivo. Es el Mundial de 1978, el Mundial de la dictadura en el que los goles a Perú se tasaron en un millón de dólares cada uno, contra el Mundial de la democracia y la dignidad recuperadas. En esta sociedad devastada por los problemas, la iniquidad, la inseguridad y la mala suerte, sólo existe ahora una consigna: "¡Adelante, Argentina, todavía".

24/6/86

Buenos Aires fue una fiesta tras el triunfo (24-6-1986)

Las calles y avenidas de Buenos Aires, la gran capital austral, quedaron en la tarde del domingo desoladas como si una bomba de neutrones hubiera hecho explosión sobre la metrópoli. Ni un peatón, ni un automóvil, ni un colectivo. Paralización total ante el mayor espectáculo del mundo: un Argentina-Inglaterra.

desde el viernes fiesta nacional por ser el Día de la Bandera. Todos los argentinos habían marchado a sus lujosas o modestas casas de campo.La Prensa mexicana había publicado informaciones anunciando la segunda edición de la guerra de las Malvinas y en Buenos Aires un, grupo de diputados peronistas había propuesto la suspensión unilateral del partido. "Sólo es un partido de fútbol", dijo el Gobierno radical y la selección argentina capitaneada por Maradona. Portavoces gubernamentales instaron repetidamente a los jugadores argentinos a que guardaran la calma e hicieran alarde de discreción.

Buenos Aires, catalogada como la ciudad de mayor contaminación sonora del mundo, quedó extrañamente silenciosa a las tres de la tarde local hasta que un rugido colectivo, perfectamente audible desde las calles, señaló el primer gol de Maradona, logrado de un puñetazo sorprendentemente inadvertido por el árbitro.

La Prensa deportiva argentina es cínicamente honesta sobre este aspecto del encuentro. Admite, sin lugar a dudas, que Maradona marcó su primer tanto con la mano y elogia su capacidad de disimulo. Es el gusto porteño por la viveza, por la habilidad para el engaño, la reverencia por el pícaro con tal de que resulte ganador. Una cosa, a la postre como la ciudad, muy italiana.

El segundo gol, a todas luces admirable, sumió a la ciudad paralizada en el frenesí. La victoria arrojó a las masas a la calle. Miles de argentinos se volcaron sobre el microcentro porteño, sobre los alrededores del obelisco que significa a la capital federal, bajo las lluvias, cantando estrofas sincopadas bastante irreproducibles sobre el Reino Unido y Margaret Thatcher y hasta quemando alguna que otra bandera inglesa. Nada importante y todo de esperar en esta sociedad profundamente humillada por la derrota en las Malvinas. Tan es así que la infinitud de emisoras de radio y los cinco canales del Gran. Buenos Aires omitieron la interpretación del himno británico.

Todo daba lo mismo: el país se extrajo, al fin, una espina dolorosa. de la gran parcela de su corazón y reserva para el fútbol.

En la madrugada, con los ojos inyectados de televisión, miles de automovilistas porteños circulaban sonrientes haciendo sonar obsesivamente sus cláxones. La ciudad era nuevamente una fiesta sonora.

19/6/86

Amargura de Norah (19-6-1986)

Norah Borges de Torre, hermana de Jorge Luis Borges y afamada pintora, publicaba ayer una carta al director del diario porteño La Nación transpirando su amargura fraternal. "Me he enterado por los diarios", escribe, "que mi hermano ha muerto en Ginebra, lejos de nosotros y de muchos amigos, de una enfermedad terrible que no sabíamos que tuviera. Me extraña mucho que su última voluntad fuera ser enterrado ahí, ya que siempre quiso estar con los antepasados y con nuestra madre en La Recoleta [el cementerio ilustre de Buenos Aires]".De una manera directamente indirecta la única hermana de Borges acude al despellejamiento generalizado que se está haciendo de María Kodama, la nipona-argentina que le acompañó en sus últimos años y su teórica viuda y heredera universal. La esposa de Borges, con la que apenas convivió, de la que estaba separado, guarda un respetuoso silencio y no aspira a pleitear por la herencia del escritor.

