29/1/07

De la X a la Z (29-1-2007)

El otro día, Baltasar Garzón, entrevistando al presidente Rodríguez Zapatero en la Casa de América, se revolvía suavemente en su sillón giratorio con una expresión de éxtasis mientras parecía que se licuaba y adelgazaba en el vaivén. Zapatero realzó así su papel y estuvo mucho más digno que el mendicante.

Un entrevistador periodista también puede perder el tono, pero se acepta como un fallo profesional y nada más. Que un juez de la Audiencia Nacional, con grandes responsabilidades en la lucha antiterrorista en el pasado y en el presente, se preste a estos teatrillos o es motivo de escándalo o es que ya se ha perdido por completo el significado del poder judicial. ¿Qué pretende este hombre?

Una vez me dijo en mi casa: «Terminé de convencerme que el señor X era Felipe González leyendo tus artículos». «Pues haberle procesado» -le contesté- «en lugar de haberle dejado colgado del limbo». Garzón nada entre dos platos porque es muy hábil cuando quiere ser meloso y halagador, sobre todo ante los protagonistas de la opinión publicada a los que teme, adora y desprecia.

Cuando pienso en su sincera admiración por los jueces manipuliti, contemplo con estupefacción su errática trayectoria profesional. No se sabe por qué, tras crucificar a Felipe González y a toda una etapa socialista, aceptó ser número dos por Madrid y albergó una esperanza baldía de ser ministro de Justicia o Interior. Esto es como matar al padre y luego reclamar la herencia. No debería ser posible pasar de la judicatura a la política sin renunciar previamente a la carrera, porque cuando a nuestro inescrupuloso juez lo echó FG a patadas de la política nacional, con buena dosis de humillación personal a cargo de Juan Alberto Belloch, el flagelado regresó a la Audiencia Nacional para desempolvar el Expediente X y repartir zurriagazos que ya no sirvieron para nada. La X se había embrumado entre los gatuperios del Supremo.

No se sabe por qué se marchó a Nueva York en comisión de servicio, como no fuera para aumentar su currículo de cara a algún puesto internacional de relevancia. Para aprender inglés no parece, porque ha regresado diciendo poco más que «yes». ¿Qué se hizo de aquel buen juez que atornilló a la ETA donde más le podía doler, que es en su tinglado financiero, y que tenía muy claro que la banda se sentaba sobre un gulag de organizaciones de apoyo? Ahora, dándose a sí mismo otra vuelta completa de tuerca, salva a Otegi, emboscándole en algo tan difuso como la izquierda abertzale.

Se le supone buscar la justicia, pero Garzón siempre persigue algo más: desde una buena imagen fotográfica a ese poder político que siempre se le escurre entre las manos en el último momento.

De la X quiere llegar a la Z, a ver si algo cae. ¿Pero cree el juez que el PSOE se ha olvidado del acoso sobre los GAL y los fondos reservados para hacerle ministro? Eso huele a cadaverina y ZP tiene olfato fino. Que Garzón continúe buscando…

22/1/07

El Holocausto (22-1-2007)

Mein Kampf, Mi lucha, de Adolf Hitler debería ser lectura obligatoria en la escuela secundaria porque resulta tan delirante, rastrero y pedregoso que espanta, y ni siquiera está escrito en buen alemán. Vendió millones de libros cuando accedió al poder y las familias alemanas los compraban como coartada. Nunca entendí su prohibición en tantos Estados y que en España fuera decomisado. Es una buena lectura para entender los principios mágicos del Holocausto. Hitler inventó poco, salvo la metodología, y bebía en los Reyes Católicos y su expulsión de los judíos y en los seculares pogroms que asolaron a los hebreos en centroeuropa. Mein Kampf es hijo de Los protocolos de los sabios de Sión, un cuento de terror para niños montado por la policía política del zarismo.

No se conserva un solo papel en el que el Führer firmara una ejecución. En eso el cabo austriaco era muy melindroso. Cuando las tropas soviéticas hacían retroceder a las alemanas, Heinrich Himmler sugirió solemnemente en la Cancillería la aplicación de «la solución final» y Hitler miró pensativamente al techo sin contestar palabras según escribe en sus papeles el Reich Führer de las SS. La matanza se hizo con sobrentendidos porque las actas de las reuniones se quemaban de inmediato.

Los artífices de la carnicería étnica, tarea ciclópea porque es bastante difícil matar a un ser humano y hacer desaparecer su cadáver fueron: Hitler, un criador de pollos aficionado a la genética que se suicidó mascando un diente de cianuro cuando fue detenido por las tropas americanas; Reynard Heydrich, un oficial de la inteligencia naval, de aspecto patibulario, asesinado en Praga por paracaidistas checos; y Adolf Heichmann, un burócrata de la deportación y las estadísticas de la muerte. Un juntacadáveres secuestrado en Argentina y ahorcado en Israel.

Que el actual presidente de Irán, Ahmadineyad, se pregunte por qué no hay información si realmente existió el Holocausto. Al barbado debieron aplicarle las leyes europeas que penalizan la negación del Holocausto. Submarinos israelíes con cohetes de cabeza nuclear navegan permanentemente sumergidos para dar una respuesta inmediata a un ataque atómico que arrasaría su pequeño territorio y población. Quizás refinando uranio enriquecido los ayatolás pretendan un equilibrio de terror en el Cercano Oriente, pero si empiezan por negar los millones de muertos en los campos de concentración nazi como en el actual Israel podemos sospechar quién acabará apretando el gatillo. El diario egipcio Al Gomhuria editorializaba recientemente: «Son los judíos con sus arteras manos quienes están detrás de todos los problemas, desastres y catástrofes del mundo». Parece inevitable para esta generación que los árabes y bastantes europeos consideren a los judíos como manipuladores del neoconservadurismo (y ultraderechismo) de los EEUU. Ya se sabe que otros pueblos tienen raíces, pero los judíos pies.

18/1/07

La volubilidad de la opinión pública (18-1-2007)

El ciento por ciento no existe: es un utilitarismo matemático porque entre el tres y el cuatro existe el número Pi y las grandes computadoras de última generación están buscando afanosamente un ignoto número entre el cero y el uno que vaga errante en esos hemisferios en donde la alta matemática se confunde con la música. Me pasé un par de años en otro periódico maquillando sondeos de opinión en favor del Partido Socialista Obrero Español. Desconocen ustedes lo que un pillo puede hacer con los decimales, los porcentajes y las vagas preguntas que siempre se introducen en estas encuestas. De todos modos no debería ser yo tan pillastre por cuanto los resultados electorales del PSOE superaban a mis más candorosas mentiras, con lo que no sabía si fallaba yo o los malditos sondeos se torcían.

La demoscopia de EL MUNDO debe ser muy buena porque a veces contradice hasta su línea editorial y eso suele ser garantía de independencia. La mayoría de españoles cree que Rodríguez Zapatero ganó a Mariano Rajoy el pasado lunes el debate sobre el terrorismo. Eso es contingente: puede ser o no ser. La abrumadora mayoría de españoles en edad de votar no vieron el debate por televisión (ni lo oyeron por la radio) ni tampoco se informaron de él por los resúmenes de la prensa escrita. El jefe de la oposición Mariano Rajoy debía salir abroncado al coso con el filo de: «Para ser presidente de España hace falta algo más que ser español y tener 18 años». A ZP se le escapó nervioso otro navajazo: «Usted no tiene ni idea de política antiterrorista». Esto, dicho a un hombre que se desempeñó brillantemente como ministro del Interior.

Rajoy resulta monótono con un pacto antiterrorista irredento, del que los socialistas no han dejado ni el polvo de los huecos. Rodríguez Zapatero como siempre ofrece flores y un arco iris sobre una campiña verde donde aparece la palabra PAZ. Considera a los diputados y al pueblo llano como ganado y socapa de los secretitos de Estado y del Ministerio del Interior no explica cuál es su hoja de ruta para darse un abrazo de Vergara con los etarras. Hay que seguir sus iniciativas a pies juntillas y a ojos cerrados sin hacerle oposición ni con el roce de un pétalo de rosa. Y eso después del ridículo sangriento del 30-D en la T-4. Un bolsón de un millón de votos pendulea desde el comienzo de la Transición entre el PSOE y el Partido Popular. Esos expectantes, y me temo que cabreados, seguro que todavía no han sido encuestados. Lo que va, como decía Felipe González, de la opinión pública a la opinión publicada.

