27/12/85

Comienza en Argentina el interrogatorio de Raúl Guglielminetti (27-12-1985)

El presunto terrorista de extrema derecha Raúl Guglielminetti, supuesto lugarteniente de Aníbal Gordon, jefe operativo de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), ex miembro de los Servicios de Seguridad del Estado, entregado por España el pasado martes, comenzó ayer a ser indagado por un juez federal por el asesinato del industrial Emilio Esteban Naun el 22 de junio del pasado año.

Guglielminetti arribó al aeropuerto internacional de Ezeiza, desde donde fue trasladado en helicóptero al aeroparque porteño de vuelos de cabotaje, y desde allí en automóvil a la alcaldía central de la Policía Federal y, a la misma celda que en su día ocupó Mario Eduardo Firmenich, jefe de la organización guerrillera montonera.Varios jueces argentinos reclaman a Guglielminetti por tenencia de arsenales de armas de guerra, robo a mano armada, conspiración terrorista y pertenencia a la Triple A, pero sólo podrá ser juzgado, por decisión de la justicia española, por el asesinato de Naun, un joven propietario de una cadena de tiendas de zapatos y carteras de cuero ultimado de un tiro en la cabeza en pleno centro de Buenos Aires, en un supuesto ajuste de cuentas por deudas no satisfechas.

Por otras parte, entre el viernes y el martes pasados los defensores de los cinco condenados en el juicio de Buenos Aires (tenientes generales y ex presidentes Videla y Viola, almirantes Massera y Lambruschini, y brigadier general del Airé Agosti) presentaron sus recursos extraordinarios de apelación. El mismo martes el fiscal Strassera recurrio igualmente la sentencia.

El fiscal de la Cámara Federal arguye que el fallo del juicio es arbitrario y centra su apelación en el supuesto error jurídico de haber analizado la actuación de cada arma por separado y no el proceder de cada junta militar. En marzo, la Cámara Federal deberá resolver estas apelaciones, aunque los medios jurídicos y políticos porteños estiman que todas serán rechazadas.

Los cinco triunviros condenados en primera instancia ya se encuentran en el penal militar de Magdalena, a 65 kilómetros de La Plata. El régimen de detención no es particularmente dramático, hasta el punto de que los presos, cumplido el primer año, podrán salir un fin de semana cada dos meses.

14/12/85

Herminio Iglesias, destituido de su cargo de secretario general del peronismo (14-12-1985)

El Consejo Nacional Justicialista, por 31 votos sobre 47, decidió el jueves separar a Herminio Iglesias, caudillo peronista en la provincia de Buenos Aires -la más importante del país-, de su cargo de secretario general del movimiento.Al mismo tiempo, el consejo ordenó la remoción de la junta interventora del distrito bonaerense, solidaria con Iglesias, que, entre otros despropósitos, había expulsado del peronismo a Antonio Cafiero, ex ministro de Economía de Isabelita Perón y gran triunfador, como independiente, de las últimas elecciones legislativas.

Vicente Leónidas Saabi, anciano y cardiaco primer vicepresidente del peronismo oficial -los peronistas han logrado dividirse en tres bloques parlamentarios-, destituido tras la última derrota electoral del movimiento, condicionó su reaceptación del cargo a la salida de Herminio Iglesias.

'Capo' justicialista

Herminio Iglesias, capo del justicialismo en la provincia de Buenos Aires, habitada por la mitad de los argentinos, es un hijo de inmigrantes orensanos, iletrado, propietario de una fortuna personal sin haber trabajado jamás por cuenta ajena, con prontuarios policíales por robo, supuesto alcahuete de la prostitución y responsable del juego ilícito en Avellaneda (Gran Buenos Aires), carente de un párpado tras un accidente automovilístico que le deformó la cara y propietario de un solo testículo al haber perdido su pareja en un tiroteo entre chulos de mujeres.Gran hacedor de las derrotas electorales peronistas en la provincia más peronista del país -todo el cinturón obrero que puebla el Gran Buenos Aires-, Herminio Iglesias representa el sector abiertamente fascista del justicialismo, en franca alianza con las fuerzas armadas y la Iglesia católica argentina, la más insensible de toda América del Sur a los reclamos democráticos. La mano derecha de Iglesias, Norberto Imbelloni, alias Beto, se ha refugiado en Paraguay (es amigo personal de Stroessner) para escapar de la justicia, que le reclama por el asesinato de un guardaespaldas sindical.

La destitución de Herminio Iglesias como secretario general es sólo un primer paso en la dificultosa tarea de erradicarle del justicialismo -quienes, siendo más inteligentes políticamente que él, pretenden expulsarle a las tinieblas exteriores resultan tan impresentables como el perseguido-, recomponer el movimiento y evitar su definitivo fraccionamiento. Pero pasarán meses e incluso años antes de que sea desbancado como caudillo bonaerense, dada la estratificación mafiosa del justicialismo en la provincia.

En cualquier caso, la dudosa recomposición peronista tendrá pocos visos de verosimilitud míentras su presidencia nominal permanezca en manos de una rica viuda que habita entre Madrid y Marbella, antaño íntima amiga de Pilar Franco, sometida a la tutela psicológica del doctor Flórez Tascón y que celebró las últimas elecciones argentinas concurriendo no a su consulado, sino a un espectáculo de variedades protagonizado por Analía Gadé.

13/12/85

Un juez argentino embarga al 'superministro' de la dictadura Martínez de Hoz, procesado por subversión económica (13-12-1985)

José Alfredo Antonio Martínez de Hoz, superministro de Economía de la primera Junta Militar argentina, fue considerado el pasado miércoles responsable prima facie de delito de subversión económica por el juez federal Néstor Luis Biondi, quien decretó su prisión preventiva y el embargo de sus bienes por 850 millones de australes (unos 160.000 millones de pesetas). El juez Biondi es el mismo que el pasado lunes ordenó la prisión de Miguel Marcópulos, abogado defensor del brigadier general del Aire Basilio Lami Dozo, por supuesta vinculación con una red de falsificadores de Bonex (deuda pública argentina) descubierta en Paraguay, Uruguay y Suiza.

El proceso seguido contra Martínez de Hoz se centra en el vaciamiento financiero de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la extractora y distribuidora estatal de petróleos argentinos cuyo endeudamiento total, interno y externo, pasó de 324 millones de dólares (unos 50.000 millones de pesetas) en diciembre de 1975 a 4.700 millones de dólares en el mismo mes de 1981.Dentro del período de la dictadura militar, el último tramo de la gestión de YPF estuvo a cargo del ex general de división Guillermo Suárez Mason, actualmente prófugo de la justicia, que lo reclama por la Interpol por supuestos delitos contra la humanidad.

La prisión preventiva contra Martínez de Hoz fue dictada a efectos puramente formales, ya que el inculpado se encuentra bajo caución juratoria por otras causas que se siguen contra él. En definitiva: según la práctica procesal argentina, sólo aplicable en determinados casos, un reo puede librarse de la prisión preventiva si en una o en anteriores causas ha jurado por Dios no sustraerse a la acción de la justicia. En cualquier caso, las autoridades judiciales le han prohibido a Martínez de Hoz la salida del país.

El impuesto más alto

El embargo preventivo de bienes contra su persona es el más alto impuesto en la historia judicial argentina. El inculpado aduce no poseer tal patrimonio, por más que este íntimo amigo de Nelson Rockefeller sea propietario de una de las más importantes fortunas del país, tanto por sí mismo como por su matrimonio.Martínez de Hoz, alías Joe, por mal nombre popular Hood Robin (el pueblo llano siempre entendió que robaba a los pobres para alimentar a los ricos), es un fanático de las teorías monetaristas de Milton Friedrnan y la Escuela de Chicago.

Ideólogo económico de la dictadura militar, Martínez de Hoz devaluó artificialmente el dólar respecto al peso argentino favoreciendo las importaciones y los gastos exteriores, propiciando una euforia económica -los años de la plata dulce- que sirvió de colchón amortiguador para la cruenta represión política.

El Mago de Oz se encuentra procesado en otras dos causas: una por el presunto traspaso irregular del paquete accionario de la empresa de navegación aérea Austral -la Aviaco argentina- y otra por la supuestamente fraudulenta compra por parte del Estado de la compañía suiza Italo Argentina de Electricidad, adquirida a un precio desmesurado en beneficio de la Banca Helvética.

José Alfredo Martínez de Hoz estima en su descargo que todos sus males procesales vienen de la crisis económica y estructural del país, de la continua e imparable devaluación del peso y del deseo del Gobierno de abrir juicios políticos contra los presuntos responsables de una supuesta guerra sucia económica.

12/12/85

El fiscal Strassera anuncia su intención de recurrir las sentencias del juicio contra las juntas argentinas (12-12-1985)

El fiscal de la Cámara Federal, Julio César Strassera, anunció ayer su intención de recurrir las sentencias contra las tres primeras juntas militares argentinas ante la Suprema Corte de Justicia de la nación. La fiscalía, al igual que los abogados defensores de los condenados, tiene de plazo hasta el 23 de diciembre para la presentación de los recursos. Strassera no ha querido ser más explícito en sus declaraciones públicas, dado que aún no ha tenido tiempo de leer los cerca de 1.500 folios de la sentencia, pero sí ha señalado su principal línea de discrepancia con el fallo: que la Cámara haya sentenciado por armas, y no por juntas.

Strassera fue particularmente contundente a este respecto: "Para mí, el brigadier Agosti es tan responsable de lo que sucedió en la Escuela de Mecánica de la Armada como el almirante Massera".Dentro de la reserva judicial ha trascendido que la Cámara aceptará todos los recursos que le sean presentados, tanto por el fiscal como por las defensas. También puede afirmarse que, si el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas -máximo tribunal castrense- continúa, como durante los dos últimos años, utilizando tácticas dilatorias para no juzgar a sus conmilitones, todas las actas de este proceso regresarán nuevamente a la Cámara Federal para que ella resuelva sobre las responsabilidades de los oficiales superiores que comandaron zonas operativas en laguerra sucia contra la subversión.

