11/10/07

Publicidad ominosa (11-10-2007)

La publicidad es el holocausto de las neuronas para miles de millones de televidentes. En Noruega un señor se ha comido un filete de su culo lonchado quirúrgicamente y dice que se sabe a apio, y así nos quejamos de contenidos tan degradantes que llegan al autocanibalismo. Pero la publicidad también la consumimos bovinamente con el riesgo de efectos subliminales. De EEUU viene la buena nueva de un chip electrónico que mata la publicidad pasando la pantalla a blanco hasta que regresa la programación convencional. Nunca se comercializará porque extinguiría la televisión comercial y mayoritaria que conocemos.

No tengo memoria de haber comprado alguna vez algo que me hayan anunciado por televisión, sean unas almejas rebajadas o un coche. Es más: nunca he tenido un automóvil que se anunciara en la caja de los truenos catódicos. Pero es tal el dominio de los anuncios que han de ser legión los que compran compulsivamente lo que les ofertan visualmente en casa. Los argentinos tienen fama de buenos creativos, o menos malos, y adivino Buenos Aires como escenario de muchos anuncios. Ahora ofertan un coche checo mientras el vendedor lee Clarín, el mayor diario argentino, acabando el vídeo en el porteño Puerto Madero.

Hay anuncios subnormales como el de boca a oreja o el coche ecológico, surrealistas como la mayoría de los automovilísticos, machistas para el consumo diario y la limpieza del hogar, y como ya he escrito misóginos en materia farmacéutica. La publicidad institucional, hoy «Gobierno de España», es una intromisión en nuestros comportamientos privados y en nuestro discernimiento llegando la DGT a la compulsión y la intimidación. Casi nunca se publicita un libro o un ordenador personal, que se ve que se venden solos. Sin embargo, tales desastres se pueden soportar teniendo lectura en la mesita de luz, pero las televisoras se muestran intratables metiendo la publicidad por un tubo de eyección. También de EEUU llegará el recorte en segundos del silabeo de los locutores para hacer hueco a dos o tres anuncios más por tanda. Será el colmo de la saturación.

Eso de que en España sólo se pueden emitir más de 12 minutos de anuncios por hora pertenece al reino de irás y no volverás, de un país de fábula. La UE nos suele advertir que incumplimos el reglamento publicitario, e informa EL MUNDO que Industria investiga a Cuatro por infringir la normativa publicitaria no separando los anuncios por 20 minutos de contenido. La Sexta y Telecinco se han quejado ante el ministerio, pero, sin cronómetro en mano, me parece que el inmisericorde aluvión publicitario afecta a todas las cadenas, empezando por La 1 y exceptuando, quizá, a La 2. La publicidad es una industria y debe ser regulada con criterios de defensa del consumidor que ahora sólo puede zafarse con el zapping. Por el momento no hay sólo programa, y menos el cine, que sea territorio libre de publicidad. Acabaremos defendiéndonos con el DVD.

8/10/07

La otra memoria histórica (8-10-2007)

Interno durante años con los salesianos, de los que guardo gran recuerdo, participé de misa diaria haciendo de monaguillo en latín, de Acción Católica, de la adoración nocturna y del rosario de la aurora a más de frecuentes visitas al Sagrario. Menos mal que mi habitación-celda estaba encima de la capilla. Que luego diera en agnóstico, que es otra fuente de zozobras, no hubiera evitado de vivir el 36-39 que el Frente Popular me hubiera fusilado sin más. Quinientos mártires de la Iglesia, y más de 2.000 en lista de espera, van a ser beatificados por la Iglesia con pompa y circunstancia pero también con elegante discreción. Se les contextualiza en la terrible violencia del siglo XX europeo y el auge y caída del nazi-fascismo y el comunismo y, en España, entre 1934 (revolución socialista-nacionalista) y 1939 para evitar una connotación especial a la estricta Guerra Civil.

Franco ordenó una «causa general» que no creo que leyeran ni sus autores, y de mis años de misticismo no recuerdo que los curas demonizasen a las izquierdas o hicieran recuento de los suyos asesinados por su fe y perdonando a sus sayones. Durante todo el franquismo la Iglesia tuvo tiempo de sobra para beatificaciones pero se movió con una cautela despaciosa. Fue el Papa Wojtyla y su sucesor Ratzinger quienes abrieron las puertas finales a este masivo beaterío inédito en la Iglesia que sólo coincide por casualidad con la ley de memoria histórica que pretende aprobar la izquierda. La II República comenzó quemando iglesias y diciendo Azaña aquello de que «todos los conventos de Madrid no valen la vida de un solo republicano». Cuando se desesperó al final le comentaba al doctor Negrín: «El Museo del Prado vale por la República y la Monarquía, juntas». Azaña hizo su contradicción histórica en dos frases y ocho años.

La memoria es selectiva, y la histórica más. La beatificación en ciernes chirriará sobre los santos laicos que fueron fusileros socialistas y comunistas ante curas y monjas y seminaristas y novicias desvalidos. Anular todas las sentencias del franquismo es un brindis al sol y obliga a suponer que ni una sola fue justa, aunque se tratara de un criminal, lo cual es imposible por cálculo de probabilidades. Existe la tentación de ir más lejos y derogar toda la legislación franquista al ser éste un régimen ilegal. Los remamahuevos tendrán en cuenta que ello dejaría sin efecto la designación de Don Juan Carlos como sucesor de Franco a título de Rey. Con lo que ya estaría tranquilo el republicanismo de los nuevos rojos. Para fiesta, prefiero la del Vaticano.

4/10/07

¿Delenda est monarquía? (4-10-2007)

Todo asunto sumergido en una tertulia de radio o televisión sufre una fuerza expansiva inversamente proporcional a su importancia. Desde hace una semana están lloviendo piedras sobre la Corona, hirviendo la radio, tomando partido la televisión rosa y acuchillándose los periódicos. Parecería que ha resucitado Ortega y Gasset y su delenda est monarquía. La bola de nieve se inició en Gerona, donde un pequeño grupo de gaznápiros quemó unas fotos de los Reyes cabeza abajo. Durante el tardofranquismo los pusilánimes pegaban en los sobres el sello de Franco al revés y así creían cumplir con sus obligaciones democráticas. Pues estas mínimas piras monárquicas, igual de bizarras. A estos pirómanos se les puede aplicar las generales de la ley o despacharles con una multa que ridiculice su aspiración al martirologio. A estos topillos de la política se les da una higa Juan Carlos y Sofía y sólo les interesa la republiqueta nacionalista propia, que se entendería muy bien con la monarquía de lo que quede de España.

Cuando los Reyes eran Príncipes de España e inciertos aspirantes, los falangistas cortaban el tráfico cantando aquello de «Que no queremos reyes idiotas/ que no saben gobernar/ lo que queremos/ e implantaremos/ el Estado sindical./ Abajo el Rey». Anidaban en la estratosfera del Movimiento Nacional, donde aspiraban a un regente militar para la muerte de Franco. A los Príncipes se les humilló lo indecible y los gobernadores civiles competían por hacerles un feo. Ya reinantes, sólo hubo el escandalete de la Casa de Juntas de Gernika, en la que el Rey ganó a los vociferantes con su impasibilidad, y el 23-F que marcó el apogeo del monarca.

El Rey siempre ha borboneado a sus presidentes del Gobierno porque naturaleza obliga, pero con el último está siendo él el zapateado y carga con una política ajena en la que no puede intervenir. Y así le critican su estilo de vida, una familia aprovechada o los discursos ininteligibles de sus cagatintas con Alberto Aza a la cabeza. Hay que ser tolerantes con el Rey porque nos conviene. Nunca iría a Rusia a tirotear un oso borracho de miel y vodka, pero tampoco va la Reina a los toros ni con gafas negras. Federico Jiménez Losantos, director de La mañana en la Cope, ha puesto el pie en la mina pidiendo la abdicación de Don Juan Carlos.

Losantos debe tener alguna inquina hacia el Príncipe Felipe y Letizia, que están desaparecidos en esta polvareda, que ni esperan ni quieren heredar tan pronto. Una abdicación no tiene sentido a menos que los nacionalistas desguacen el país. Pero esto ha dado pie para que otros medios crucifiquen a la Conferencia Episcopal y hasta EL MUNDO, que pasaba por ahí. Nada tiene pies ni cabeza y todo es una galerna periodística en una taza de té. El republicano más inteligente es el notario Antonio García-Trevijano, y no tiene aparato; no hay otro republicanismo que el añadido a los nacionalismos. Por eso alarma que el Rey se haya ido a Oviedo a defender la monarquía como si estuviera solo ante el peligro.

