1/6/06

Tiempo de silencio (1-6-2006)

El psiquiatra vasco Luis Martín Santos escribió su novela Tiempo de silencio en los años más oxidados del franquismo, antes de suicidarse con su automóvil afligido por la muerte de su esposa.Tiempo de silencio es un retrato al carbón del obtuso caldo de cerebro que se extendía entonces y no se salva de crueles descripciones ni Ortega y Gasset y sus conferencias de cretona para señoras aleladas. Si Martín Santos hubiera dirigido el Partido Socialista, el clan vasco hubiera desplazado al sevillano, y González no hubiera existido. Y Ortega era mayor referente político que lo que hoy es Rajoy.Se ha dado un tacto de codos entre Zapatero y Rajoy para sacar del debate la negociación con ETA, que es extraerle el tuétano al hueso. Rajoy viene tratando esta negociación como de crimen de Estado, y por razón de Estado calla en el Congreso y sólo repite la pamplina de que no aceptará precios políticos a la banda, cuando ya se están pagando por menudillo. Durante las conversaciones de Argel entre Antxón, Rafael Vera, y séquitos, Felipe González bramaba contra los periodistas porque obtenían filtraciones de cada lado de la mesa. Lo que le molestaba era que se conocieran las disparatadas y chulescas reivindicaciones de los asesinos, inasumibles para la opinión pública y la opinión publicada. Si Zapatero, con Rubalcaba de alabardero, envuelve en una manta de silencio los tejemanejes presentes y futuros, al final nos ofrecerán O esto, o el Apocalipsis y se apagará el cerco judicial a Batasuna, se derogará la Ley de Partidos, se buscará una coordinación de Gobierno entre el País Vasco y Navarra, se preambulará un nuevo Estatuto de Guernica con una alusión al derecho de autodeterminación y se aflojarán los grilletes de los presos. «Ven ustedes como no pasa nada», dirá Zapatero, y el tiempo de silencio nos roerá los zancajos. O Rajoy es recipiendario de información privilegiada (y optimista) o ha apostado incautamente su prudencia a juego trucado en el que sale perdiendo el PP y media España escandalizada ante las cesiones a los del trabuco.Los cantos de Rubalcaba a hablar más en privado que en público presagiaban este mejunje. Rajoy con sus ministerios, su labia parlamentaria, parece capaz de creer en la palabra que le dan, y eso en política es candor, mientras Bambi, al contrario, ha dado sobradas pruebas de ser un cocodrilo. Desde que en tiempos de Aznar, ETA fuera atornillada por la Policía y dejara de matar por imposibilidad de hacerlo, hay una mayoría social renuente a negociar con estos como si fueran un Estado extranjero y hubiéramos perdido una guerra. Con ETA se puede vivir todo el siglo XXI, aunque vuelvan a sangrarnos.

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