Los argentinos -los argentinos que sienten alguna zozobra ante estos problemas; la generalización sería engañosa- se encuentran divididos frente a las sentencias, entre los que estiman que el fallo es correcto y los que aprecian en él excesivas dosis de clemencia o de medrosidad ante la necesidad de hacer justicia a los antaño todopoderosos militares. Ni una sola voz, por más que las haya, se ha atrevido a protestar públicamente por la presunta severidad de estas condenas.

Es unánime, en cambio, la autocomplacencia porque, por primera vez en la historia argentina, la justicia le haya sentado la mano a la barbarie militar; se entiende así el juicio y su fallo, al menos, como un signo de normalización democrática y de regreso al mundo civilizado. Ernesto Sábato, por ejemplo, ex presidente de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP) ha declarado: "El resultado del juicio no es el que muchos esperábamos, sobre todo aquellos que hemos estado entrañablemente vinculados a las investigaciones y nos duele que hayan quedado en libertad o con leves penas hombres de los que tenemos la vehemente sospecha de ser culpables, pero con todos los defectos que pueda tener, debemos considerarlo como una honrosa demostración de la democracia argentina para un mundo donde nunca hubo un hecho semejante".

"La misma disparidad en las condenas", agregó Sábato, "está indicando que el juicio no ha sido un juicio dominado por un prejuicio político, que habría llevado a una condena masiva y predeterminada".

Los radicalizados

De la anterior unanimidad no participan, lógicamente, los sectores más politizados de la sociedad argentina, honesta y legítimamente radicalizados por la desaparición, tormento o muerte de sus seres queridos.Las Madres de Plaza de Mayo convocaron ayer desde las siete de la tarde y por 24 horas su quinta marcha de la resistencia bajo las consignas de Aparición con vida para defender la vida, Cárcel a los genocidas para defender la nación, Libertad a los presos políticos y No al Punto final.

No han formulado un repudio total a la sentencia y dedicarán sus mejores esfuerzos a impedir ese hipotética ley de punto final o ley deolvido que impida la eternización de los procesos abiertos a instancia del Gobierno o de particulares contra los asesinos que aún quedán sueltos.

Ya el ministro de Defensa, Roque Carranza, se ha apresurado a desmentir que el Gobierno esté estudiando un proyecto de ley de punto final. Sin embargo, y sin necesidad de desmentir al ministro, cabe afirmar que miembros del Gobierno y dirigentes de la Unión Cívica Radical se encuentran enzarzados en una discusión -aunque por ahora sólo sea intelectual- sobre la necesidad o no de ponerle fin algún día, a este océano de procesamientos.

Y entra dentro de la lógica de las cosas que, de aquí a un año, finalizados los recursos de este proceso, terminado el juicio por las Malvinas, ultimada la causa contra Camps, Chamorro, Acosta y Astiz, y cerrados los nuevos juicios contra los oficiales superiores operativos durante la guerra sucia, el Gobierno, ya para entonces con mayoría también en el Senado y Alfonsín en las lindes de la mitad de su mandato, haga votar en el Congreso una ley de olvido.

Por lo demás, las Fuerzas Armadas no han abierto la boca ni se detectan en su seno irritaciones peligrosas. Es más: es advertible en las reuniones sociales de los uniformados una creciente simpatía por Raúl Alfonsín de parte de sus esposas; espantoso elogio, pero cuando menos tranquilizador. La Iglesia, finalmente, carece de tiempo material para opinar, ocupada como está en evitar, incluso con amenazas de violencia física, la proyección en las salas porteñas de la película Je vous salue, Marie, de Jean-Luc Godard.

Detenido el ahogado del absuelto general Lami Dozo (12-12-1985)

Mario Miguel Marcópulos, abogado del brigadier general Basilio Lami Dozo (absuelto) fue detenido por agentes de la Divisón de Leyes Especiales de la policía federal y encarcelado en la alcaldía del palacio de los tribunales, inmediatamente después de que la Cámara Federal de Apelaciones hiciera pública su sentencia contra las tres primeras juntas militares.La orden de detención fue ímpartida por el juez federal Néstor Blondi por su supuesta vinculación con la venta y distribución de Bonex (títulos públicos) falsos. La detención se postergó durante meses para no interferir en el juicio a las juntas militares.

Marcópulos y su socio Mario Crespo participaron en la compra de la fábrica de caramelos Mumu y tienen intereses en la fábrica de bombones Cabsha. Hace tres meses, la filial uruguaya del NMB Bank holandés descubrió que 1.210 Bonex argentinos por 5.000 dólares (unas 800.000 pesetas) de valor nominal cada uno eran falsos. El banco poseía los Bonex en depósito como garantía de un crédito a Marcópulos y Crespo.

Ambos argumentaron que no eran propietarios de los Bonex sino arrendatarios de los mismos, habiéndolos alquilado a un tal François Jean Jules Gerard, protegido del Gobierno paraguayo. Marcópulos y Crespo se vieron obligados a restituir el crédito recibido, evitando así el escándalo.

Pero, a principios de noviembre, un argentino cuya filiación no ha sido facilitada fue detenido en Suiza al intentar negociar 9.850.000 dólares (más de 1.500 millones de pesetas) en Bonex falsos.

El juez Blondi, en el entendimiento de que podría existir alguna conexión entre los Bonex falsicados llegados a Montevideo desde Paraguay y los Bonex falsos detectados en Suiza, ordenó la detención aplazada de Mario Miguel Marcópulos.

Mientras su defendido el brigadier general del Aire, Lami Dozo, el único que verdaderamente empujó a pelear a su Arma durante la guerra de las Malvinas, quedaba en libertad por la causa de la guerra sucia contra la subversión (tiene pendiente el juicio por la pérdida de la guerra contra el Reino Unido), su abogado defensor pasó la noche en la cárcel de los tribunales, y en la mañana de ayer declaraba ante el juez, mientras su domicilio era allanado en busca de pruebas inculpatorias.

11/12/85

El fiscal Strassera había solicitado penas más altas que las impuestas (11-12-1985)

El fiscal general de la Cámara Federal de Apelaciones, Julio César Strassera, reclamó el pasado 16 de septiembre, para los nueve triunviros de las tres primeras juntas militares argentinas, penas generalizadamente más altas que las impuestas.Strassera solicitó reclusión perpetua, más la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado para los ex presidentes Jorge Rafael Videla y Roberto Eduardo Viola, a más de para los ex comandantes de la Armada, Massera y Lambruschini, y para el ex titular de la Fuerza Aérea en el primer Gobierno de la dictadura, brigadier general Agosti.

La fiscalía pidió igualmente 15 años de prisión para el ex presidente Galtieri y para el ex jefe de la Fuerza Aérea de la segunda Junta, Omar Graffigna (siempre en libertad provisional y uno de los cuatro indultados); 12 años para el almirante Anaya y 10 para el brigadier Lami Dozo, ambos de la penúltima Junta Militar, que provocó la guerra de las Malvinas.

Graffigna, Galtieri, Anaya y Lami Dozo han resultado absueltos por sus responsabilidades en su calidad de ex comandantes de arma aunque podrán ser nuevamente procesados por sus responsabilidades supuestas cuando se desempeñaban en cargos inferiores a las órdenes de cualquiera de las dos anteriores juntas militares.

La 'guerra sucia'

Al mismo tiempo, y por el desempeño de esas mismas actividades previas a su responsabilidad gubernamental -ya cosa juzgada- permanecen expuestos a los reclamos judiciales de particulares por sus responsabilidades en la guerra sucia.Los abogados defensores ya han anunciado su intención de apelar las sentencias ante la Suprema Corte de Justicia, por más que observadores solventes y ante la generalizada clemencia de las sentencias estiman que nada podría lograr con su recurso. El fiscal Strassera, que a la postre obedece a instrucciones del Estado, aún no ha anunciado su intención de recurrir el fallo aunque quienes le conocen saben que lo haría de buen grado. Hará -lógicamente- lo que le ordenen, y eso reflejará el sentir del Gobierno radical ante este fallo judicial.

En el ámbito de las Fuerzas Armadas, no ha transcendido ninguna reacción institucional y sí la preocupación por la elevación al Consejo Supremo de las FF AA -máximo tribunal castrense- de todo lo actuado para dilucidar las responsabilidades de los mandos subalternos.

La única manifestación callejera, en el centro de Buenos Aires, se produjo en rechazo de la sentencia, y los partidos se han pronunciado a través de las manifestaciones personales de sus líderes, pero no institucionalmente. Dirigentes radicales, lógicamente, han acatado la sentencia como síntoma de normalización democrática; los de la extrema izquierda peronista la han repudiado y otro tanto han hecho los dirigentes de los partidos de izquierda. El estado de multidivisión del movimiento justicialista hace imposible recabar una opinión homogénea del primer partido de la oposición.

Descontento general en Argentina por las sentencias (11-12-1985)

Las sentencias a las tres primeras juntas militares que gobernaron la República Argentina entre los años 1976 y 1982, enjuiciadas por sus responsabilidades en la denominada guerra sucia contra la subversión, no han contentado a nadie y han contribuido a encrespar la convivencia ciudadana. Las cuatro absoluciones y la escasa condena impuesta al brigadier Orlando Agosti, integrante de la primera Junta -y la más cruel-, no han compensado las severas penas recaídas sobre Rafael Videla y Emilio Massera ni han satisfecho la necesidad de justicia de los deudos de los miles de víctimas del terror militar argentino.

