El ministro de Economía
Bernardo Grinspun anunció el pasado martes que Argentina había alicanzado un
"acuerdo técnico" con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para
solicitar un préstamo de 1.424 millones de dólares ampliables a otros 200 millones
por la previsible caída de exportaciones. El acuerdo comenzaría a regir el 1 de
octubre y se extendería por 15 meses.
El ministro argentino
anunció el acuerdo antes de partir hacia Washington, para,participar en la
reunión anual de gobernadores del FMI y del Banco Mundial. En Estados Unidos
deberá continuar negociando con el Fondo y la banca extranjera acreedora los
20.000 millones de dólares que le vencen a Argentina, en lo que resta de
año.Bernardo Grispun, contrariando su rudeza expositiva habitual, matizó repetidamente
sus declaraciones, afirmando que "hemos logrado la preparación de un
memorándum de entendimiento y conversaremos -con el director gerente del FMI
para saber los pasos ulteriores que hay que dar ( ... ) queda una larga
tramitación por delante". El titular de Economía se excusó de dar a
conocer el texto del memorándum que llevaba a,Washington "por
cortesía" hacia Jacques de Larosiére, director general del FMI. El pasado
9 de julio, cuando Argentina elevó al Fondo su carta de intenciones de pago, Grispun
la divulgó a los cuatro vientos ante legisladores, dirigentes políticos y
periodistas. El cambio de actitud y la ausencia del menor triunfalismo son
patentes.
No obstante, el ministro
argentino aseguró que se mantendrán las líneas generales de aquella carta de
intenciones: recuperación del salario real entre el 6% y el 8% y mantenimiento
de los volúmenes de importación-exportación y del saldo e la balanza de pagos.
Visita de Kissinger
La reciente visita privada
de Heriry Kissinguer a Buenos Aires se interpreta aquí como muy favorable para
limar desentendimientos entre Argentina y sus acreedores.Durante cinco días
Kissinguer mantuvo infinidad de entrevistas (incluidas dos con el presidente
Alfonsín y su ministro de Economía) y, pese a pequeños incidente callejeros en
protesta por su presencia, hasta el peronismo valoró positivamente la actitud
pública del ex secretario estadounidense de Estado hacia los ingentes problemas
de la deuda externa argentina.
El pasado sábado venció el
último crédito-puente de 750 millones de dólares logrado por Argentina del
Fondo Monetario Intemacional, y cerca de 1.000 millones de dólares más caen a finales de mes. Las necesidades de
financiamiento argentinas en el exterior se estiman para este año en 3.152
millones de dólares (la mayoría obtenidos en la banca privada internacional), y
para 1985 se calcula que el país precisará 3.356 millones de dólares, de los
que sólo unos 1.000 se espera provengan del Fondo Monetario.
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