El presidente Alfonsín denunció el martes la existencia de una
conjura desesperada para subvertir la democracia, que planeará los próximos
meses sobre las fuerzas armadas argentinas. El admonitorio discurso
presidencial fue pronunciado en la cena anual de camaradería de las fuerzas
armadas. "Se advierten claras manifestaciones", dijo Alfonsín,
"de una estrategia desesperada de los que saben que se les escapa el
tiempo para reimplantar el esquema de la decadencia".Raúl Alfonsín, además
de anunciar reformas organizativas y educativas en el terreno militar, afirmó
que como comandante en jefe ha ordenado sanciones disciplinarias contra los
jefes y oficiales que formulen públicamente declaraciones políticas.
Veinticuatro
horas antes, el brigadier Federico Alsogaray, presidente del Centro de
Oficiales Retirados de las tres armas y hermano del líder de la Unión de Centro
Democrático Álvaro Alsogaray (centro derecha), denunció una supuesta
infiltración marxista en el Gobierno y en los medios de difusión.
También el
martes, el ministro del Interior, Antonio Tróccoli, informó a la Cámara de los
Diputados sobre la escalada terrorista. Estimó el ministro que en Argentina
está operando una central desestabilizadora perteneciente a la ultraderecha,
responsable de los últimos atentados con bombas, amenazas, propagación de
rumores alarmistas y del profanamiento de los restos del general Perón.
A instancias de
la bancada justicialista, la sesión informativa del ministro pasó a ser secreta
hasta altas horas de la madrugada. Trascendió, no obstante, que Tróccoli
apreció que la mutilación de las manos del cadáver de Perán fue reciente,
descartando las versiones de que pudo haber sido profanado en 1976, bajo la
Administración de Isabelita Perán y cuando los restos del general reposaban aún
en la quinta presidencial de Olivos.
Tróccoli pidió un
acuerdo entre el Gobierno y la oposición para neutralizar a los partidarios de
la involución. Hasta el momento, las investigaciones policiales sólo han dado
el fruto de la detención de Patricio Camps, hijo del ex general Ramón Camps, ex
jefe de la policía bonaerense y condenado por violación de los derechos humanos
bajo su mando.
En la madrugada
de ayer, la custodia de la tumba del líder radical Ricardo Balbín, en el
cementerio de La Plata, se tiroteó con un grupo de hombres no identificados que
comenzó a disparar sobre el sepulcro.
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