Desde primeras horas de la mañana del lunes, los aledaños del Palacio de los Tribunales de Buenos Aires, donde tiene su sede la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional que ha juzgado a las Juntas (segundo tribunal civil tras la Suprema Corte de Justicia) estaban tomados por la policía federal.El presidente de la Cámara doctor Carlos León Arslanian, leyó los resultados de la sentencia, cuyo conjunto se desparrama por más de 1.500 folios. Comenzó de negando 12 presunciones de nulidad e inconstitucionalidad planteadas por las defensas, además del amparamiento de la ley de amnistía dictada por la última Junta militar presidida por el general Reynaldo Bignone.

Inmediatamente después declaró culpable al teniente general Videla de numerosos delitos de homicidio con agravantes de alevosía, aplicación de tormentos, detención ilegal y robo de pertenencias y enseres y lo sentenció a reclusión perpetua, inhabilitación absoluta y perpetua, destitución y pago de costas. En la sala, el silencio era espeso. En el país comenzaron a descorcharse miles de botellas panzudas de Barón B, el mejor champaña argentino.

El almirante Massera, por los mismos cargos, fue sentenciado a continuación a prisión perpetua más las mismas accesorias que Videla. La diferencia entre reclusión y prisión perpetua tenía un sentido antaño, cuando la una implicaba una mayor severidad de la vida carcelaria. Ahora ya no son las cosas así y la única diferencia entre las sentencias de Videla y Massera, a más de las distancias morales por la graduación de la pena, reside en que éste se beneficia del tiempo completo de su prisión preventiva.

La sentencia sobre el brigadier general del Aire Orlando Agosti cayó como un hueso tragado en una digestión pesada: cuatro años y seis meses para el tercer triunviro de la primera y más sanguinaria Junta y libre del cargo de homicidios (es cierto que la fiscalía no ha logrado probar homicidios a la Fuerza Aérea). El temido síndrome Agosti aterrizó con toda su fuerza sobre los jueces con toda su contradicción implícita: Agosti, psiquiatrizado, se quiere suicidar precisamente por no poder soportar el peso de su culpa o, cuando menos, de sus pecados por omisión.

El ex presidente Roberto Viola, el más siniestro personaje de los nueve junteros, un enfermo alcohólico desplazado de la presidencia por un borracho permanente como Leopoldo Galtieri -durante la guerra de las Malvinas conversaba en delirio etílico con el presidente Ronald Reagan- bajo la acusación de beber en demasía (aquella sucesión fue una reyerta entre ebrios), sólo recibía 17 años de prisión. El brigadier Omar Giraffigna, el único de los nueve en libertad provisional, el más limpio de todos, al menos judicialmente, quedaba absuelto. Después, la absolución de culpa y cargo del teniente general Leopoldo Fortunanto Galtieri, ex presidente de la nación, comandante del primer cuerpo de Ejército durante los peores años de la represión ilícita, héroe de película en el desastre de las Malvinas.

Fue entonces cuando Hebe de Bonafini, con un hijo y una nuera desaparecidos, presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo, se volvió a colocar en la cabeza el pañal que se había visto obligada a quitarse para que comenzara la sesión. El pañal de las Madres es un pañal y no un pañuelo como a veces equivocadamente se supone, es el remedo del cuadrángulo de tela absorbente retrato doméstico de la servidumbre maternal ante las necesidades fisiológicas de sus hijos y símbolo de su reclamación.

Las Madres de Plaza de Mayo, tan discutidas y tan discutibles, ya tienen nueva munición para sus razonamientos. Por lo demás, otras dos absoluciones hasta completar cuatro: el almirante Jorge Anaya y el brigadier Basilio Lami Dozo, ambos de la penúltima Junta Militar.

10/12/85

Incidentes al saberse la levedad de las penas a los militares argentinos (10-12-1985)

La Cámara Federal en lo Criminal y Correccional argentina dictó ayer sentencia contra las tres primeras juntas militares, que gobernaron al país entre 1976 y 1983. El fallo, como solicitaba el fiscal, condenaba a cadena perpetua y a inhabilitación de por vida al general Jorge Rafael Videla y al almirante Emilio Eduardo Massera. En los otros casos, las condenas fueron mucho menores de lo solicitado. El fallo provocó incidentes entre los asistentes y protestas en la calle.

Resultaron absueltos de las acusaciones el teniente general Leopoldo Galtieri, el general Omar Rubén Graffigna, el almirante Jorge Isaac Anaya y el brigadier Basilio Lami Dozo, mientras eran condenados el teniente general Roberto Eduardo Viola, ex presidente de la nación, a 17 años de cárcel, librándose de la acusación de homicidio; el almirante Armando Lambruschini, a ocho años de reclusión, y el brigadier Orlando Ramón Agosti, a cuatro y medio de prisión.La sentencia erizó los ánimos de los asistentes, que ya antes de que se constituyera el tribunal protagonizaron incidentes. La lectura del fallo comenzó con 48 minutos de retraso por un problema de cortesía procesal. La Cámara exigió a Hebe de Bonafini, presidenta de las madres de Plaza de Mayo, que se destocara. La señora de Bonafini lucía el pañuelo blanco distintivo de las Madres de Mayo. La Corte estimó que era un distintivo político que debía ser retirado. Hebe adujo a su vez que en la Cámara figuraban hombres con uniforme de las fuerzas armadas, lo que a su vez también significaba un distintivo político. Finalmente el propio fiscal, Julio César Strassera, la convenció de que se destocara. A la mitad de la lectura de las sentencias Hebe de Bonafini y otras madres abandonaron ostentosamente la sala, colocándose de nuevo sus pañuelos blancos en la cabeza, cuando el presidente del tribunal, León Carlos Arslain, leía las absoluciones. Paralelamente, en el centro de Buenos Aires unos 2.000 manifestantes protestaron el fallo interrumpiendo el tráfico.

[El fiscal Strassera manifestó anoche al programa Hora Veinticinco, de la Cadena SER: "A pesar de que no me satisfagan las penas, es positivo el solo hecho de la condena a miembros de la cúpula militar por un tribunal civil, cualquiera que sea el monto de las condenas". El fiscal añadió: "Tenemos la posibilidad de poner un recurso extraordinario contra la sentencia de este tribunal ante la Corte Suprema de Apelación"].

El fallo de la Cámara Federal se produjo horas después de que el presidente Alfonsín pusiera fin a la vigencia del estado de sitio impuesto el pasado 23 de octubre para hacer frente a la ola de atentados, amenazas y secuestros que se habían desencadenado en el país.

Ocho de los nueve implicados recibieron la sentencia en sus lugares de retención: en la Unidad Penal 22 de la policía federal, los tenientes generales Jorge Rafael Videla y Roberto Eduardo Viola (ex presidentes de la nación), el almirante Armando Lambruschini y el brigadier general del Aire Orlando Ramón Agosti; en la cárcel militar de Magdalena, el teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri (ex presidente de la nación); en la base aérea El Palomar, el brigadier general del Aire Basilio Lami Dozo, y en la Escuela de Mecánica de la Armada, símbolo del horror de la represión, el almirante Jorge Isaac Anaya.

El brigadier general Omar Domingo Rubén Graffigna, único en libertad provisional, recibió su sentencia personalmente en la sala de la Cámara. A la lectura de las sentencias asistieron los fiscales Julio César Strassera y su adjunto Moreno Ocampo, así como los 23 abogados defensores. El acto judicial fue transmitido en directo por radio y televisión en cadena nacional.

La expectación, lógicamente, era grande y en Argentina, donde las corridas de toros están prohibidas, a las cinco de la tarde estaban todos prendidos de sus televisores o receptores de radio en las vísperas de la conmemoración mundial del Día Universal de los Derechos del Hombre. El juicio ha durado seis meses y se consuma poco menos de dos años después de que Raúl Alfonsín, tres días después de ser investido presidente de la República, decretara, en su calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas, el procesamiento de los nueve triunviros por supuestos crímenes contra la humanidad.

El alegato del fiscal Strassera, fielmente apoyado en el informe Nunca más -elaborado por la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, que presidió Ernesto Sábato-, fue demoledor para los acusados. Si las penas establecidas por el Código de Justicia Militar, con el que esta Cámara civil juzga a los acusados, fueran acumulativas, el teniente general Videla podría recabar para sí el dudoso honor de ser sentenciado a 10.728 años de prisión.

Antes de que se conociera el fallo se esperaban sentencias a cadena perpetua al menos contra Videla, Massera y Viola y una graduación de penas y responsabilidades sobre sus restantes camaradas de arma. Uno de los puntos esenciales de discusión era si se establecería la responsabilidad conjunta de cada junta militar o triunvirato o esta responsabilidad se definiría individualmente, tesis por la que parece que al final se optó. El fiscal Strassera había puesto todo su notable empeño jurídico en demostrar que las responsabilidades fueron conjuntas.

A este respecto se temía que pesase sobre la Cámara el síndrome de Agosti y que los jueces se hubieran inclinado por el costado de una mal entendida piedad. En la primera junta militar, el brigadier general Agosti, hombre moralmente débil y al frente de una fuerza con escasa capacidad operativa para la represión interior, quedó anulado por las fuertes personalidades de Videla y Massera: el primero, un hipócrita ligado al Opus De¡ que pretendía ser un freno para los halcones de su arma; y el segundo, un bandido amoral cargado de simpatía, malas intenciones, atractivo para las mujeres y con desmesuradas ansias de poder personal. Agosti, desde hace dos años, se encuentra en tratamiento psiquiátrico y alimenta unas profundas ganas de dispararse un tiro.