No es el caso de la hermana y de sus sobrinos, que se consideran desheredados no sólo de los caudalosos derechos de autor de Borges -extensibles a dos generaciones- sino hasta de los bienes de la madre bajo condominio del escritor y su hermana. En esta sórdida historia post-mortem María Kodama aparece como la advenediza que secuestró la voluntad del gran hombre de letras en las postrimerías de su existencia.

Fanny, la mucama de toda la vida de Jorge Luis Borges -30 años sirviéndole, enfermera, administradora, recadera, casi una madre sustituta o acaso una amante de entrecasa- ha fustigado domésticarnente a la Kodama. Sólo visitaba a Borges -ha declarado- tres días por semana y de cinco a nueve. A tenor de las declaraciones de Fanny, Borges abominaba falsamente de las cenas que le elaboraba para forzar a María Kodarna a que le sacara a cenar y prolongar así su compañía en las noches.

Historias abyectas de la trastienda del corazón o de la soledad de la vejez que están sustituyendo al análisis o la honra de su obra y su memoria. Resulte como fuere el inevitable pleito sobre su sucesión legal, no es discutible el hecho de que Borges murió lúcido, deliberadamente alejado de su patria y su familia, testando a favor de la nipona-argentina, entregándose a ella y rompiendo -al fin- en la hora de su muerte las grapas edípicas que le sostenían obsesivamente al alma de su madre. No existe mejor testamento.

La jurisdicción civil reclama 300 causas abiertas contra militares argentinos (19-6-1986)

La Cámara Federal de lo Penal y Correccional de Buenos Aires ha reclamado del Consejo Supremo de Justicia Militar las 300 causas por violación de los derechos humanos en el I Cuerpo de Ejército que el alto tribunal castrense estaba tramitando desde hace dos años y medio. La Cámara Federal es la misma que enjuició civilmente a las tres primeras juntas militares, dada la dilación injustificada de la justicia castrense. Ahora la cámara nuevamente ha estimado que la justicia militar ha agotado todos los plazos razonables sin avanzar en la tramitación de los casos y ha asumido la responsabilidad del juicio.Se trata del enjuiciamiento de la guerra sucia contra la subversión desatada por el general Guillermo Suárez-Mason (degradado y prófugo), comandante durante la dictadura militar del I Cuerpo de Ejército, acantonado en la capital federal y la provincia de Buenos Aires, y del general Ramón Camps, entonces jefe de la Policía Federal de la provincia. Camps, alardeador de haber hecho desaparecer a miles de argentinos, torturador personal del periodista Jacobo Timerman, permanece preso en un hospital militar aquejado de cáncer de próstata con metástasis generalizada.

Hasta 300 jefes y oficiales del Ejército y de la Policía Federal se encuentran involucrados en esta causa. Se espera que la cámara vea el juicio contra Ramón Camps, oral y públicamente, en el transcurso de este año. Las causas sobre lo sucedido en la Escuela de Mécanica de la Armada y contra la Policía Federal no podrán ser vistas antes del próximo año.

Las fuerzas armadas han sido tomadas por sorpresa ante la drástica pérdida de paciencia de los camaristas civiles. El pasado martes se consumió en reuniones de la cúpula militar y en una entrevista de dos horas y media entre el titular de Defensa, Horacio Jaunarena, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Héctor Ríos Ereñú.

A la crispación militar contribuyen las últimas declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados, el viejo radical Juan Carlos Pugliese, un hombre asaz moderado, reprochando a las fuerzas armadas argentinas no haber entendido que su actuación durante la dictadura es repudiada por al menos el 90% de la población.

