12/3/07

El susto (12-3-2007)

Fraga, en sus buenos tiempos, decía aquello de que los socialistas sólo aciertan cuando rectifican. Malos tiempos para citar a Fraga, pero el PSOE, por no rectificar, ha perdido por el camino la E de España, la O de obrero y la S de socialista, quedándose en el Partido, el Movimiento, el Régimen. La manifestación del sábado les ha supuesto el gran susto porque consideran la política de la calle monopolio gubernamental en un rictus de sovietismo. Durante su paso por la oposición, la máquina de llamadas SMS de la calle de Ferraz echó humo y Zapatero (que es vago) gastó más horas en agarrar pancartas que en su despacho.

Runrunean por el Foro que las relaciones entre el presidente y María Teresa Fernández de la Vega, el ministro del Interior, Rubalcaba, y el de Defensa, Alonso, no son buenas, porque no pueden seguir al disparatado correcaminos presidencial. Aunque, si es verdad, no lo parece, porque, en los días precedentes al susto, la dirigencia socialista ha dado un recital antidemocrático desconocido desde que, también Manuel Fraga, dijo aquello de «la calle es mía» en un contexto preconstitucional.

¿Pero quiénes son éstos para controlar el derecho a la manifestación? Toda la batería de improperios se ha disparado contra el PP y Mariano Rajoy, que hace tan pocos aspavientos que ha tardado tres años en convocar al descontento que pueda apacentar, lo que denota una gran responsabilidad y mesura. El general De Gaulle no daba conferencias de prensa sino «a la prensa» y los escribanos salían de ellas con los cuadernos de notas repletos de alusiones sobre la grandeza francesa y ayunos de la menor noticia. La mujer del año da ruedas de prensa tras los Consejos de Ministros en las que no rueda nada porque sólo atiende a los periodistas afines y con el bombo colgando, y recita prácticamente sin variantes el manual básico del anti-PP.

Los medios obsecuentes se sumaron al sustazo. El País en un ataque de razón editorializó sobre la falta de intencionalidad política en las excarcelaciones del PP. Al día siguiente habrían despedido al editorialista y ocupado su sillón Javier Pradera con sus fantasmas comunistas, porque se achacaba al PP de socavar las instituciones. Un responsable sindical acusa a Aznar de ser moral y socialmente responsable de los 191 muertos del 11-M. Ya le han gritado en la cara «asesino» en anteriores pasacalles socialistas. Y Patxi López no ha tenido otra ocurrencia que calcar la manifestación con el golpe de Estado del 23-F.

La vindicación del sábado no domeñará el espíritu de Zapatero, quien dirá, como Felipe González, que éstas son cosas que acaban en dos editoriales de periódico y dos telediarios. Está autista con el leño como rey de la charca de las ranas. Por un degenerado que ni siquiera importa a ETA acepta la división de los españoles.

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