29/11/85

Euforia en Argentina por la resolución de la ONU que obliga al Reino Unido a negociar el futuro de las Malvinas (29-11-1985)

Todos los medios de información argentinos destacan, exultantes, la cuarta resolución de las Naciones Unidas desde la guerra de 1982 que insta al Reino Unido y a la República Argentina a iniciar conversaciones para resolver sus diferencias sobre los archipiélagos australes del Atlántico Sur. La diplomacia radical, administrada por el canciller Dante Caputo, abandonó la postura anterior, fijada en una "disputa de soberanía", ampliando así sensiblemente su base de apoyo internacional.

En la votación del miércoles, 107 naciones estuvieron por la apertura de negociaciones entre Londres y Buenos Aires que incluyan "todos los aspectos sobre el futuro de las islas Malvinas"; 41 países se abstuvieron y cuatro -el Reino Unido, Omán, Belice e islas Salomón- votaron en contra.La resolución, largamente trabajada por la diplomacia argentina, fue presentada inicialmente por siete países -Argelia, Brasil, Ghana, India, México, Uruguay y Yugoslavia-, a los que posteriormente se sumaron Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, Panamá y la República Dominicana.

Por primera vez desde la guerra del Atlántico Sur, cuatro Estados de la Comunidad Económica Europea -Italia, Grecia, Francia y España- abandonaron su solidaridad con el Reino Unido -o su abstención- para sumarse a una iniciativa deseada por los argentinos. Miembros de la Commonwealth (la comunidad británica de naciones) como Canadá y Australia, han votado también contra los intereses diplomáticos británicos.

De fuentes de la cancillería argentina ha trascendido que en las horas previas a la votación en la ONU se produjeron contactos indirectos argentino-británicos a través de diplomáticos suecos, y un encuentro accidental entre funcionarios de ambos países.

Punto de inflexión

La resolución es, por supuesto, importante en tanto significa el punto de inflexión favorable a Buenos Aires en la batalla diplomática. La democracia argentina ha logrado en este aspecto lo que deseaba: desprenderse de la imagen agresora de la dictadura militar y recuperar la discusión en su fase anterior a la demencial invasión de las islas por el entonces jefe de Estado teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri.

Obviamente, la resolución aprobada por las Naciones Unidas carecerá de traducción práctica pero el enojo británico es fácilmente detectable.

Se diluye la imagen de unas Malvinas mínimamente defendidas e invadidas por una dictadura militar prepotente y criminal, y emerge la contraetapa de la situación: unos archipiélagos australes erigidos en fortaleza militar, presuntamente nuclearizados mediante submarinos y sobre los que reclama suavemente su derecho histórico una democracia pacífica y débil, que ya ha firmado la paz con Chile por otros diferendos territoriales, y que en lo último que piensa es en agredir a alguien. Argentina ha pasado en cuatro años de victimaria a víctima.

Consejo de guerra

Entretanto en Buenos Aires, prosigue a puerta cerrada -para los periodistas- el consejo de guerra contra los responsables de la derrota en la guerra. Los descargos más resonantes han sido los del ex presidente Galtieri y el general Mario Benjamín Menéndez, quien gobernó las islas durante la ocupación argentina.

Galtieri -genio y figura hasta la sepultura- reivindicó la invasión en un alegato patriotero olvidando inteligentemente sus debilidades físicas, profesionales, intelectuales, estratégicas, políticas y diplomáticas, subiéndose prontamente al caballo del general San Martín, libertador de Argentina, Chile y Perú.

Mario Benjamín Menéndez, el gobernador de los archipiélagos que pasaba horas, durante la batalla, escuchando los partidos del Mundial de Fútbol de España por su radio de campaña, decidió no posar de héroe y acusar al gobierno militar de Galtieri de todos sus despropósitos e imprevisiones en el Campo de Marte. Y a la hora de la verdad, sin logística, sin parque, con material obsoleto para enfrentar a las fuerzas de tarea británicas, sin apoyo naval y sin perspectiva de una acción diplomática que secundara su resistencia en Puerto Argentino, optó por rendirse para evitar más muertos.

No obstante sus más que ciertas exculpaciones, el general Menéndez no pasará gloriosamente a la historiografia militar. Cuando Fidel Castro recibió al entonces cancillar argentino Nicanor Costa Méndez, le descubrió en su despacho un gran mapa de las islas Malvinas a pequeña escala. "¿Qué clase de general es?", preguntó el líder cubano. "Pues un hombre del interior, un cabecita negra, un hombre del pueblo, niodesto". "No, yo lo que quiero saber es si es de los que pelea", repreguntó Fidel.

Y Meñéndez -para qué nos vamos a engañar- y aunque hiciera lo más sensato rindiéndose a Jeremy Moore, no es de los generales que pelean.

16/11/85

Detenido en Buenos Aires el coronel de guerra nazi Walter Kutschmann (16-11-1985)

El criminal de guerra nazi Walter Kutschmann fue trasladado a primera hora de la tarde de ayer desde la alcaldía central de la policía federal argentina, en Buenos Aires, hasta el palacio de los tribunales, donde un juez federal comprobará su identidad. Kutschmann fue detenido el jueves en la ciudad de Florida, en el departamento municipal de Vicente López, dentro del Gran Buenos Aires, por la Policía Federal, en colaboración con miembros de la Interpol y a solicitud de la República Federal de Alemania (RFA).

Walter Kutschmann fue un destacado jefe de la Gestapo destinado al comienzo de la Il Guerra Mundial en Tarponol (Polonia), y posteriormente fue jefe de la sección de asuntos judíos en el también distrito polaco de Drohobycz. Hacia el final de la contienda fue trasladado a Francia, desertó poco antes del apocalipsis, cruzó la frontera con España y la organización Odessa (la institución secreta destinada a encontrar refugio a destacados dirigentes nazis) lo trasladó a Argentina en 1947.Las autoridades de la RFA le buscan por el asesinato, en un solo día, de 20 profesores universitarios polacos y 18 de sus mas directos parientes, además de por la ejecución, ordenada directamente por Kutschmann, de 1.500 judíos en 1942, en el sector polaco bajo su jurisdicción policiaca.

Kutschmann ingresó en Argentina como Pedro Ricardo Olmo y trabajó de jefe de compras de la casa Osram en el país. Aquí vivía con su esposa y uno de sus hijos. El gran Buenos Aires, esa infinita sucesión, acera con acera, de municipios que apretujan la capital federal contra el río de La Plata, fue para Kutschmann -como para Eichmann y Menguele- su mejor refugio natural.

Se mimetizó con el paisaje de la gran masa ciudadana austral y desarrolló una existencia modesta y común, disuelto entre 12 millones de argentinos de procedencia española, italiana, centroeuropea, sirio-libanesa, turca y eslava. A nadie podría extrañarle su acento.

En 1975 fue localizado por la oficina vienesa de Simon Wiesenthal, identificado como jefe de compras de la Osram argentina y hasta fotografiado en su entonces domicilio de Miramar, también en las proximidades de la capital federal de argentina.

Kutschmann desapareció nuevamente, y la Interpol ha tardado 10 años en dar con su nuevo paradero en el hormiguero del gran Buenos Aires.

La policía argentina guarda extrema reserva sobre la detención del presunto criminal nazi, y una vez aclarada su identidad por la justicia federal será puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, dado que no existen acuerdos de extradición entre Argentina y la RFA. No obstante, nadie duda de que el presidente Alfonsín decidirá mandarlo a Alemania tras la presentación por la RFA del oportuno expediente penal.

14/11/85

El fiscal pide la destitución para la penúltima Junta argentina (14-11-1985)

El fiscal general de las Fuerzas Armadas argentinas, brigadier Héctor Canale, ha pedido 12 años de prisión y destitución -no degradación- para el ex presidente teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri y el almirante Jorge Isaac Anaya, y ocho años y destitución para el brigadier general del Aire Basilio Lami Dozo, último integrante de la penúltima Junta Militar, supuestamente responsables, junto a otros 13 jefes y oficiales, de perder la guerra de las Malvinas.El alcance de la destitución, reiteradamente pedida por el fiscal como pena añadida, es el siguiente: implica la separación de las Fuerzas Armadas mediante un acto administrativo y reservado; la degradación tiene el mismo alcance legal, pero ha de llevarse a cabo mediante una ceremonia pública en la que el degradado, ante una formación de tropas de su arma, es privado ignominiosamente de sus medallas y de los distintivos de su rango. Para el ex jefe del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), vicealmirante Juan José Lombardo, el fiscal solicitó tres años de prisión y destitución.

El brigadier Canale sugirió el sobreseimiento de la causa contra el general de división Osvaldo García, jefe del Quinto Cuerpo de Ejército que ocupó los archipiélagos australes, y contra el almirante Leopoldo Suárez del Cerro.

12/11/85

El fiscal militar pide 12 años de reclusión para Galtieri en el juicio por la pérdida de las Malvinas (12-11-1985)

Desde la mañana de ayer, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas argentinas (alto tribunal castrense) escucha los alegatos del fiscal y las defensas en el último tramo del juicio seguido contra la penúltima Junta Militar por la pérdida de la guerra de las Malvinas. El fiscal militar pidió ayer 12 años de reclusión para el ex general Leopoldo Galtieri y ocho años para el ex brigadier Basilio Lami Dozo.

La causa fue abierta por la última Junta presidida por el general Reynaldo Vignone e incrimina a los triunviros general Leopoldo Fortunato Galtieri -ex presidente de la nación-, almirante Jorge Isaac Anaya y brigadier general del Aire Basilio Lami Dozo.Junto a ellos están también procesados en el Ejército el general de división Oswaldo García; los generales de brigada Mario Benjamín Menéndez -comandante en jefe de las tropas de ocupación-, Oscar Jofre y Omar Parada; los coroneles Ernesto Repossi y Juan Magradaña, y el teniente coronel Italo Biaggi.

