17/11/86

Neto triunfo del partido de Guimarães en Brasil (17-11-1986)

La tendencia del lentísimo escrutinio de las elecciones legislativas y estatales celebradas en Brasil el pasado sábado, 15 de noviembre,confirma todos los pronósticos previos a la votación: crecimiento espectacular del ya mayoritario Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Ulysses Guimarães; el retroceso de su socio en el Gobierno, el Partido del Frente Liberal (PFL), inspirado por el presidente José Sarney, y la derrota de los hombres de Lionel Brizola (Partido Democrático Trabalhista, PDT) en la puja por la gobernación de Río de Janeiro.

El recuento de los votos, afectado por la dudosa legalidad de muchos de ellos y por la nulidad de otros tantos, está deviniendo en los trabajos de Hércules y al menos serán precisos tres días para tener resultados detallados y solventes; pero las proyecciones realizadas por el instituto Gallup y las centrales de los principales partidos sobre los primeros escrutinio; no dan lugar a dudas sobre el triunfo neto del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMBD)La oposición por la derecha y la izquierda a la coalición gubernamental PMDP-PFL, sólo puede aspirar en la asamblea constituyente a un 20% de representación.

El retroceso del PFL respecto de su socio gubernamental convierte a Ulysses Guimarães en decisor de la próxima Constitución de la República.

El PMDB se ha asegurado también las gobernadurías del triángulo de las Bermudas donde se cuece la política brasileña: los Estados de Río de Janeiro, Minas Gerais y São Paulo. Las dos grandes lizas electorales lo fueron por el primero y el último. En Río, el pemedebista Wellington Moreira Franco, sociólogo, aparece como ganador con más del 40% de los votos, seguido del brizolista, el antropólogo Darcy Ribeiro, que no obtendrá más del 37%.

La querella electoral proseguirá por tiempo en el Estado carioca, dado el desorden técnico de una jornada electoral en la que ni siquiera se llegaron a constituir mesas de votación en grandes favelas -suburbios urbanos de pobreza extrema-, feudos del brizolismo. Pero la gobernación de Río se ha perdido para el socialismo moreno.

El error de Brizola

Se estima que Brizola erró al convertir la disputa por Río en un enfrentamiento entre él y el presidente Sarney, pretendiendo desconocer que, mal que pese, este último ha logrado en menos de dos años y contra todo pronóstico y toda lógica una notable

popularidad. Brizola, gobernador saliente de Río, ya ha anunciado su intención de fijar residencias en São Paulo y Brasilia para combatir al nuevo gobernador pemedebista del gran Estado brasilero y para seguir postulando su candidatura presidencial.

En São Paulo ya tiene perdida la elección Erminio da Morães, primer empresario privado brasilero y candidato auspiciado por el presidente Sarney. Con al menos el 38% de los votos, emerge como gobernador el candidato del PMDB, Orestes Quercia. El incansable e incombustible -por más que se reduzca a cenizas en cada elección- Paulo Maluf, primera fortuna familiar brasileña, virtuoso de la corrupción, ex gobernador paulista y candidato presidencial derrotado por Tancredo Neves en enero de 1985, ha quedado en tercer lugar, con un 22% de sufragios.

Lo destacable de las elecciones a gobernador por São Paulo

es el enfrentamiento entre Guimarães y Sarney apoyando candidaturas distintas. El primero se ha alzado con su candidato.

Por lo demás, en la mayoría absoluta de los 23 Estados federados se perfila el triunfo de los aspirantes a gobernador por el PMDB, que contarán asimismo, dentro de las distintas coaliciones estatales, de mayoría legislativa en cada una de las asambleas estatales. Ulysses Guimarães ponía ayer en la mañana ante las cámaras de la red de televisión Bandeirantes el dedo en la llaga: "Un mandato de seis años para el actual presidente me parece demasiado.

Rotundo fracaso

Indudablemente el intento de José Sarney de ampliar sus márgenes de maniobra fortaleciendo electoralmente al PFL ha fracasado rotundamente y ya sólo cuenta como respaldo de su sillón con su popularidad rápidamente adquirida por la implementación del Plan Cruzado, su mandato legal aunque no democrático, y el temor -más interesado que fundado- a una nueva intervención militar.

Los comicios se han llevado a cabo sin incidentes dignos de mención, excepto uno probablemente reclamado del superrealismo político-militar.

Avances intelectuales

El ex presidente João Baptista Figueiredo, último mandatario de la dictadura, se mostró al votar fanático partidario de unas elecciones presidenciales directas e inmediatas. "¿Por qué no dan las directas, ya, tanto como las prometieron?", preguntó. "Como cidadão, eu também quero as directas, ja". El pueblo brasilero se congratula de los avances intelectuales de su último dictador convertido en ciudadano

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