1/10/07

En un país de fábula (1-10-2007)

Las viejas cholas (mestizas) bolivianas son las mejores criadas del mundo, limpias, laboriosas y fieles. Tienen un inconveniente: entre el viernes y el sábado santos desvalijan la casa hasta los cimientos, volviendo a su ser el domingo de resurrección. Preguntadas por su conducta, aducen que roban los días en que Dios está muerto, porque no las ve. Es el sincretismo entre Cristo y la Pachamama.

Llevamos dos semanas de política adoquinada en la que rebotan hasta las flores, en el sincretismo del Estado moderno y la acracia. En ningún país desarrollado se rechaza la bandera, se hace fuego con la imagen del jefe del Estado o los separatistas consuman lo suyo en solitario. La vicepresidenta ha explicado la fábula: hay que convencer y no aplicar la ley en rigor. No extraña que sea jueza por el cuarto turno porque confunde el Código Penal con una asignatura para la convivencia y los reos no pueden ser sancionados sin convencimiento previo, y si no, no.

Gracias a tres años de talante, el lehendakari ha dado un golpe de Estado blando y letal. Intervenir una autonomía es complicado y arriesgado y ni Zapatero sabe quién va a retirar las urnas que acaba de sembrar el rebelde vasco, si la Ertzaintza o la Policía Nacional. Las autonomías y el Estado han de darse lealtad mutua para que funcione el invento, y eso ha sido roto por Vitoria. La debilidad del Gobierno del Estado, su pusilanimidad, el buenismo, el dialoguismo a ultranza han indicado a Ibarretxe que ahora o nunca, porque un PP triunfante pondría alambradas en el paso de Pancorbo. La Casa Real se ha puesto nerviosa ante el Rey como ninot y acude en su socorro la patronal y el ministro de Defensa, que no se sabe si piensa en mandarles la brigada paracaidista, mientras se da por perdida la guerra de las banderas.

Al presidente le faltan arrestos para decirle nada a Ibarretxe que no sepa; la iniciativa la tiene el lehendakari y el futuro le pertenece como en aquella vieja canción nazi. ZP logrará lo que quiere: un cambio de régimen; y como ya no puede ser un Bismark, será un Kerensky. En esto acaban las alegres conversaciones con ETA y el acostarse con los nacionalistas para no dejarle sitio en la cama al PP. Pomposamente podríamos hablar de alta traición, pero sería más la del aventurero ZP que la del Moisés vasco que no hace otra cosa que la que venía predicando: hacer cruzar a su pueblo el Mar Rojo para despedirse de la España abyecta.

Como las cholas bolivianas, ZP ha robado al Estado cuando suponía que Dios o la opinión pública no le veían; lo ha debilitado como ningún otro presidente. Debimos suponer que lo del talante era una gilipollez o una máscara.

27/9/07

Se publica el ‘Público’ (27-9-2007)

La mayor satisfacción profesional que he tenido fue la de sacar a la calle un nuevo periódico. Ni una exclusiva, ni un adelanto informativo son equiparables a ese maravilloso caos en que no funciona el taller, la redacción no entrega en horas y la rotativa rompe el papel, pero que en el último momento produce una constelación de los astros en la que todo aparece claro y todas las piezas del periódico casan exactamente. Descarga de adrenalina sólo apta para jóvenes creativos. El recién nacido Público no lleva mancheta y se le da por capitalizado en las proximidades del PSOE con fuertes ligazones en Mediapro y La Sexta, un holding al que faltaba un diario para aproximarse al modelo Prisa del pospolanquismo.

En la misa negra celebrada en el madrileño Círculo de Bellas Artes en honor de don Jesús del Gran Poder, Felipe González puso en circulación lo de «fuego amigo» porque desde dos trincheras pro-socialistas como el grupo Prisa y la nebulosa formada en torno a La Sexta han empezado por quitarse el fútbol haciendo descender en Bolsa a Sogecable y siguen con el Público recién nacido y que parece a la izquierda de El País. De ahí que este último haya bramado insólitamente dos o tres vomitonas contra el Gobierno amigo como advertencia de que no se deben repartir los favores. Cuando se deshinchaba El Globo, Juan Luis Cebrián hizo lo mismo contra el entonces Gobierno socialista de González. Para Prisa «fuego amigo» consiste en meterle un dedo en el ojo al padre para que deje de joder al hermano. Problemas de familia.

Dirigido por Ignacio Escolar, la plantilla de Público parece un pase de moda juvenil postmoderna donde apenas aparecen dos corbatas sin chaquetas. Deben constituir la redacción más joven de España, y como no tienen línea editorial ésta hay que encontrarla entre los columnistas, pudiendo suponerse que el nuevo diario se instala en el radical-socialismo, el laicismo, el pacifismo y el ecologismo. Jóvenes comprometidos se dirigen a sus iguales. Del cómodo tamaño de EL MUNDO hacen hincapié en la infografía y desguazan la información para hacerla más digerible y facilitando su traslado a internet donde deben tener puestas muchas esperanzas.

El diario es un mixto con la prensa gratuita porque se vende a 50 céntimos, lo que le permite usar la red comercial de los kioskos pero no deja réditos al editor que ha de darlo todo a la publicidad basada en la circulación. Aun así, también regalan el CD de una película (Los lunes al sol) que dice mucho de su ideología o sensibilidad social. El País en el inicio de su decadencia puede verse seriamente afectado entre sus lectores más jóvenes, y aunque sigan repartiendo loza gratis, aunque bien es sabido que los periódicos tardan años en crecer y aún más en extinguirse. Vieja discusión de los hacedores de diarios es si se empieza por nacional o internacional porque la distancia de esta información serena el comienzo de la lectura. Público entra directamente por nacional y como nunca se sabe qué hacer con la última, optan por una segunda portada de deportes. Un producto interesante.

24/9/07

Quemar al Rey (24-9-2007)

Como ha entrado el otoño empiezan a caer las banderas y las fotografías de los Reyes hacia su hoguera augural. Gerona es tierra irredenta y no se sabe qué les pasa a sus jacobinos tan emperrados en ponerle fuego a Don Juan Carlos y Doña Sofía. Esta iconoclastia no estaba en la agenda del nacionalismo independentista y ha brotado como una seta tras llover en el mantillo de un pinar. Levantando el puño y paseando retratos de Stalin no se sabe si quieren una república catalana u otra soviética y en toda España, porque ya se sabe que comunismo y nacionalismo no son solubles.

Vociferan los gritones gerundenses que los catalanes no tienen rey, lo que se puede interpretar como un lamento y una orfandad; es verdad: los catalanes nunca han tenido rey y a lo más que han llegado es al condado de Barcelona que es uno de los títulos de los monarcas españoles. Esta furiosa piromanía no afecta al monarquismo, que no existe ni como club social, y no merece la pena ser sacrificada en la Audiencia Nacional que no debe estampillar a mártires de guardarropía. No creo ni que el Rey esté molesto por esta manía inocua de reducirle a cenizas porque ya las ha pasado peores y con éxito. Son los dineros los que pueden herir a Don Juan Carlos, con el bla-bla de que tiene un patrimonio de 1.700 millones de euros, o el último libro de Luis Herrero sobre Adolfo Suárez en el que se escribe que éste pensaba pedir la abdicación al Rey por su extraña acumulación económica. Estas son cosas del petróleo saudí que también ayudó a Suárez cuando salió del Gobierno.

Referendos por la independencia en Cataluña, País Vasco o Galicia, además de ilegales se perderían para la causa. Por eso merece la pena moverle el trono al Rey aunque nunca se sienta en él. La guerra de las banderas es otra pata de este banco. La rojigualda sirvió para identificar buques amigos entre la bruma y la neblina. Es una enseña naval, y la Armada, en cada torrotito lucía la senyera. En cambio la ikurriña no es más que la bandera del Partido Nacionalista Vasco, aunque de tal copia sabiniana de la enseña británica se haya apoderado hasta ETA. Tampoco en este asunto hacer mártires inhabilitando a los alcaldes que no izan la bandera de todos y sí la ikurriña o la senyera con la estrella que sólo son parte de un todo.

España no se va a fraccionar aunque lo quiera Zapatero: no tiene carriles para eso. Y es que la balcanización perjudicaría seriamente los intereses de todos los españoles, incluidos los que no quieren serlo.