Los otros procesados por la Armada son los vicealmirantes Juan José Lombardo y Leopoldo Suárez del Ferro, el capitán de corbeta Luis Lagos y el teniente de navío Alfredo Astiz, este último acusado, por otra parte, de la comisión de graves violaciones de los derechos humanos durante la llamada guerra sucia contra la subversión. Por la fuerza aérea también están encausados el brigadier mayor Helmuth Weber y el comodoro Wilson Pedrozo.

El tribunal, integrado por generales, brigadieres mayores y contralmirantes, oficia en el regimiento de Patricios en los acuartelamientos de Palermo, en pleno centro porteño.

Sin periodistas

El periodismo no ha sido admitido al ser secretas las tareas del Consejo Supremo, pero al juicio asisten representantes del Ministerio de Defensa, del Estado Mayor Conjunto, de cada arma y de las comisiones de defensa del Congreso de Senadores y Diputados.

Analistas jurídicos militares ya preveían que Galtieri y Anaya recibirían una petición fiscal de 12 años; y Lami Dozo de 10; penas menores para el resto de los inculpados, y una única posible absolución para el teniente Astiz, que habría rendido sus tropas en las Georgias del sur sin combatir por estado de necesidad, al ser inútil militarmente su resistencia.

Los acusados afrontan incriminaciones de imprevisión, negligencia, falta de evaluación logística y estratégica, impericia política, ausencia de socorro a tropas en combate, descoordinación inter-armas y violación de los reglamentos militares argentinos, que sólo toleran la rendición por agotamiento del parque o por pérdida de dos tercios de los efectivos humanos.

[Galtieri, Anaya y Lami Dozo se encuentran bajo prisión preventiva rigurosa ya que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas determinó la existencia de "semiplena prueba" de su culpabilidad, informa la agencia Efe.

El triunvirato castrense dispuso, en la madrugada del 2 de abril de 1982, el desembarco de tropas argentinas en las islas Malvinas.

Londres envió una fuerza expedicionaria que, entre el 1 de mayo y el 14 de junio de 1982, se enfrentó con una resistencia argentina minada por la incompetencia de los mandos, lo que provocó su capitulación.

Las sentencias podrán ser apelables -según la reciente reforma del Código de Justicia Militar ante la Cámara Federal de Apelaciones -civil-, que está juzgando por genocidio a las tres primeras Juntas incluidos los tres triunviros acusados en esta causa.


8/11/85

El fiscal argentino pide, cadena perpetua para el líder montonero Mario Firmenich (8-11-1985)

Pasado el paréntesis electoral, la actualidad argentina ha vuelto por donde solía: Vicente Leónidas Saabi, primer vicepresidente del peronismo, caudillo catamarqueño -en el norte del país-, arrasada su provincia por el voto radical, ha presentado su renuncia a la dirección del partido; Mario Eduardo Firmenich, líder de la organización Montoneros, preso en Buenos Aires tras ser entregado por Brasil, acaba de recibir una petición fiscal de reclusión perpetua; el próximo lunes se inicia el proceso castrense contra la última Junta Militar de la dictadura por la pérdida de la guerra de las Malvinas, y nuevamente la ominosa amenaza de las bombas se ha cernido sobre la capital federal.El proceso contra Firmenich carece de vista oral y se continúa celebrando en el ámbito cerrado de los despachos judiciales. Muy probablemente, y en breve, será condenado a la reclusión perpetua que le reclama su fiscal. Y el lunes, a puerta cerrada pero con asistencia de una comisión parlamentaria y de altos miembros de las fuerzas armadas, se iniciará el juicio por la pérdida de las Malvinas contra Galtieri, Anaya y Lami Dozo, triunviros de la última Junta Militar.

La dimisión de Saabi deberá ser examinada por el congreso nacional justicialista, que no se reunirá antes del 6 de diciembre, con lo que cabe en el ínterin toda suerte de apaños y pactos debajo de la mesa. Según Antonio Caciero y sus renovadores, vencedores dentro del peronismo en la provincia de Buenos Aires, la conducción partidaría debería quedar provisionalmente en manos del Consejo Federal, previa la readmisión suya y de sus hombres en el movimiento, del que fueron expulsados por el derrotado -pero ya diputado- Herminio Iglesias.

Éste prometió una conferencia de prensa para el pasado miércoles en la que pondría los puntos sobre las íes y detallaría las maniobras inconfesables de sus enemigos, las traiciones de Cafiero y las añagazas del radicalismo que propiciaron su segundo holocausto electoral como líder del peronismo bonaerense: finalmente optó por guardar un sabio silencio. El peronismo oficial continúa suicidamente sin elaborar el mínimo papel autocrítico sobre las consecuencias de sus sucesivas derrotas electorales y sin haber logrado depurarse tras tres congresos reunificadores que no han reunificado ni aclarado nada. Ayer, en los círculos justicialistas continuaba hablándose de un cuarto congreso unificador que al menos permita aglutinar a los 10 diputados de Caciero, expulsado del partido.

Igualmente se sugería la posibi-fidad de que Herminio Iglesias renunciara a su escaño. Pudiera parecer un gesto noble pero de llevarse a cabo la declinación no sería tal: si Herminio renuncia a su banca, ingresaría nuevamente al congreso el cuarto de su lista, BetoImbelloni, su incondicional mano derecha, otro sospechoso de homicidio y gran amigo y propagandista del dictador paraguayo Alfredo Stroessner.

Derrota a derrota, caída tras caída, la cúpula mafiosa que secuestró al peronismo después de que la dictadura militar lo limpiara de izquierdistas se resiste a abandonar sus despachos, sus nóminas y sus influencias.

5/11/85

Los radicales argentinos amplían su mayoría y se imponen en varios reductos peronistas (5-11-1985)

La Unión Cívica Radical (UCR) se impuso en las elecciones del lunes en la capital federal y en 17 provincias de las 23 del país, muchas de ellas tradicionales reductos peronistas o propiedad política privada de caudillos provinciales. A falta de resultados definitivos, la UCR ganó cuatro escaños, suma 132 y aumenta su mayoría absoluta; el peronismo, sumadas todas sus variantes -incluidas las de los expulsados que se presentaron como independientes-, perdió cinco escaños y queda con 107. El Partido Intransigente ganó tres y retiene uno en la capital federal. La Unión de Centro Democrático (UCD) ganó un escaño.

En la noche del domingo, el centro porteño fue un mar de boinas blancas -distintivo radical- que en el obelisco fueron enfrentadas por columnas peronistas. Intervino la guardia de infantería -tropas de choque de la policía federal- bombardeando el centro de Buenos Aires con gases lacrimóg,enos. En Lanús, en el Gran Buenos Aires, se abrió fuego contra una concentración radical que festejaba la victoria, malhiriendo al conductor de un autobús.El triunfo radical en estas legislativas parciales [se elegía a la mitad de los diputados, por mandalo constitucional] no queda reflejado en su ganancia provisional de cuatro diputados nacionales, y necesita una explicación más compleja. El radicalismo ha ampliado sus bases provinciales, sus cargos municipales, en provinciashistóricas para el peronismo como Santa Fe, Catamarca, Santiago del Estero, Pujuy, La Pampa, Santa Cruz y El Chaco.

En todas estas provincias, en las que los radicales tenían que pedir permiso para entrar, se ha dado un vuelco a la vieja situación votando todas, mayoritariamente, por el antiguo partido de Irigoyen.

Particularmente fúnebre para el justicialismo ha sido la votación en Catamarca, feudo entre los feudos de la familia Saadi. Vicente Leónidas Saadi es el jefe liosco del peronismo oficial en la nación -bajo el ectoplasma, por supuesto, de Isabelita Perón, que continúa legalmente presidiendo el partido- y los radicales pusieron todo su empeño en derrotarle en su propia provincia, en su propio terreno, más buscando humillarle y procurando arrebatar el estandarte al adversario, hacerle morder el polvo, que por la simple obtención de unos cientos de cargos provinciales en una provincia sureña y remota.

Saadi y el peronismo anclado en el pasado y en las tumbas de sus fundadores continuará gobernando Catamarca, pero continuará gobernando una provincia mayoritariamente radical.

En las provincias de Neuquen y San Juan, el caciquismo político provinciano, aparentemente imposible de remover, ha sido puesto en fuga por el avance de los radicales.

Ya, sin lugar a dudas, cuando a finales de 1986 nueve provincias elijan un nuevo senador, el partido del Gobierno tendrá la mayoría absoluta -y amplia- en las dos Cámaras legislativas.

El derrumbe del peronismo tampoco queda reflejado por los cinco escaños que ha perdido en la Cámara de los Diputados.

Con una honradez y buena voluntad que les distinguen, los medios de información argentinos han sumado todas las peras, manzanas, albaricoques, papayas, naranjas del peronismo en una suma imposible. La explicación del cataclismo justicialista obliga a otras divagaciones no menos complejas que la anterior.

En primer lugar, hay que volver a recorrer el calvario peronista en sus provincias de obediencia debida en las que se les ha derrotado toda la estructura orgánica de cargos provinciales en manos del radicalismo.

La doble política

En segundo lugar, es obligado considerar el fracaso de la extraña y doble política peronista en la capital federal.En Buenos Aires, capital federal, Carlos Grosso, joven, moderado, preparado intelectualmente, dialogante, con fortuna personal, esposa y niños atractivos, levementekennedyano, peleó denoda,damente porque el justicialismo levantara la cabeza, y rechazó explícitamente el apoyo de las 62 organizaciones,brazo político del peronismo en la Confederación General del Trabajo.

Probablemente gracias a sus esfuerzos logré a la postre mantener los cuatro diputados de Perón que ya tenía en la capital. Pero nada más.

