El presidente de Argentina,
Raúl Alfonsín, se dirigió al país en la noche del jueves convocando a una convergencia democrática que provoque una discusión
nacional sobre la redefinición del papel del Estado y sus aparatos
institucionales, la economía, los sistemas de seguridad social y el traslado de
la capital federal a la Patagonia, entre otros asuntos. Alfonsín excluyó de
esta convocatoria a "los conservadores de privilegios" y a los
"impulsores de la revolución delirante".Con esta iniciativa, Alfonsín
intenta por enésima vez incitar a un gran acuerdo nacional que extraiga al país
de su marasmo político. Presumiblemente no albergue excesivas, ilusiones sobre
el éxito de su propuesta, pero sí alguna esperanza de pactar apoyos en el
Congreso de los Diputados y Senadores para sus proyectos de traslado capitalino
hacia el Sur y de reforma constitucional, cuyo punto caliente sería la posibilidad de su reelección
en 1989.
Divisiones en el peronismo
La multidivisión del
peronismo en fracciones enfrentadas diluye así la fuerza política del primer
partido opositor y dificulta notablemente lo que podría haber sido un pacto
nacional entre los dos grandes partidos de la República (Unión Cívica Radical y
Movimiento Justicialista).Y de esa ausencia de entendimiento político dentro
del peronismo nace la fuerza de la CGT (Confederación General del Trabajo)
liderada por el dirigente Saúl Ubaldini, que somete al Gobierno de la Unión
Cívica Radical (UCR) a continuadas pruebas de fuerza, desbordando siempre los
límites de la reclamación sindical.
Alfonsín ha excluido de este
diálogo al Partido Comunista argentino, al Movimiento al Socialismo (MAS), al
Partido Obrero y al Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), liderado por
el ex presidente Arturo Frondizi. Los tres primeros, en diversos niveles de
ultraizquierda, y el último, grupúsculo de la derecha económica encamado con la
ultraderecha del peronismo.
Cambios en el comunismo
El comunismo argentino ha
sufrido extrañas transformaciones estratégipas en sus últimos años. Aun siendo
perseguido por la última dictadura militar, no colaboró con la subversión
armada de izquierdas y ganó una acreditada fama de prosoviético. Restablecida
la democracia en Argentina, emitió por primera vez en su historia un documento
orgánico en el que justificaba la resistencia armada contra la oligarquía. Sus
integrantes son inasivamente intelectuales o progresistas de clase media; el
partido carece de una base obrera.El Movimiento al Socialismo y el Partido
Obrero son agrupaciones trotskistas que ponen énfasis en la ruptura con el
Fondo Monetario Internacional, la cancelación, unilateral de la deuda externa y
una utópica revolución autárquica en el país.
El Movimiento de Integración
y Desarrollo (MID) -una escisión del radicalismo por su derecha representa lo
más conservador de la sociedad argentina, dispuesta a pactar con los reflejos
fascistas de la ultraderecha peronista.
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