El presidente de Brasil,
José Sarney, acaba de afirmar en Brasilia que no modificará la composición de
fuerzas en su Gabinete, pese a los resultados de las elecciones directas del sábado.
"Si las elecciones", afirmó, "hubiesen transformado al Partido
del Frente Liberal (PFL) en el mayor partido del Gobierno, aceptaría reformar
el Gabinete conforme a la nueva situación. Pero la respuesta del electorado no
ha provocado ninguna alteración en la actual correlación de fuerzas. El Partido
del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) era el partido dominante dentro del
Gobierno y continúa teniendo esa posición. El PFL era el segundo partido y
continúa conservando también su posición".
Ulysses Guimaráes,
presidente del PMDB, ha debido de quedar tallado en piedra ante tamaño alarde
de jesuitismo. Sarney no ha afirmado nada contra la verdad, pero ha obviado el
hecho de que su Gabinete está dominado por hombres del PFL, encabezados por el
cacique de Pernambuco Marco Maciel, jefe del gabinete civil del presidente y
una suerte de primer ministro. La preponderancia -pese a su escasa
representatividad y legitimidad- del PFL es tal que Guimaráes no fue consultado
en febrero sobre la instrumentalización del Plan Cruzado.
Pero la firmeza de Sarney ha
sido acompañada de una suave zanahoria. Ayer el presidente convocó a Guimaráes
para analizar la inmediata reforma del Plan Cruzado, que hace aguas por el agio
de los abastecedores, el desabastecimiento consiguiente y la especulación
monetaria. Guimaráes se mantiene opuesto a cualquier descongelamiento de
precios y a retirar el dedo de los trabajadores sobre el llamado gatillo salarial, que obliga a reajustar automáticamente
los sueldos cuando la inflación mensual alcance el 20%, cota que se alcanzará
en febrero.
Los últimos cómputos
electorales de este eterno escrutinio indican claramente que, en el peor de los
casos, el PMDB logrará el 52% de los escaños de la Asamblea Constituyente, sin
contar los obtenidos por su socio minoritario, el PFL, y más de 20 gobiernos de
los 23 Estados de la República. La estimación generalizada es que el PMDB, tras
esta prueba e ectoral, a dejado de ser un frente para constituir un partido mayoritario
y consolidado de centro izquierda.
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