Carlos Pizarro, alias
Caballo Loco, comandante del Batallón América,
militarista, nuevo jefe del M-19 tras la extraña muerte del político Álvaro
Fayad a manos de la policía de choque colombiana en un piso bogotano, intenta
el cerco de Cali desde hace ya más de un mes.Cali es la tercera ciudad del
país, con 1.600.000 habitantes, y el Batallón América es una brigada
internacional suramericana integrada por colombianos, ecuatorianos y peruanos
cuyos efectivos se evalúan en unos 500 hombres y mujeres. Dos semanas antes de
las legislativas del pasado mes de marzo, antes ya de la muerte de Fayad, Caballo Locointentó la
penetración de la ciudad en autobuses.
El Ejército rechazó el
insensato ataque con un despliegue revelador de su complejo de inferioridad
ante la guerrilla: obuses autopropulsados, helicópteros artillados y los
caracoles, los blindados de fabricación nacional. Además del consiguiente
empleo de infantería. Actualmente es el único frente operativo en Colombia
llevado adelante por el M-19, segunda fuerza guerrillera colombiana, y en
abierta ruptura con las sucesivas treguas negociadas por el presidente
Betancur.
En estos más de 30 días de
combates, ambas partes han sufrido severas pérdidas: no es extraño que el
Batallón América tenga 20 muertos cuando se aproximan a los primeros asfaltos
de Cali y no es nada raro que el Ejército pierda 20 hombres en cuanto pretende
trepar por las estribaciones andinas que circulan la ciudad.
Matar a los pobres
Por otra parte, la presión
guerrillera sobre Cali no es casual. En Cali han comenzado a matar a los
pobres. En el último mes los escuadrones de la muerte parapoliciales y paramilitares
han asesinado a 40 homosexuales, travestidos, supuestos delincuentes comunes y
mendigos que pernoctaban en las aceras de las calles.
En ocasiones, reuniones de
homosexuales en el barrio
caliente de Cali fueron
dispersadas en operativos violentísimos mediante gases lacrimógenos y sus
participantes fusilados en las puertas de las casas. El último escalón de
violencia en la ciudad por parte de los escuadrones, como Muerte a los Secuestradores (MAS), que por otra parte son legión en
Colombia, está consistiendo en la muerte organizada de los mendicantes.
Por supuesto que morir en
Colombia es fácil y, por ejemplo, el secuestro forma parte de la industria
nacional Hace tres semanas la policía, matando a los secuestradores liberó en
una chabola de un arrabal a un industrial italiano que llevaba cinco meses
secuestrado con una cadena de hierro en los tobillos. Las televisoras
colombianas además de ofrecer atroces imágenes de los delincuentes abatidos, se
ocuparon esencialmente de explicar cómo el pobre italiano había amaestrado a un
ratoncito durante su cautiverio premiándolo con granos de arroz. Los
periodistas de las televisiones entendieron adecuadamente que ésta era la
noticia y no el hecho corriente de que alguien permanezca cinco meses bajo
secuestro.
Y hay que entender también
que por estas cosas un hombre como Caballo Loco pretenda entrar en Cali y pueda
aspirar a que la población le reciba con entusiasmo.
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