30/12/84

EL 'Plus Utra' volverá a atravesar el océano (30-12-1984)

El 22 de enero de 1986, 60 años después de su proeza aérea, el Plus Ultra volverá a despegar del puerto de Palos de Moguer para repetir su singladura hasta amerizar en el puerto de Buenos Aires. El periodista y piloto español Nicolás Valero, reactorista, comandante de vuelo en la flota europea de DC-9 de Iberia, junto a una tripulación de otros tres hombres aún no determinada, intentará repetir la hazaña de Ramón Franco, Julio Ruiz de Alda, el mecánico Rada y el fotógrafo Alonso.

La iniciativa del comandante Valero ha sido amparada por la Unión de Periodistas de España y recibe el apoyo de la compañía Iberia, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones español, el Instituto de Cooperación- Ibero americana y Construcciones Aeronaúticas, SA (CASA). Con la repetición del histórico vuelo, y además de otras consideraciones deportivas, se pretende trasladar a Argentina la solidaridad de los periodistas españoles con su dificil proceso democrático. Nicolás Valero y Eloy Castañares, secretario general de la Unión de Periodistas, se entrevistaron hace varias semanas con las autoridades argentinas competentes en el caso, que han dado todas las facilidades para la realización del proyecto.El Plus Ultra, que fue regalado por España el pueblo argentino, se encuentra en el Museo del Transporte de la ciudad bonaerense de Luján, donde quedó expuesto, tras ser utilizado durante cuatro años como avión correo con la Antártida. Se trata de un hidroavión militar dornier-wall de diseño alemán, fabricado en España por CASA. Construido en chapa y lona, monta dos motores en tándem de 450 caballos de vapor, lo que le permite desarrollar una velocidad de crucero de 140 kilómetros por hora. Con 1.000 kilogramos de peso, puede cargar 3.000 litros de combustible, que le otorgan una autonomía de vuelo de 3.000 kilómetros.

El aparato ha sido inspeccionado por el comandante Valero y se encuentra "mejor de lo que se esperaba". Los encastres del fuselaje permanecen sólidos y, básicamente, sólo será necesaria su remotorización, siguiendo los planos en poder de CASA. El Plus Ultra será trasladado a España en la bodega de un Jumbo de Iberia para esta reparación artesanal y el entrenamiento, durante 1985, de su nuevo piloto.

La segunda singladura del Plus Ultra repetirá la peripecia de Ramón Franco y sus compañeros: Palos de Moguer-Las Palmas de Gran Canaria-Puerto Praia, en Cabo Verde-algún punto del océano Atlántico donde deberá ser reabastecido por un buque cisterna Recife-Río de Janeiro-Montevideo-Buenos Aires. El vuelo se efectuará en las mismas condiciones que el primero: con el piloto y su acompañante con las cabezas al aire y los otros dos tripulantes con medio cuerpo a la intemperie en los puestos de quienes llevaban a su cargo las ametralladoras. El aparato carece de cabina cerrada. Sólo contarán con la inevitable ventaja de los modernos conocimientos sobre navegación y meteorología. El techo del avión en carga es mínimo y tendrá que volver a volar prácticamente a ras de las olas.

Acompañarán al comandante Valero en la aventura un copiloto que podría ser argentino (Franco no llevó copiloto, pero actualmente esta figura es exigida por las normas internacionales de navegación aérea), un mecánico y un fotógrafo o cámara, en representación de los periodistas españoles.

22/12/84

Lorenzo Miguel se retira hasta que se confirme la legalidad de las elecciones peronistas (22-12-1984)

Lorenzo Miguel, vicepresidente segundo electo del justicialismo en el contestado Congreso Nacional, ha renunciado a ocupar su cargo en tanto la justicia electoral no decida la validez de las elecciones partidarias. Miguel es secretario de Unión Obrera Metalúrgica y de las 62 organizaciones, los sindicatos de obediencia peronista.

Miguel ha publicado en los diarios porteños una carta abierta a sus correligionarios anunciando su paso al costado hasta que se clarifique judicialmente el último congreso del movimiento.Por su parte, Saúl Ubaldini, uno de los secretarios de la CGT unificada -y el más prestigioso-, renunció al cargo de secretario de trabajo para el que había sido elegido estando ausente en Roma. Permanecen en sus cargos José María Vernet, gobernador de Santa Fe, elegido como primer vicepresidente del justicialismo tras sólo 14 meses de militancia, y Herminio Iglesias, jefe del peronismo bonaerense, y secretario general del movimiento. No se ha recibido en Buenos Aires ningún mensaje de Isabelita Perón, reelegida presidenta del justicialismo. No ha hecho oír su voz ni para dar las gracias. En el diario porteño La Razón, dirigido por Jacobo Timerman, Prudencio el Reflexivo, un personaje de tira cómica, retrata la situación: "A veces pienso que Isabelita es una verdadera computadora; decisiones frías, intuición lógica; creo que lo único que le falta es hablar".

19/12/84

La mayoría 'reformista' del peronismo argentino impugna el liderazgo de Iglesias (19-12-1984)

"Herminio Iglesias es, después de López Rega, el hombre que mayor daño ha hecho al peronismo". "La dirección peronista elegida el domingo es una mafia dedicada a la política y que, mediante la violencia, la prepotencia y el fraude quiere quedarse con las estructuras del justicialismo". "Herminio Iglesias es cualquier cosa menos justicialista". Estas han sido algunas de las definiciones públicas más serenas de la mayoría peronista, que el pasado sábado huyó del teatro porteño Odeón descalificando así el congreso partidario controlado por Herminio Iglesias y Lorenzo Miguel.

