18/8/07

Perder los puntos (18-8-2007)

Entre Granada y Motril había un punto negro, que no sé si habrá sido subsanado, donde un avivado empresario de pompas fúnebres tenía instalado un coche de respeto bajo un chamizo, y no había semana que no hiciera caja, o cajón.

Lo equitativo es que Fomento eliminara los puntos negros de nuestra red viaria, que es donde se da el sacrificio humano, e instituir después el carné por puntos. Vivimos y morimos entre un paréntesis de puntos. Digo más: ¿qué hace un militar como un guardia civil parándome, multándome y manoseando mi carné de conducir? ¿Qué tiene que ver Rubalcaba con la disciplina del tráfico? Somos el único país del mundo que tiene militarizada la malla de carreteras.

Que la Dirección General de Tráfico dependa del ministerio del Interior es una obsolescencia, como los mangas verdes en los puertos de arrebatacas en Sierra Morena. ¿Saben por qué no pueden conducir por nosotros? Porque contando el dinero de las multas exponenciales no tienen tiempo para otra cosa. Los directores generales de tráfico, que no tienen incompatibilidades, esquilman en su cargo al automovilista y cuando cesan pasan a asesorar a las aseguradoras para ahorrarlas dinero. La DGT debería inscribirse en el Ministerio de Fomento, de quien depende el estado de los caminos, y, de paso, lograríamos que Magdalena Alvarez aprenda a conjugar la dimisión, aunque su boba altivez trufada de mala leche le impediría ser sensible a esta carnicería vial de agosto.

Mayoritariamente, el carné es una herramienta de trabajo, y por tanto irrequisable. A la descerebrada y desheredada Paris Hilton la han metido en la cárcel por lo que aquí se saldaría con una multa; pero eso es lo que necesitamos: que si nos quitan el carné lo sea por un juez.

Los españoles conducen acojonados entre una publicidad truculenta y la amenaza de los puntos, y pegados los ojos al velocímetro se salen de la carretera en la curva más inocente. Esta desdicha es una moda importada de Estados Unidos, como la pamema de lo políticamente correcto y el horror de la televisión basura. En Europa sólo han picado Gran Bretaña, Alemania, Francia, Luxemburgo, Italia, Austria y Chequia y hemos llegado los últimos a comprar esta carabina de Ambrosio. Sólo ocho países de la Unión adoptan la lotería de los puntos. Rusia derogó la medida en 1990 por oportunismo político y porque allí los automóviles andan con vodka.

Zapatero tiene una gran oportunidad de hacer feliz demagogia suprimiendo los puntos de la discordia antes de las elecciones generales, con lo que ganará muchos puntos y constatará que nos matamos menos.

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