28/11/13

CONTRA DOS CONSTITUCIONES (28-11-2013)

El cabeza de cartel Artur Mas, compendio de todos los defectos y atavismos de los españolazos, no hubiera resistido el rigorismo formal de la Constitución republicaba de 1.931. Artículo 17: “En las regiones autónomas no se podrá regular ninuga materia con diferencia de trato entre los naturales del país y los demás españoles”. Artículo 20:”El Gobierno de la República podrá dictar Reglamentos para la ejecución de sus leyes, aún en los casos en que esta ejecución corresponda a las autoridades regionales”. Artículo 21:”El derecho del Estado español prevalece sobre el de las regiones autónomas en todo lo que no esté atribuido a la exclusiva competencia de éstas en sus respectivos Estatutos”. Solo estas líneas de los constituyentes republicanos disipan el teosófico derecho a decidir del nuevo secesionismo que se disfraza con el derecho a la autodeterminación. Manuel Azaña llegó a escribir que aceptaría la independencia catalana si ello hacía feliz a sus habitantes, y fue un tronante defensor del Estatut frente a un Ortega y Gasset que sabiamente solo aspiraba a que España conllevara con paciencia el artificioso “problema catalán”. La República se blindó ante el sentimentalísmo radical catalán, pero Azaña terminó la guerra acusando a la Generalitat de no haber querido defender la causa republicana a la que debía sus libertades. Mas, el libertador, obvia ,como si no existiera la segunda Constitución que reconoce con largueza derechos catalanes, pero aunque la del 78 es verbalmente menos rigorista que la del 31, reserva en exclusiva para el Estado las consultas plebiscitarias. Pero el extraño caudillo catalanista es corredor de obstáculos y se salta las Constituciones de dos en dos. Por ello el de Mas es un viaje a ninguna parte, perdiéndose sin sionísmo en Israel o tras las huellas de un Gandhi que desconoce. El día de la partición de la India el Mahatma no salió de su casa en señal de luto porque era un convencido unionísta. Tampoco la suya fue una senda de paz sino  de “satyagraja”, una resistencia pasiva que su gran amigo León Tolstoi interpretaría como “anarquísmo cristiano”.

Nota Bene: Las últimas encuestas dan a la bolsa de gatos de partidos independentístas escoceses un 29% de intención de voto. Aún es pronto, queda un año para la consulta y la campaña no ha empezado en serio. Lo subyugante es que el 47% de ingleses y galeses estiman que lo mejor que puede hacer Escocia es irse sola a hacer puñetas.

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