La mayoría reformista tenía previsto plantear ayer ante la justicia electoral la nulidad del congreso oficialista, y sólo el verano y las inminentes vacaciones judiciales impedirán que el peronismo, el primer partido de la oposición, con cerca del 42% de los votos, sea intervenido por el poder judicial.Los reformistas, respaldados por todos los gobernadores peronistas menos uno -Vernet, de Santa Fe, elegido primer vicepresidente por el oficialismo, con sólo 14 meses de militancia-, todos los senadores menos uno y 70 de los 111 diputados justicialistas, además de por la mayoría de los congresistas del Odeón, rechazan la terminología divisionista. Insisten en que no hay fraccionamiento y que el único congreso válido será el de San Miguel de Tucumán, el 2 de febrero, convocado para las nueve de la mañana en el teatro San Martín de la capital norteña. Los reformistas desconocen a los dirigentes elegidos en el Odeón y, en un intento de no profundizar la sima abierta entre ambas fracciones, acata la anterior dirección partidaria, no menos herminio-miguelista que la elegida el fin de semana en minoría y entre gritos y patadas.

Insiste el reformismo en que no va a llevar a cabo su congreso, sino el congreso, y procura preservar la figura de Isabel Perón, aunque con inevitables reflejos condicionados: "La han elegido presidenta sin ni siquiera consultarla, y además ella no se entera de nada".

El reformismo, que ha instalado sus cuarteles en las oficinas del grupo de senadores peronistas, desdeña el enfrentamiento entre el peronismo de Buenos Aires -donde habita la mitad del país- y el provincial. Aducen que el poderoso peronismo bonaerense está controlado por el terror y récuerdan que Iglesias, pese a la mayoría justicialista provincial, perdió frente a los radicales las elecciones a gobernador.

El oficialismo guarda silencio y ya ha sufrido sus primeras deserciones: el neurocirujano Raúl Matera, elegido para una secretaría, ha dimitido de su cargo, y otro tanto se espera haga el líder sindical Saúl Ubaldíni -principal secretario de la CGT unificada- a su regreso de un viaje a Italia.

Por otra parte, el presidente Alfonsín, con una semana de retraso, se dirigió el lunes al país por radio y televisión para reflexionar sobre el primer año de su mandato. En un mensaje de 40 minutos, destacó los logros de la refinanciación de la deuda externa, el acuerdo de paz con Chile por el canal del Beagle y la recuperación internacional de la dignidad argentina. "Hay muy pocos casos", dijo, "donde se haya desmontado tanta porción de autoritarismo a tan poco tiempo del fin del autoritarismo".

La extrema derecha se hace con el control del peronismo (18-12-1984)

El Movimiento Justicialista ha quedado fracturado en dos tras su congreso nacional celebrado el pasado fin de semana en Buenos Aires, y la extrema derecha se ha hecho con el control del peronismo. La división es por ahora meramente formal entre oficialistas y renovadores -resultó imposible discutir ningún problema ideológico-, pero la gresca peronista puede abocar seriamente a la explosión del movimiento en taifas provinciales siguiendo la tradición del caudillismo argentino. Más de la mitad de los congresistas se retiró del cónclave autocitándose para el 2 de febrero en San Miguel de Tucumán.

El resto del congreso, ya sin quórum, bajo el dominio físico de los pistoleros y matones de Herminio Iglesias, caudillo del peronismo bonaerense, reeligió a Isabelita Perón como jefa del movimiento, repartiéndose los cargos de dirección efectiva. El congreso -el primero tras la derrota peronista en las elecciones de octubre de 1983-, cargado de violencia y amenazas, se celebró en el teatro porteño Odeón, donde el travestido Pawlovski triunfa ahora en Buenos Aires. "Gracias a Dios que se fueron", comentaban en la noche del domingo los responsables del local.El congreso estuvo organizado y dominado por los llamadosmariscales de la derrota, la alianza entre el líder del sindicalismo peronista, el metalúrgico Lorenzo Miguel, y el ultraderechista Herminio Iglesias, caudillo del peronismo en la provincia de Buenos Aires.

Lorenzo Miguel, que ostentaba la primera vicepresidencia partidaria -de hecho la jefatura del movimiento, dado el autismo político de Isabelita-, renunció al cargo días antes del congreso, tras asegurarse su elección como secretario de la poderosa Unión Obrera Metalúrgica en los comicios de normalización gremial que se están celebrando en Argentina. Para su puesto, promovió junto a Iglesias a José María Vernet, un contador público menor de 40 años, gobernador de Santa Fe, desconocido a escala nacional, manejable y hasta discutido políticamente en su propia provincia. Para Herminio Iglesias se fabricó a medida el cargo de secretario general, inexistente en la historia peronista.

Viaje a Europa

Lorenzo Miguel, retrocediendo hasta la vicepresidencia segunda, evitaba que otro sindicalista accediera a la dirección peronista, y como secretario de la Unión Obrera Metalúrgica y de las 62 organizaciones -los gremios de militancia justicialista-, mantenía las riendas del poder en el movimiento. Su socio, Herminio Iglesias, preparó su desembarco en el congreso mediante un rocambolesco viaje a Europa: a Roma voló oficialmente para entrevistarse con autoridades vaticanas y recabar información sobre el tratado con Chile por el canal de Beagle, y oficiosamente para tomar contacto con la Intemacional Fascista; aduciendo ser perseguido por los servicios secretos italianos se refugió en la Embajada argentina, de donde marchó a Madrid. A su regreso a Buenos Aires, aseguró que un hijo suyo de 26 años, que le sirve como secretario, había sido recibido por la viuda de Perón, quien le había transmitido bendiciones políticas para el padre. Iglesias no pudo concurrir a la entrevista por encontrarse "realizando llamadas al Vaticano".

