Un día me desayuné en Santiago de Chile con El Mercurio
que titulaba a cinco columnas en su primera: «Hoy se corre la polla del
general».Me dio un pasmo creyendo que la roqueña censura de Pinochet se había
reblandecido en una manifestación de onanismo. El camarero me explicó que la
polla era el premio remunerado de la principal carrera de caballos patrocinada
por el jefe del Estado. Doy el mismo respingo reflejo cuando leo que Chaves
quiere institucionalizar «la realidad nacional» en el futuro Estatuto andaluz.
¡El bolsón de votos de la izquierda española se quiere nacionalizar! Hay
variedades de gazpacho, pero el andaluz es el español por antonomasia.¿Por qué
el socialismo español quiere desguazarse? Había que temer lo peor cuando un
socialista nacional como Guerra compartía su mansueta Presidencia de la
Comisión Constitucional (aceitando el Estatut) con aquellas declaraciones sobre
la tontuna de un nacionalismo andaluz en el que no creía nadie de Despeñaperros
para abajo. Esto es como lo del general, que cuando se pone a correr despierta
pasiones y suben las apuestas.
Hubo un Blas Infante y pueden florecer 100 entre el PER y Marbella, o la peonada del metro cuadrado, bajo el espeso régimen socialista consolidado por Chaves, que no arregla las cosas en Madrid (preside el PS) pero las desabrocha en su feudo. Para un nacionalismo andaluz sólo hace falta que algún ingeniero social vierta gasolina. Zapatero (nuestro Zaratustra) propiciará hasta el nacionalismo de Madrid, si pierde Esperanza Aguirre y Simancas termina de arreglarle a su niño la Play Station. El bipartidismo imperfecto y estatal está muriendo, supliéndose por una especie de elección indirecta del presidente a cargo de gobiernos nacionalistas.La masa de votantes es la misma, pero sólo la politiquería barcelonesa puede suponer que el tripartito representa a la mayoría de los catalanes cuando las últimas autonómicas han sido las de más baja participación de su historia. Lo más grave no es que se acorrale al PP, no se hable de él y se le tenga por el tonto de la escuela, sino que se le destina a gobernar por mayoría absoluta. Cualquier alianza la tiene prohibida y cualquier radicalización abierta, aunque nada de eso se espere de Rajoy. Nación de naciones y gobierno de gobiernos en una democracia anémica subsumida por partida doble en la partitocracia, las listas electorales cerradas y bloqueadas, la dictadura del 17% (de los votos, como ERC) y el egoísmo insaciable de 17 estaditos como patas del Estado ciempiés.Debe ser la astenia primaveral, pero cuanto más entrevista Pedro J. Ramírez al rojo utópico más me convenzo de que nos enterrará a todos.
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