20/7/07

Sobre Revel (20-7-2007)

La editorial Gota a gota es la de FAES (PP) y no podía llamarse de otra manera por aquella frase a la que recurría José María Aznar sobre la lluvia fina que cala gota a gota y que le llevó a ganar dos elecciones generales. Están haciendo un buen trabajo por la difusión del liberalismo en España, tenido por carcundia valedora de la extrema derecha.

Ni siquiera se recuerda la enemiga de Franco al liberalismo. Acaban de traducir Memorias. El ladrón en la casa vacía, de Jean-François Revel, fallecido el año pasado, con gran escándalo de Manuel Fraga, que, a puerta cerrada, aseguró que el libro no contiene más que historias de adulterios, líos de faldas y juergas de todas clases. O Fraga sufre una regresión hacia los años en que censuraba libros o sigue leyéndolos en diagonal, porque las memorias del ya anciano Revel (un volumen de más de 600 páginas) no pierden el tiempo en describir bacanales. Y por otra parte, el adulterio en Francia es una obra de arte, como demuestran Sarkozy y nuestra cercana Cecilia.

Revel ha sido periodista, director de publicaciones, filósofo, profesor y autor de numerosos libros, pero se ve que don Manuel no ha llegado a su debelación de los primeros, en una vomitona que será grata a quien fue ministro de Información: «Los periodistas, que se atribuyen la misión de dar a conocer el vasto mundo a sus semejantes, suelen ser los seres humanos que peor conocen su propio mundillo. No he conocido otra profesión, ni siquiera la política, más ciega ante la distancia cotidiana que separa su práctica de sus principios, peor informada sobre sí misma, más indiferente a su propio funcionamiento y a su vez más encubridora del mismo. Sin duda, esta candidez obedece a que el periodismo es el oficio más joven del mundo. El redactor de un periódico se siente deslumbrado hasta tal punto por el poder, real o supuesto, que le cae del cielo, que puede llegar a perder el sentido crítico sobre su talento, su competencia, su probidad. Los más mediocres incurren en este defecto sobre todo porque no quieren ser juzgados por la calidad de sus artículos, pues saben que este criterio les sería funesto»… Memorial de cuando dirigió L¿Express.

Pero lo que escandaliza a Revel es el escaso relieve de los intelectuales disidentes con el comunismo y la supervivencia en las democracias de los fieles a la noche totalitaria. Por lo demás, ser liberal es un comportamiento, una manera de ser, como ser limpio, por encima de la ideología constreñida en un partido. Esperanza Aguirre se declara liberal desde su más tierna infancia política, y cuando se identifica como tal, hasta los propios la miran con extrañeza como si fuera un espécimen extinguido. Por eso Fraga no sabe leer a Revel.

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