En tercer y último lugar hay que comprender cabalmente los datos de la provincia de Buenos Aires, la clave política del país, eterno reducto peronista, por su gran concentración obrera.

Alfonsín se felicita (5-11-1985)

A las ocho de la mañana de hoy, domingo, se abrirán las escuelas nacionales -amenazadas y desalojadas desde hace casi dos meses- para llevar a cabo las primeras elecciones legislativas parciales en los últimos 20 años. El voto, en compactas urnas de madera, es obligatorio entre los 18 y los 70 años; quienes se encuentren en el extranjero -sin derecho a voto- habrán de justificar en sus consulados respectivos su alejamiento del país el día de la votación, y sólo un distanciamiento justificado de. no menos de 500 kilómetros de su mesa electoral exime a los votantes de emitir su sufragio.

Hombres y mujeres votan por separado -el voto femenino, otorgado por el primer peronismo, es aún relativamente reciente- y en padrones diferenciados. Desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche impera la ley seca y están prohibidos los espectáculos públicos y, por supuesto, cualquier acto proselitista. No es legal en este día portar armas a menos de 80 metros de una mesa electoral.Según reza la Constitución argentina, el mandato presidencial dura seis años, pero los legisladores permanecen en sus escaños sólo por cuatro, renovándose por mitades cada dos años. Dado el receso democrático originado por la última dictadura militar, los diputados electos en octubre de 1983 fueron sorteados para que 128 de ellos finalizaran su mandato a los dos años: 64 radicales, 57 justicialistas, dos del Partido Intransigente, uno de la Unión de Centro Democrático y otros por el Bloquismo, el Partido Liberal Autonomista, el Federalismo Pampeano y el Movimiento Neuquino. A partir de esta elección, nuevamente los diputados disfrutarán por cuatro años sus escaños.

Las elecciones se llevarán a cabo bajo el actual estado de sitio, al estimar el ministro del Interior que su aplicación bajo mínimos no intefiere para nada la libertad de elegir o ser elegido. Y realmente es así.

La votación tiene un doble significado: por una parte, es una etapa cumplida para esta frágil democracia; por otra, es un indicativo de la aceptación popular del rumbo del Gobierno.

Las elecciones de hoy, en un momento particularmente crítico de la vida republicana, no son como antaño, ni como en 1983, una gran opción entre el radicalismo y el peronismo.

Lo más beneficioso e importante de las elecciones de hoy en este país será el Crecimiento cualitativo del Partido Intransigente, liderado por Óscar Alende, alias el Bisonte, un venerable médico rural que aglutina buena parte de la juventud generosa, que no acaba de encontrarse cómoda en el peronismo de la burocracia, las reyertas internas por la posesión de los despachos, Isabelita, el recuerdo del gran macho muerto, la evocación de la santa difunta -Evita-, la marcha de los muchachos peronistas Perón, Perón, qué grande sos / mi general, cuánto valés..."- y otros rancios efluvios de ultratumba.

El Pl es un partido de izquierda racional que se abre paso sobre la tierra quemada que han dejado los socialistas argentinos, expertos, por encima de los trotskistas, en materia de divisiones internas, y la desolación de la izquierda peronista exiliada, torturada, asesinada, desencantada, engañada, profundamente equivocada, destruida para siempre jamás.

La UCD del ex militar Álvaro Alsogaray, ex ministro de Economía de la nación bajo el Gobierno de Frondizi, es la gran esperanza blanca de la derecha más moderna, harta del conservadurismo esclerotizado de la oligarquía agrícola-ganadera, anclada espiritualmente en los comienzos del siglo XIX. Socio político de Manuel Fraga Iribarne, la política de Alsogaray es mecanicista y estima que con un adecuado recetario económico los problemas estructurales de la República Argentina serán resueltos milagrosamente.

En cualquier caso, por encima de ambos se dirime la sempiterna batalla entre peronistas y radicales, las dos grandes fuerzas políticas semihegemónicas y profundamente antagónicas de la gran nación austral. Los radicales aparecen como levemente ganadores de estos comicios, por razones obvias: sus aciertos, y especialmente su gran valor moral sometiendo a juicio a la dictadura anterior, superan sus errores. Y el cumplimiento del Plan Austral, que ha reducido una inflación del 30% mensual al 2%, es un logro indiscutible, por más que resulte dudosa su eficacia a corto plazo. Los radicales se han ganado el ganar. Y su éxito puede rozar la mayoría absoluta en estos comicios parciales.

El peronismo lo que se ha ganado es su derrota. Derrota segura, pase lo que pase y se vote como se vote, por cuanto acuden a las elecciones en tres frentes sólo en la provincia de Buenos Aires: el Frejudepa de Cafiero, el Frejuli de Herminio Iglesias y el Frepu de Villaflor. No sólo divididos entre, sí sino entrecamados con comunistas, democristianos, conservadores desmayados en la extrema derecha, personajes sin partido ni crédito popular, personajillos célebres por una sola entrevista en una sola revista y otros desastres preelectorales.

Herminio Iglesias, vicepresidente del justicialismo, resultará elegido diputado por su lista, no sólo por haberse colocado desde hace dos meses unas gafas sin dioptrías, que le aportan un lejano aire intelectual, sino porque es el primer candidato de su frente. No obstante, Cafiero, ex ministro de Economía de Isabelita Perón, puede barrerle de la provincia de Buenos Aires, recabando el voto justicialista más sensato, pese a acabar de ser expulsado del movimiento. La batalla bonaerense por el voto peronista es la guerra entre la bella -Cafiero- y la bestia -Herminio

La pelea por Buenos Aires

Por si el voto no quedara aún suficientemente dividido, Villaflor y su Frepu entran en liza para captar el sufragio peronista por la izquierda. Sin lugar a ninguna duda, el Partido Intransigente de Óscar Alende quedará en segundo lugar en la primera provincia del país -tras el radicalismo-, paseándose sobre los escombros de una izquierda imposible, que pretende representar la ultraderecha burocrática del peronismo sindical.La pelea por la capital federal es más incierta. Dos candidatos jóvenes, moderados, elegantes, razonables, Stubrin por la UCR y Grosso por el justicialismo, disputan la mayoría. Grosso, que además posee fortuna personal, ha optado inteligentemente por la nueva cara del peronismo conciliador, nuevamente interclasista, rellenando de vaselina su discurso político. Sólo su hipotético triunfo sobre Stubrin puede consolar al peronismo de su multiplicado derrumbe nacional.

Al menos esta campaña ha servido para mejorar los asesoramientos de imagen de los justicialistas de centro, derecha, izquierda, moderados, maximalistas, esquinados por aquí o por allá. A diferencia de las elecciones de 1983, el peronismo se ha publicitado mejor: la marcha de los muchachos peronistas se toca en tono menor como si fuera el adagio de Albinoni, toda referencia a Isabelita -todavía presidenta del movimiento- ha sido radicalmente suprimida, y las imágenes de Eva y de Perón son las más sonrientes, relajadas y plácidas, como correspondientes a un tiempo añorado.

Pero cualquier esfuerzo propagandístico es vano en esta elección en el que todas las cartas ya están echadas de antemano: mantenimiento o subida moderada del radicalismo, caída del peronismo total por su subdivisión interna, derrota estrepitosa de Iglesias -aunque salga diputado-, y crecimiento de la UCD y del PI, como esperanzas alternativas de normalización política de la nación. Porque ni el radicalismo es exactamente la derecha -son krausistas, moralistas, utópicos, moderadísimos- ni el peronismo es la izquierda, y menos ahora. El peronismo oficial, en estos momentos, arrojaría a las tinieblas exteriores a quienes se sentirían comodos junto a Miguel Roca y Antonio Garrigues. No tolerarían su sedicente y ominoso izquierdismo.

4/11/85

Dos cabalgan juntos (4-11-1985)

El último mitin electoral de Herminio Iglesias -vicepresidente del justicialismo- en la periferia industrial del Gran Buenos Aires fue memorable. Desde hace tres meses, el compañero Herminio ha llenado su guardarropa de trajes bien cortados, y resultaba de todo punto imposible contemplarle sin una corbata bien anudada. Un nuevo corte y peinado de cabellos, muy elegantes, y unas gafas de delgada montura metálica completaron su nueva imagen preelectoral de aspirante a diputado.Pero no podía cerrar así su campaña. Guardó su BMW en el garaje de su chalé, prescindió de los lentes -que, según las malas lenguas, carecen de graduación alguna-, arrojó la corbata y vistió la campera de cuero de los trabajadores argentinos. Sobre una tarima de ocasión tomó el micrófono y empezaron a desmayarse los circuitos de los altavoces. Por las bravas siguió hablando a voz en cuello, por más que resultara imposible entenderle a 20 metros, hasta que las que fallaron fueron sus cuerdas vocales.

Con no menos gritos y excesiva histeria, la guardia de Herminio ordenó el cese de los cánticos, las consignas y el toque de bombos. "Uno, dos, tres, probando ... ; uno, dos, tres, probando...". Así hasta el aburrimiento. En un guirigay caribeño propio de abordaje a sable de navío bajo pabellón negro, el compañero Herminio finalizó, sin que nadie supiera alcanzarle siquiera un altavoz de mano, rugiendo su incomprensible discurso.

Herminio Iglesias se postula como primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires resucitando el histórico frentismo justicialista: el Frente Justicialista de Liberación (Frejuli).

En el último momento, y para intentar salvarse de la quema, requirió en su socorro a un sindicalista, Jorge Tríaca, jefe de los plásticos, uno de los tres altos dirigentes de la Confederación General del Trabajo, con gran fortuna personal, recientemente acusado de homicidio en la persona de un guardaespaldas sindical por la viuda del finado, que declaró ante el juicio de Buenos Aires que durante su detención por la dictadura recibió de los militares un trato excelente... Otro caballero. Pero Tríaca, que,ni pese a su propia bíografía ha querido hacer campaña junto a Herminio, accedió, sin embar.90, a presentarse segundo en las listas de éste, aportando al Frejuli el apoyo disciplinado de las 62 organizaciones, brazo político peronista de la CGT.

