El criminal de guerra nazi
Walter Kutschmann fue trasladado a primera hora de la tarde de ayer desde la
alcaldía central de la policía federal argentina, en Buenos Aires, hasta el
palacio de los tribunales, donde un juez federal comprobará su identidad.
Kutschmann fue detenido el jueves en la ciudad de Florida, en el departamento
municipal de Vicente López, dentro del Gran Buenos Aires, por la Policía
Federal, en colaboración con miembros de la Interpol y a solicitud de la
República Federal de Alemania (RFA).
Walter Kutschmann fue un
destacado jefe de la Gestapo destinado al comienzo de la Il Guerra Mundial en
Tarponol (Polonia), y posteriormente fue jefe de la sección de asuntos judíos
en el también distrito polaco de Drohobycz. Hacia el final de la contienda fue
trasladado a Francia, desertó poco antes del apocalipsis, cruzó la frontera con
España y la organización Odessa (la institución secreta destinada a encontrar
refugio a destacados dirigentes nazis) lo trasladó a Argentina en 1947.Las
autoridades de la RFA le buscan por el asesinato, en un solo día, de 20
profesores universitarios polacos y 18 de sus mas directos parientes, además de
por la ejecución, ordenada directamente por Kutschmann, de 1.500 judíos en
1942, en el sector polaco bajo su jurisdicción policiaca.
Kutschmann ingresó en
Argentina como Pedro Ricardo Olmo y trabajó de jefe de compras de la casa Osram
en el país. Aquí vivía con su esposa y uno de sus hijos. El gran Buenos Aires,
esa infinita sucesión, acera con acera, de municipios que apretujan la capital
federal contra el río de La Plata, fue para Kutschmann -como para Eichmann y
Menguele- su mejor refugio natural.
Se mimetizó con el paisaje
de la gran masa ciudadana austral y desarrolló una existencia modesta y común,
disuelto entre 12 millones de argentinos de procedencia española, italiana,
centroeuropea, sirio-libanesa, turca y eslava. A nadie podría extrañarle su
acento.
En 1975 fue localizado por
la oficina vienesa de Simon Wiesenthal, identificado como jefe de compras de la
Osram argentina y hasta fotografiado en su entonces domicilio de Miramar,
también en las proximidades de la capital federal de argentina.
Kutschmann desapareció
nuevamente, y la Interpol ha tardado 10 años en dar con su nuevo paradero en el
hormiguero del gran Buenos Aires.
La policía argentina guarda
extrema reserva sobre la detención del presunto criminal nazi, y una vez
aclarada su identidad por la justicia federal será puesto a disposición del
Poder Ejecutivo Nacional, dado que no existen acuerdos de extradición entre
Argentina y la RFA. No obstante, nadie duda de que el presidente Alfonsín
decidirá mandarlo a Alemania tras la presentación por la RFA del oportuno
expediente penal.
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