5/12/86

La Cámara Federal argentina decide hoy si continúa el proceso contra Astiz (5-12-1986)

La Cámara Federal argentina dará a conocer hoy su resolución sobre la situación del teniente de navío Alfredo Astiz, encausado por la desaparición, ocurrida en 1977, de la súbdita sueco-argentina Dagmar Hagelin. Los jueces decidirán si continúa o no la acción jurídica contra Astiz.

Astiz ya fue absuelto con anterioridad por este presunto delito por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, máxima autoridad legal castrense. Reclamada su causa por la Cámara Federal de Apelaciones en lo Correccional y lo Criminal -superior instancia civil- el marino puede ser nuevamente absuelto en función de la obediencia debida o, como desearía el fiscal general de la República, Julio César Strassera, incluido su expediente penal en el juicio en ciernes sobre las atrocidades cometidas bajo la dictadura en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).Astiz se desempeñó como capitán de navío provisional durante la guerra de las Malvinas rindiendo las Georgias del sur a los británicos sin presentar resistencia. Fue absuelto en la Corte marcial por la pérdida de la contienda en la estimación de que obedeció órdenes superiores que le obligaron a arriar su bandera.

Preso durante meses en Gran Bretaña, reclamado por el Gobierno sueco y por el francés -se le acusa igualmente de la desaparición de dos monjas galas colaboradoras de la Madres de la Plaza de Mayo- regresó finalmente a la Argentina, donde se desempeña como teniente de navío y buzo táctico en la base naval de Bahía Blanca.

Rubio, atractivo, de rasgos algo aniñados, conocido por el Angel, trabajó para la inteligencia naval infiltrándose entre las Madres como supuesto hermano de un hipotético desaparecido. Posteriormente fue trasladado a París a la Oficina Europea organizada por el almirante Massera para mejorar la imagen internacional de la dictadura argentina, corrompiendo económicamente a numerosos periodistas.

Un tiro en la nuca

El caso de Dagmar Hagelin es complicado. Astiz y un grupo de tareas de la ESMA cercaron la casa bonaerense de una supuesta joven montonera, con la que Hagelin mantenía relaciones amistosas de colegio. Durante días, la supuesta montonera -que acabó exiliándose en España- no apareció por su domicilio y un mal día lo hizo Dagmar -17 años, atleta fondista- que se vio rodeada de personas de paisano armadas. Corrió espantada y Astiz, rodilla en tierra, la intimó: "¡parate flaca!". La flaca aceleró su carrera y Astiz la disparó en la nuca. A punta de pistola, detuvieron un taxi y arrojaron a la herida en la callejuela camino de la ESMA. Testigos presenciales la vieron después en un sanatorio clandestino de la Marina en Mar del Plata semidescerebrada y sin control de esfinteres.El padre, sueco divorciado de una argentina, removió cielo y tierra y encontró inmediatamente apoyo de su embajada para llevar el caso hasta hoy, pese a que su desaparecida hija, Dagmar, nacida en el país de adopción de su padre, es argentina para los argentinos y sueca para los suecos. Sólo la Embajada francesa, movilizada por la desaparición de las monjas, dio algún que otro paso contra Astiz. Hasta 1983, la Embajada española no movió un dedo por la suerte de los españoles e hijos de españoles desaparecidos en la guerra sucia.

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