La comisión Ítalo es una
agrupación parlamentaria mixta -de radicales y peronistas- encargada por el
Congreso argentino de esclarecer la adquisición por el Estado de la compañía
Ítalo-Argentina de Electricidad, propiedad de la banca suiza, en un 1.000% de
su valor real. La empresa fue nacionalizada cuando José Alfredo Martínez de Hoz
era ministro de Economía de la dictadura militar presidida por el teniente
general Jorge Rafael Videla. El ministro había sido director general de la
firma.
La comisión Ítalo pretende
algo más que clarificar un cohecho; pretende denunciar la conspiración
cívico-militar, la alianza entre la llamada patria
financiera y la oligarquía
castrense para establecer una férrea dictadura en Argentina que, so pretexto de
combatir la subversión y el terrorismo de izquierdas, estableció un modeló
económico favorable a intereses particulares y de la banca internacional.Y aquí
aparece el nombre del filósofo español Julián Marías, a la postre anécdota colateral
en la historia de esta maquinación.
Tras el primer
interrogatorio parlamentario de Martínez de Hoz, a puerta cerrada, trascendió a
la Prensa acreditada en el Parlamento que éste había aludido a Julián Marías en
relación con la inspiración civil del golpe militar de marzo, de 1976. Uno de
los canales de televisión porteña administrados por el Gobierno, en cadena
nacional y en el telediario nocturno de mayor audiencia, dio, sin ser
posteriormente" rectificada, la noticia de que Martínez de Hoz había aludido
a la filosofía de Julián Marías como soporte intelectual de los conspiradores
que derrocaron el Gobierno de María Estela Martínez de Perán.
Recogida esta información
por EL PAIS, Marías la refutó en en el diario madrileño Abc y en el
porteño La Nación. Posteriormente, volvió a expresar sus
ideas contrarias a toda dictadura en una entrevista al canal 11 de la
televisión argentina, y el ex ministro Martínez de Hoz, procesado y en libertad
condicional, acudió en socorro de Marías con una carta en La Nación.
Martínez de Hoz, directo
responsable de la destrucción de la economía argentina y cabeza visible de la
colaboración civil con una dictadura militar que ha pasado a los anales de la
barbarie humana (fue superministro económico del dictador Videla durante los
cinco primeros y peores años del proceso de,
reorganización nacional), escribe
que "(... ) en
ningún momento vinculé a Julián Marías con ideología política alguna, ni mucho
menos con el ideario inspirador del proceso de 1976. Éste estaba claramente
establecido en sus documentos preliminares, no necesitaba de padrinos
extranjeros y, lejos de estar inspirado en ideas dictatoriales, se fundaba en
los principios de libertad política y económica, con los que se proponía
superar la emergencia de la grave crisis política y social y llevar al
reestablecimiento en Argentina de una democracia auténtica, estable y
progresista".
Además de esta explicación,
Martínez de Hoz afirma en su carta que nunca se ha referido públicamente a
Julián Marías para, a continuación, dar al filósofo español lo que aquí muchos
estiman como un pase negro: "Aunque no he leído las
mencionadas dos crónicas de EL PAIS", escribe Martínez de Hoz,
"deduzco que deben referirse a las declaraciones efectuadas por mí en
respuesta a las preguntas queme formularon los miembros de la comisión
investigadora de la Cámara de Diputados de la nación sobre el caso Ítalo. Estas declaraciones fueron grabadas y
se les tomó versión taquigráfica pero, lamentablemente, no han sido publicadas
por la comisión. Sin embargo, ello no ha impedido que se filtraran algunas
versiones deformadas de lo allí expresado".
"En algún momento de
este interrogatorio, que excedió ampliamente el tema específico que lo
originaba, se me preguntó qué personas concurrían a la casa del doctor Perriaux
en las frecuentes reuniones o comidas a las que él invitaba. Ante mi respuesta
de que eran innumerables y que, a través de tantos años de amistad con él, me
era imposible efectuar' esa enumeración, se me insistió en que por lo menos
mencionara' a alguna de ellas. Pensando en las más caracterizadas, simplemente nombré,
entre otros, a Julián Marías, agregando que era muy conocida su afinidad
filosófica con Perriaux a través de Ortega y Gasset".
Marías es, en efecto, un
filósofo apreciado entre determinados círculos sociales argentinos.
Un diputado integrante de la
comisión Ítalo ha reconstruido verbalmente para EL PAIS el segmento del
interrogatorio de Martínez de Hoz.
La 'cocina' del golpe
Preguntado Martínez de Hoz
por sus contactos previos al golpe con la conspiración cívico-militar, responde
que las conversaciones tendentes a establecer un cambio político en la nación
se celebraban en el domicilio de Jaime Perriaux, jurista, orteguiano, ex
ministro de Justicia bajo la dictadura del general Onganía, amigo personal de
Julián Marías y persona ya fallecida.
Presionado Martínez de Hoz
para que diera los nombres de los participantes en aquellas reuniones
conspirativas, terminó facilitando los de algunas personas poco relevantes y el
de Julián Manas.
En todo momento los
diputados de la comisión Ítalo entendieron que las, reuniones en el domicilio
de Jaime Perriaux fueron una de las cocinas en donde se guisó el golpe de los
ahora encausados por genocidio -Videla, Massera y Agosti-, y que Martínez de
Hoz declaraba en este sentido. Y los diputados también entendieron -aunque les
resultara de muy escaso provecho para su investigación- que el filósofo Julián
Marías era asistente asiduo -aunque, acaso, sólo como florero intelectual- de
aquellas tenidas.
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