16/6/86

La luz de la última certeza (16-6-1986)

Todas las ediciones dominicales de la Prensa porteña publicaban ayer suplementos especiales dedicados a la desaparición de Jorge Luis Borges; buena parte de su iconografía, anecdotario, recopilación de sus frases más mordaces y los obligados resumenes biográficos. Sin grandes despedidas analíticas o de homenaje por parte de sus escasos pares: Manuel Mugica Lainez le precedió en la muerte; Adolfo Bioy Casares, acaso su mejor amigo en vida, se escuda tras las mucamas que atienden el teléfono, y Ernesto Sábato se encuentra en París.De ellos para abajo ya hay un gran salto generacional y cualitativo y, probablemente, poco caritativo. No hace una semana que la escritora Silvina Bulrrich censuró el matrimonio de Borges con María Kodama reputándole, en un programa televisivo de audiencia masiva, de impotente. Borges le inició una querella judicial ya sobreseída por la visita de la Vieja Dama.

Hace seis meses Borges conoció su diagnóstico: un cáncer de hígado no infrecuente en personas de su edad por más que en sus vidas hayan practicado la templanza. Borges se negó a sufrir las torturas de la quimioterapia y optó por extinguirse lánguidamente en Ginebra. Sólo él mismo, María Kodama, su médico y su representante legal, Osvaldo Luis Vidaurre, conocían el inminente final. Todos sus últimos actos -deseo de invisibilidad, alejamiento del país, rechazo a la Prensa, matrimonio- encajan ahora a la luz de la última certeza.

Heredera

Su apoderado ha revelado que Borges testó en 1985 declarando a María Kodama su heredera universal y que el posterior matrimonio no tenía por objeto legarle sus bienes, sino que fue un reconocimiento afectivo e intelectual. El matrimonio, no obstante, como el de tantos argentinos separados, es nulo. Borges permanecía casado con su primera esposa -una viuda con un hijo con la que apenas convivió- de la que se encontraba legalmente separado. De ahí el exótico matrimonio civil por poderes con María Kodama en Paraguay.

Los bienes de Borges consisten en el apartamento de su madre en condominio con su hermana Norah, una pintora de primera fila con la que no mantenía buenas relaciones; un nuevo piso, que acababa de adquirir; su mobiliario y sus libros; y, por supuesto, sus derechos de autor. Presumiblemente, el testamento será impugnado por sus herederos naturales y hasta por la fiel mucama que le sirvió durante décadas y a la que se prometieron gavelas sucesorias. La miseria y la resaca del naufragio de la muerte.

Su último texto, se ignora si inconcluso, es un guión cinematográfico sobre la salvación y restauración de Venecia. Por expreso deseo, el escritor será inhumado en Suiza, en el exilio, como algunos de los mejores argentinos. Buenos Aires se ha conmovido sólo lo justo, si acaso un poco menos: toda la semana fue un largo puente entre festividades y huelgas de toda laya y, además, hoy la selección argentina juega contra la uruguaya. No es el mejor momento para las elegías.

15/6/86

Se ha hecho invisible (15-6-1986)

Siempre cerebral, extremadamente cauteloso y cuidadoso con las palabras, las maneras, su propia prolijidad personal; enamorado de la distinción, que indefectiblemente aporta el distanciamiento de las personas, las cosas, las; ambiciones y los sentimientos, pareciera que Jorge Luis Borges hubiera escrito el cuento de su propia muerte.

Carecía de enfermedades fuera de los achaques de su edad, dignísimamente sobrellevada tanto fisico como mentalmente; procedía, además, de una familia de contumaces longevos, pero desde hace tres años era percetible en él su afán por ser invisible. Por supuesto que en su exquisita cordialidad, y hasta paciencia, recibía en la casa de su madre, en la calle porteña de Maipú, a todo periodista, poeta turista erudito o mero curioso que quisiera hablar con él. Sin embargo, toda su prodigalidad personal se acompañaba de unas obsesivas referencias al mito del hombre in visible, acaso pirueta intelectual de su propia ceguera: acostumbrado a no verse, albergaba un pícaro deseo de que nadie le viera a él.Con María Kodama viajó frenéticamente y hasta ascendió en globo, y anhelaba visitar y, vivir por un tiempo en Japón. Acabó refugiándose en Ginebra con su secretaria, con la que se casó mediante un matrimonio por poderes en el Paraguay, nulo de pleno derecho ya que Borges es separado de su primera mujer, aún viva, y en Argentina no existe el divorcio. Hace pocas semanas declaró su intención de no regresar jamás a su país y de querellarse contra cualquier periodista que invadiera su vida privada. Y nuevamente aludió a su esperanza de volverse invisible.

