Abraham Lincoln, del Partido Republicano, intentó evitar la
Guerra de Secesión hasta el extremo de
guardar en una gaveta su promesa electoral de liberar a los esclavos. Por la paz hubiera sacrificado
a la negrada pero los Estados Sureños no se avinieron a diálogos y
negociaciones cañoneando Fort Sumter el l2 de abril de 1.861 iniciando el
conflicto. La Confederación no se hubiera contentado con mantener en sus feudos
la esclavitud; querían la secesión. Solo tras la batalla de Gettysburg, ya
avanzada la guerra sin posibilidad de armisticio, Lincoln proclamó el acta de
manumisión. Los sentimentales y románticos decididos a crear un Estado de nueva
planta son especímenes encerrados con un solo juguete, como esos adultos
obsesivos dados a la construcción de un gigantesco diorama o de una tremenda
maqueta ferroviaria en el salón grande de la casa. El independentismo es una
pasión y no tiene razonamiento ni cura. Algunos medios y analistas han
alcanzado el punto de ebullición por mor del esperpento catalán del domingo,
con la morisma y los menores de edad incluidos, para que dos tercios de los
convocados se quedaran en casa. Artur Mas aseguró que no haría dos cosas: una
ilegalidad y el ridículo. En una sola jornada ha hecho las dos. El Gobierno no
ha actuado con pasividad ni lentitud en un asunto que viene de siglos y durará
años. Lo que pasa es que a bastantes conciudadanos les encantan los puñetazos
en la mesa, que por lo común acaban con el cúbito y radio fracturados y el
mueble incólume. La independencia catalana no será, entre muchas cosas, porque
supondría la desaparición de España, de las más viejas naciones del Continente.
La independencia vasca resultaría inevitable, Navarra sufriría desgarros
sociales guerracivilístas, y con el macizo de Castilla habría que recomponer
algo que llamaríamos Iberia (por lo tribal) o Hispania en recuerdo de la
romanización perdida. No sería útil
reformar la Constitución del 78: habría que convocar Cortes constituyentes y
plantear la forma del Estado que quedara. Una República catalana destruye
España.
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