15/1/07

‘Isabelita’ (15-1-2007)

Nunca supe si lo de ‘Isabelita’ es un segundo nombre o su bautizo como bailarina de un coro de chicas fáciles recorriendo América. Su nombre verdadero es María Estela Martínez, provinciana, oriunda de La Rioja, y tercera esposa de Juan Domingo Perón. El general la conoció en la República Dominicana, donde estuvo brevemente exiliado y se la trajo a Madrid. Perón era impotente y quizás por eso le atraían tanto las jovenzuelas. En su chalé matritense de Puerta de Hierro se oían voces. Ella chillaba ante el servicio: «¡El general no me coge (joder), sólo me mancha!». En las noches, ella y el finado secretario privado de Perón en esos tiempos, José López Rega, por mal nombre el Brujo, subían al altillo de la casa donde se había estabulado el cadáver de la mítica ‘Evita’. Entre corrimientos y crujir de los goznes del ataúd, Isabelita, se tendía sobre la muñeca embalsamada por el español doctor Ara para percibir sus influjos. Perón gritaba desde su dormitorio en la planta inferior que no hicieran ruidos y le dejaran dormir. A casi nadie se le antoja tener un cadáver en la buhardilla. La casa de los horrores.

Cuando Perón decide regresar triunfante a Argentina ya es un viejo, cardiópata, pero para ganar las elecciones necesita hacer ticket a la manera estadounidense. Los sindicatos, suponiendo que Isabelita (de allí el diminutivo) podría llegar a ser otra Eva Duarte, proclamaron el lema: «Perón-Perón». El general, que era tan manipulador de mujeres como cínico, preguntó a sus descamisados: «¿Eso quiere decir que gobierne solo?». No cupo mayor menoscabo para «la señora».

Ocupó la Presidencia de la república a la muerte de su marido y su gobierno fue un desastre económico-político entre nigromantes y fascistas. No estaba preparada para el cargo; los efluvios de la cadaverina no fueron suficientes. Tras su exilio se comentaba en Buenos Aires que el peronismo era igual que un circo abandonado: el propietario se había muerto, el brujo estaba desaparecido, la bailarina en España y las fieras andaban sueltas. Incendiado el país por los Montoneros (guerrilla urbana peronista) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (guerrilla trotskista), la insensatez de sus asesores le hicieron firmar a la bailarina un decreto por el que impelía a las fuerzas armadas a combatir la insurgencia con todos los medios posibles. Faltó matiz. Los gorilas uniformados arrasaron con toda la legalidad antes de quedarse con el poder político. De hecho la contrainsurgencia estaba ganando cuando fue secuestrada en un helicóptero que la trasladaba desde la Casa Rosada a Olivos y fue llevada a Neuquén a una prisión militar. Acabó convenciendo a sus captores de que renunciaba a la política, solicitando sólo su exilio a Madrid, gracia que le fue concedida por la primera Junta Militar. Dudo que esta vieja danzarina sea responsable personal de la desaparición de nadie. Pero no por virtuosa sino por huevona. No es Pinochet.

11/1/07

El cuento de la buena pipa (11-1-2007)

Un fulano dijo a zutano:

- ¿Quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?

- Sí, por supuesto.

- Pero lo que yo te digo es que si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa.

Y así ad nausean y eternamente. El cuento no tiene fin. Con el cuento de la buena pipa están enfrascados el presidente, su Gobierno, ETA y hasta la oposición. Es normal cuando el pensamiento lógico se sustituye por el subnormal de nuestro perdido Manolo Vázquez Montalbán.

Jean Paul Sartre en Les mots reflexionó sobre el valor de las palabras para edificar el pensamiento. Sin ellas ni el lenguaje que conforman seríamos poco más que homínidos. ETA en su último comunicado ha perdido el valor de las palabras y ya tanto le da ocho que ochenta. Considera que los muertos en la T-4 de Barajas son responsabilidad de los policías por no desalojar a tiempo, ignorando que la cantidad de explosivo que emplearon tenía que causar víctimas indefectiblemente. Pensamiento débil.