 

20/9/07

Escatología femenina (20-9-2007)

En Estados Unidos están desarrollando un acople a los televisores que mata los anuncios, les quita el sonido o los sustituye por imágenes sedantes. Por razones obvias no se comercializará jamás y seguirá siendo el televidente el que, autosofronizándose, desenchufe su cerebro de cada tanda publicitaria. He tenido el valor de ver, atender el segmento publicitario de un sólo día entre un poco antes y un poco después del telediario nocturno y he quedado pasmado de la misoginia galopante de los creativos que ya no creen en aquello de no hieras a una mujer ni con el pétalo de una flor y la ven crudamente como un cúmulo de desastres fisiológicos impropios para las delicadezas del amor. Enumero lo visto en tan pocos minutos.

Flatulencia.- Una pizpireta juega con un globo hinchado para ilustrarnos sobre las maldades de los gases junto a un varón inerte como si la cosa no fuera con él. Es ella la que se desabrocha el pantalón y muestra su barriguita hinchada, despejando el globo tras la ingestión de no sé qué fármaco. El hombre es compañero pero ajeno y la chica queda como un suero contra la lujuria.

Sequedad.- Ignoraba que tantas españolas sufrieran de sequedad vaginal, pero dos anuncios distintos ofrecen el ungüento amarillo. Los mensajes son sexualmente explícitos y resaltan las bondades de satisfacer al macho con un buen lubricante, como los coches. ¿Por qué no publicitan un talco para los cojones que también se secan en asperezas?

Hemorroides.- Tuve un director que las sufría y al interesarme por su estado me decía que eso se llevaba al proctólogo y no se comentaba nunca socialmente. La protagonista femenina comenta sus síntomas sin pudor y explica el beneficio milagrero, no de acudir al médico, sino de untarse salva sea la parte con un emplasto salvador. Ni una referencia masculina, a menos que nos acordemos de De Juana Chaos, que las padecía. Otra chica que en la vida real establecería menos relaciones que los gases nobles.

Estreñimiento.- No parece que haya hombres estreñidos porque este problema es motivo de conversación de señoras que muy gentilmente hablan de regularidad, de estar al día o de acudir al baño. Parece que esto, como los gases, también es motivo de prominencia ventral, y lo confianzudo del diálogo entre mujeres da que sospechar que el estreñimiento es otra pandemia femenina. Por el otro lado, un zorromacho puede oler a pis, pero una mujer necesita desodorantes especiales y dodotis para las pérdidas de orina.

Todos estos horrores publicitarios se completan en una hora con dolor de piernas, dentaduras postizas, depilaciones varias (como si los hombres no se depilaran), talones agrietados (los varones se los lijan) y cirugías sólo para féminas. Un extraterrestre pensaría que el hombre es perfecto y la mujer una permanente mutante fisiológica. Un día de éstos pretenderán ofrecer soluciones prostáticas a las señoras, que deberían rechazar esta publicidad vergonzosa que las trata como a reses, acudiendo a la facilidad del médico o el farmacéutico, que no las humillan. 

17/9/07

Del matrimonio McCann (17-9-2007)

Acertó Bram Stoker retratando la belleza lóbrega de los vampiros, a la postre ángeles caídos de gran belleza antes que la imaginería populachera les aditara cuernos y rabos como en el demonio del parque del Retiro madrileño. Se equivocaba Mary Shelley fabricando el monstruo deforme del Doctor Frankenstein. Y es que una perfección irradiante aumenta siempre la circunvalación del horror. Los McCann son lo más parecido a la perfección: él, joven médico cardiólogo; ella, médico también, anestesista a media jornada para cuidar a la prole y anoréxica que quizás con dos tallas más pasaría por una top model de vacaciones vistiendo siempre de manera informal pero con gusto. Inquieta la obstinada mirada azul grisáceo, como dos piedras de obsidiana ajenos a una lágrima.

Dos profesionales pertenecientes a la middle class británica que sobrevivió a la señora Thatcher y con un futuro de tranquilidad segado en el Algarve. Cientos de niños desaparecen en la Europa rica y los medios de comunicación sólo parpadean unos pocos días ante cada noticia por su desaparición. Probablemente sus padres son una ama de casa fondona y un alcohólico en el paro. Eso no tiene ningún morbo, pero los tabloides ingleses y la prensa portuguesa se han cebado con los McCann a una orgía de suposiciones y sobreentendidos. Un psicólogo español que sólo conoce el caso por los periódicos, asegura muy suelto de cuerpo que Kate McCann domina a su marido y que de sus ojos fotografiados o filmados se infiere que es una depresiva que ingiere psicofármacos habitualmente.

Por el momento, de lo que son responsables Gerry y Kate es de haber manejado irresponsablemente a todos los medios de comunicación, aunque en su caso es pecado venial por ignorancia. Pero mientras no haya cadáver de la pobre Maddie, la niña del ojo signado como si fuera la criatura de una secta, el linchamiento sobre los padres debería cesar. La policía portuguesa en estrecho contacto con Scotland Yard no es deficiente, aunque quizás sea demasiado lenta y aún no han logrado una sola prueba fehaciente. Hay cabellos de Madeleine en el maletero del coche alquilado pero Kate lleva meses contaminando todos los escenarios posibles agarrada al oso de peluche. Se han equivocado hasta los perros, y lo único seguro es que esta familia quedará marcada de por vida por haber sido jóvenes, guapos, felices y hasta medio ricos.

¿Por qué será que nunca desaparecen los niños de las clases más altas y económicamente poderosas? Menos mal que los medios españoles se han comportado con bastante decencia.

10/9/07

El candidato ninguneado (10-9-2007)

Mejor que no te hagan una encuesta de opinión pública porque comprobarás que ni tu perro está conforme con tu manera de hacer las cosas. Las querencias de la gente son muy volubles y aplastantes mayorías (83% y 71%) quieren que Rodrigo Rato y Alberto Ruiz-Gallardón acompañen a Mariano Rajoy en las listas electorales. Menos mal que Rato se ha ido a la vida privada, aunque Gallardón dará la tabarra hasta el final como niño sin chupete, porque en el trasfondo demoscópico se lee que el votante del PP preferiría a ambos como cabeza electoral antes que a Rajoy. Y es que don Mariano huele demasiado a 11-M y eso es recordar al novio muerto en la siguiente boda. Zaplana, Javier Arenas y, sobre todo, Angel Acebes recuerdan demasiado el furor de aquellos días de marzo y así ocupan los puestos de los menos valorados en el PP.

Peor sale parada la gestión opositora del PP: más del 75% la tienen entre muy mala y regular, dato nefasto porque se supone que criticar al que manda tiene siempre un rédito favorable. Nos encanta que pongan en un brete al Gobierno aunque lo hayamos votado, y fracasar en eso es síntoma de fallo multiorgánico. ¿Y qué ha hecho Mariano Rajoy para merecer esto a un plis-plas de las elecciones? Es un gallego que ejerce de tal, incluido el obligatorio sentido del humor galaico que se percibe erróneamente con el distanciamiento. Yo creo que la última vez que se cabreó fue cuando se partió la cara en un accidente de coche y de ahí su barba que oculta las cicatrices. Tiene una amplia experiencia en la administración del Estado a través de los ministerios que ha ejercido, al revés de Zapatero, que saltó con pértiga de diputado a presidente, limpio de polvo y paja intelectual. Rajoy es el hombre tranquilo de John Ford que sólo gallea si le espolonean mucho en las Cortes, pero no se sabe si en España se valora más la mesura que el maximalismo de los jabalíes parlamentarios.

Es más apetecible una legislatura templada con Rajoy en el Gobierno que la migraña de alboroto permanente del buenismo o demagogia de ZP o Pepe Blanco, que me temo no soporta ni Rubalcaba. La oferta incumplible de Manuel Chaves, presidente de Andalucía y del PS (y mira que se resistió a bajar al sur) de dar casa a los tresmileuristas, es una ofensa al sentido común, a la contabilidad nacional y a las necesidades de quienes serán burlados después de marzo.

Ni la ministra Trujillo (a la que va a emular la jovenzuela Carme Chacón) se hubieran atrevido a lo que será una prueba de la mamandarria socialista en todo su esplendor. Será que Rajoy resulta aburrido y ZP tiene una caja de pirotecnia para hiptonizar al personal.

5/9/07

‘Rosa, rosae’ (5-9-2007)

En 1975 era difícil afiliarte al Partido Socialista a menos que conocieras personalmente a Nicolás Redondo o a Ramón Rubial, que siempre estaba en la cárcel. En cambio, las Comisiones Obreras de Marcelino Camacho estaban en las grandes empresas y el Partido Comunista en todas las esquinas intelectuales, donde aparecían Enrique Múgica, Pradera, el invisible Semprún, que lo sigue siendo, los abogados laboralistas y el ectoplasma del poeta Marcos Ana. Una legión que no fue recompensada con los votos. El sociólogo Linz nos pronosticó desde Estados Unidos una salida democratacristiana, como en Alemania o Italia, y Joaquín Ruiz-Jiménez se quedó pasmado. Ridruejo me difuminó en su grupúsculo porque no era suficientemente anticomunista.