3/11/85

Los argentinos votan bajo el estado de sitio la renovación parcial del Parlamento (3-11-1985)

A las ocho de la mañana de hoy, domingo, se abrirán las escuelas nacionales -amenazadas y desalojadas desde hace casi dos meses- para llevar a cabo las primeras elecciones legislativas parciales en los últimos 20 años. El voto, en compactas urnas de madera, es obligatorio entre los 18 y los 70 años; quienes se encuentren en el extranjero -sin derecho a voto- habrán de justificar en sus consulados respectivos su alejamiento del país el día de la votación, y sólo un distanciamiento justificado de. no menos de 500 kilómetros de su mesa electoral exime a los votantes de emitir su sufragio.

Hombres y mujeres votan por separado -el voto femenino, otorgado por el primer peronismo, es aún relativamente reciente- y en padrones diferenciados. Desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche impera la ley seca y están prohibidos los espectáculos públicos y, por supuesto, cualquier acto proselitista. No es legal en este día portar armas a menos de 80 metros de una mesa electoral.Según reza la Constitución argentina, el mandato presidencial dura seis años, pero los legisladores permanecen en sus escaños sólo por cuatro, renovándose por mitades cada dos años. Dado el receso democrático originado por la última dictadura militar, los diputados electos en octubre de 1983 fueron sorteados para que 128 de ellos finalizaran su mandato a los dos años: 64 radicales, 57 justicialistas, dos del Partido Intransigente, uno de la Unión de Centro Democrático y otros por el Bloquismo, el Partido Liberal Autonomista, el Federalismo Pampeano y el Movimiento Neuquino. A partir de esta elección, nuevamente los diputados disfrutarán por cuatro años sus escaños.

Las elecciones se llevarán a cabo bajo el actual estado de sitio, al estimar el ministro del Interior que su aplicación bajo mínimos no intefiere para nada la libertad de elegir o ser elegido. Y realmente es así.

La votación tiene un doble significado: por una parte, es una etapa cumplida para esta frágil democracia; por otra, es un indicativo de la aceptación popular del rumbo del Gobierno.

Las elecciones de hoy, en un momento particularmente crítico de la vida republicana, no son como antaño, ni como en 1983, una gran opción entre el radicalismo y el peronismo.

Lo más beneficioso e importante de las elecciones de hoy en este país será el Crecimiento cualitativo del Partido Intransigente, liderado por Óscar Alende, alias el Bisonte, un venerable médico rural que aglutina buena parte de la juventud generosa, que no acaba de encontrarse cómoda en el peronismo de la burocracia, las reyertas internas por la posesión de los despachos, Isabelita, el recuerdo del gran macho muerto, la evocación de la santa difunta -Evita-, la marcha de los muchachos peronistas Perón, Perón, qué grande sos / mi general, cuánto valés..."- y otros rancios efluvios de ultratumba.

El Pl es un partido de izquierda racional que se abre paso sobre la tierra quemada que han dejado los socialistas argentinos, expertos, por encima de los trotskistas, en materia de divisiones internas, y la desolación de la izquierda peronista exiliada, torturada, asesinada, desencantada, engañada, profundamente equivocada, destruida para siempre jamás.

La UCD del ex militar Álvaro Alsogaray, ex ministro de Economía de la nación bajo el Gobierno de Frondizi, es la gran esperanza blanca de la derecha más moderna, harta del conservadurismo esclerotizado de la oligarquía agrícola-ganadera, anclada espiritualmente en los comienzos del siglo XIX. Socio político de Manuel Fraga Iribarne, la política de Alsogaray es mecanicista y estima que con un adecuado recetario económico los problemas estructurales de la República Argentina serán resueltos milagrosamente.

En cualquier caso, por encima de ambos se dirime la sempiterna batalla entre peronistas y radicales, las dos grandes fuerzas políticas semihegemónicas y profundamente antagónicas de la gran nación austral. Los radicales aparecen como levemente ganadores de estos comicios, por razones obvias: sus aciertos, y especialmente su gran valor moral sometiendo a juicio a la dictadura anterior, superan sus errores. Y el cumplimiento del Plan Austral, que ha reducido una inflación del 30% mensual al 2%, es un logro indiscutible, por más que resulte dudosa su eficacia a corto plazo. Los radicales se han ganado el ganar. Y su éxito puede rozar la mayoría absoluta en estos comicios parciales.

El peronismo lo que se ha ganado es su derrota. Derrota segura, pase lo que pase y se vote como se vote, por cuanto acuden a las elecciones en tres frentes sólo en la provincia de Buenos Aires: el Frejudepa de Cafiero, el Frejuli de Herminio Iglesias y el Frepu de Villaflor. No sólo divididos entre, sí sino entrecamados con comunistas, democristianos, conservadores desmayados en la extrema derecha, personajes sin partido ni crédito popular, personajillos célebres por una sola entrevista en una sola revista y otros desastres preelectorales.

Herminio Iglesias, vicepresidente del justicialismo, resultará elegido diputado por su lista, no sólo por haberse colocado desde hace dos meses unas gafas sin dioptrías, que le aportan un lejano aire intelectual, sino porque es el primer candidato de su frente. No obstante, Cafiero, ex ministro de Economía de Isabelita Perón, puede barrerle de la provincia de Buenos Aires, recabando el voto justicialista más sensato, pese a acabar de ser expulsado del movimiento. La batalla bonaerense por el voto peronista es la guerra entre la bella -Cafiero- y la bestia -Herminio

La pelea por Buenos Aires

Por si el voto no quedara aún suficientemente dividido, Villaflor y su Frepu entran en liza para captar el sufragio peronista por la izquierda. Sin lugar a ninguna duda, el Partido Intransigente de Óscar Alende quedará en segundo lugar en la primera provincia del país -tras el radicalismo-, paseándose sobre los escombros de una izquierda imposible, que pretende representar la ultraderecha burocrática del peronismo sindical.La pelea por la capital federal es más incierta. Dos candidatos jóvenes, moderados, elegantes, razonables, Stubrin por la UCR y Grosso por el justicialismo, disputan la mayoría. Grosso, que además posee fortuna personal, ha optado inteligentemente por la nueva cara del peronismo conciliador, nuevamente interclasista, rellenando de vaselina su discurso político. Sólo su hipotético triunfo sobre Stubrin puede consolar al peronismo de su multiplicado derrumbe nacional.

Al menos esta campaña ha servido para mejorar los asesoramientos de imagen de los justicialistas de centro, derecha, izquierda, moderados, maximalistas, esquinados por aquí o por allá. A diferencia de las elecciones de 1983, el peronismo se ha publicitado mejor: la marcha de los muchachos peronistas se toca en tono menor como si fuera el adagio de Albinoni, toda referencia a Isabelita -todavía presidenta del movimiento- ha sido radicalmente suprimida, y las imágenes de Eva y de Perón son las más sonrientes, relajadas y plácidas, como correspondientes a un tiempo añorado.

Pero cualquier esfuerzo propagandístico es vano en esta elección en el que todas las cartas ya están echadas de antemano: mantenimiento o subida moderada del radicalismo, caída del peronismo total por su subdivisión interna, derrota estrepitosa de Iglesias -aunque salga diputado-, y crecimiento de la UCD y del PI, como esperanzas alternativas de normalización política de la nación. Porque ni el radicalismo es exactamente la derecha -son krausistas, moralistas, utópicos, moderadísimos- ni el peronismo es la izquierda, y menos ahora. El peronismo oficial, en estos momentos, arrojaría a las tinieblas exteriores a quienes se sentirían comodos junto a Miguel Roca y Antonio Garrigues. No tolerarían su sedicente y ominoso izquierdismo.

2/11/85

Argentina elige hoy un tercio del Congreso en un clima de incertidumbre y violencia (2-11-1985)

A las ocho de la mañana de ayer quedó cerrada la campaña electoral para la renovación de un tercio del Congreso, a los dos años de su constitución. En todos los colegios de la nación, amenazados diariamente por la colocación de bombas, se sufragará el domingo, bajo la perspectiva de que el radicalismo -Unión Cívica Radical-, en el Gobierno, mantendrá sus escaños o los elevará débilmente.

Otra posibilidad es que el peronismo continúe retrocediendo -no sólo por su propia oferta electoral y su historia reciente, sino por su multidivisión-, y que crezcan sensiblemente partidos pequeños, como el Intransigente (PI) -liderado por el bisonte, Óscar Alende, un venerable médico rural que aglutina a la izquierda juvenil- y la Unión de Centro Democrático (UCD) -capitaneada por el ingeniero y ex militar Álvaro Ansogaray-, partido correspondiente con la Alianza Popular española y que ofrece fundamentalmente un recetarlo económico para superar la crisis política e institucional que padece Argentina.En la provincia de Buenos Aires -dónde residen más de 13 millones de habitantes, la mitad de la población del país, descontando a la capital federal-, Antonio Cafiero, ex ministro de Economía de Isabelita Perón, recién expulsado del peronismo, superará en votos a Herminio Iglesias, líder del oficialismo justicialista. Pero ni el bueno ni el malo aspiran ya al primer puesto, y muy probablemente se conformarán con el tercero, detrás de los candidatos de la Unión Cívica Radical y del Partido Intransigente.

La tónica general apunta al mantenimiento del radicalismo -con posibilidades de repunte-, pérdida general del peronismo, aun con posibilidades de recuperar posiciones en la capital federal (por la personalidad de su candidato Grosso), y crecimiento cuantitativo de partidos hasta ahora irrelevantes, como el izquierdista PI y la derechista UCD.