Abierto el congreso en la mañana del sábado, los representantes peronistas observaron cómo se prohibía el acceso a la Prensa, al tiempo que ingresaban al Odeón las bandas de matones de Iglesias, desparramándose por los palcos. Caudillos del peronismo civilizado, como Carlos Menem, gobernador de La Rioja, quien hace un año defendía a Isabelita Perón y ahora abomina de ella, fueron insultados y pateados, necesitando protección policial a la entrada y salida del teatro. Los congresistas denominados reformistas -la mayoría- plantearon la reforma de la carta orgánica del movimiento y la elección de los cargos partidarios por elección directa de los militantes.

Para clarificar la composición del congreso, los reformistas exigieron también la elección de una comisión de poderes que revisara las credenciales de los congresistas. Las patotas y barras bravas de los palcos comenzaron a corear sus cánticos, a golpear sus bombos y a desparramar amenazas.

Una pistola bajo la mesa

Desde la presidencia, Lorenzo Miguel y Herminio Iglesias pre tendieron forzar una votación a mano alzada, entre gritos y pro mesas de muerte procedentes de los palcos. Los reformistas abandonaron la presidencia y otro tanto se disponía a hacer el pre sidente del congreso, Raúl Bercovich, cuando le mostraron una pistola por debajo de la mesa y reconsideró sabiamente su de cisión.

Al menos 345 congresistas -sobre 670- abandonaron el Odeón, entre ellos casi todos los gobernadores, todos los senadores y 70 diputados: prácticamente, la totalidad de los cargos elegidos libremente en las elecciones nacionales de hace un año. El domingo, en minoría y sin quórum, en franca ilegalidad jurídica y moral , entre el aplauso de cuadrillas de guardaespaldas, el congreso nacional justicialista reeligió a Isabelita como jefa del movimiento, quedando el gobernador Vemet como primer vicepresidente, Lorenzo Miguel como vicepresidente segundo, y Herminio Iglesias como secretario general.

El congreso oficialista, además, ignorando la deserción de los senadores y de 70 diputados, acordé oponerse en el Parlamento a la ratificación del tratado de paz con Chile recientemente votado favorablemente por la mayoría del electorado.

Así, el peronismo ha quedado técnicamente dividido en dos: los representantes directamente elegidos por el pueblo en las pasadas elecciones (los reformistas) y la dirección partidaria responsable de la derrota electoral (oficialistas), que utiliza como paraguas a la remota viuda de Perón.

14/12/84

El 'caso Astiz' amenaza romper el equilibrio entre el Gobierno y el Ejército en Argentina (14-12-1984)

La detención del marino Alfredo Astiz por la justicia civil amenaza romper el delicadísimo equilibrio entre el Gobierno democrático y las fuerzas armadas argentinas. Desde hace cinco días continúa la sesión permanente del Almirantazgo como presión sobre la opinión pública y el poder judicial en favor de Astiz. La Armada, además, ha solicitado que el marino sea trasladado desde el apostadero naval de Buenos Aires a la base de Puerto Belgrano para mejor garantizar su seguridad.

Astiz tuvo finalmente que ser reconocido mediante fotografías por testigos oculares que afirman haberle visto disparar contra la joven sueca Dagmar Haguelin y secuestrarla herida en un taxi en diciembre de 1977. El oficial se negó a una rueda de presos identificatoria e incluso a declarar, aduciendo que su caso había sido sobreseído en 1981 por la justicia militar. La identificación lograda por el juez federal Miguel del Castillo es judicialmente muy débil, dada la profusión de fotografías de Astiz publicadas en la Prensa argentina e internacional tras su rendición a las tropas británicas en las islas Georgias del Sur durante la guerra por las Malvinas.El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas -cuya renuncia global será admitida antes de fin de año por el ministro de Defensa, Raúl Borrás- ha remitido al juez Del Castillo, aceleradamente y contra su lentitud habitual, la documentación sobre el sobreseimiento militar del caso Haguelin, en el que se ampararía Astiz.

No obstante, el problema es político antes que jurídico. Astiz, por su notoriedad internacional -presunto responsable de la desaparición de Haguelin y de dos monjas francesas-, es el símbolo de los oficiales jóvenes que participaron en la guerra sucia contra la subversión. Si es procesado, se derrumbará el acuerdo tácito entre el Gobierno democrático y las fuerzas armadas de resolver las secuelas del terror de la dictadura castigando a las cúpulas que ordenaron el genocidio y salvaguardando a los escalones inferiores mediante una interpretación generosa del principio de obediencia debida.

Toda la publicidad que ha rodeado a Astiz y la presión de los Gobiernos sueco y francés han abierto una grieta en aquel esquema de juzgamiento selectivo. El ministro de Defensa, Raúl Borrás, ha intentado aislar el caso Astiz, aduciendo que no se le juzga por haber obedecido órdenes militares, sino por la supuesta comision de delitos comunes, como serían la privación ilegítima de la libertad y la comisión de lesiones a una ciudadana. El Almirantazgo, más realista, continúa oponiéndose al procesanúento. Si el caso Astiz se lleva hasta sus últimas consecuencias, media oficialidad argentina acabará sentándose en el banquillo de la justicia civil.

11/12/84

Un moralista civil (11-12-1984)

El pasado mes de septiembre, Ernesto Sábato, con el habitual aspecto compungido que le otorgan sus arrugas en las comisuras de los labios y el bigote de morsa, entregaba al presidente Raúl Alfonsín varios paquetes con los miles de folios del informe final de la Comisión Nacional Sobre Desparición de Personas. El presidente Alfonsín, funeralmente serio, sin rastro de la bondad facial que le caracteriza, traspasó los folios de la infamia a su edecán y se dirigió a Sábato y a los miembros de la comisión: "Lo que ustedes han hecho entra ya en la historia del país. Constituye un aporte fundamental para que de aquí en adelante los argentinos sepamos cabalmente cuál es el camino que jamás debemos transitar hacia el futuro".

Asomarse al infierno

En la noche de la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, aguardaban miles de personas que respaldaban la entrega del informe. Un camión plataforma, estaba preparado para que Sábato se dirigiera a los reunidos y dispersara la concentración. Por primera vez en el ambiente festivo y relajado de las manifestaciones de la democracia la calle estaba tensa, el despliegue policial era inusitado y podían olisquearse los grupos de merodeadores de la provocación.

Magdalena Ruiz Buiñazú, prestigiosa periodista radiofónica y miembro de la comisión Sábato, comentaba: "Redactar el informe ha sido asomarse al infierno". Sábato no encontró ánimos para discursear a nadie desde un camión; la multitud cantó el himno nacional y se autodispersó. Al día siguiente el escritor hacía las maletas, tomaba un avión y se marchaba a Europa.

Escritor y moralista

Ernesto Sábato ha adquirido un sólido prestigio en su país, no sólo como escritor sino como moralista. A1 contrario que Borges o que el recientemente fallecido Manuel Mújica Laínez, Sábato no se ha distinguido de su sociedad con un distanciamiento cínico y británico: ha participado de las miserias, errores y horrores de la reciente decadencia argentina, interviniendo continuamente con declaraciones públicas y con sus escasos artículos periodísticos, en un intento de reorientar la moral civil de la nación.

Criticó duramente los aspectos irracionales del peronismo, el egoísmo de la oligarquía porteña, la barbarie militar, consiguiendo ser impopular, eterno regañón aguafiestas, por más que unánimemente respetado. Cuando aceptó el nombramiento del presidente Alfonsín como presidente de una comisión de personalidades independientes que investigara la desaparición de personas, tuvo que ser consciente de que se aventuraba en un calvario personal. Las madres y abuelas de la Plaza de Mayo y las organizaciones defensoras de los derechos humanos, patrocinadores, con toda razón, de un Nuremberg argentino, le dieron la espalda; la ultraderecha civil y el gorilismo militar -por supuesto- le cubrieron de maledicencias y sospechas, y no pocos argentinos torcieron el gesto ante la investigación de unos horrores que salpicaban a tantos que los conocieron con el único comentario de "por algo será".

Cuando en un salón de la Casa Rosada Sábato entregaba su informe sobre 340 campos de concentración clandestinos y 8.961 personas desaparecidas (el pico de la barbarie que la comisión logró investigar documentadamente) y exorcizó con durísimas palabras la demencia represora de los militares argentinos, muchos pensaron que estaba firmando con su valor civil su futura sentencia de muerte.

Ahora el Premio Cervantes desmerecerá su indiscutible prestigio literario y se dejará entender que ha recibido el galardón por razones políticas, humanitarias o hasta sentimentales. Se le volverá a recordar que sólo ha escrito tres novelas o se afirmará que ha cobrado la factura por asomarse al infierno. A su edad, con una vista estropeada que casi solo le permite pintar, siempre regañón y ético, puede que le importe muy poco seguir encarnando la mala conciencia de sus compatriotas que para nada le agradecerán el recordatorio de sus defectos. Puede que sea el destino solitario de todos los moralistas.

Ernesto Sábato: "He escrito para salvarme" (11-12-1984)

Ernesto Sábato, deportivo y juvenil, bastante menos malhumorado que de costumbre, recibe visitas inecesantes y contesta llamadas telefónicas de medio mundo, junto a su esposa, que va desparramando amables cafés, en su casa forrada de libros, plantada de árboles y enredaderas, allá donde el viento da la vuelta, fuera de la ciudad, ya en la provincia y es lo que se entiende por el Gran Buenos Aires. "Mis libros han sido como explosiones interiores", dijo Sábato a este periódico ayer en su domicilio. "He escrito para salvarme."

La razón, de Jacobo Timerman, se atrevió premonitoriamente a anunciar en su primera página del sábado la concesión del premio Cervantes a Sábato, y éste solo se veía aliviado ayer, precisamente en el primer aniversario de la nueva democracia argentina y en el día de los derechos humanos, por la huelga de 48 horas de todas las emisoras privadas de radio porteñas.Le ha llamado el ministro español de Cultura, Javier Solana, y Luis Yáñez, presidente del Instituto Iberoamericano de Cooperación. También ha telefoneado Rafael Alberti. Sábalo sabe por periodistas españoles de la satisfacción de Camilo José Cela por el fallo del jurado. "Me reconforta porque soy un gran admirador de la obra de Cela y porque estoy seguro de que el próximo premio Cervantes será para él".

En el recibidor, Sábato muestra un diccionario de la Real Academia Española de la Lengua autografiado por Raúl Alfonsín. Fue uno de los regalos que el presidente trajo de España, no recuerda si del Rey o de Felipe González, y que aquél regaló a su vez en agradecimiento al presidente de la Comisión Nacional sobre Desaparición de personas.

Nuestra base es española

Se le advierte emocionado por todas las muestras de afecto que están llegando desde España.

Pregunta. A que no le llamó Borges

Respuesta Por favor, no hablemos de estas cosas. No tiene ninguna importancia Y además, Borges nunca llama a nadie.

P. Seguro que está atendiendo más periodistas españoles que argentinos.

R. Pero eso es un defecto heredado de ustedes. En los argentinos convergen cuatro fuerzas: españoles, italianos, judíos y árabes; y la suma de todos ellos provoca cierto negativismo. Pero nuestra base es española, con todo lo bueno y lo malo. Tampoco me haga usted mucho caso; esto de las referencias es como los mapas: son útiles en tanto en cuanto son falsos.

P. ¿Van a reprocharle, don Ernesto, una hipotética influencia política en este premio por su actividad en el último año?

R. El Nobel está claro que se concede en ocasiones por motivaciones políticas, pero me parece que el Cervantes es ajeno a estas consideraciones. Y espero, además, que mi obra literatira signifique algo, que haya' pesado en el ánimo de los jurados.

He escrito para no morirme

P. Hace bastante que no edita, ¿está escribiendo alguna obra?

R. Mi último libro, un ensayo, fue Apologías y rechazos, creo que en 1980. No, ahora no preparo nada. Como usted sabe, tengo serios problemas con mi vista y me he pasado a la pintura. Puedo leer poco y por breves espacios de tiempo. Padezco una afección en el humor vítreo y mis retinas están muy delicadas. Y no sé escribir sin leer lo que escribo, particularmente novela. El ensayo acaso sí podría dictarlo, pero desde luego, la novela no.

P. En cualquier caso, ha sido usted un escritor muy perezoso.

R. Es que yo todo lo he escrito bajo peligro de muerte; yo he escrito literalmente para no morirme. Soy muy autodestructivo y he arrojado muchas páginas al fuego de la chimenea. Pero siempre mis libros han sido como explosiones

interiores. He escrito para salvarme. También, quizá, padezca de alguna abulia metafísica; hasta los artículos de prensa los escribo a regañadientes.

Escolta permanente

Miembros de la Policía Federal vigilan visiblemente la casa del escritor y filtran las visitas. Ernesto Sábato fue amenazado de muerte por parte de la Triple A durante el mandato constitucional de Isabelita Perón, después bajo la dictadura militar y, ahora -muy seriamente- tras su presidencia de la comisión sobre desaparición de personas. Una escolta permanente de la Policía Federal le acompaña en todos sus desplazamientos.

P. Podremos reprocharle su aparente pereza, pero no su cobardía cívica.

R. Sería el peor insulto que podrían hacerme. Siempre he admirado el coraje en el hombre y quisiera ser merecedor de este elogio. Cuando el presidente Alfonsín me telefoneó una noche para ofrecerme la presidencia de la comisión no tuve dudas, acepté de inmediato, aún conociendo la responsabilidad moral y física que me correspondería. Ni podía ni debía negarme.

P. Parecería por su obra, por su pesimismo sobre la condición del hombre, que estuviera predestinado para indagar el último horror argentino.

R. Sí, toda mi obra es una indagación del mal, del mundo de las tinieblas, sobre la muerte, sobre los problemas últimos de la condición humana. Los meses al frente de la comisión han sido, sin embargo, una experiencia terrible, para mí catastrófica, que me ha puesto al borde del colapso espiritual y físico. Hemos descubierto prácticas horribles.

"Los regímenes políticos deben abominar de la tortura" -añade-; "el imperativo de no torturar debe ser categórico, no hipotético; la tortura es un mal absoluto, no relativo, y no existen torturas malas o torturas beneficiosas según el sistema político que las aplique."

"Pero aunque nada de lo que pueda hacer el hombre me sorprende" dice, "hemos encontrado esquinas del horror incomprensibles: la maldad por la maldad misma, sin la necesidad de obtener algún beneficio ulterior. A1 menos sabemos que Argentina ha tocado fondo y que ahora podremos recomponer nuestra salud espiritual.

Sobre héroes y tumbas

En una autoentrevista que el escritor concedió a la revista Guadiana en 1977 -es decir que él mismo se hacia también las preguntas-, Sábato dijo que Sobre héroes y tumbas es su obra más representativa. "Es una novela que ha sido escrita a lo largo de diez años de dudas, de angustias, después de haber sufrido y meditado mucho sobre la existencia. No sé lo que valdrá literariamente, pero sí puedo decir que es una obra escrita con desgarramiento."

"Soy perfectamente consciente de los infinitos defectos que tiene todo lo que escribo -añadía-, así que ése es uno de los motivos principales por los cuales siempre he querido destruir lo que hago. Si me preguntan si es la que más me gusta, tampoco puedo decirlo. Gustarme, no me termina de gustar nada y además piensa que este tipo de literatura no tiene por qué gustar."

Uslar Pietri

Al escritor venezolano Arturo Uslar Pietri, uno de los candidatos a recibir el Premio Cervantes, le parece "muy bien" que le hayan dado el galardón a Ernesto Sábato, aunque, en declaraciones a Eje en Caracas, "pensaba que este año sí podía ganar". Pietri fue candidato de 10 academias el año pasado y este año lo fue de cinco: las de México, Chile, Perú, Salvador y Filipinas. El año pasado, cuando le dieron el premio a Rafael Alberti, la academia venezolana, postulante de este escritor, tuvo intención de protestar porque 1a candidatura había sido presentada fuera de plazo, pero el escritor disuadió a los académicos venezolanos.

La Armada se opone al procesamiento del capitán Astiz (11-12-1984)

El vicealmirante Ramón Arosa, jefe del Estado Mayor de la Armada argentina, convocó ayer al Almirantazgo para considerar la situación planteada por la detención del capitán de corbeta Alfredo Astiz. La Marina, en una nota oficiosa, amenaza veladamente con una "firme actitud institucional" en caso de que Astiz sea procesado y afirma que el suyo es "un caso clásico de los oficiales de baja graduación que cumplieron órdenes en la represión de la guerrilla de izquierda".Astiz no asistió ayer a una citación judicial durante la que debía presentarse ante los testigos por la desaparición, en 1977, de la joven sueca Dagmar Haguelin, de 16 años.

A petición del juez federal Miguel del Castillo, el capitán Astiz fue desembarcado del portaviones 25 de Mayo, donde prestaba servicio, y trasladado al apostadero naval de Buenos Aires, donde permanece detenido.

Astiz, vestido de civil, fue reconocido en su día por transeúntes y el conductor del taxi en el que trasladó el cuerpo de Haguelin a la Escuela: de Mecánica de la Armada, después de herirla gravemente en la cabeza de un disparo.

