Don Ramón del Valle Inclán
aborrecía al Premio Nobel don José Echegaray por su teatro garbancero y ser
demasiado acartonado. Le mandó una carta insultante a la siguiente dirección:
“Calle del viejo idiota, número tal “. ¡ y la misiva llegó!. Valle alborotaba
los cafés haciéndose lenguas de la
inteligencia de los carteros españoles. Es público que Sir Winston Spencer
Churcill era un dipsómano, y dio un discurso en la Cámara de los Comunes, con su lengua morcillona. Una diputada laborista, famosa por su
fealdad, le gritó: ”Winston, estás borracho!”. Sí- contestó el aludido-,
pero lo mío se pasa en dos horas y lo tuyo
es para toda la vida “: Del insulto
la réplica fue lo mejor, pero nosotros somos un país suspicaz para el
honor. Casi fusilan al alcalde de Valladolid por mentarle “ los morritos “ a
Leire Pajín y la ministra de Cultura lo convirtió en transparente en un acto
oficial. Un diputado del PP lo ha
llamado “ calvo y vicioso “ al vicepresidente Rubalcaba, ignorando que la
alopecia androgenica, es producida por un exceso de testosterona,
así es que lo están tildando de “ muy
macho “. El Presidente Socialista de la
Federación Española de Municipios se
extrañó de esos gilipollas que siguen
votando al PP, y, no hubo nada. Todavía no hemos llegado a los Parlamentos de
Corea del Sur, Japón o Italia, donde llegan a partirse la cara y rompen hasta
el mobiliario del hemiciclo. Pero ésta semana de dicterios indica que estamos
todos de los nervios. Todos nuestros poetas del siglo XVI, estarían en la
cárcel como Quevedo. El barcelonés Juan
Boscan, versificaba :”Góngora
prefería a un toro suelto en el campo/
que a Boscán un verso suelto / aunque sea en un andamio “. No hemos perdido la
educación , sino la métrica
No hay comentarios:
Publicar un comentario