20/3/87

Normalidad en Argentina pese a las tensiones por los juicios a militares (20-3-1987)

La normalidad institucional en la República Argentina es completa pese al público enfrentamiento entre la justicia militar y la civil sobre los precesamientos de jefes y oficiales de las tres armas supuestamente implicados en excesos represivos durante la guerra sucia contra la subversión en los años de la dictadura militar instaurada en 1976.

El presidente argentino, Raúl Alfonsín, se reunió el miércoles en la quinta presidencial de Olivos con el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, y con el secretario de Estado de Justicia, Ídeller Tonelli, para informarse sobre la marcha de los cientos de procesamientos e indagatorias sobre personal de las Fuerzas Armadas que se están siguiendo en los tribunales.Algo más de un millar de jefes y oficiales de las tres armas se encuentran involucrados judicialmente en presuntas violaciones de derechos humanos, aplicación de tormentos, robo, sometimiento de personas a servidumbre, asesinato, homicidio, falsedad de documento público, detención ilegal y secuestro y entrega de menores. Juzgadas y condenadas las tres primeras juntas militares de la dictadura, están entrando ahora en los juzgados los segundos escalones de la represión, entre los que se encuentran numerosos militares en actividad.

Conflicto de competencias

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas -máximo tribunal castrense- desperdició más de un año en instruir la causa contra las tres juntas militares y el sumario fue traspasado a la justicia civil (Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correcional), que fue la obligada a sentenciar y condenar. El resto de las causas globales, como la de la escuela de Mecánica de la Armada, también han debido traspasarse a la justicia civil, ante la imposibilidad del tribunal militar de encontrar pruebas acusatorias sobre un solo uniformado que le hubiera levantado la mano a un ciudadano.Toda esta crisis no es otra cosa que un gran montaje psicológico previo a la visita papal de primeros de abril. El 6 del próximo mes arribará a la Argentina Juan Pablo II, y de él se espera el inevitable mensaje de reconciliación, paz y perdón para todos que podría ser instrumentalizado por las fuerzas armadas para lograr alguna especie de amnistía hacia sus integrantes.

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