1/9/06

España se despliega en el Limbo (1-9-2006)

El papa Juan Pablo II se equivocó suprimiendo el Limbo porque estar en Babia no tiene la misma fuerza conceptual. Antes de que el Congreso lo debata, ya estamos desplegando fuerzas en el Limbo del Líbano. Kofi Annan, y por extensión las Naciones Unidas, también. La resolución 1.701 del Consejo de Seguridad es calcada de otras anteriores y fracasadas sobre el mismo teatro de operaciones libanés, y es que las resoluciones de la ONU son esquizofrénicas a fuerza de intentar complacer a todas las partes implicadas en un conflicto, pero lo del Líbano es sanar un tumor con mercurocromo porque no es un Estado, sino un rebaño de facciones religiosas pastoreado por Siria e Irán, con un Ejército inútil e igualmente fraccionado en sectas.

Hizbulá es como el anillo de Moebius que no tiene principio ni fin: es una organización terrorista, tiene tres ministros en el Gobierno de Beirut y el 30% en la Cámara de Diputados. Las fuerzas de la FINUL tienen prohibido intervenir contra Hizbulá, que no se va a dejar desarmar por el teórico Ejército libanés. Sería algo así como si la Ertzaintza pretendiera desarmar a los Mossos d’Esquadra. En Bosnia-Herzegovina la ONU es como la Guardia Civil, y Kosovo acabará en partición entre serbios y albaneses. Pero el Líbano es eterno como el Limbo, hasta que algún Papa lo derogue. Nunca mejor dicho que las tropas españolas van para quedarse en una política de seguidismo de Francia que es la mitad del corazón de Europa que le queda a Zapatero. El mayor contingente que se desplazará al extranjero va de Don Tancredo.

Llegamos, además, con la reticencia israelí y el aplauso de Hizbulá, que dialoga de una civilización a otra con lanzaderas de cohetes. Si aquí conversamos con ETA, ¿por qué vamos a hacerle ascos a los ayatolás alzados en armas? No es cierto que Zapatero sea un pacifista: lo que no le gustaba era la guerra de Irak a la que se agarró como clavo electoral. Su disposición a implicarnos en conflictos extraños es casi militarista. Pero lo peor es que en el Líbano no podemos hacer nada, salvo pisar una bomba de racimo, y no decidimos nada ni nos dan el mando de una brigada: acudimos de chusqueros. Y ¿qué hace Felipe González en Teherán? ¿Representa intereses de Jesús del Gran Poder o del todopoderoso mexicano Slim? ¿O es un enviado de la Internacional Socialista? Irán quiere llegar a un equilibrio de terror nuclear con Israel, y causa más temor que FG lleve una mediación por encargo de ZP. La política socialista en el área siempre pasa por los sirios y los persas que son un explosivo retardado. El Limbo atómico.

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