Incondicionales y enemigos
porque adversarios no tenía lo apodaban “el pingüino “, no tanto por su nariz
en pico y un ojo que se iba a la sien, como su feudo de Calafate, junto al
glaciar “Perito Moreno “, en la provincia
patagónica de Santa Cruz, pegada a la Tierra de Fuego, donde se encuentra la
mayor pingüinera continental del
mundo en donde anidan millón y medio de
ejemplares. En una cena con jaqué se negó a vestirse con ese traje porque los
caricatos argentinos se cebaban con su estampa cada vez que el protocolo obligaba a usar dicha prenda que lo
apingüinaba más. La biografía política
de Néstor Kirchner es inseparable de la de su esposa Cristina Elizabet Fernández, queriendo ambos emular al
matrimonio de Juan Domingo Perón y Eva Duarte, quedando el despropósito en
ópera bufa. Los dos se conocieron como estudiantes en la Facultad de Derecho en
la Universidad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, hijos uno
de cuentapropistas modestos y de una familia de clase media baja. Los unió más
la interminable interna peronista que Cupido. A partir de los mediados de los
años setenta donde la universitaria ciudad de La Plata fue arrasada por el
general Ramón Camps, el carnicero de Buenos Aires, jefe de la Policía
provincial y al que un cáncer impidió su juzgamiento. Exclamaron:”¡ Pobre
cáncer!”. Los Kirchner, simpatizantes de los Montoneros y sin ficha policial,
huyeron a la Patagonia profunda, donde abrieron un discreto bufete de abogados
dedicado al cobro de morosos y separaciones matrimoniales, pasando la última
dictadura, sin peligros. El incansable Néstor Kirchner, con muy poco que hacer
en aquellas tierras heladas de vientos constantes, amasó relaciones de todo
tipo que con la llegada de la democracia lo elevaron a Intendente (Alcalde ) de
Río Gallego en 1987 y Gobernador de la Provincia en 1991. La pareja de los K,
amasaron algo más: el sur de Santa Cruz es un gigantesco parque natural con
grandes glaciares, pingüineras, loberías y con un desarrollo turístico aún por
explotar.
Personalmente o a través de testaferros, compraron haciendas de
horizonte a horizonte, y todo Calafate donde construyeron su mansión y fue
aquí donde a los 60 años ha muerto K.
tras una larga teoría de problemas cardíacos con angioplastia incluida,
alimentados por su frenesí. Tenía que dar el gran salto a la Capital Federal
para colmar sus ambiciones, siendo elegido
diputado nacional en 1999 y fundó
otra ala del peronismo denominada
“Frente para la Victoria”. En 2001 la República Argentina parecía estar siendo
atacada por los marcianos: cundía el hambre, el desempleo, no había “guita” (
metálico ) para pagar a los funcionarios, reinaba la coima-el soborno era la
ley- el Presidente-radical- de ésa época Fernando de la Rúa-“ de la duda” “ como le llamaban los argentinos-
hubo de dimitir cuando el cuerpo de Infantería-antidisturbios federales- abrió
fuego real contra una manifestación en el centro porteño y puso el depósito de
todos los argentinos en el famoso corralito. Le sucedió interinamente el
peronista Eduardo Duhalde, quién no tuvo otra que convocar a elecciones
generales que las ganó Kirchner, acumulando también la Presidencia del Partido
Justicialista. Cristina K. se batió y logró ser diputada y famosa por sus
larguísimos discursos sembrados de
amenazas y puñaladas. Él practicó la
demagogia clásica del peronismo atemperada por una bonanza económica, aunque
muchos no olvidaron que siendo gobernador de Santa Cruz depositó los fondos de
la provincia en un banco estadounidense , que es como si Esperanza Aguirre,
colocara en el JPMorgan, la hacienda de Madrid. Su intención, o su ojo
revirado, le hicieron entender que su popularidad era tan escasa que no podía
pretender un segundo mandato consecutivo
y entonces se sacó de la alcoba a su mujer, Cristina Fernández, táctica
y estrategia muy del general Perón. Entonces se empezçó a referirse de ellos
como “Los Reyes Católicos del Río de la Plata” porque hasta en los cartelones
aparecían juntos. Son un matrimonio singular- tienen dos hijos- él que mandaba
era él tras escalar el Himalaya del carácter de la Doña, que además es bipolar.
Sus broncas era el poder. Ella grita:” Si me engañas, primero te mato y después
me divorcio”. Palabra de letrada. La Presidenta CFK tomaba el helicóptero en la
terraza de la Casa Rosada para ir a residencia presidencial de Olivos a
almorzar ( comer en Argentina es cenar) con su marido y despacharse, aunque él
siempre tuvo oficinas en la Casa de Gobierno. En plenas reuniones de gabinete
podían encerrarse los en un cuarto durante horas desde el que se escuchaban los
gritos que proferían. En 2007 fue electa Presidenta y Kirchner quedó como
Primer Caballero de la Historia Argentina. La pareja de los K. se alinearon con
el eje bolivariano y ella pretendió erigirse en referente internacional. El “Tango
01” no paraba de volar como una peluquería
volante y a ella se dio por dejar de fumar, Afinar su figura y sus tobillos,
vestirse y usar complementos de alta costura, usar botox y maquillarse como
una puerta. Se animo´ a hacerle la
guerra a grandes y pequeños terratenientes, paralizando el campo, y entre ambos
organizaron “Los piqueteros “, chusma armada que lo mismo sirven para detener
el tráfico en la ruta Panamericana que para quemarte tu casa o despenarte de un
tiro.
Las encuestas no daban un adarme por ninguno de los dos en las próximas
elecciones del 2011. Su temprana muerte advertida deja más que viuda a una Presidenta. Tras el agro-ganadero, el último frente
abierto por la pareja fue la de nacionalizar a todos los medios de
comunicación. Cristina K. dulcificó cínicamente el despropósito matizando que radios, revistas, televisiones
y periódicos pasarían al Estado y no al Gobierno. La dictadura en un sistema de
partidos que debe votar cada cuatro años- el voto es obligatorio en Argentina-. Es tan grosero
como que el avión presidencial vaya y
vuelva a Nueva York con maletas llenas de dólares. Muerto NK., el gran cocinero
y urdidor de la política y la ingeniería fiscal, queda una alianza entre la
Unión Cívica RadicaLy algún sector presentable del peronism. Que Dios lo tenga
en gloria a NK ., pero de momentos dos grandes periódicos en lengua castellana
como Clarín y La Nación, se han salvado. Pero cuidado con la viuda cuando se le
pase el duelo. Menos mal que sólo tiene un año en la Casa Rosada. Lugar común
porteño:” que roben, pero que se callen”