La creación de una moneda de
intercambio común -el gaucho- sería el más importante avance concreto en el
proceso de integración económica argentino-brasileña, con ocasión de la segunda
visita oficial del presidente José Sarney a su homólogo Raúl Alfonsín.
El gaucho, designación
finalmente adoptada tras dudar entre patacón y UMAB (Unidad Monetaria
Argentino-Brasileña), no será estrictamente una moneda sino un estado de
cuentas para que el comercio entre los dos países no genere intercambio de
divisas; lo único que se transferiría sería el saldo anual que a su vez
quedaría como crédito para mayores exportaciones desde el país deficitario. El
gaucho tendrá un valor de poco más de un dólar estadounidense.Otro aspecto
importante de la reunión de ambos jefes de Estado se refiere a la cooperación
nuclear por la que Brasil se beneficiará del uranio enriquecido argentino.
Sarney y Alfonsín visitaron. ayer la planta secreta de refino de uranio de
Pilcaniyeu, en la Patagonia, única en América Latina.
Esta nueva cumbre argentino-brasileña ha sido muy
cuidada por las autoridades de Buenos Aires para compensar el deterioro que en
la integración económica de ambas naciones pudiera sufrir el decaimiento
político del presidente Sarney, la estagflación (inflación más recesión) brasileña, la
posible remilitarización de la transición democrática del gigante vecino y las
desconfianzas de los propios industriales argentinos.
Por ello se ha querido dar
realce a un viaje que tenía como objetivo primordial la suscripción de 20
protocolos de cooperación cultural que pretenden potenciar la colaboración en
materia cinematográfica, crear premios y estímulos conjuntos para la investigación
y la crítica literaria o para la promoción de las industrias editoriales. Las
películas brasileñas serán protegidas en Argentina como nacionales, y
viceversa, y se crearán los premios nacionales de ensayo Tangredo Neves y José
Hernández (autor del Martín
Fierro).
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