El australiano Julian
Assange está volviendo locos a los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos filtrando por su dominio
WikiLeaks centenares de miles de documentos clasificados sobre torturas,
asesinatos y matanza de civiles, durante la segunda guerra de Irak. Assange
está descubriendo el Mediterráneo y no hay que reprochárselo, pero no hay
guerra limpia desde la quijada de Caín. El militar prusiano Carl Von Clausewitz
( guerras napoleónicas ) era también un
filósofo y en: “ De la guerra” escribe de la angustia que provoca
inhibir la brutalidad porque conduce a
un absurdo bélico. Hace más de dos mil
años el general chino Sun Tzú priorizó el engaño para ahorrar sangre, pero la
evolución de la tecnología castrense
pudo con su inteligencia de ajedrez. Durante la guerra de Secesión entre
la Unión y la Confederación, el general Ulyses S. Grant diseñaba ebrio las
batallas, dio su nombre a un whisky y llegó a ser Presidente. Su segundo el
general Sherman, batió al Sur en una cabalgada de tierra quemada, poniendo fuego a la capital Atlanta. Le preguntaron :”¿
Qué es la guerra?”. Respondió : “ La guerra es el infierno “. El coronel
británico Liddel Hart intentó eludir los bárbaros choques frontales en su
“Estrategia de la aproximación indirecta”, pero los carros serbios en Kosovo
fueron perforados con uranio empobrecido, sembrando contaminación. Es un debate
melancólico. Una guerra puede ser inevitable, pero nunca será moral.
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