Rosa Díez, con la honestidad que nadie le disputa, se da de baja en el Partido Socialista como lo hicieron Alonso Puerta o Pablo Castellano, sin poder arrebatar un escaño a la feligresía de la religión que abandona. Rosa aparece en los diarios como si Fernando Alonso hubiera dejado la Fórmula 1, pero la doña habría de expresar dolor de corazón y confesión de los pecados. Para vender pescado desde Santurce a Bilbao hay que escuchar antes a María San Gil, que lleva más años con la mercadería puesta. En la política vasca, en la que Rosa quiere incidir, no se discute la presión fiscal sino el edema nacionalista. Aquella cosa del cine de nuestra juventud en que una especie de chicle expansión con vida propia penetraba por los quicios de las puertas y las ventanas y deglutía a las personas. Si jugamos a la par no sé si votar a Rosa o a María en el convencimiento de que es imposible emular al PS francés con la tirada de trastos entre Ségolène y Hollande, viejo compañero de cama, tal como si Sonsoles mandara a ‘ZP’ a dormir al cuarto de guardia, que es lo que merece para lo que nos cuesta. Al menos en Francia te regalan un espectáculo picante.

¿Qué hacemos los que nos fuimos del Partido Socialista sin haber pertenecido nunca a él? En el 82 participamos de un cuerpo de marea electoral, un tsunami, creyendo que las mariposas y las libélulas se apacentaban en un verde prado sobre el que libraba el arco iris, mientras recitábamos lo de los cien años de honradez como un salmodio. Nuestro socialismo es una empresa, como decían Galeote o Elena Flórez, arrojados a las tinieblas por hacer lo que les mandaban. No hay discusión ideológica como lo demuestra Navarra y el que un comitre como Pepe Blanco sea el número dos del partido, el de la organización. El PS es una secta, pertenecer a él está ligado a la rutina de vivir y sus votantes son más fieles que una amante gallega. Es más fácil irse del Opus Dei que del PS, y eso ya lo ha sufrido Rosa Díez, que pugnó a Redondo el socialismo vasco y a Zapatero la secretaría general. También fue una intolerante que llevó a Mingote a los tribunales por un dibujo alusivo al lema de su consejería sobre el País Vasco, de cuyo Gobierno formaba al amor del PNV: «Ve y cuéntalo». Pero ya se sabe que el que se marcha está a la extrema derecha de Hitler. Declino Rosa, rosae… como un mantra que deberían rezar los socialistas para ordenar sus principios y sus actos. Rosa Díez es el fracaso de quienes queremos ayudarla, pero ha sido un cargo relevante del partido del que se va y en cada mudanza se tiñe el pelo de amarillo a rojo incendiario. La renovación socialista no va a venir de su peluquero. Como van a volver a ganar, la regeneración queda para las calendas griegas. Glez. regresa que te perdonamos. PS: Paco, tus máquinas teclean perfectamente.

3/9/07

Que no cunda el pánico (3-9-2007)

Me levanto y antes de sorber el primer café leo que Pedro Solbes pide a cinco columnas y en página impar calma a los ciudadanos, y añade que aún pesa un riesgo potencial derivado de la crisis económica generalizada. Me arrojo escaleras abajo para calmar a mis convecinos y transeúntes, en una actitud políticamente correcta, hasta que me redujeron con una llave de judo unos cuantos calmados o que no habían leído los periódicos. Mi psiquiatra me explica que no se debe gritar ¡fuego! en un cine o teatro o en un buque ya zarpado. Solbes no pidió calma cuando sustituyó al desastre socialista Carlos Solchaga que tenía por imposible nuestro ingreso en el euro, aunque ahora nos aterra avisando que sale humo del escenario o la contracubierta.

El curso político no lo ha iniciado Zapatero si no el lehendakari Ibarretxe, anunciando su determinación de llamar a los vascos a referéndum antes de un año. El PNV va mal y parece inevitable que vaya a peor pese a su presidente Imaz. La vicepresidenta le contesta taurinamente que lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible; el aludido se mueve como uno de esos recortados ante los toros. No se puede preguntar a los vascos si quieren o no ser españoles, como no se les puede preguntar si quieren seguir perteneciendo al hemisferio occidental. Felipe González cuando presidía el gobierno dijo aquello de que en un fantasmal referéndum de autodeterminación podía darse que una mayoría de vascos quisiera vivir en España y una mayoría de españoles votarían por concederle la independencia a esos vascos cimarrones y desplegar alambradas en el desfiladero de Pancorbo.

La Constitución da para todo, hasta para derrocar a los Borbones e instaurar la Tercera, para que los gallegos se integren como nación asociada a Portugal o que el País Vasco ocupe Navarra como la Austria de los nazis. Pero no se puede, a menos que previamente destruyamos el Estado para regresar a Atapuerca, hacer un referéndum en una de las partes que conforman un todo. Eso no lo hacen ni los helvéticos, tan dados a votar hasta por el cambio de un semáforo. Lo que no calma y hace cundir el pánico es que estas cosas se planteen en una siesta nacional y que tan mal valorado resulte Mariano Rajoy cuando plantea la vigencia de España en este comienzo de curso. El Estado español no puede ser más ninguneado ante la indiferencia general, empezando por el propio Gobierno. Ortega en Cortes constituyentes predijo que el problema catalán no tendría solución. Hoy, ante el conflicto vasco, que es de lealtades desatendidas, gritaría ¡fuego! Algunos quieren ser Katanga o Biafra. 

1/9/07

Como un intruso (1-9-2007)

En un piso despoblado por los padres se arrinconaba la mesa del comedor y alineaban las sillas contra las paredes, más ginebra de garrafón y Coca Cola a escote con un bolsón de patatas fritas revenidas en el aire de los guateques 60 con chicos y chicas desangeladas como las ventanas al patio interior, festoneado de bragas y mandiles, y la radio de los 40 principales a falta de tocadiscos.

Umbral no se levantó y quedó observándolo todo como un cronista de los pobres amantes que nunca tendrían lugar donde yacer. Siempre le traté como a un padre sustituto y comprensivo y de él acabé heredando sus pequeñas máquinas de escribir Olivetti, como ésta, inencontrables hasta en Brasil, donde adquirí la última.

Umbral se resistió al ordenador y hace años que dictaba a España, ardua labor para levantar una columna porque la voz distrae las palabras y no las distingue entre gordas o flacas, zahirientes o besuconas.

Vago por su casa en los aledaños del Bernabeu y me acongojo con el crujir del entarimado, porque aquí vivió y sufrió con España la flor negra de la sangre de su hijo que se hubiera curado pocos años más tarde de su muerte. Me refugio en el que fuera su despacho, donde escribió Mortal y Rosa, y no sé si duermo con una oncohematología, precisamente, en la alcoba principal o en la del hijo perdido. Por el pasillo oigo los silencios secretos de la casa en la que me siento intruso.

Francisco Umbral debe sobrellevar su muerte con los mitos que él mismo forjó, como el de que era un quinqui vestido por Pierre Cardín. Usaba foulard porque le convenía a su estética, pero más por sus afecciones otorrinolaringológicas que dieron en la sordera de Goya.

Cuando el doctor Olaizola atendía a Ben Bella en Argel nos salvó a Paco y a mí del silencio absoluto. De quinqui sólo tenía un chirlo en la mejilla, que jamás me explicó, y que le daba un aire pandillero tan grato a las mujeres que separan las rodillas ante el peligro.

Ha sido el mejor escritor de periódicos de nuestro siglo XX, partiendo del radical Luis de Bonafoux y pasando por encima a Mariano José de Larra, quien de tan blando y lloroso se dio un pistoletazo por el pendón desorejado de Dolores Armijo. Por lo demás, que le juzguen los críticos literarios, esos fariseos castrados.

Pero no puedo dejar de reírme de la Academia, poblada de inmortales canjeados entre ellos en una rifa mafiosa, de los que Umbral se libró aunque le hicieran sufrir. Ya está en paz. En mi peripatesis nocturna, como un intruso, por la vieja morada de Umbral y España, sé que se nos ha ido el único que no nos engañó.

28/8/07

Teresa de Calcuta (28-8-2007)

El recepcionista de un diario me preguntó por el intercomunicador si podía subir a verme la viuda de Salvador Allende, quien pedía audiencia. Salté por las escaleras para acompañarla a mi despachito. Intervino el azar; a la media hora volvía a llamar la recepción avisando la presencia del sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, poeta y ex ministro sandinista de Cultura. Volví a bajar a por él, que se sumó a un abrazo con Tencha mientras fogoneaban los fotógrafos.