Peronismo civilizado

Dada la desproporcionada concentración poblacional en esta primera provincia, sus resultados serán decisivos. A Dios gracias, el Frente Popular amañado por Herminio Iglesias tiene todas las posibilidades de fracasar estrepitosamente, aunque el gánster de origen orensano pueda terminar resultando electo diputado al presentarse como primero de su lista.

Cafiero, su principal contrincante -la cara civilizada del peronismo-, puede duplicarle los votos. Sea como fuere, la división peronista en tres frentes -el Frejudepa, de Cafiero, el Frejuli, de Iglesias y el Frepu, de Villaflor, la izquierda justicialista- les otorga escasas posibilidades.

Cafiero reunió más de 80.000 personas en su mitin final, e Iglesias no superó las 15.000. El mayor crecimiento partidario cabe atribuírselo a la UCD, que, pese a la lluvia, semillenó la cancha del River Plate, reuniendo a 60.000 personas. Con algo menos del doble, la Unión Cívica Radical rebosó la cancha del Boca Junior -la bombonera-, en pleno territorio porteño de la pobreza y el justicialismo.

Descenso peronista

Lo seguro, dentro de la impredictibilidad de las encuestas electorales en este país, es que el Gobierno no saldrá derrotado, y hasta puede que obtenga algunas ventajas en la nueva composición del Congreso. Lo segurísimo es que el peronismo, la primera posición, seguirá descendiendo los escalones de su enérgica y decidida autodestrucción, y que el voto sobrante se repartirá a partes iguales entre la derecha (UCD) y la izquierda (PI).

La conclusión previa de estos comicios parece residir en que el radicalismo ha cometido algunos errores desde el Gobierno y en que el peronismo, desde la oposición, los ha cometido todos.

Al fin -y al menos-, algunos de los 12 acusados por el poder ejecutivo argentino de conspirar contra las instituciones democráticas se encuentran encarcelados en mayor o menor medida.El coronel Pascual Guerrieri, el mayor Jorge Granada y los capitanes Leopoldo Cao y Osvaldo Antinori se encuentran en el Comando de Logística del Ejército, sin que pueda saberse a ciencia cierta su situación legal, pero al menos están a recaudo.

El abogado Camps, hijo del carnicero de Buenos Aires, continúa perseguido por la policía, ya con orden legal de detención, y el periodista Daniel Rodríguez, columnista del diario La Prensa, se encuentra preso en dependencias de la Policía Federal.

Permanecen prófugos el ex general Suárez Mason y otros dos implicados, mientras el periodista Jorge Vago, editor-propietario de un boletín confidencial destinado a las fuerzas armadas, ha pedido asilo en la Embajada paraguaya en Buenos Aires, favor que le fue concedido de inmediato por el presidente Stroessner.

El abogado Rosendo Fraga, otro capo de la: extrema derecha argentina, se encuentra en Uruguay tras haber optado por el extrañamiento al que le da derecho la Constitúción durante la vigencia del estado de sitio.

La provocación no ha descendido un ápice: otra potente bomba estalló en la noche del jueves frente a la escuela de educación técnica Norberto Piñero cuando se encontraban 200 alumnos en su interior.

Fueron notables los destrozos materiales, pero tampoco en esta ocasión se originaron víctimas humanas. Sin embargo, dos bebés recién nacidos, atendidos en la sección de Neonatología del hospital Paroissien, de Isidro Casanova, en el Gran Buenos Aires, fallecieron al tener que ser desalojados de sus incubadoras tras una amenaza de bomba.

El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires en la ciudad de La Plata tuvo también anteayer que ser desalojado por amenaza de bomba.

1/11/85

Alfonsín pide a los argentinos que defiendan su país votando en las elecciones del domingo (1-11-1985)

El presidente argentino, Raúl Alfonsín, ha suspendido indefinidamente el viaje de Estado que debía emprender la Próxima semana a Japón y Arabia Saudí, y que se tenía en la cancillería como prioritario por las beneficiosas consecuencias económicas que se esperaba lograr de él. Las cancillerías saudí y japonesa han entendido perfectamente las causas de la cancelación de la visita y la necesidad de que el presidente argentino no abandone en estos momentos Buenos Aires. En un discurso radiotelevisado al país, Alfonsín pidió el miércoles a los argentinos que defiendan con sus votos la República Argentina.

Aunque la decisión estaba tomada antes de la emisión por todas las radios y televisiones en cadena nacional de su discurso del miércoles, los acontecimientos del día realzaron la sabiduría del aplazamiento.El mensaje del presidente Alfonsín fue emitido a las nueve de la noche (dos de la madrugada del jueves, hora peninsular española) y, a las once, una bomba de regular potencia explosionaba en los sótanos de la Escuela de Intrligencia del Ejército, lindera con el Comando del Primer Cuerpo de Ejército, como primera respuesta a sus palabras.

En la mañana de ayer logró ser detenido uno de los seis civiles -un periodista- supuestamente involucrados en la conspiración, y tres amenazas de bomba a otras tantas escuelas y otra al Congreso de la nación amenizaron el nuevo día. Rumores disparatados se enseñorearon de la ciudad difundiendo una hipotética detención por el FBI en Miami del ex general Suárez Mason; y siete menores de edad, entre 12 y 17 años, fueron descubiertos por las escuchas telefónicas de la Policía Federal como supuestos amenazantes de sus propios colegios. Arabesco lateral de este mes porteño de las bombas que ha logrado crear la psicosis alarmista que deseaban sus patrocinadores.

Bajo la lluvia, que al fin aportó algún alivio al tormentón que asfixiaba a Buenos Aires, con sólo un mitin importante en la cancha del River Plate (el de la Unión de Centro Democrático, del ingeniero Álvaro Ansogaray, socio político de Manuel Fraga y representante de la derecha económica y economicista), el gran Buenos Aires, encerrado en sus casas, se pegó a sus televisores y a sus radios para escuchar el único programa de las nueve de la noche.

Raúl Alfonsín compareció como acostumbra: sentado ante una mesa que no es la de su despacho presidencial, flanqueado por la bandera blanquiazul y teniendo a sus espaldas un melancólico lienzo que retrata al general Belgrano, solitario caudillo de las batallas independentistas en el norte argentino que, gracias a sus múltiples derrotas, dio tiempo al general San Martín para organizar la gran derrota: la de los ejércitos españoles en todo el virreinato del Río de la Plata, Argentina, Chile y Perú.

Compareció físicamente agotado, dueño de las más pronunciadas ojeras -sobresaltadas por encima del maquillaje- que se le conocen en su breve mandato y con un, en él inusual, tono de cólera cansada.

Increíble y absurdo

"Aunque es increíble", dijo Alfonsín, "por absurdo que parezca, los perturbadores quieren tomar el poder". Afirmó que se pretende involucrar a las fuerzas armadas en la conspiración, aprovechando que tras las experiencias vividas es difícil un rápido reencuentro entre civiles y militares, y volvió a recordar que los juicios contra tres de las cuatro cúpulas castrenses de la dictadura se siguen contra las personas y no contra las instituciones armadas."Ya hemos pasado lo peor", aseguró, "1986 será el año de la esperanza, pues, tras el reacomodamiento, Argentina se apresta a crecer. Ahora, los argentinos tenemos que conquistar Argentina".

Raúl Alfonsín insistió en que éste no es un estado de sitio contra el pueblo, sino una medida que el pueblo declara contra los profesionales del autoritarismo, para neutralizarlos y aislarlos. "No voy a condenar", afirmó el presidente, "a esos espectros demenciales; quien llega a poner bombas en las escuelas ya se condenó solo. La violencia que intentan ejercer no tiene sentido político ni social. No representa siquiera una vía equivocada o absurda para reivindicaciones comprensibles: es una simple y llana locura".

El presiden ' te argentino reveló que, en el último mes, se habían producido 1.806 amenazas de bomba y que no se pudo impedir la explosión de 42 artefactos. "Por todo esto", agregó, "para resolver el origen de todas estas amenazas a la paz social, han sido aplicadas las disposiciones excepcionales establecidas en nuestra Constitución. ( ... ) La desprolijidad que algunos han querido ver en las medidas no fue sino la expresión de nuestra renuncia a perturbar a la sociedad en la lucha contra unos pocos".

El presidente argentino aludió también a "algunos militares que, con la inercia propia de haber ejercido por muchos años funciones de gobierno, han perdido la costumbre de ser una parte del Estado y no todo el Estado".

La intervención presidencial ha tranquilizado al país en la medida en que, tras semanas de desalojos escolares, bombazos, extrañas batallas judiciales y especulaciones sin cuento, era beneficiosa la comparecencia de Alfonsín, con su aspecto de abogado de pueblo, de maestro rural, regañón, machacando la mesa con los nudillos y exigiendo una vez más la defensa de la República.

El presidente hizo un llamamiento a sus compatriotas a defender conjuntamente la convivencia y el orden constitucional. "No es hora de dormir sobre los laureles. Los hechos de los últimos días indican que el enemigo existe, que está buscando algún resquicio de flaqueza en el pueblo argentino para abrirse camino. No le ofrezcamos ese resquicio", dijo.

Acusaciones de electoralismo

Los restantes partidos continúan acusándole de descarado electoralismo destinado a engordar su débil mayoría parlamentaria en estas legislativas parciales. En la noche del domingo -si Dios y los golpistas quieren- sabremos lo que opina el censo de todas estas cuestiones.El mitin de la UCD demostró que, tal como se había prometido al decretarse el estado de sitio, las medidas de excepción no han afectado al desarrollo de la campaña electoral. Para la tarde de ayer, la corriente renovadora del peronismo tenía previsto realizar un acto en la plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno.