La peronista Confederación
General del Trabajo (CGT) acordó en la noche del martes llevar a cabo su décima
huelga general contra la política económica del Gobierno radical en menos de
cinco años de restauración democrática.Esta décima huelga general tendrá una
duración de 34 horas, y se iniciará el 8 de diciembre a las dos de la tarde. El
éxito de este nuevo pulso al Gobierno de Alfonsín está garantizado de
antemano,al ser feriado optativo el día 8 de diciembre para el comercio y la
Administración pública, con lo que los trabajadores de estos ramos no perderán
su jornada salarial, en la duda de si se declaran en huelga u optan por una
vacación a la que en ese día tienen derecho.
Aunque la CGT mantiene su
ritmo de al menos dos huelgas generales por año -durante los siete años de
dictadura militar sólo convocó una, ya en la agonía de la penúltima junta
castrense-, la próxima supondrá un salto cualitativo, al superar las 24 horas y
decidirse tras intensas negociaciones fracasadas entre el Ministerio de Trabajo
y la única central sindical.
Saúl Ubaldini, el trabajador
cervecero líder de la CGT, se trasladó hasta la sede de su central en una,
ambulancia seguida por una unidad móvil de terapia coronana intensiva -se
encuentra internado por una afección renal- para decidir personalmente la fecha
y el alcance de la nueva huelga general.
Por su parte, el ministro de
Trabajo, Ideler Tonelli, dejó una puerta abierta a una posible solución de este
nuevo conflicto afirmando que el Gobierno siempre vería con buenos ojos una mediación
de la Iglesia católica. La CGT se encuentra fuertemente influenciada por la
jerarquía católica argentina -la Iglesia más conservadora de América del Sur-,
y entre los- asesores y redactores del discursos de Ubaldini se cuentan
prestigiosos sacerdotes.
No obstante, caben escasas
esperanzas de que la jerarquía católica medie en esta huelga, con la que
comienza oficialmente la campaña electoral peronista para las elecciones
presidenciales de octubre de 1989, que, con toda seguridad, serán adelantadas
al menos seis meses. El obispo de San Justo ha rechazado la posibilidad de
mediación entre el Gobierno y los sindicatos peronistas, aduciendo que "el
congelamiento de precios no existe" y que "la situación
socioeconómica no ha inejorado".
Dólar oficial y dólar
'negro'
Esta décima huelga general
se enmarca en una situación económica caracterizada por una brecha cambiaría
entre el dólar oficial y el negro del 18,80%, y por una inflación mensual del
8,5%. El tobogán del Plan Austral de economía de guerra sube y baja,
defendiéndose precariamente, pero en estos momentos precisamente asciende, si
se tiene en cuenta que la inflación del mes de octubre creció hasta el 20% , lo
que obligó al Gobierno a adoptar drásticas subidas de tarifas y un tercera
congelación de precios.
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