Aerolíneas Argentinas ha
reanudado sus vuelos a las ciudades brasileñas de Río de Janeiro y Sâo Paulo y
ha anunciado acuerdos con compañías aéreas internacionales para cubrir otros
servicios. El tímido inicio de normalización se produce tras dos semanas de
huelga, después de haber fracasado dos rondas de negociación con el Gobierno y
la dirección de la empresa y una vez que ha sido despedida la totalidad de los
pilotos de Aerolíneas Argentinas. Los problemas de tráfico aéreo internacional
presentan graves problemas en esta época del año, donde el Sur patagónico del
país se encuentra aislado.
Durante el último tramo de
la dictadura militar (1976-1983), la presidida por el general Bignone, algún
publicitario con un sombrío sentido del humor diseñó una campaña para
Aerolíneas Argentinas bajo el siguiente eslogan: "Desaparezca".
Pretendíase así vender la imagen de un país hermoso y remoto en el que uno
podía esconderse y relajarse de las tensiones de la vida moderna. Los militares
en el poder tardaron algunos meses en entender que el eslogan de Aerolíneas
Argentinas publicitado en todo el mundo no hacía otra cosa que recordar a los
desaparecidos bajo la dictadura. Toda aquella publicidad fue cancelada.La
democracia publicitó Aerolíneas Argentinas bajo otra óptica: "El país que
remonta vuelo", y a poco más de dos años y medio del Gobierno radical los
pilotos de la compañía, asociados en el APLA, (Asociación de Pilotos de Líneas
Aéreas), han dejado en tierra a la primera compañía aérea estatal. Desde el
pasado primero de julio la compañía ha dejado de volar por la huelga de los 561
pilotos, en reclamo de mejoras salariales contrarías al plan austral de
economía de guerra.
La posición de la directiva
de Aerolíneas ha sido inflexible y dos rondas fracasadas de negociaciones con
los pilotos han abocado en el despido definitivo de toda la plantilla de
pilotos. Los pilotos de Aerolíneas perciben salarios mínimos de 970 australes
(cerca de 140.000) pesetas) mensuales, más viáticos y hospedaje en los mejores
hoteles. Con 120 pilotos de exceso en la plantilla, la mayoría no pasa de volar
40 horas mensuales. El 60% de ellos son militares en retiro y el secretario del
APLA es un teniente de fragata proveniente de la aviación naval.
Argentina cuenta con tres
compañías de navegación aérea todas bajo control estatal: Aerolíneas, Líneas
Aéreas del Estado, (LADE), manejada por la Fuerza Aérea, y Austral, dedicada
esencialmente a cubrir las líneas de cabotaje.
Los pilotos de Aerolíneas
comenzaron reclamando una equiparación salarial con los pilotos de Austral, que
ganan un 36% más de sueldo pero que vuelan -dada las inmensas distancias
interiores del país- bastantes más horas que los primeros. Después reclamaron
un salario mínimo para copiloto de 1500 australes (cerca de 220.000 pesetas), y
la dirección de la compañía cerró las negociaciones y comenzó a emitir cartas
de despido hasta abarcar a toda la plantilla. Antes de llegar a los finiquitos
la situación se había hecho caótica por decisión unilateral de 561 hombres
económicamente privilegiados dentro de la crisis por la que atraviesa el país:
el puente aéreo Buenos Aires-Montevideo, cubierto mitad y mitad entre
Aerolíneas y Pluna (Primeras Líneas Uruguayas Nacionales), se encuentra
prácticamente colapsado; la Patagonia, en el profundo sur del país, está
padeciendo los efectos del desabastecimiento, y en Tierra de Fuego -inaccesible
por mar en esta época del año- cientos de turistas permanecen atrapados en sus
hoteles.
Aparatos abandonados
Aparatos de Aerolíneas están
abandonados en aeropuertos de todo el mundo y las pérdidas de la empresa se
estiman entre los dos millones de dólares diarios que calculan los pilotos y el
medio millón que aprecia la compañía. Economistas solventes ligados a
Aerolíneas suponen que las pérdidas diarias rozan el millón de dólares.Por otra
parte, Aerolíneas rebajó hace poco menos de un año y por seis meses sus tarifas
hasta en un 40%, necesitando urgentemente de liquidez para pagar su propia
deuda externa. Ahora estos pasajes para ser endosados a otras compañías deben
ser sufragados a su coste real por la empresa. Miles de argentinos del exterior
o que desean viajar al verano europeo se encuentran así inmovilizados en los
aeródromos ante la desconfianza financiera de las restantes líneas aéreas. Sólo
Iberia y Pan Am están colaborando con Aerolíneas.
La dirección de Aerolíneas
se mantiene firme en la decisión de no aceptar el chantaje de los pilotos;
13.000 empleados de la compañía han negociado con la empresa bajo los rigores
del plan de economía de guerra, y el presidente Raúl Alfonsín tiene un salario
de 640 australes. La huelga de pilotos ha sido entendida como lo que es: un
reto político al Gobierno democrático por parte de una aristocracia laboral
proveniente o influenciada de y por las Fuerzas Armadas.
Aerolíneas ha abierto una
lista de solicitud de empleo para pilotar su flota en la que pueden inscribirse
los pilotos despedidos. La empresa estima que en tres meses se habrá
normalizado el vuelo de cabotaje y en seis la cobertura de las rutas
internacionales. Por el momento, y para paliar la situación pilotos de LADE y
Austral, están manejando zdgunas de las máquinas de Aerolíneas para
aprovisionar el sur del país.
Los vuelos con las ciudades
brasileñas de Río de Janeiro y Sao Paulo se han reanudado pilotados por
personal de la Fuerza Aérea Argentina, y la compañía ha establecido acuerdos
con otras compañías para atender las demandas de pasajes, pero la situación,
dista mucho de resolverse. Ninguna de las partes está dispuesta a bajarse del
caballo y que Aerolíneas, empresa deficitaria pero de excelente servicio y sin
ningún accidente en los últimos 16 años, ha dejado de remontar el vuelo.
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