29/12/14

MERCADOTECNIA “PODEMOS” (29-12-2014)

La democracia sin adjetivos (orgánica, popular, bolivariana…) es un sistema imperfecto pero que permite a cualquiera conformar un partido y presentarse al escrutinio de la sociedad. La plataforma de Podemos está en derecho de trepar sobre circunstancias adversas y aspirar a darle la vuelta al país como si  fuera un calcetín. Pero no sobrevaloremos a esta alegre muchachada de PNN de la Complutense cuyas propuestas tienen más agujeros que la bandera de Nápoles. Las europeas son elecciones ancilares, y el benefactor Ruíz-Mateos llegó a obtener la mitad de votos que Pablo Iglesias. Hay televisoras que consideran que estos chicos son negocio y parece que los tienen en plantilla, pero Belén Esteban, designada “Princesa del pueblo” por Paolo Vasile, tiene más “share” que estos caballeros que han descubierto tardíamente la lucha de clases, y si la hicieran un programa reivindicativo para analfabetos funcionales nos daría un susto electoral. El Politburó de Podemos no es tan inteligente como predican sus abducidos o hipnotizados adversarios, sino una conjunción  de listos oportunistas, hábiles publicistas, agresivos comerciales que venden crecepelo garantizando a los calvos la coleta del  líder carismático que se ajusta el pantalón sobre el pubis para parecer más alto y estilizado y se uniforma con la camisa blanca de los peronistas.  Estos jóvenes han hecho un estudio de mercado sobre una nación agobiada por una crisis financiera internacional y ofrecen un viaje al castillo del mago de Oz. La ecuación básica de la demagogia consiste en ofrecer pan a una masa famélica aunque no dispongas de un obraje de  panadería. Da igual: te seguirán fervorosamente y sin preguntar nada. Carecen de pensamiento coherente y repiten consignas como mantras de fácil asimilación aunque no signifiquen nada: la casta, la puerta giratoria, el salario básico universal, la deuda bajo sospecha y los impuestos progresivos como bálsamo de fierabrás sin contemplar los daños colaterales. Aprovechando que Marcos  de Quinto ha ido a Atlanta como jefe de marketing internacional, “Coca  Cola” haría bien en fichar a Pablo Iglesias porque vendería el brebaje hasta en Corea del Norte. Podemos no puede romper el bipartidismo porque aunque rebosen vaselina verbal no disimulan su marxismo leninismo, y los españoles no parecen proclives a ser administrados por el socialismo real, de reciente e infausto recuerdo en toda Europa. Repudian la Transición, una de las escasas ocasiones históricas en que los españoles derrocharon grandeza, generosidad, repudiando la confrontación civil. Aquella reforman quieren convertirla en ruptura sin reparar en descalabros revanchistas. Las Constituciones más útiles duran generaciones y hasta siglos con las enmiendas necesarias, como la de Estados Unidos, decana de las escritas. Podemos quiere Cortes Constituyentes para derribar todo lo costosamente edificado y hacer cambalache de la forma del Estado o de su unidad. Los efectos negativos de la crisis duraran hasta 2.018 (la media histórica de diez años) y entretanto se pueden colar viejas profecías esgrimidas por jóvenes astutos que no saben leer un Presupuesto. Hasta Obama llegó a la Casa Blanca con el “Yes, be caim” de un joven publicista que acabó demostrando que no, que no puede. Podemos sale de la  misma madeja gregaria y descontenta que Madame Le Pen o el Tea Party. Es el comunismo vergonzante de los agobiados y cabreados.

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