Cerró la casa porteña de su madre con la que mantuvo, hasta su muerte, una férrea relación edípica, vendió algunos muebles, y hasta desapareció -puede que también se hiciera invisible- Beppo, el inquietante gato blanco de Borges. Despidió a Fanny, su mucama-ama de llaves de toda la vida, dejó atrás con su extraño matrimonio una abyecta reyerta de derechos sucesorios y, de alguna manera, se desvaneció en su deseada invisibilidad.

Muriéndose deliberamente en Ginebra ha cumplido al menos con la rara elegancia de los argentinos que se precian de serlo y que obliga a fallecer lejos de la patria:

San Martín, Rosas, Gardel, Cortázar... Nunca fue querido en su País ("ese gran escritor inglés de cuentos", se decía de él) y él correspondió a esos sentimientos con una aguda britanofilia y una sutil pero enérgica capacidad d desprecio. Abominador del peronismo, guardó silencio durante la negra noche de la dictadura.

Sólo en una ocasión tuvo un destello luminoso de mordacidad Un periodista gubernamental le preguntaba su opinión sobre el heróico esfuerzo de las Fuerzas Armadas para combatir la subversión de izquierdas: "Se están comiendo a los caníbales" contestó dulce y sonrientemente.

María Kodama, una universitaria joven y frágil, de cabello ceniza, hija de japonés y argentina, ha sido la suave mano que le ha guiado en estos años hacia su deseada invisibilidad y a su alejamiento de un país con el que jamás tuvo relaciones cordiales. La argentinidad de: Borges -como la de Cortázar- no es más que la historia de un prolongado desamor.

En la tarde de ayer las emisoras porteñas comenzaron a balbucir las primeras informaciones imprecisas sobre la muerte del caballero invisible; y ya comenzaron algunos primeros lamentos jeremíacos sobre la pérdida del primero entre los primeros de la literatura argentina, el que nunca recibió el Nobel y el que nunca recogió el reconocimiento de su pueblo.

No era precisamente el autor argeritino más leído en esta parte del mundo y ni siquiera sus compatriotas más cultivados se molestaban en ocultar que nunca habían podido penetrar en los relatos y las poesías de Borges, siempre remoto y hermético. Aunque resulte doloroso reprochárselo a este gran país austral, Borges, de haber muerto en Argentina, no hubiera recibido los honores póstumos que se han prodigado a figuras de menor relieve. Pero no quería ser Nobel, ni siquiera ser querido por sus semejarites. Sólo quería ser invisible.

14/6/86

Alto grado de participación en la sexta huelga general peronista contra Alfonsín (14-6-1986)

La sexta huelga general en 30 meses de Gobierno del presidente argentino, Raúl Alfonsín, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT, peronista), tuvo ayer un alto grado de participación, que se calcula, a falta de datos oficiales del Gobierno y de la CGT, en un 80%. En las grandes ciudades, el transporte público, los bancos y los comercios estuvieron paralizados. No se registraron incidentes de gravedad durante la huelga general, si bien cinco autobuses fueron incendiados en los suburbios de Buenos Aires.

