A las ocho de la mañana de
ayer quedó cerrada la campaña electoral para la renovación de un tercio del
Congreso, a los dos años de su constitución. En todos los colegios de la
nación, amenazados diariamente por la colocación de bombas, se sufragará el
domingo, bajo la perspectiva de que el radicalismo -Unión Cívica Radical-, en
el Gobierno, mantendrá sus escaños o los elevará débilmente.
Otra posibilidad es que el
peronismo continúe retrocediendo -no sólo por su propia oferta electoral y su
historia reciente, sino por su multidivisión-, y que crezcan sensiblemente
partidos pequeños, como el Intransigente (PI) -liderado por el bisonte, Óscar Alende, un venerable médico
rural que aglutina a la izquierda juvenil- y la Unión de Centro Democrático
(UCD) -capitaneada por el ingeniero y ex militar Álvaro Ansogaray-, partido
correspondiente con la Alianza Popular española y que ofrece fundamentalmente
un recetarlo económico para superar la crisis política e institucional que
padece Argentina.En la provincia de Buenos Aires -dónde residen más de 13
millones de habitantes, la mitad de la población del país, descontando a la
capital federal-, Antonio Cafiero, ex ministro de Economía de Isabelita Perón,
recién expulsado del peronismo, superará en votos a Herminio Iglesias, líder
del oficialismo justicialista. Pero ni el bueno ni el malo aspiran ya al primer puesto, y muy
probablemente se conformarán con el tercero, detrás de los candidatos de la
Unión Cívica Radical y del Partido Intransigente.
La tónica general apunta al
mantenimiento del radicalismo -con posibilidades de repunte-, pérdida general
del peronismo, aun con posibilidades de recuperar posiciones en la capital
federal (por la personalidad de su candidato Grosso), y crecimiento cuantitativo
de partidos hasta ahora irrelevantes, como el izquierdista PI y la derechista
UCD.
Peronismo civilizado
Dada la desproporcionada
concentración poblacional en esta primera provincia, sus resultados serán
decisivos. A Dios gracias, el Frente Popular amañado por Herminio Iglesias
tiene todas las posibilidades de fracasar estrepitosamente, aunque el gánster
de origen orensano pueda terminar resultando electo diputado al presentarse
como primero de su lista.
Cafiero, su principal
contrincante -la cara civilizada del peronismo-, puede duplicarle los votos.
Sea como fuere, la división peronista en tres frentes -el Frejudepa, de
Cafiero, el Frejuli, de Iglesias y el Frepu, de Villaflor, la izquierda
justicialista- les otorga escasas posibilidades.
Cafiero reunió más de 80.000
personas en su mitin final, e Iglesias no superó las 15.000. El mayor
crecimiento partidario cabe atribuírselo a la UCD, que, pese a la lluvia,
semillenó la cancha del River Plate, reuniendo a 60.000 personas. Con algo
menos del doble, la Unión Cívica Radical rebosó la cancha del Boca Junior -la bombonera-, en pleno territorio porteño de la
pobreza y el justicialismo.
Descenso peronista
Lo seguro, dentro de la
impredictibilidad de las encuestas electorales en este país, es que el Gobierno
no saldrá derrotado, y hasta puede que obtenga algunas ventajas en la nueva
composición del Congreso. Lo segurísimo es que el peronismo, la primera
posición, seguirá descendiendo los escalones de su enérgica y decidida
autodestrucción, y que el voto sobrante se repartirá a partes iguales entre la
derecha (UCD) y la izquierda (PI).
La conclusión previa de
estos comicios parece residir en que el radicalismo ha cometido algunos errores
desde el Gobierno y en que el peronismo, desde la oposición, los ha cometido
todos.
Al fin -y al menos-, algunos
de los 12 acusados por el poder ejecutivo argentino de conspirar contra las
instituciones democráticas se encuentran encarcelados en mayor o menor
medida.El coronel Pascual Guerrieri, el mayor Jorge Granada y los capitanes
Leopoldo Cao y Osvaldo Antinori se encuentran en el Comando de Logística del
Ejército, sin que pueda saberse a ciencia cierta su situación legal, pero al
menos están a recaudo.
El abogado Camps, hijo del carnicero de Buenos Aires, continúa perseguido por la policía, ya con
orden legal de detención, y el periodista Daniel Rodríguez, columnista del
diario La Prensa, se encuentra preso en dependencias de la
Policía Federal.
Permanecen prófugos el ex
general Suárez Mason y otros dos implicados, mientras el periodista Jorge Vago,
editor-propietario de un boletín confidencial destinado a las fuerzas armadas,
ha pedido asilo en la Embajada paraguaya en Buenos Aires, favor que le fue
concedido de inmediato por el presidente Stroessner.
El abogado Rosendo Fraga,
otro capo de la: extrema derecha argentina, se encuentra
en Uruguay tras haber optado por el extrañamiento al que le da derecho la
Constitúción durante la vigencia del estado de sitio.
La provocación no ha
descendido un ápice: otra potente bomba estalló en la noche del jueves frente a
la escuela de educación técnica Norberto Piñero cuando se encontraban 200
alumnos en su interior.
Fueron notables los
destrozos materiales, pero tampoco en esta ocasión se originaron víctimas
humanas. Sin embargo, dos bebés recién nacidos, atendidos en la sección de
Neonatología del hospital Paroissien, de Isidro Casanova, en el Gran Buenos
Aires, fallecieron al tener que ser desalojados de sus incubadoras tras una
amenaza de bomba.
El Ministerio de Salud de la
provincia de Buenos Aires en la ciudad de La Plata tuvo también anteayer que
ser desalojado por amenaza de bomba.
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