En 1981, aún bajo la dictadura militar, la madre de Haguelin intentó el procesamiento de Astiz ante la justicia castrense, que so breseyó el caso. Ahora el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, máximo tribunal militar ha reclamado el caso para su jurisdicción.

Astiz es calificado públicamente como asesino de chicos y monjas y fue colaborador estrecho del almirante Massera y del entonces director de la Escuela de Mecánica de la Armada, contraalmirante Chamorro, en laguerra sucia contra la subvensión.

La Marina teme que el procesamiento civil de Astiz arrastre el de muchos otros jefes y oficiales, poniendo de relieve la particular crueldad de la Armada durante la represión.

Julian Marías y la dictadura militar argentina (11-12-1984)

La comisión Ítalo es una agrupación parlamentaria mixta -de radicales y peronistas- encargada por el Congreso argentino de esclarecer la adquisición por el Estado de la compañía Ítalo-Argentina de Electricidad, propiedad de la banca suiza, en un 1.000% de su valor real. La empresa fue nacionalizada cuando José Alfredo Martínez de Hoz era ministro de Economía de la dictadura militar presidida por el teniente general Jorge Rafael Videla. El ministro había sido director general de la firma.

La comisión Ítalo pretende algo más que clarificar un cohecho; pretende denunciar la conspiración cívico-militar, la alianza entre la llamada patria financiera y la oligarquía castrense para establecer una férrea dictadura en Argentina que, so pretexto de combatir la subversión y el terrorismo de izquierdas, estableció un modeló económico favorable a intereses particulares y de la banca internacional.Y aquí aparece el nombre del filósofo español Julián Marías, a la postre anécdota colateral en la historia de esta maquinación.

Tras el primer interrogatorio parlamentario de Martínez de Hoz, a puerta cerrada, trascendió a la Prensa acreditada en el Parlamento que éste había aludido a Julián Marías en relación con la inspiración civil del golpe militar de marzo, de 1976. Uno de los canales de televisión porteña administrados por el Gobierno, en cadena nacional y en el telediario nocturno de mayor audiencia, dio, sin ser posteriormente" rectificada, la noticia de que Martínez de Hoz había aludido a la filosofía de Julián Marías como soporte intelectual de los conspiradores que derrocaron el Gobierno de María Estela Martínez de Perán.

Recogida esta información por EL PAIS, Marías la refutó en en el diario madrileño Abc y en el porteño La Nación. Posteriormente, volvió a expresar sus ideas contrarias a toda dictadura en una entrevista al canal 11 de la televisión argentina, y el ex ministro Martínez de Hoz, procesado y en libertad condicional, acudió en socorro de Marías con una carta en La Nación.

Martínez de Hoz, directo responsable de la destrucción de la economía argentina y cabeza visible de la colaboración civil con una dictadura militar que ha pasado a los anales de la barbarie humana (fue superministro económico del dictador Videla durante los cinco primeros y peores años del proceso de, reorganización nacional), escribe que "(... ) en ningún momento vinculé a Julián Marías con ideología política alguna, ni mucho menos con el ideario inspirador del proceso de 1976. Éste estaba claramente establecido en sus documentos preliminares, no necesitaba de padrinos extranjeros y, lejos de estar inspirado en ideas dictatoriales, se fundaba en los principios de libertad política y económica, con los que se proponía superar la emergencia de la grave crisis política y social y llevar al reestablecimiento en Argentina de una democracia auténtica, estable y progresista".

Además de esta explicación, Martínez de Hoz afirma en su carta que nunca se ha referido públicamente a Julián Marías para, a continuación, dar al filósofo español lo que aquí muchos estiman como un pase negro: "Aunque no he leído las mencionadas dos crónicas de EL PAIS", escribe Martínez de Hoz, "deduzco que deben referirse a las declaraciones efectuadas por mí en respuesta a las preguntas queme formularon los miembros de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados de la nación sobre el caso Ítalo. Estas declaraciones fueron grabadas y se les tomó versión taquigráfica pero, lamentablemente, no han sido publicadas por la comisión. Sin embargo, ello no ha impedido que se filtraran algunas versiones deformadas de lo allí expresado".

"En algún momento de este interrogatorio, que excedió ampliamente el tema específico que lo originaba, se me preguntó qué personas concurrían a la casa del doctor Perriaux en las frecuentes reuniones o comidas a las que él invitaba. Ante mi respuesta de que eran innumerables y que, a través de tantos años de amistad con él, me era imposible efectuar' esa enumeración, se me insistió en que por lo menos mencionara' a alguna de ellas. Pensando en las más caracterizadas, simplemente nombré, entre otros, a Julián Marías, agregando que era muy conocida su afinidad filosófica con Perriaux a través de Ortega y Gasset".

Marías es, en efecto, un filósofo apreciado entre determinados círculos sociales argentinos.

Un diputado integrante de la comisión Ítalo ha reconstruido verbalmente para EL PAIS el segmento del interrogatorio de Martínez de Hoz.

La 'cocina' del golpe

Preguntado Martínez de Hoz por sus contactos previos al golpe con la conspiración cívico-militar, responde que las conversaciones tendentes a establecer un cambio político en la nación se celebraban en el domicilio de Jaime Perriaux, jurista, orteguiano, ex ministro de Justicia bajo la dictadura del general Onganía, amigo personal de Julián Marías y persona ya fallecida.

Presionado Martínez de Hoz para que diera los nombres de los participantes en aquellas reuniones conspirativas, terminó facilitando los de algunas personas poco relevantes y el de Julián Manas.

