25/5/06

‘Ozú, zoy andalú, cazi ná’ (25-5-2006)

En ninguna parte está escrito que todas las autonomías deban ponerse ahora a la cola para revolucionar sus estatutos. Igual que las legalizaciones de Caldera han ilusionado a los inmigrantes, el Estatut sirve de efecto llamada para las autonomías periféricas de Cataluña. Curiosamente, no se resucita un plan Ibarretxe mejorado y ampliado a la espera de que el vaporoso proyecto de paz dé a luz algún ratoncito después de tan solemnes aspavientos, pero Andalucía ya está de parto, y tras el referéndum catalán, Valencia hará uso de la cláusula Camps para elevar el listón de lo suyo tan alto como el que más. Como Brecht, los políticos autonómicos acuden al mercado en el que se venden las mentiras. Andalucía, granero socialista, necesita un cambio de régimen y mudar a un Chaves que en décadas no ha sabido sacarla del subdesarro llo.Los gobiernos socialistas han regado Andalucía con dinero y Cádiz sigue siendo el punto de desempleo más negro de Europa.

El proyecto de Estatuto andaluz no sólo se mira en el Estatut catalán, sino que va más allá y nacionaliza el Guadalquivir, cuenca de la que participan Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, y blinda competencias jibarizando al Estado.

La superferolítica alusión a la «realidad nacional» andaluza es otra pastelería derivada de la contaminación catalana. Llegará un tiempo en que Madrid reclamará su nacionalidad, y es que hasta los gatos quieren zapatos. Todo principio de solidaridad interterritorial y caja única está siendo demolido con piqueta.

¿Habrá algún andaluz nacionalista e insolidario con España? Como Dios es grande en el Sinaí no se les ha ocurrido a los politicastros andaluces reclamar un hecho diferencial lingüístico, pero propugnan la conservación del modo que tienen los andaluces de pronunciar el español (más los giros propios del habla) y me temo una ventolera de catedráticos, profesores, simposios y toda una ferretería cultural en torno al andaluz. «Opá, voy a hacé un corrá…» deberían espeluzar a los graves andaluces occidentales, pero el crimen satisface hasta a los severos castellanos, y es que el mal gusto es como la energía cinética: difícil de parar. Pero no duden que la Junta de Andalucía contará con una Consejería de normalización lingüística que establezca qué más consonantes se deben suprimir.Hay que hacer funcionarios a los correligionarios.

Cataluña marca el paso. Primero echan a la Guardia Civil y ahora la reclaman porque la delincuencia desborda a los Mossos d’Esquadra.Para pedir al Estado no hay blindajes. Son como los jóvenes que se independizan y exigen dinero a los padres para el fin de mes.Ozú.

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