El pancartero profesional siempre dispone de doble moral que
utiliza como como una navajita multiusos suiza apta para culminar cualquier
chapuza. Principales socialistas me instaban a ir a Galicia a retirar chapapote
y les alegaba que para eso estaba el Estado. Pero no se trataba de atender a
quienes se encontraban en estado de necesidad y precisados de socorro sino de
inflar un globo social presuntamente demostrativo de que los Gobiernos de José
María Aznar y Manuel Fraga Iribarne constituían una cuerda de irresponsables,
inmorales y hasta criminales. Solo el pueblo (de izquierdas) con sus manos
desnudas podía paliar las intrínsecas maldades de la derecha. Aventureros del
ecologismo y la navegación marítima insistieron hasta la ronquera que el
“Prestige” debía ser remolcado a la ría de Vigo para trasvasar el crudo en la
ciudad. Afortunadamente prevaleció la opinión de Alvarez Cascos exigiendo el
traslado de la chatarra “…al quinto pino” para lo que no hacía falta ser
ingeniero como él. Intervino el Ejército, protección civil, se libraron ayudas
y hasta el Rey de Marruecos abrió caladeros a los pescadores gallegos aún sin
convenio pesquero, pero lo que subrayó el socialismo de Zapatero es que la
Derecha en poder era insolvente e insolidaria como si Aznar hubiera trazado las
marcaciones en la singladura de un petrolero privado, extranjero, de desguace,
sin doble casco y en aguas internacionales. Toda la preguerra iraquí sirvió para sacar las pancartas pidiendo
paz, que es tan mentalmente elaborado como pedir leche, y el llM se condensó así en un golpe de Estado
electoral del que Rubalcaba está orgulloso ya que fue uno de los muñidores de
la desinformación. En el Gobierno, Zapatero tardó cinco días en comparecer ante
un escogido grupo de oficialistas para interesarse por el más grave incendio
forestal de España que dejó once muertos en Guadalajara. Problemas de agenda.
El PSOE puede esperar. Y los muertos tambien. Después se derrumbó la presa de
elementos tóxicos de Alnazcóllar besando el pre-parque de Doñana hasta hoy, y
Zapatero culpó a los propietarios suecos sin pedir a las masas que frenaran los
detritus. Como las derechas viven acomplejadas y tienen una mentalidad
restrictiva del uso de las calles, bajo sus Gobiernos no hay otras manifestaciones
que las de sus oponentes. Zapatero ya tendría que haber salido a un balcón para
empujar a sus fieles a limpiar el chapapote de Madrid acumulado por la desidia
de Ana Botella. Es la doble moral que mantiene la reciente conferencia
socialista, solo preocupada por su gran problema de no ocupar la nómina del
poder. El PSOE es el único partido del mundo capaz de reunirse y no dedicar un
párrafo a la crisis financiera internacional, lo que se ha hecho y lo que queda
por hacer. Como decía el inefable Jordi Sevilla “…eso se aprende en dos
tardes”.
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