Al margen de la huelga, después de afirmar que "no hay nada más duro que penetrar en los servicios de información", el presidente Raúl Ricardo Alfonsín declaró en la noche del pasado miércoles, en su segunda rueda de prensa tras dos años, medio de Gobierno: "Si realmente hubiera habido algo vergonzante, algo que ocultar, yo tendría que haberme ido a la plaza de Mayo a pegarme un tiro al lado de la pirámide".Alfonsín se refería al caso Sivak, un industrial secuestrado desde hace meses y en cuya desaparición aparecen involucrados servicios paramilitares de información. Pero lo importante es que éste fue el tono de esta rueda de prensa -sólo con periodistas nacionales- del presidente argentino.

En un ambiente tenso por los últimos acontecimientos -hoy el país va nuevamente a la huelga general azuzado por los sindicatos peronistas-, bajo el continuado ronroneo militar (el general Flores, sustituto del general Verdura al frente del III Cuerpo de Ejército en el que se fraguó el último atentado contra Alfonsín, acaba de hacer unas desvergonzadas declaraciones a la Prensa doliéndose de las sospechas que recaen sobre sus hombres), el presidente de la República compareció tenso, fatigado, con el rostro estragado por unas inmensas ojeras y, decididamente, enfadado y hasta cabreado.

La Prensa argentina cayó sobre él inmiscricorde y sin la menor alteza de miras. Se le llegó a inquirir sobre el aumento de la deuda externa durante sus meses de gobierno. Alfonsín estalló: "Pregúnteselo al ministro de Economía, yo soy el presidente de la nación".

En un alarde de imaginación, se le preguntó sobre los errores de su Administración y Alfonsín adujo, con mal disimulado desprecio, que hasta en el más modesto desempeño municipal se cosechan errores y que, de no ser así, sobrarían los gobiernos y las administraciones.

De la errática y pobre rueda informativa en la que se preguntó al presidente hasta por el futuro de empresas privatizadas de tercer orden y de mera influencia provincial, cabe rescatar la indignación de Alfonsín ante la huelga general de hoy. "Pienso", afirmó, "que el buen sentido hará que entremos a razonar en serio y que dejemos de repetir como loros lo que dicen algunos exponentes muy conocidos de la derecha argentina. Realmente, es inusitado que los trabajadores estén repitiéndolos. Mi opinión sobre el argumento usado por la CGT para realizar su huelga es casi de indignación".

La CGT lleva hoy a Argentina a otra huelga general como protesta contra el Plan Austral, contra la economía de guerra, que ha impedido, que la nación se despeñara en la hiperinflación. "¿Cómo no vamos a saber?", casi gritó Alfonsín, "¿que los salarios son bajos y que vivimos tiempos de penuria económica? Pero a nosotros no nos van a llevar al desatino, a la demagogia de poner una suerte de velo sobre la sociedad argentina y hacernos creer que con aumentos salariales nominales se puede solucionar, el problema de los trabajadores argentinos. ¡Qué fácil ha sido y sería darle a la manivela de la máquina de imprimir billetes!".

Alfonsín declaró que los enemigos de la democracia permanecen tan activos porque están jugando sus últimas cartas. La conferencia, de prensa fue banal por las preguntas, pero no por su convocatoria. Alfonsín no prodiga su trato institucional con los periodistas, aunque se dispersa en mil y un actos protocolarios por toda la nación. El presidente quiso encajar esta rueda de prensa entre el último atentado frustrado contra su vida y la huelga general de hoy para hacer oír su voz hasta su falta de paciencia.

Pero Argentina, este país invertebrado, rico y fracasado, continúa por donde solía: la Iglesia, los militares, los sindicatos peronistas y la oligarquía agrícola-financiera se aúnan como siempre, como extraños compañeros de cama, para herrumbrar los engranajes de la democracia.

13/6/86

Argentina va hoy de nuevo a la huelga general (13-6-1986)

La Confederación General del Trabajo -CGT, peronista, sindicato único del país, encabezada por Saúl Ubaldini- llevará hoy a cabo su enésima huelga general contra la política económica del Gobierno de Raúl Alfonsín. Esta nueva huelga general obedece a razones globales que abarcan esencialmente al plan austral de congelación económica, que cumplirá su primer año el próximo sábado. El presidente Raúl Alfonsín acusó en la noche del miércoles a la CGT de utilizar argumentos de la derecha argentina.

El centro y los 100 barrios porteños están empapelados profusamente con grandes carteles en los que, se estima que la felicidad y las ganancias del Fondo Monetario Internacional implican el drama y la miseria del pueblo trabajador argentino. "Pienso que el sentido común hará que entremos a razonar en serio y que dejemos de repetir como loros lo que dicen algunos exponentes muy conocidos de la derecha argentina", afirmó Alfonsín en una conferencia de prensa.El presidente confirmó que el Grobierno estudia prioritariairiente la reglamentación parlamentaria del derecho de huelga para impedir los paros salvajes o de mero oportunismo político. La oposición peronista, en minoría en ambas Cámaras y dividida en fracciones, está utilizando a sus sindicatos como ariete para debilitar periódicamente al Gobierno con vistas a las elecciones legislativas parciales de 1987.

El éxito del plan austral instrumentado por el ministro de Economía, Juan Sourrouille -un mero tecnócrata sin afiliación partidaria, experto en contabilidades nacionales y al que se tiene por mal nombre como Sí,Raúl-, es indiscutible-, se ha cercenado de raíz una inflación que hace 12 meses ascendía a más del 3.000% anual, y aunque el Gobierno de Alfonsín ha aliviado deliberadamente las riendas sobre los precios al consumo, las alzas permanecen todavía bajo control.

5/6/86

Alfonsín reorganiza y unifica los servicios de seguridad de Argentina (5-6-1986)

El presidente argentino, Raúl Alfonsín, ha procedido a una profunda reorganización de los servicios de seguridad del Estado. Tras la dimisión del ministro de Defensa, Germán López, y su sustitución por el subsecretario Horacio Jaunarena, ha relevado al titular del Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE), Héctor Rossi, destinándole a la subsecretaría dejada vacante en Defensa por el nuevo ministro. Al mismo tiempo, el actual embajador de Argentina en México, Facundo Suárez, se hará cargo de una nueva estructura de seguridad denominada Central Nacional de Informaciones (CNI), que aglutinará y rediseñará todos los procedimientos militares y civiles de información secreta.El Gobierno democrático argentino heredó de la dictadura -entre otros males acaso más graves, como el económico- una tupida red de información civil y militar de difícil desmontaje y control. El ministro del Interior, Antonio Tróccoli, y los dos primeros -ya fallecidos- ministros de Defensa se empeñaron en un doble y peligroso juego: desarticular lo menos presentable de la trama informativa y conspirativa y utilizar para la democracia a otra parte de esta mano de obra desocupada saturada de información y poder fáctico.

El caso es que gran parte de la mano de obra desocupada, aún al servicio del Gobierno, ha devenido en una clase de secuestradores y extorsionistas profesionales que está convirtiendo al país de los desaparecidos en el país de los secuestrados.

Las diferencias de criterio en la utilización de toda esta mafia militar-policial han constituido el basamento de la dimisión del ministro de Defensa a los tres meses del desempeño de su cargo y en abierto enfrentamiento con su colega de Interior.

Alfonsín pretende cortar este nudo gordiano reordenando todos los servicios de información estatal, unificándolos bajo su mando directo y encabezándolos por un civil. Pero este anuncio no ha disipado la tormenta política de un amigo personal del presidente desde hace 30 años, Germán López, que ha dimitido en los albores de su importante cargo y afirmado públicamente que el Ministerio de Defensa no existe y hasta que su ayudante de campo, un teniente coronel del Ejército de Tierra, dirigía una comisión informal para desentrañar el caso del secuestro de un notable empresario porteño supuestamente chupado por un grupo de tareas de espionaje.

Germán López renunció aduciendo problemas de salud en las vísperas de ser convocado a interpelación en el Congreso de los Diputados, donde la oposición peronista viene destruyendo por puntos al ministro del Interior, acerca del problema de la utilización del espionaje de la dictadura militar para impedir, precisamente, los desmanes políticos y comunes de los involucionistas.

