5/5/84

El general Stroessner, decano de los dictadores, celebra discretamente sus 30 años de poder absoluto en Paraguay (5-4-1984)

Seis policías reciben, apelotonándose tras un mostrador, al viajero en el aeropuerto internacional Presidente Stroessner de Asunción; el primero requiere la hoja de ingreso y anota el medio informativo para el que trabaja el periodista, todas sus direcciones posibles en dos continentes, y la duración de la estancia; el segundo sella el pasaporte; el tercero, guarecido tras un inmenso pupitre, rebusca en un grueso libro; el cuarto te cobra tres dólares; el quinto te da un papelito para que recojas el pasaporte al día siguiente en la central de policía de Asunción; y el sexto, sencillamente, te observa. Ayer, 4 de mayo, se cumplían seis lustros de la permanencia en el poder del general. Afredo Stroessner, decano de los dictadores del mundo.

Sólo los periodistas españoles tienen que repetir, a las 24 horas de su ingreso, el pequeño interrogatorio ante la Oficina de Investigaciones de Desembarcadero y Turismo, donde inquieren hasta el nombre de las personas que el visitante conoce o va a conocer en Paraguay. El clima hostil a España es palpable en las páginas de los diarios oficialistas que aluden a la "España marxista" y en los desaforados editoriales radiofónicos, que tildan de traidor al escritor Augusto Roa Bastos por haberse acogido a la nacionalidad española, "concedida por el Gobierno comunista que lidera Felipito González". El general Alfredo Stroessner basa ideológicamente su régimen desde hace 30 años en un anticomunismo militante congelado en la peor guerra fría de los años cincuenta; pero sus denuestos contra "el Gobierno comunista español", la reproducción en el diario gubernamental Patria de comentarios de El Alcázar, y hasta el triunfo de Pablo Villamar (jefe de actividades culturales de Fuerza Nueva) en Asunción con su espectáculo Viva Sevilla y olé, no son sólo desmayos de la razón.
Stroessner es el dictador de América Latina más semejante en su metodología a Francisco Franco, y el interés de todo el Cono Sur por la transición política española se acrecienta en Asunción. La oposición se ha resignado a esperar la muerte física de Stroessner, se confía en la veracidad de los periódicos rumores sobre su cáncer, y se especula con los dolores que al dictador más antiguo de Latinoamérica le provoca el estrechamiento de su mano derecha, que sólo extiende -según confesión propia- como un gesto de inusitada cortesía. Y la respuesta del general prusiano, hijo de alemán, apodado El rubio, de ojos azules, consiste en auspiciar un desprestigio inteligente, aunque de sainete hacia la España posfranquista.

Ayer, el decano de los dictadores en todo el mundo cumplió 30 años de poderío absoluto sobre esta gran finca familiar llamada Paraguay. En América Latina sólo le ha superado hasta ahora el mexicano Porfirio Díaz (31 años de Gobierno). El aniversario de su golpe de Estado del 4 de mayo de 1954, blanqueado por unas elecciones militarizadas en agosto del mismo año, se celebra con discreción y en absoluta tranquilidad ciudadana. La jornada ni siquiera ha sido festiva y sólo en la tarde el viejo patriarca aceptó un homenaje político en la sede de su Partido Colorado. 24 horas antes había viajado al Estado brasileño de Rio Grande do Sul para entrevistarse brevemente con el presidente João Figueiredo.

Iconografía reverencial

No obstante, la iconografía reverencial hacia el gran padre satura las calles y los medios de comunicación. Felicitaciones zalameras en las emisoras de radio y televisión y en los diarios, anuncios exteriores de neón -"paz, trabajo y bienestar con Stroessner"-, imágenes del dictador besando a tiernas niñas... En el Ministerio de Hacienda se exhiben en una vitrina las botas del futbolista paraguayo Benny Ricardo, del Minnesota Vikings, con las que marcó 100 goles en la última liga del balompié estadounidense y que ofreció emocionado al benefactor de la patria.El país continúa aislado y adormecido, ajeno a los giros políticos que se producen en su derredor. La geografía, el encomiable aunque interesado amparo de la lengua guaraní (oficial junto al español) la corrupción generalizada y estimulada, en cuyas artes Stroessner pasa por ser un virtuoso, el maquillaje institucional de la dictaduta, la represión brutal pero sectorizada, son las cartas que han dado longevidad a este régimen.

Todo ello sin contar que el general Stroessner ha convertido a Paraguay en el Estado contrabandista por antonomasia. Al menos la mitad del comercio exterior del país es contrabando y los presupuestos estatales se equilibran dando asiento contable a los ingresos del fraude aduanero con Bolivia, Brasil, Argentina y Uruguay. Algunos establecimientos de venta de automóviles en Asunción, que ofrecen precios increíblemente bajos, son un ejemplo tan interesante como inmoral. El comprador no encuentra autos en exposición, sino catálogos con fotografías de los distintos modelos. Elegido el deseado -siempre a precios dignos de Jauja- el vendedor cruza la frontera hacia Río de Janeiro, São Paulo o Buenos Aires, roba el coche adecuado y se lo entrega a usted en dos semanas con matrícula legal paraguaya, documentación legal paraguaya y una numeración legal troquelada en el motor.

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