Unas 20.000 personas
asistieron en la tarde del lunes a la misa celebrada en desagravio por la
profanación del cadáver del ex presidente argentino Juan Domingo Perón en la
céntrica avenida del Nueve de Julio, en Buenos Aires. Sólo se registraron
incidentes menores y anecdóticos. Él paro general pasó inadvertido en la
mayoría del sector de servicios: el comercio, el transporte, los espectáculos
funcionaron con plena normalidad, y la población convirtió el lunes en un
segundo domingo, pero con las tiendas abiertas.
A la misa asistieron
dirigentes justicialistas como Italo Argentino Lúder (candidato presidencial
derrotado por Alfonsín) y Antonio Cafiero (ex ministro de Economía con
Isabelita Perón y candidato a gobernador de Buenos Aires), y líderes sindicales
como Saúl Ubaldini (secretario de la Confederación General del Trabajo) y
Lorenzo Miguel (todopoderoso jefe de la Unión Obrera Metalúrgica). El
radicalismo estuvo representado por Juan Manuel Casella (ex ministro de Trabajo
y candidato a la gobernación de Buenos Aires en las elecciones del 6 de
septiembre) y Enrique Nosiglia (principal asesor del presidente Alfonsín).
También compareció el ministro de Trabajo, Carlos Alderete, peronista y
sindicalista, con cuyo nombramiento el radicalismo ha comenzado a tantear la cohabitación
radical-justicialista en el Gobierno.Casella fue agredido verbalmente en los
términos de «judío hijo de puta" y «judío mentiroso" (lo es: judío) y
fue protegido por el servicio de orden. Alderete, una cita leída del Papa y un
telegrama del cardenal primado Aramburu recibieron sonoras silbatinas. Una
pancarta y leyendas en las paredes cercanas rezaban: "Alfansín, robás las manos de Perón y das
miseria".
Los jefes peronistas y
radicales presentes, con mejor sentido, hicieron todo lo posible por permanecer
juntos durante el oficio, llegando a abrazarse y besarse al darse la paz. El
oficiante no aludió a Perán ni a la profanación de su cadáver, y Saúl Ubaldini
cerró el acto brevísimamente y rogando una desconcentración pacífica, como así
se hizo. En la madrugada del lunes, la investigación policial desarrolló un
operativo espectacular, mediante tres helicópteros y lanchas de la Prefectura
Naval, sobre el litoral del río Paraná, en el noroeste del Gran Buenos Aires.
También se allanaron domicilios en varias localidades.
Por otra parte, una legión
de peritos forenses y policiales volvió a encerrarse en el mausoleo de Perán,
en La Chacarita, rastreando huellas y analizando los muñones del general.
Fuentes policiales indican que las pesquisas se están centrando en un ex
trabajador del cementerio municipal que podría haber colaborado con los
profanadores.
El humor negro de raíz
española de los porteños no ha tardado en florecer, y así se afirma que la
calle de Juan Domingo Perón ha sido convertida en peatonal "porque le han
quitado las dos manos". La frase de Evita poco antes de su muerte ("volveré
y seré millones") se ha trocado, en atribución al general, en
"volveré y seré muñones".
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