4/6/86

El tercer ministro de Defensa de Alfonsín dimite por mala salud y discrepancias en el Gobierno (4-6-1986)

Horacio Jaunarena, un joven abogado radical que era subsecretario del departamento desde la recuperación de la democracia, en 1983, asumirá mañana como ministro de Defensa argentino. Germán López dimitió el domingo, tras poco más de tres meses al frente de la cartera, por mala salud y discrepancias dentro del Gobierno. Jaunarena es el cuarto ministro de Defensa de Raúl Alfonsín.

El cargo, sin lugar a dudas, contiene una elevada dosis de mufa (gafe), que obligaría a exorcizar el ministerio. Su primer titular en esta recuperada democracia fue Raúl Borrás, entonces la mano derecha de Alfonsín: falleció de un cáncer de pulmón.El segundo ministro, Roque Carranza, igualmente amigo, íntimo del presidente, falleció de un paro cardiaco mientras nadaba en una piscina militar. Ahora, Germán López, otro histórico del alfonsinismo, ex secretario de la Presidencia, dimite aduciendo problemas de salud: asma y enfisema con problemas colaterales derivados de un tratamiento con corticoides.

No obstante, sus males ni son mortales ni para jubilarse. Como secretario general de la Presidencia, López tuvo serias discrepancias con la política militar diseñada por Borrás, mantenida por su sucesor y obligatoriamente sostenida por él mismo para no dislocar la continuidad. Por otra parte, estaba enfrentado con el ministro del Interior, Antonio Tróccoli, por la intervención de servicios paramilitares en la investigación del secuestro -aún no dilucidado- de un importante industrial.

Le sustituye Jaunarena, el subsecretario de estos dos años y medio de democracia, que ha terminado deviniendo en un aceptable interlocutor de los militares.

El reciente intento de asesinato del presidente no puede ser incluido como factor determinante de esta crisis, dado que también habría afectado al segundo del ministro dimitido.

La política militar es la principal ocupación del presidente Alfonsín, y se ha mantenido por encima de los desastres fisicos y de los ya enterrados ministros y subsecretarios (el cosubsecretario de Jaunarena murió de un infarto sobre la mesa de su despacho al mes de tomar posesión). Los recortes presupuestarios ya están llegando a las bandas militares, reducidas drásticamente a las indispensables para los actos de alto respeto.

Muere un torturador

También en el pantano de los problemas militares cabe destacar la muerte del vicealmirante Chamorro, director durante los peores años de la represión de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), quien estaba en prisión militar enjuiciado por orden de Alfonsín.Gran escenógrafo de los horrores de la Esma, protagonizó uno de los más espectaculares casos de síndrome de Estocolmo ocurridos en la Argentina dictatorial.

Chamorro torturó personalmente a la guerrillera montonera Marta Bazán -ahora en paradero desconocido-, le dio la vuelta, la convirtió en su amante, y, la guerrillera reconvertida llegó a entregar a su propia familia. Con él marchó a Suráfrica cuando el marino, que conservaba sobre su mesa de despacho las cápsulas de munición naval con que se violentaba a las detenidas, fue destinado como agregado a la Embajada de Argentina.

Varias veces infartado, ha sucumbido a su última crisis cardiaca, y su sumario, sobreseído por la muerte. Al no haber recibido sentencia, deberá ser enterrado con banda, discurso, cañonazos y honores. Penúltimo guiño circense de esta historia de dementes uniformados.

Por el momento, el último guiño correrá a cargo del general Ramón Camps, torturador personal del periodista Jacobo Timerman, y aquejado en un hospital castrense por un cáncer de próstata con metástasis en los huesos y en el pulmón.

Si Camps muere antes del lentísimo juicio militar y debe enterrársele con honores arderá Troya entre las mejores conciencias de esta sociedad.