El director de la publicación me preguntó si era adecuado recibirles y hube de morderme la lengua. La viuda de Allende era atea, y aunque apartado de la Iglesia no creo que Cardenal haya llegado a tanto. Juan Pablo II le abroncó en público en Managua exigiendo obediencia y el cura guerrillero se arrodilló.

Ahora, está a las greñas con el matrimonio presidencial Ortega, a los que imputa desacreditarle para hurtarle el Nobel de literatura. Nuevamente el azar y la necesidad. Violeta Chamorro, viuda del editor asesinado por Somoza, ultracatólica, gobernaba desde una mesa cubierta por estampas de santos.

Daniel Ortega no es tan huevón como suponía Felipe González y ha vuelto al poder rescatando su perdido catolicismo y yendo a misa, aunque le siguen gobernando sus sucesivas mujeres. No son estos problemas de fe sino de acomodo o, en el mejor de los casos, hacer lo que dicta la conciencia. La fe o es un don selectivo y aristocrático o una alucinación que disforma la mente y a la que la Teología no ayuda en absoluto.

No disminuye la valía de Teresa de Jesús que la tuberculosis la provocara espejismos y delirios acústicos. Pero a la trotaconventos la trata la Iglesia como si hubiera levitado y el cine como si sufriera furor uterino con San Juan de la Cruz. Su mejor aspecto humano pasa a segundo plano, como si Dios estuviera celoso de los méritos de sus hijos. El Papa ha publicado la primera parte de su ensayo sobre Jesús que quiere dejar acabado en vida.

El libro no es infalible ni para los católicos, pero acaba siendo doctrinal, como no podía ser de otra manera en el más erudito (y conservador) teólogo de nuestros tiempos. En su patrística brilla el espíritu de San Pablo, hacedor de la Iglesia, por encima de la lectura llana de los evangelios. Será un éxito que leerán pocos fieles.

Lo que anuncia Time es la publicación de las cartas durante 60 años dirigidas por la beata Teresa de Calcuta a confesores y superiores, en las que durante décadas vivió una crisis religiosa que la llevó a no comprender la existencia de Dios. Bien beatificada fue, porque hace falta un alma grande para chapotear Calcuta, limpiada por los buitres de carne humana muerta, y no creer que algo sobrenatural gobierna este caos y nos recompensará en otra vida.

Ama y haz lo que quieras, dice el Cristo. Dios no existe pero me doy a la caridad. Esa es la religiosidad. Lo advirtió André Malraux: «El siglo XXI será religioso o no será».

25/8/07

ETA no toma vacaciones (25-8-2007)

El ex presidente demócrata de Estados Unidos, Jimmy Carter, fue maltratado hasta la insania por la prensa de su país y, con efecto simpatía, por la europea, hasta el extremo de considerarle alelado y no otorgarle otra capacidad que la de cultivar cacahuetes en su granja.

Una injusticia colectiva de la que no te puedes librar, tal como los gafes soportan su calvario sin cirineo que les alivie. Carter es ingeniero nuclear y sirvió como oficial naval en submarinos atómicos, donde el primer error que cometes es el último. Como buenista embargó armas a las dictaduras iberoamericanas y siempre mantuvo un sincero interés por el respeto a los derechos humanos. Pero luego explicaba a los periodistas que pescando en barca en el Potomac había sufrido el ataque de un gigantesco conejo (¿anfibio?) del que se había defendido a remazos.

Hizo de su versión cuestión de honor personal, como si fuera la crisis de los rehenes de Teherán que acabó con él, consolándose con un devaluado Nobel de la Paz. A la postre él quiere que le llamen Jimmy, como si apeláramos a Zapatero por Peluis o a Rajoy de Marianito. Un cándido.

Parece que a instancias gubernamentales españolas Carter ha vuelto, y sin venir a cuento, a meter su cuchara en el problema vasco sugiriendo lo ya hecho: una negociación a la par entre el Gobierno y los vascos que quieren otro nivel de autonomía. Al asesino de conejos de agua le fallan hasta sus asesores y justifica a ciegas el brumoso proceso de paz de Zapatero, del que aún no ha dado cuenta ni a los diputados ni a la oreja pública. ETA no toma vacaciones ni durante su pretenciosamente militar alto el fuego (Barajas), y en cuanto ha podido ha puesto un bombazo en el durangesado para celebrar la Semana Grande de Bilbao.
Desmienten a los que suponían que no habría terrorismo «duro» hasta pasadas las elecciones para devolverle a ZP el oxígeno prestado. ETA continúa con los herrumbrados principios de acción-reacción-acción y cuanto peor, mejor, no sabiendo cómo descabalgarse del tigre de la violencia. Le da lo mismo la blandura del radical-socialismo que la dureza del PP.

Están tan eufóricos ante la tolerancia a la Kale Borroka, la efervescencia por las banderas y los presos (hacer calle) y la buena marcha de las extorsiones a empresarios, que se van a manifestar ante Sarkozy, que acude a Bayona, precisamente, en viaje antiterrorista. Como si fueran ignaros socios de la Fundación Carter y no supieran del cerrado centralismo francés, tan desmontable como pretender desguazar un carro blindado con un plátano.

18/8/07

Perder los puntos (18-8-2007)

Entre Granada y Motril había un punto negro, que no sé si habrá sido subsanado, donde un avivado empresario de pompas fúnebres tenía instalado un coche de respeto bajo un chamizo, y no había semana que no hiciera caja, o cajón.

Lo equitativo es que Fomento eliminara los puntos negros de nuestra red viaria, que es donde se da el sacrificio humano, e instituir después el carné por puntos. Vivimos y morimos entre un paréntesis de puntos. Digo más: ¿qué hace un militar como un guardia civil parándome, multándome y manoseando mi carné de conducir? ¿Qué tiene que ver Rubalcaba con la disciplina del tráfico? Somos el único país del mundo que tiene militarizada la malla de carreteras.

Que la Dirección General de Tráfico dependa del ministerio del Interior es una obsolescencia, como los mangas verdes en los puertos de arrebatacas en Sierra Morena. ¿Saben por qué no pueden conducir por nosotros? Porque contando el dinero de las multas exponenciales no tienen tiempo para otra cosa. Los directores generales de tráfico, que no tienen incompatibilidades, esquilman en su cargo al automovilista y cuando cesan pasan a asesorar a las aseguradoras para ahorrarlas dinero. La DGT debería inscribirse en el Ministerio de Fomento, de quien depende el estado de los caminos, y, de paso, lograríamos que Magdalena Alvarez aprenda a conjugar la dimisión, aunque su boba altivez trufada de mala leche le impediría ser sensible a esta carnicería vial de agosto.

Mayoritariamente, el carné es una herramienta de trabajo, y por tanto irrequisable. A la descerebrada y desheredada Paris Hilton la han metido en la cárcel por lo que aquí se saldaría con una multa; pero eso es lo que necesitamos: que si nos quitan el carné lo sea por un juez.

Los españoles conducen acojonados entre una publicidad truculenta y la amenaza de los puntos, y pegados los ojos al velocímetro se salen de la carretera en la curva más inocente. Esta desdicha es una moda importada de Estados Unidos, como la pamema de lo políticamente correcto y el horror de la televisión basura. En Europa sólo han picado Gran Bretaña, Alemania, Francia, Luxemburgo, Italia, Austria y Chequia y hemos llegado los últimos a comprar esta carabina de Ambrosio. Sólo ocho países de la Unión adoptan la lotería de los puntos. Rusia derogó la medida en 1990 por oportunismo político y porque allí los automóviles andan con vodka.

Zapatero tiene una gran oportunidad de hacer feliz demagogia suprimiendo los puntos de la discordia antes de las elecciones generales, con lo que ganará muchos puntos y constatará que nos matamos menos.

11/8/07

Las serpientes de verano (11-8-2007)

Desde que se veranea en el sur, cuando la lógica indica hacerlo en el norte, las serpientes de verano cada vez son más horteras. Hola ha agotado su tirada, y cuando eso sucede es que los españoles no están pensando en nada. Anillo del serpentón es esta vez un mazo de fotografías de la Princesa Letizia en bikini, de charleta con su suegra la Reina.

Y por estas instantáneas a distancias kilométricas se han pagado cientos de miles de euros. Y luego dirán que el pescado es caro, como reflexionaba Sorolla. De Doña Letizia interesa que sea buena madre e inteligente esposa y confidente de su marido, que los Borbones son poco caseros. Sus méritos profesionales ahí quedaron cuando se casó.

