8/3/07

Reyertas de mancebía (8-3-2007)

Las evoluciones de ese meteorito descerebrado (tiene un examen psiquiátrico) que es De Juana Chaos han dado en que los dos grandes partidos se han enzarzado en una reyerta de mancebía entre mozos por una majeza. El presidente ha perdido su talante (será de tanto usarlo) y en el Senado se ha puesto a dar gritos como un Bambi herido. Pareciera que no le molesta tanto el diferencial sobre el etarra que la convocatoria de la manifestación del sábado. Como Fraga, Zapatero cree eso de que «la calle es mía», y ya ha soportado bastantes manifestaciones de las víctimas del terrorismo como para admitir la primera convocatoria del PP en tres años. ZP, que se agarró a cualquier pancarta desde el Prestige, la Guerra de Irak y los incidentes electorales del 14 de marzo, no entiende que desde la base de todos los partidos surge un rechazo por los privilegios de la bestia que son contrapartida a ETA-Batasuna.

La salida del pícaro es el «más eres tú» y desde las almenas del socialismo se amenaza al PP con las penas del infierno desvelando no sé qué secretos de polichinela sobre los tratos con ETA desde la administración Aznar. En aquellos ocho años, el Gobierno popular se enfrentó a dos retos dramáticos: el asesinato de Miguel Angel Blanco y el secuestro inacabable de Ortega Lara. Se hicieron gestiones -¡cómo no!- por mediadores y personas de buena voluntad, pero en ningún momento se hocicó ante el chantaje. Huido el presidente de su cita en el Congreso, Rubalcaba no podrá presentar otras vergüenzas inconfesas que las publicadas en los periódicos. Secretos de hemeroteca.

José María Aznar es adusto y antipático hasta decir basta, pero en su biografía hay rastros de grandeza. Cuando accedió al poder, el socialismo estaba desgastado, cansado, sin liderazgo, sin otra estrategia que la descabellada de aliarse con los comunistas (brillante idea del hoy comisario económico de la UE, Joaquín Almunia) y enfangados hasta las cejas en la corrupción económica y el asesinato de Estado. Dice ahora Rafael Vera, el condenado monje negro de aquellos vergonzosos sucesos, que desvelará los GAL cuando ETA se disuelva. Largo nos lo fía el perillán. De momento, que recuerde que sin los excesos de prudencia y sentido de Estado del PP, Aznar habría descuajeringado a los socialistas para varias legislaturas, pero prefirió extender la manta y darlo todo a la ley del olvido sin caer en que en política no se agradece nada. Felipe decía «les dejaremos de matar cuando ellos dejen de matarnos» y Rubalcaba tiraba los balones fuera. Puede que el PS le baje los pantalones al PP, pero estos les pueden bajar los calzoncillos.

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