En todo momento los diputados de la comisión Ítalo entendieron que las, reuniones en el domicilio de Jaime Perriaux fueron una de las cocinas en donde se guisó el golpe de los ahora encausados por genocidio -Videla, Massera y Agosti-, y que Martínez de Hoz declaraba en este sentido. Y los diputados también entendieron -aunque les resultara de muy escaso provecho para su investigación- que el filósofo Julián Marías era asistente asiduo -aunque, acaso, sólo como florero intelectual- de aquellas tenidas.

9/12/84

Un año administrando la ruina (9-12-1984)

Especialistas en genética estadounidenses llegaron el último año al hospital Durand, en Buenos Aires, para ayudar a los inmunólogos argentinos a establecer el sistema de histocompatibilidad, la identidad genética, de centenares de niños adoptados durante la dictadura militar. Desaparecidos los padres, las técnicas del abuelismo, junto a las investigaciones judiciales, ayudaban a la comisión asesora de niños desaparecidos a restituir, al menos, los nietos a sus abuelos.

Cuatro días antes del primer aniversario de la recuperación de la democracia argentina, los abuelos de Liliana, de siete años, y de Mariana, de ocho, recibieron confirmación en su casa de Puerto Madryn, en el sur del país, de que sus nietas habían aparecido adoptadas de buena fe por un matrimonio estéril. Las niñas desaparecieron en 1977, junto con sus padres de la ciudad de la Plata, cuando contaban un año y tres meses y ocho meses y abandonadas como NN (Ningún Nombre) en el hospital de niños de la ciudad. Los ancianos, doblemente despojados, optaron por dejar a las chiquillas con su nueva familia, reservándose únicamente el derecho de visita.Hace mañana un año, el 10 de diciembre de 1983, tras una noche en las calles sin dormir, los porteños desbordaron la Plaza de Mayor, dando por primera vez la espalda a la Casa Rosada, para enronquecer ante el presidente Raúl Ricardo Alfonsín, quien, en la balconada del cabildo desde el que se proclamó la independencia, les instaba a "...constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quisieran habitar el suelo argentino".

Un año después de aquella euforia generalizada, desmochado ya el entusiasmo, es preciso recurrir al simbólico común denominador de Liliana y Mariana para entener la gestión del Gobierno democrático: desde la deuda externa trepada hasta los 55 mil millones de dólares, a una inflación superior al 700% anual; desde las marchas y contramarchas de los juzgamientos militares, a la caída en vertical de la recaudación fiscal; desde el tratado de paz con Chile, a los intentos de asesinato en la persona de Alfonsín, toda la historia de este año argentino está teñida por la desmesura de los ciclópeos problemas que pesan sobre la República. Es la historia de una anormalidad.

Argentina accedió hace un año a la democracia, después de siete años de una dictadura militar criminal y corrupta y tras perder un guerra exterior contra el Reino Unido, respaldado por Estados Unidos y el Mercado Común Europeo; y como todos los vencidos, Argentina está pagando todas las facturas. Así, el destino político del presidente Alfonsín parece el de un hombre obligado no a una carrera de logros positivos para su país, sino a detener la catarata de degradaciones por la que se derrumba la nación. Por ello se reprocha a la Administración radical cierta sumisión en la renegociación de la deuda externa, o concesiones territoriales a Chile en el acuerdo vaticano sobre demarcación de límites, cuando ambas negociaciones han sido las mejor desarrolladas por el Gobierno. Muchos argentinos se niegan aún a reconocer que el país no se encuentra en condiciones de dar puñetazos en la mesa.

Un horizonte negro

El balance del primer año de la posguerra y la posdictadura es obligadamente ríspido: la inflación no ha podido ser desacelerada y continúa proletarizando a las clases medias; el hambreamiento de los menos favorecidos por la fortuna obligó al Gobierno a poner en marcha un "Plan Alimentario Nacional" -PAN-, que reparte semanalmente cajones de alimentos a las madres de familia en precario; el Ministerio de Economía se vio obligado a reconocer oficial mente en octubre pasado que el costo de la vida había aumentado en un 379% desde el mes de enero y el de Educación que, en un país eminentemente culto y alfabetizado como Argentina, la deserción escolar alcanzaba el 32,2%, con seis millones de analfabetos sobre 30 millones de habitantes; en el país de la carne, su consumo público está vedado dos días por semana, y en este borde de las vacaciones veraniegas australes el Gobierno estudia severas medidas económicas para gravar a los pudientes sus viajes al exterior.En la correcta administración del desmoronamiento económico del país es donde el presidente Alfonsín y sus colaboradores han cometido sus peores errores. Temerosos de generar un estado de depresión general, continúan sin informar oficialmente a la sociedad que el país está quebrado y que aguardan aún decenas de años de privaciones y miserias. El Gobierno radical continúa oponiéndose a la reducción drástica del gasto público -excepto en los presupuestos militares-, y el propio Alfonsín, negando la realidad de cada día, no pierde ocasión de reiterar en sus continuas comparecencias públicas que no admitirá recetas recesivas para la economía argentina: aún se cree en la posibilidad de detener la inflación sin mermar los salarios reales.

Bien es cierto que para encontrar salidas a la crisis, el Gobierno no ha encontrado la menor ayuda a sus costados: por su derecha, la patria financiera y la oligarquía agrícola-ganadera, deshuesadas del menor interés nacional o patriótico, se niegan activamente -y conspirativamente- a cualquier sacrificio; por su izquierda, la oposición peronista, dividida y caótica, sin dirección ni programas, no se encuentra en condiciones de concertar con el Gobierno un plan socieconómico de emergencia.

Restauración moral

En el haber de errores de Alfonsín también debe contabilizarse su creencia inicial de que podía desmontar la burocracia corrompida del sindicalismo peronista (perdió en el Senado por dos votos su ley de reordenación sindical), y su apoyo a Isabelita Perón para mayor desprestigio del peronismo. Hoy, las elecciones de normalización sindical vuelven a dar el control de los gremios a la vieja y mafiosa guardia justicialista y el peronismo dirigido (¿) por Isabelita desde la madrileña calle de Serrano es, a corto y hasta a medio plazo, incapaz de negociar un pacto social con el Gobierno. Donde la Administración radical de Alfonsín ha alcanzado éxitos moralmente indiscutibles ha sido en la dolorosa recuperación de la dignidad nacional. En junio de 1982, Argentina era un paria internacional; hoy es uno de los países más avanzados en materia de defensa de los derechos humanos, con la tortura penalmente equiparada al asesinato cualificado, reconocido el derecho de los ciudadanos a resistirse a la violación constitucional y con tres ex presidentes consecutivos de la nación en prisión preventiva rigurosa por su presunta comisión de genocidios.

Pese a las legítimas protestas y quejas de las familias de los perjudicados por la lentitud y moderación de la justicia, no existe otro ejemplo histórico como el argentino en el que tres ex presidentes militares, y sus respectivos socios de la Armada y la Aeronaútica esperan su juicio en penales castrenses; otro ex presidente -Bignone- se encuentra encausado, y generales, almirantes, brigadieres y ex ministros civiles, como Martínez de Hoz, tengan sumarios abiertos en los juzgados federales de medio país.

Las Fuerzas Armadas han visto reducido su presupuesto en un 39% y la Flota acaba de reconocer que carece de fondos para las maniobras más elementales. Se ha reducido el servicio en filas, disuelto un cuerpo de Ejército, reordenado el despliegue operativo de las fuerzas y sustituida la doctrina de la seguridad nacional por la de la defensa nacional. Mario Eduardo Firmenich, jefe de la organización Montoneros, fue extraditado desde Brasil y responderá de alguno de sus presuntos actos terroristas; Aníbal Gordon, jefe operativo de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) fue detenido junto con su estado mayor.

Hay más. Una comisión sobre desaparición de personas investigó libremente más de 8.000 casos, que dilucidará la justicia; no se ha perseguido a nadie por sus ideas y miles de funcionarios de la etapa de la dictadura militar continúan desempeñando sus puestos y sus destinos; se ha sellado la paz con Chile en las mejores condiciones posibles tras una querella centenaria y se ha encarrilado bajo esquemas occidentales la filosofía del pago de la deuda externa.

El país en este año ha dado para mucho y, ciertamente, no podía dar más de sí. La normalización de la vida económica y social argentina, el restañamiento de sus heridas, es tarea de décadas y esta República vivirá aún momentos más amargos que los actuales. El balance de este año ofrece el mismo claroscuro de la apagada alegría de los abuelos de Puerto Madryn por el reencuentro con sus nietas desaparecidas. Cabe la esperanza, pero se disipó como el humo aquel entusiasmo de la Plaza de Mayo, bajo la balconada del cabildo, en que hace un año Raúl Alfonsín ofreció a los argentinos una nueva frontera.

8/12/84

Alfonsín ordena la presentación ante el juez del capitán de corbeta Alfredo Astiz (8-12-1984)

El presidente argentino, Raúl Alfonsín, en su calidad de jefe de las fuerzas armadas argentinas, ordenó en la tarde de ayer a la Marina la presentación ante el juez federal Miguel del Castillo del capitán de corbeta Alfredo, Astiz. Veinticuatro horas antes, el juez federal le había reclamado directamente a la presidencia de la República como presunto implicado en la desaparición de la ciudadana sueca Dagmar Hagelin el 27 de enero de 1977.

El caso Hagelin, pese a constituir moneda corriente durante la dictadura militar, fue resonante por el empeño del -Gobierno sueco -no imitado por otras naciones- en reclamar a su súbdita desaparecida. Se llegó al borde de la ruptura diplomática entre Estocolmo y Buenos Aires.Hagelin, estudiante de secundaria de 16 años, deportista y sin participación política alguna, acudió en la fecha de su desaparición a un domicilio porteño para despedirse de una amiga antes de emprender sus vacaciones veraniegas junto a sus padres.

El día anterior la casa de su amiga había sido allanada en secreto por un grupo de tareas de la Armada dedicado a la contrainsurgencia, que montó un servicio de espera en el inmueble. Al llegar a la casa, Hagelin fue encañonada por hombres vestidos de civil. Aprovechando sus condiciones físicas, y temiendo un asalto, la muchacha huyó corriendo, pero fue derribada de un disparo en la cabeza por el jefe del grupo, posteriormente identificado como el capitán Alfredo Astiz.

Hagelin desapareció

La joven herida fue introducida en el maletero de un taxi y trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada. Meses después testigos presenciales la vieron desnuda, sin habla, sin control de esfínteres y con problemas motores, en un hospital clandestino de la Armada en la ciudad de Mar del Plata. Su amiga recuperó la libertad y se encuentra en Suecia. Hagelin desapareció.El capitán Astiz, quien durante la guerra de las Malvinas firmó el documento por el que se rindieron las fuerzas argentinas estacionadas en las islas Georgias del Sur, sin disparar un tiro, se infiltró en las organizaciones de derechos humanos argentinas, siendo presunto responsable directo de la desaparición de las monjas francesas Alice Domon y Renee Duquet.

Capturado por las tropas británicas, Alfredo Astiz fue trasladado al Reino Unido ante la reclamación de su persona por los Gobiernos francés y sueco, que se mostraron interesados en su interrogatorio, pero finalmente fue repatriado.

El capitán Astiz sirvió en París en la contrainteligencia de la Marina, y en Suráfrica junto al contralmirante Chamorro, hasta hace pocos meses agregado naval, ex director de la Escuela de Mecánica de la Armada. Astiz, soltero, menor de 40 años, apodado el Ángel rubio, está actualmente destinado en la base naval de Bahía Blanca.