Bikini fue un atolón del Pacífico Sur en el que los estadounidenses realizaron tantas pruebas nucleares que aún emite radioactividad. La marea femenina vendrá por lo explosivo del topónimo o porque sólo quedaron dos trapos para vestirse.

La Princesa tiene la suerte de poder tomar el sol desnuda o bañarse en el mar como Dios la trajo al mundo, porque pese a ser multípara es escurrida de caderas, breve de senos y huidiza de culo. Isabel II tenía morbo, pero Letizia sólo belleza. Tiene el punto anoréxico de la Emperatriz Sissí, que nunca pasó de los 50 kilos y hacía acrobacias en el trapecio. Ya se publicó una fotografía del Rey desnudo y ni siquiera se agotó la revista.

Los estadounidenses se asombran de las vacaciones europeas (quienes las tengan) tan largas y concentradas. Ellos toman descansos de fines de semana extensibles porque la competitividad laboral desaconseja mayores ausencias. Aquí el veraneo es una pastilla de Avecrém rebozada en arena.

Alguien me dijo que salía de vacaciones al extranjero porque le salía más barato que Benidorm. Menos mal que alguien viaja allende los Pirineos y los océanos. La familia Zapatero se tuesta en el Coto de Doñana a mesa y mantel y gratis total. Prefiero a Sarkozy, que preside una República atómica, y que pese a lo complicado de su seguridad se ha ido invitado a una finca de ensueño en New Hampshire.

Lástima que Zapatero no tenga quien le invite, que eso nos ahorraríamos, ni amigos en el extranjero, salvo Castro, Chávez y Evo, y aún así no creo que le convidaran. ¿Se acuerdan de cómo criticábamos a Aznar por aceptar el piso en Oropesa de un amigo?

Sería interesante saber dónde vacacionan, y cómo, los ministros, los secretarios de Estado, los presidentes autónomicos y demás pajarería. Con la excusa de la seguridad, ¿cómo se desplazan? Hoy, lo que no interesa es el bikini de Letizia; aunque se le caiga.

4/8/07

La guadaña del sociólogo (4-8-2007)

El Centro de Investigaciones Sociológicas es un nido gubernamental, un vivero de altos cargos y, desde hace tres años, guadaña de la mies del PP. El CIS ha cometido errores de bulto y de él se ha sospechado que maquillaba algunas encuestas hasta la caricatura, pero no es el caso, porque lleva demasiados sondeos coincidiendo con las demoscópicas privadas en la bajada de la escalera del PP y Mariano Rajoy. Se aduce de la última que fue hecha tras el Debate sobre el estado de la Nación, presuntamente ganado por el presidente. Las victorias de la oratoria son hipersubjetivas y yo no vi entonces que a Rajoy le tiraran de las barbas sino muy al contrario, lo que no obsta para su baja valoración.

Algún error de transmisión de imagen estarán cometiendo los populares si el republicano Carod, el comunista Llamazares y el democratacristiano Duran Lleida son más valorados que Rajoy, con solo un 3,81 de valoración. Toda la clase política está en rebajas pero Zapatero, al menos, se mantiene por encima del aprobado con un raspado 5,01.

El presidente ganó sus elecciones en pura ley, pero sobre la legitimidad de su origen pesa la nube del 11-M, las irregularidades de la jornada de reflexión y el anómalo pendulazo electoral. Su legitimidad de ejercicio hay que buscarla en la jibarización de nuestra política exterior, la pasividad económica, el retraso de las infraestructuras programadas o su simple cancelación, el dogmatismo en la enseñanza, el controvertido Estatuto de Cataluña que nadie consideraba necesario y en una vergonzante negociación con ETA que ha terminado como la carabina de Ambrosio. Añádansele insoportables dosis de cursilería y tendremos retratado al personaje más popular para los españoles.

Rajoy es joven, serio, culto, excelente creador y argumentador, nada demagogo, cumple lo que dice, no arrastra escándalos de importancia, pero parece que no le van a votar ni los militantes del PP. Al filo del olvido absoluto, Adolfo Suárez me decía: «Los españoles me queréis mucho, pero hubiera preferido que me odiarais y me votarais más».

A don Mariano ni le quieren ni le votan, salvo un escuálido 36,6% que no da ni para una mayoría minoritaria ni para intentar formar Gobierno como partido más votado. Sólo quedan siete meses para las generales y no sé cómo se va a parar esta guadaña y revertirla. Deberíamos ir acostumbrándonos a otros cuatro años con Zapatero porque a los españoles, excepto en casos excepcionales, no les gusta cambiar de caballos aunque sean cojitrancos. Hasta Fernando VII tenía acendrados partidarios. Y murió en la cama. Habrá cambio cuando las nenas de Sonsoles regresen de la Universidad.

27/7/07

En Lesbos (27-7-2007)

En la posguerra civil, los homosexuales eran perseguidos por la Ley de vagos y maleantes aunque fueran espejo de virtudes personales, y las lesbianas no existían, ni se editaba a Kavafis o Safo. Médicos de renombre y hasta con calle en Madrid se hicieron ricos tratando a los hijos de la burguesía con electroshocks o fórmulas magistrales para desarreglos endocrinos.

La ciencia no ha podido establecer aún el código de las tendencias sexuales que son como una lotería de feromonas, y el infierno de aquellos hombres y mujeres fue el que se les tuviera como enfermos sin serlo, considerándolos leprosos sociales como si la homosexualidad fuera contagiosa.

Estuve en Lesbos leyendo los versos sáficos, y en Koos, sentado en las pocas piedras que quedan de la escuela de Medicina de Hipócrates. Fueron menos intolerantes antes de Cristo que nosotros. Camilo José Cela me afilió a su machismo-leninismo (una forma de defensa), pero del horror al abismo de las mujeres que se aman me había curado mucho antes Empar Pineda, filóloga, la única habitante de este país que habla y escribe correctamente español, catalán, euskera y gallego.
La conocí en las cocinas de la Transición cuando era responsable de la Liga Comunista Revolucionaria (trotskista) o de alguna de aquellas siglas que concurrieron en sopa de letras a las primeras elecciones democráticas, encontrando en ella discreción, inteligencia, cultura, refinamiento espiritual. Recomendable amiga para un hombre aunque no pueda compartir su cama.

El juez de Murcia, Ferrín Calamita, no está loco cuando disparata sobre la homosexualidad; pertenece a esa parte de la sociedad aún no jubilada que cree sinceramente que fuera de la heterosexualidad todo es desorden, morbilidad y contagio, sobre todo a los menores.

Da igual lo que digan las leyes porque las variables del amor griego son vicio y perjudiciales para la salud. Creíamos vivir ya en una sociedad permisiva pero se alza el colmo de una madre a quien se niega la custodia de sus dos hijas biológicas acusada de lésbica.

El calvario de esta mujer es que intenta demostrar que no es lesbiana (con su doble descendencia ya ha cumplido con su costado hetero) y huye de la prensa para enfriar su caso ya que otro juez del jurásico podría mantener su separación de las niñas no vaya a ser que la vean besándose con otra.

Estas cosas son las que nos hacen retroceder 30 años en tres días. Pedro Zerolo se ha quedado dormido y a ver como le dan a él y a su marido niños en adopción. Marañón y López Ibor volverían a triunfar tratando la homosexualidad como si fuera la viruela, mediante el acreditado método del aislamiento.

26/7/07

La postura del perro (26-7-2007)

El vídeo publicitario del Getafe y la viñeta escatológica sobre los Príncipes son dos espejos enfrentados y denotan cómo nos gustan las figuras deformadas del callejón del Gato. No leemos a Valle-Inclán, por supuesto, pero nos fascina el esperpento. Por eso, la pobre pornografía de El jueves traspasa las fronteras y se subasta en internet con pujas mileuristas. La basura no se remueve y, si se hubieran dejado las cosas como estaban, habríamos evitado el daño y la polémica, pero el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, se ha vuelto más monárquico que el Rey, y ya se sabe que para la Monarquía son vitales la procreación y las formas.

De las posturas del dibujo de la discordia hay decenas de variantes en el Kamasutra y es una cópula que debe datar de cuando los seres humanos aún no se habían puesto de pie. Los antropólogos feministas suponen que la mujer, con sus zalemas, le fue dando la vuelta al hombre hasta conseguir que la especie sea la única que se hace el amor cara a cara. Me temo que, si los Príncipes hubieran sido caricaturizados sedentes y no en la postura del perro, pocos se habrían llamado a escándalo. Pero el mono desnudo de Desmond Morris, en sus cabriolas amorosas, siempre resulta un poco grotesco. ¿Quién no se ha reído alguna vez en medio de un ayuntamiento carnal? Queda ser arenque, prolífico pero sin cópula.

