El Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas argentinas ha intimado al almirante Rubén Chamorro a presentarse
ante el alto tribunal castrense en el plazo de 10 días. Es el paso previo para
la petición a Suráfrica de la extradición de quien fuera director de la Escuela
de Mecánica de la Armada y presunto responsable, o partícipe, de la tortura y
desaparición de, al menos, 4.000 personas que padecieron suplicio en aquella
dependencia naval, en el centro de Buenos Aires.
Chamorro, oscuro oficial
retirado, pero íntimo amigo del almirante Massera, fue destinado como agregado
naval en Suráfrica al cesar en la Escuela de Mecánica de la Armada, y allí ha
quedado ya como ciudadano, negándose reiteradamente al regreso.Chamorro
protagonizó durante los años del terror uno de los más aparatosos casos de síndrome de Estocolmo, al mantener un apasionado romance con
la guerrillera montonera Marta Bazán, quien, tras ser detenida y torturada en
la Escuela de Mecánica, se convirtió en amante del almirante y contribuyó
eficazmente hasta en el secuestro y desaparición de sus propios familiares.
Rubén Chamorro había
argumentado ante las autoridades militares que no disponía del dinero
suficiente para viajar a Argentina, según informó en Buenos Aires la agencia de
noticias Dyn. Por esta razón le fueron enviados billetes para que pudiese tomar
un avión desde Suráfrica hasta la capital argentina. El almirante argentino no
ha utilizado, hasta el momento, los citados pasajes.
Por otra parte, continúa
ilocalizable para la policía brasileña el dirigente montonero Vaca Navaja,
reclamado por las autoridades argentinas. La suerte de su compañero Mario
Firmenich tardará meses en dilucidarse, y su extradición terminará siendo
resuelta políticamente y al máximo nivel.
El hecho. de que Firmenich
tenga un hijo brasileño ya no es suficiente para impedir su entrega a la
justicia argentina: necesitaría cinco años de residencia mínima y una esposa
también brasileña.
Lionel Brízola, gobernador
socialista de Río de Janeiro, ya expresó sus simpatías por el líder terrorista
y afirmó no comprender cómo las autoridades democráticas argentinas persiguen a
quienes sobrevivieron a la matanza militar.
En contrapartida,
comentaristas políticos brasileños señalan la satisfacción del presidente. Joáo
Baptista Figueiredo, anteriormente molesto con Raúl Alfonsín, por lo que
estimaba una persecución unilateral de los militares argentinos. La solicitud
de extradición de Firmenich y Vaca Narvaja facilitaría, paradójicamente, una
próxima entrevista entre Figueiredo y Alfonsín.
El procesamiento de la
guerrilla montonera es imprescindible para el Gobierno. Por una parte, satisface
el deseo moralizador del radicalismo, que no ignora que la acción terrorista
fue previa a la represión, y, por otra parte, equilibra el malestar militar por
el enjuiciamiento de sus camaradas.
Finalmente Firmenich y Vaca
Narvaja, bien conectados con la guerrilla centroamericana, el sandinismo y los
movimientos de izquierda suramericanos, podrían, desde Brasil, inspirar a los
restos de los jóvenes y radicales de la previsible descomposición peronista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario