En los próximos 60 días
Argentina obtendrá un crédito a 15 meses de 1.400 millones de dólares, unos
240.000 millones de pesetas a cambio actual, del Fondo Monetario Internacional
(FMI). Bernardo Grinspún, ministro argentino de Economía, así lo anunció el
martes ante la asamblea del FMI que se celebra en Nueva York, en medio de una
insólita ovación de muchos delegados que revela la preocupación existente en
tomo a las negociaciones entre el Gobierno de Buenos Aires y sus acreedores.
La prensa argentina destaca
la posibilidad de que Estados Undos -el 20% de los votos de la directiva del
Fondo- haya presionado finalmente para dar este pequeño balón de oxígeno a
Argentina. El caso es que el ministro Grinspún pudo anunciar el principio de
acuerdo, el aval del director gerente del Fondo 48 horas después de la
entrevista celebrada entre los presidentes Reagan y Alfonsín y a escasas
semanas de una visita privada de Henry Kissinger a Buenos Aires, en la que el
ex secretario de Estado procuró armonizar los criterios de Gobierno argentino y
banca acreedora.
Ayer, en el domicilio
privado neoyorquino de Kissinger, el presidente Raúl Alfonsín se reunió en un
almuerzo con los representantes de los principales bancos con los que su nación
se encuentra endeudada y con quienes ahora comenzará una larga y dificil
negociación política y técnica.
Largas discusiones
El acuerdo de hecho con el FMI ha necesitado nueve meses
de discusiones, y es importante por cuanto significa cierto respaldo del Fondo
al inmediato debate entre Argentina y los bancos y por lo que supone de alivio
financiero a la estrangulada economía del país.Se espera que el Gobierno
radical solicite a la banca privada internacional un primer aporte de 3.500
millones de dólares, y que los banqueros exijan a fin de mes parte de los
intereses de la deuda (950 millones de dólares) que deben de cobrar el próximo
sábado.
El monto de la deuda a
negociar en esta primera fase de conversaciones con la banca extranjera se
estima en unos 20.000 millones de dólares (la deuda completa argentina se cifra
en unos 43.000 millones) correspondientes a principal e intereses vencidos
desde 1982 El respaldo del FMI a la República Argentina respeta la carta de
intenciones del Gobierno radical que aspira a no reducir drásticamente sus
importaciones y a mantener crecimientos reales de los salarios entre un 6% y un
8%.
No obstante, la
descontrolada hiperinflación argentina ha hecho caer los salarios reales en un
3,1% en los ocho primeros meses de año, y es perceptible en el gran Buenos
Aires la falta de artículo importados de primera necesidad El entusiasmo por el
principio de acuerdo con el FMI y el crédito otorgado -acompañado de otro aún
por evaluar como compensación por caída de exportaciones- no es grande ni puede
serlo; sólo implica un cierto alivio en la presión acreedora ejercida sobre e
país. La situación es realmente dura: en Argentina los niños no nacen con un
pan debajo del brazo sino
con una deuda externa, cada uno, de más de 1.500 dólares.