El juez Del Olmo, encargado de este caso, puede hacer una instrucción tan carcomida como la del 11-M, y es que la Justicia lenta no lo es. Si los Príncipes están heridos en su honor (lo que no sabemos), ¿qué más les da que dentro de unos años un juez someta a El jueves a las penas del infierno? Será doble el ludibrio, la befa y el escarnio. Los juzgados están saturados de querellas entre rufianes y pelanduscas que buscan el honor y la propia imagen que no tienen. Buscavidas televisivos que son famosos por salir en televisión y acuden a vomitar a la televisión por ser famosos, en una pescadilla perfecta, han degradado la libertad de expresión mucho más que El jueves, y nadie quiere embarcarse con esa patulea. Así los obispos pían contra el Getafe, pero no se personan en ninguna causa, y Don Felipe y Doña Letizia no se querellan contra quienes les han puesto en porretas haciendo el perro.

E hinchar el perro, sobrevalorar la noticia, es lo que están haciendo la Fiscalía y el juez al tipificar el desaguisado como injurias a la Corona. Doña Letizia es periodista y, por ofendida que se sienta, debía explicar a su familia que reprimir el antimonarquismo es fabricar republicanos a alta velocidad. Además, a la Corona no se le injuria y sólo puede haber lesión en los derechos citados de protección del honor y a la propia imagen. Conociendo el republicanismo de este Gobierno, no me extrañaría que quisieran defender la Monarquía hasta el último Borbón.

22/7/07

Don Jesús del Gran Poder (22-7-2007)

Trabajé durante 12 años con un contrato firmado por él hasta que me fui voluntariamente de Prisa con una mano delante y otra detrás. Tuvimos rifirrafes propios de ejecutivo y propietario. En una ocasión yo había publicado un artículo de Fernando Savater titulado Osadía clerical que levantó gran revuelo, y una reproducción de la fotografía de Marisol desnuda, obra del magnífico César Lucas y que había provocado el estúpido y gazmoño secuestro de Interviú. Por el interfono de mi despacho bramó un ronquido de don Jesús (Chuchi a sus espaldas): «MP, sube de inmediato a mi despacho». «¡Hombre, no me lo pidas con esa voz!». «Te lo mando como me sale de los cojones». Volvía a salirle el jefe de centuria. Le mandé una dimisión sin fecha y, al final, pudimos hablar sin entendernos porque él desconocía el significado de la doble moral. Lo que no necesitaba exégesis era el presunto daño emergente en sus contrataciones de libros de texto con las instituciones religiosas. Eran los tiempos en que don Jesús no se había aún dado cuenta de que estaba ganando más dinero con El País que con sus editoriales.

En Buenos Aires me contaba que si alguna vez se perdía había que buscarle allí, tal era su amor por la ciudad porteña. Y, confianzudo (trataba a sus periodistas de tú), me narraba ufano su ascenso desde el proletariado del libro. Junto con su socio Pancho González (ése sí que es una buena persona) vendía enciclopedias puerta a puerta, trabajo enojoso donde los haya. Hasta que se armaron de catálogos y volaron a América para hacérselas de cabo a rabo. Ayunaban dos días y el tercero convidaban a almorzar a los principales editores del país. En Buenos Aires, en pleno invierno austral, Polanco y González abandonaban su pensión friolenta y se refugiaban al calor de un minicine de sesión completa entre orilleros, putas y maricones indigentes. Volvieron con dinero y encargos suficientes para fundar la editorial Santillana, que creció como una metástasis aunque sólo le dio notoriedad en el gremio. Siempre sospeché que esta historia tiene bastante de apócrifa, pero se corresponde con su esquizofrenia sociopolítica. Había pertenecido, ya de talludo, al Frente de Juventudes, nacido en Madrid, adoraba Santillana (donde invirtió) y se hacía pasar por cántabro. Algún título relacionado con Santillana le habría complacido, pero enseguida fue demasiado controvertido para eso y había hecho demasiados negocios con el franquismo a base de información privilegiada. Como luego hizo con las dictaduras militares del Cono Sur americano. Su especialidad era incorporar ministros a su nómina, pero luego circulaba por Madrid en un Mercedes, propio de la flota de Hitler, y se negaba a cambiarlo aduciendo que no tenía dinero.

Entró en Prisa-El País como consejero-delegado, pero por la gatera, con un mando y un poder muy contrapeados. Con el tiempo y con malas artes desplazó al bueno de José Ortega Spotorno hacia una Presidencia de Honor quedándose don Jesús con el puente de mando y la mayoría accionarial, tras largas luchas en las que los millones viajaban por Madrid en maletines.

Es verdad que sólo leía el periódico al día siguiente, pero en sus reuniones con sus directivos acostumbraba a unas prepotencias y groserías propias de fuego campamental. «Yo echo cinco polvos sin sacarla», refiriéndose a una jovenzuela televisiva que le entretenía. «Estoy con Mari Luz Barreiros porque es la única de la que consta que no le interesa mi dinero, tiene tanto como yo». Alardeaba de su dinero, algo insólito entre grandes empresarios. «El que me echa un pulso lo pierde». «El que se me enfrente que se vaya de España». Fue un hombre rencoroso que nunca entendió la economía de mercado. Era marxista sin saberlo.

En 1982 pasaba yo por la redacción en un alto de la campaña electoral en la que cubría (de elogios) a Felipe González y me topé con el gran hombre que me dijo: «¿No estaremos tratando a Felipe con demasiada amabilidad?». No me dejó contestar: «Tu sigue así porque éste va a gobernar y nos interesa».

Curiosamente, la cúpula de Prisa no tenía contacto directo con la del PSOE. A Felipe le pasé recado de que don Jesús quería verle y Cebrián me pidió que le organizara una cena con Alfonso Guerra. Se encontraron un manco y un cojo necesitados de colaborar. En el PSOE estaban empeñados en tener un periódico propio y Polanco un multimedia. La asociación surgió como chispa y el Gobierno empezó por venderles la Ser a precio de amigo tras haber fracasado Prisa con Radio El País. El resto del contubernio político-informativo, es conocido y palpitante.

Polanco me dijo una vez que los hijos han de heredar las empresas pero no necesariamente su gestión, y yo creí que el tapado era su sobrino (casi adoptado) Javier Díez Polanco, que es un clónico del tío, y a todos sorprendió la sucesión en Ignacio Polanco. Como todos vamos a ir al cielo allí estará don Jesús, si hay restaurantes, repasando avarientamente la minuta y abroncando camareros.

20/7/07

Sobre Revel (20-7-2007)

La editorial Gota a gota es la de FAES (PP) y no podía llamarse de otra manera por aquella frase a la que recurría José María Aznar sobre la lluvia fina que cala gota a gota y que le llevó a ganar dos elecciones generales. Están haciendo un buen trabajo por la difusión del liberalismo en España, tenido por carcundia valedora de la extrema derecha.

Ni siquiera se recuerda la enemiga de Franco al liberalismo. Acaban de traducir Memorias. El ladrón en la casa vacía, de Jean-François Revel, fallecido el año pasado, con gran escándalo de Manuel Fraga, que, a puerta cerrada, aseguró que el libro no contiene más que historias de adulterios, líos de faldas y juergas de todas clases. O Fraga sufre una regresión hacia los años en que censuraba libros o sigue leyéndolos en diagonal, porque las memorias del ya anciano Revel (un volumen de más de 600 páginas) no pierden el tiempo en describir bacanales. Y por otra parte, el adulterio en Francia es una obra de arte, como demuestran Sarkozy y nuestra cercana Cecilia.

Revel ha sido periodista, director de publicaciones, filósofo, profesor y autor de numerosos libros, pero se ve que don Manuel no ha llegado a su debelación de los primeros, en una vomitona que será grata a quien fue ministro de Información: «Los periodistas, que se atribuyen la misión de dar a conocer el vasto mundo a sus semejantes, suelen ser los seres humanos que peor conocen su propio mundillo. No he conocido otra profesión, ni siquiera la política, más ciega ante la distancia cotidiana que separa su práctica de sus principios, peor informada sobre sí misma, más indiferente a su propio funcionamiento y a su vez más encubridora del mismo. Sin duda, esta candidez obedece a que el periodismo es el oficio más joven del mundo. El redactor de un periódico se siente deslumbrado hasta tal punto por el poder, real o supuesto, que le cae del cielo, que puede llegar a perder el sentido crítico sobre su talento, su competencia, su probidad. Los más mediocres incurren en este defecto sobre todo porque no quieren ser juzgados por la calidad de sus artículos, pues saben que este criterio les sería funesto»… Memorial de cuando dirigió L¿Express.

