El 22 de enero de 1986, 60
años después de su proeza aérea, el Plus Ultra volverá a despegar del puerto de
Palos de Moguer para repetir su singladura hasta amerizar en el puerto de
Buenos Aires. El periodista y piloto español Nicolás Valero, reactorista,
comandante de vuelo en la flota europea de DC-9 de Iberia, junto a una
tripulación de otros tres hombres aún no determinada, intentará repetir la
hazaña de Ramón Franco, Julio Ruiz de Alda, el mecánico Rada y el fotógrafo
Alonso.
La iniciativa del comandante
Valero ha sido amparada por la Unión de Periodistas de España y recibe el apoyo
de la compañía Iberia, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones español,
el Instituto de Cooperación- Ibero americana y Construcciones Aeronaúticas, SA
(CASA). Con la repetición del histórico vuelo, y además de otras
consideraciones deportivas, se pretende trasladar a Argentina la solidaridad de
los periodistas españoles con su dificil proceso democrático. Nicolás Valero y
Eloy Castañares, secretario general de la Unión de Periodistas, se
entrevistaron hace varias semanas con las autoridades argentinas competentes en
el caso, que han dado todas las facilidades para la realización del proyecto.El
Plus Ultra, que fue regalado por España el pueblo argentino, se encuentra en el
Museo del Transporte de la ciudad bonaerense de Luján, donde quedó expuesto,
tras ser utilizado durante cuatro años como avión correo con la Antártida. Se
trata de un hidroavión militar dornier-wall de diseño alemán, fabricado en España
por CASA. Construido en chapa y lona, monta dos motores en tándem de 450
caballos de vapor, lo que le permite desarrollar una velocidad de crucero de
140 kilómetros por hora. Con 1.000 kilogramos de peso, puede cargar 3.000
litros de combustible, que le otorgan una autonomía de vuelo de 3.000
kilómetros.
El aparato ha sido
inspeccionado por el comandante Valero y se encuentra "mejor de lo que se
esperaba". Los encastres del fuselaje permanecen sólidos y, básicamente,
sólo será necesaria su remotorización, siguiendo los planos en poder de CASA.
El Plus Ultra será trasladado a España en la bodega de un Jumbo de Iberia para esta
reparación artesanal y el entrenamiento, durante 1985, de su nuevo piloto.
La segunda singladura del
Plus Ultra repetirá la peripecia de Ramón Franco y sus compañeros: Palos de
Moguer-Las Palmas de Gran Canaria-Puerto Praia, en Cabo Verde-algún punto del
océano Atlántico donde deberá ser reabastecido por un buque cisterna Recife-Río
de Janeiro-Montevideo-Buenos Aires. El vuelo se efectuará en las mismas
condiciones que el primero: con el piloto y su acompañante con las cabezas al
aire y los otros dos tripulantes con medio cuerpo a la intemperie en los
puestos de quienes llevaban a su cargo las ametralladoras. El aparato carece de
cabina cerrada. Sólo contarán con la inevitable ventaja de los modernos
conocimientos sobre navegación y meteorología. El techo del avión en carga es
mínimo y tendrá que volver a volar prácticamente a ras de las olas.
Acompañarán al comandante
Valero en la aventura un copiloto que podría ser argentino (Franco no llevó
copiloto, pero actualmente esta figura es exigida por las normas
internacionales de navegación aérea), un mecánico y un fotógrafo o cámara, en
representación de los periodistas españoles.
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