Los argumentos dignos de El Mago de Oz de que el alto el fuego permanente no ha sido violado por el bombardeo de Barajas demuestran que los etarras, además de malos, son analfabetos funcionales, porque ignoran lo que es una antinomia. Desde la misma consideración de lo que significa un alto el fuego permanente se dirigen en sota de bastos para amenazar al Gobierno si continúa incumpliendo los compromisos adquiridos. Eso sí, dentro del más riguroso alto el fuego, que para estos chicarrones del norte debe consistir en dejar el tabaco.

Las palabras hacen libres a los hombres y no los tímidos blabuceos pausados del presidente, que nada dicen a los que tiene por súbditos. Desaparecidos todos, incluidos ZP, y después de la última glaciación, criptógrafos de todo el mundo acudirán a España para descifrar qué pensaba nuestro presidente a comienzos del siglo XXI. Eso no lo saben ni el Rey, ni Pujol, que es hombre muy bien informado aun desde su retiro.

La vice, Fernández de la Vega, reputa de papelito el pacto antiterrorista que fue un empeño de su jefe cuando éste ya jugaba con dos barajas. Para un rojo de provincias, de muy buena cuna, no se puede aspirar a mayor maquiavelismo. Rajoy, en cambio, incumple la norma de que cuando te encuentras a un gallego en una escalera nunca sabes ni sube o baja. A él se le entiende, afortunadamente, todo, mientras que Bambi es una esfinge y habla con los procesionarios de la santa compaña. El tesoro de las palabras ya nada significa, y se ha sustituido por el arcón de las navajas, las dobleces y las mentiras. No es la escopeta nacional berlanguiana, es el cuento de la buena pipa.

4/1/07

En la zona cero (4-1-2007)

Igual que en el cuento de los niños, de nuestro presidente puede decirse aquello de que quien con asesinos se acuesta, ensangrentado se despierta. Por supuesto que ETA es nuevamente la responsable del crimen, pero el Gobierno del Partido Socialista puede ser acusado de irresponsable.

Hace menos de una semana, el conocido abogado abertzale Txema Montero temía públicamente un inmediato golpe de la banda. Entretanto, Zapatero nos despedía el año con un bucólico discursito sobre lo felices que los españoles íbamos a ser en este año que empezaba. Siempre se debe sospechar de estas blanduras y talantes que sonríen. ZP ha declarado que para él es irrenunciable desayunar todos los días con Sonsoles y las niñas, y también cenar con ellas. Si estadistas como Sir Winston Churchill o el presidente Roosevelt hubieran tenido tales principios habrían sido carnaza de la befa pública y las tiras de los cómics de los periódicos.

Cualquiera que leyera los diarios de los últimos meses podía llegar a imaginar y saber que el alto el fuego era una simulación, y que mientras el pánfilo de Patxi López se reunía con Otegi y clamaba contra el Partido Popular, ETA robaba arsenales, pistolas, vehículos, matrículas, en un ensayo general contiguo. Cabe reprocharle a nuestro presidente que no le hayan dado noticias de lo que estaba al cabo de la calle ni siquiera los servicios secretos, ni la Policía Nacional y mucho menos la Guardia Civil. Hasta desoyó las advertencias francesas. Era inevitable que a este estólido pajarito le pillara en el coto de Doñana desayunando con sus niñas.

El presidente ha alardeado demasiado de que ETA no mataba desde hacía más de tres años (30 de mayo de 2003) sumando administraciones políticas populares y socialistas. Ahora el futuro Nobel de la Paz deberá esperar al menos hasta 2011 para intentar retomar su diálogo de besugos y eso, si consigue la reelección de 2008. Su ministro del Interior ha recalcado que el tan famoso proceso de paz está muerto pero todos hemos escuchado nítidamente a Zapatero que este proceso de Kafka en donde unos jueces desconocidos nos condenan a penas ignotas, está en suspenso, volante como nubes en su atrabiliario cerebro.

Zapatero, tan amante de las fotos, ni siquiera se la ha hecho esta vez en nuestra zona cero de la T-4 de Barajas. Tendrá pudor, y también conoce que éste es el comienzo de una cuenta atrás que no le conduce a ningún futuro. Cada uno decide ahorcarse como quiere.