Pero lo que escandaliza a Revel es el escaso relieve de los intelectuales disidentes con el comunismo y la supervivencia en las democracias de los fieles a la noche totalitaria. Por lo demás, ser liberal es un comportamiento, una manera de ser, como ser limpio, por encima de la ideología constreñida en un partido. Esperanza Aguirre se declara liberal desde su más tierna infancia política, y cuando se identifica como tal, hasta los propios la miran con extrañeza como si fuera un espécimen extinguido. Por eso Fraga no sabe leer a Revel.

19/7/07

La de Dios es Cristo (19-7-2007)

El español es pródigo en la blasfemia y en algunos territorios devocionales es admitida con entusiasmo. En Sevilla, en una salida de la Macarena, he escuchado gritar a viva voz: «¡Viva la puta madre que te parió!», entre aplausos fervorosos. No sé que pensaría del epíteto Santa Ana. Desaparecidos los carreteros que se llevaban la palma hoy se ha corrido la blasfemia a otras clases sociales y todo inconveniente es un mental o verbal «mecauen…» con el que salimos del trance.

Armar la de Dios es Cristo es un remedo teologal de las discusiones bizantinas sobre la Santísima Trinidad y la unicidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Apocopándolo decimos armar el Cristo por cualquier batahola sin demasiado sentido como la que ha organizado el vídeo del Getafe sacando a pasear figuras sagradas del Viejo y Nuevo Testamento, soliviantando así a la grey judeo-cristiana.

La agencia El ruso de Rocky ya demuestra en su nombre su falta de imaginación. Si no saben venderse mejor a sí mismos ¿cómo van a vender los productos de los demás? No creo que las masas se atropellen para darse de alta en el Getafe tras la contemplación de esta patochada de escolares irreverentes, ni que muchos lectores del libro se hayan rasgado las vestiduras, con excepción de la Iglesia católica que ha manifestado su disgusto sin levantar la voz. A los creativos argentinos que inundan el país no se les hubiera ocurrido el despropósito siendo su nación un crisol de razas y religiones, desde el catolicismo al evangelismo y desde los judíos a los musulmanes. Pero aquí la Iglesia es un papel que lo soporta todo.

Los buenos creativos no son escandalosos y venden lo que quiera el cliente mediante alusiones directas, llegando como mucho a las fronteras de lo subliminal. Ya ni se usa vender un coche con una rubia descocada al volante. Los malos publicitarios buscan en el zapatazo y la polémica lo que no les da la materia gris. Si grabas a una caricatura de Dios comiéndose un yogurt y diciendo «está divino» ya has hecho el trabajo fácil sin el sudor de tu frente. Además la cruz atrae morbosamente a los escenificadores como una asunción masoquista. Llegado Beckham a Los Angeles ya circula en vídeo desnudo, crucificado y advirtiéndose el tamaño de su pene. Todo es recomendable para el psicoanalista.

El terco que preside el Getafe no retira el engendro y aduce que peor es el hambre en el mundo como cuando se decía que «más se perdió en Cuba». Y el sida y el mal gusto arrollan como la hambruna. Lo peor es que los malos creativos cuentan con una recompensa retorcida que muestra su ausencia de profesionalidad y su desafección al cliente: se ha hecho más famosa El ruso de Rocky, de medio pelo, que el Getafe.

13/7/07

El fantasma de Ermua (13-7-2007)

El lenguaje de ETA siempre es expeditivo, y particularmente letal cuando se venga. Hay que conocer al animal antes de intentar domarlo. Hace 10 años la banda tenía que cumplir una doble venganza. La primera, por el final feliz del interminable secuestro de José Antonio Ortega Lara tras un impagable rastreo de hormiga de la Guardia Civil, caserío por caserío.Por una vez, la televisión fue útil y mostró al funcionario de prisiones con barba y esqueletizado como un Cristo, tambaleante y con la mirada perdida. El entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, manejó muy bien los medios de comunicación, que pudieron acceder a un zulo para ratas, húmedo y equivalente a un enterramiento en vida. El largo secuestro tenía muy ufanos a los etarras, ignorantes de que Ortega Lara ya había acumulado medios y material para suicidarse, desesperación superior a su catolicismo.La segunda venganza era sobre la indómita política del Partido Popular en el Gobierno, que no daba ni agua a los terroristas. Tal era la infiltración en ETA que los comandos eran detenidos el mismo día que iban a sembrar sus bombas. No se eligió de balde a Miguel Angel Blanco, sino que se buscó intencionadamente a un militante del PP. Blanco era idóneo: un gorrión político sin escolta ni autoprotección. El plazo era para la galería porque estaba condenado de antemano para enfriar las frustraciones de los asesinos. Además, no hay logística que traslade en 48 horas a los presos etarras al País Vasco.El espíritu de Ermua fue un estallido generalizado de cólera social, un dos de mayo en que no hubo Gobierno ni autoridad de cualquier género que organizara las consignas, las pancartas y el desborde de las plazas. España entera fue un volcán de indignación y hartura ante el que quedaron sorprendidos los propios políticos, quienes observaban aquella marea ácrata que fue el momento más generoso y vibrante desde 1978. Un abogado abertzale comentaba: «Si no lo paramos, mañana esto es España». Desde el punto de vista del PNV fue inteligente abrazar a ETA en el Pacto de Lizarra, porque el espíritu de Ermua, de haber sido encauzado, se habría comido al nacionalismo más rancio.Hoy ese espíritu está muerto, porque si viviera no podría el Gobierno socialista hacer tertulia con ETA desde hace más de tres años, so pena de que le dieran de baja en todas las urnas. Todo envejece, hasta la dignidad, y todas las encuestas públicas o privadas dan sus simpatías a Zapatero. Don Juan Nadie, el ciudadano medio, quiere la paz aunque sea ilusoria y encamine España hacia el desguace. María del Mar Blanco es menos popular que María Teresa Fernández de la Vega.Aquel espíritu mudó en ectoplasma.

5/7/07

El último debate (5-7-2007)

Ha sido el último debate de esta legislatura. Loado sea el Señor. Parece diseñado para favorecer al presidente careciendo éste de límites temporales para sus réplicas y sus dúplicas. Pero es que éste abusa de la largueza que se da y se presenta en el arengario con resmas de folios que lee despreciando la oratoria y adormeciendo a Sus Señorías.

El presidente debe exponer el estado de la Nación, con sus claros y oscuros, proponiendo su política para enderezar el carro. Rodríguez Zapatero (al igual que sus antecesores) ha vomitado sobre la Cámara un tsunami de datos, referencias, cifras, estadísticas, que le proporcionan los ministerios y su oficina económica. Ni él entendía lo que estaba leyendo, empero el propósito era retratar a España como a un cohete económico hacia el infinito, allí donde los pensionistas atan a sus perros con longaniza.

Ya dijo que en breve tendríamos la renta por cabeza de Alemania, y ahora promete pleno empleo para la próxima legislatura, para lo que habrá de dividir por más de dos el paro actual. Aunque fuera con empleo precario, eso se lo debió exigir Rajoy por escrito y firmado ante notario.

Tiene razón éste recordándole que a veces crece la economía sin que nadie haga nada. Tras el Gran Apagón de Nueva York-Washington subieron las Bolsas porque se habían caído los sistemas informáticos del Gobierno y éste no pudo enredar por unas horas.

El debate comienza cuando el jefe de la oposición toma la palabra después de tanto cha-cha-chá. Mariano Rajoy parecía el convidado de piedra y dio tres golpes de aldabonazo sobre dos cuestiones: dar publicidad a las actas de las reuniones Gobierno-ETA o, en su defecto, adelantar las elecciones.

Tres veces clavó el clavo y se supone que tiene buena información, pero, ¿es que estos charcuteros levantaban actas de sus reuniones secretas como si estuvieran sentados en un consejo de administración? Si esto es verdad ya publicará Gara las actas cuando le convenga a la banda, y serán un baldón para ZP al que ya se podrá llamar felón, sin exceso.

En un momento cursi y enfático, Zapatero ofertó 2.500 euros por bebé nacido en España; Rajoy subió la apuesta a los 3.000 prometidos en su programa; y temí que el presidente alzara la puja: «3.500 si es varón».

¿No saben estos padres de la Patria lo que cuesta un bebé hasta los 18 años? Tales aguinaldos cubren los primeros dodotis y un poco de leche maternizada. No evalúo estos debates como un pugilato; sólo supongo que este estado de la Nación es el último para Zapatero, si pierde, y el último para Rajoy si no gana.