El comodoro Perry rompió el aislamiento del Japón, prediciendo la
occidentalización del archipiélago. El sintoísmo, el sincretismo del budismo,
taoísmo y confucionismo bastaron para sostener una peculiar identidad nacional.
MacArthur era más que un número uno de West Point y había leído mucho sobre Oriente. Entendió que
no podía americanizarles, que ya era bastante hacerles asumir una democracia
representativa, y que su espíritu permanecería intacto tras la ominosa derrota
militar. En estos días informaciones audiovisuales nos han ilustrado sobre el
inmutable carácter nipón y el comportamiento de sus élites. Antes de tomar una
gran decisión el prohombre se somete a una disciplina zen. En este caso el
Primer Ministro, Shinzo Abe, acude de ceremonial a su maestro, se arrodilla en
loto, inclina profundamente la cabeza y el torso, y recibe una prolongada manta
de palos en las espaldas, tras lo que da las gracias y regresa a sus oficinas.
No es una disciplina masoquista, y antes roza con alguna suerte de calvinismo,
teniendo en cuenta las lecturas superpuestas que tienen el confucionismo y el
cristianismo. Se ignora se Abe tenía que decidir algo sobre la
desnuclearización del Japón, pero la flagelación es sabia. Para el dirigente
occidental la decisión saca pecho, da un puñetazo en la mesa, es dura como la
obsidiana, pero debería ser adoptada a la japonesa : con la humildad de quien
acaba de pasar por una voluntaria humillación. El mismo día el Presidente de
NINTENDO rebajaba por tercer año consecutivo el 50% de sus emolumentos y los de
todos sus directivos al no lograr los objetivos propuestos. Fernández Ordóñez (Banco de España) u Elena Salgado
(Economía)) practicaban zen caliente, pero no debieron azotarles fuerte. No se
sabe que mueve más a admiración, si la tunda de Abe o la metedura de mano en el
bolsillo de los reyes de la juguetería electrónica. Desde luego, si estos
continúan con estas prácticas no existe la menor posibilidad de que nuestra
clase política se japonice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario