El ministro argentino de
Economía, Bernardo Grispun, aseguró el lunes en Buenos Aires, a su regreso de
una gira europea, que el país pagará fielmente su deuda externa (48.000
millones de dólares), anunciando al tiempo la eventualidad de que Argentina
presente una carta de intenciones al Fondo Monetario Internacional
desarrollando sus planes del pago. Corroborando las palabras del ministro, el
Banco Central argentino autorizó pagos al exterior de hasta 50.000 dólares por
el mes de diciembre, cuando los pagos por este monto estaban congelados al 30
de noviembre y sólo habían avanzado en el tiempo los de hasta 20.000 dólares.
Las nuevas autorizaciones de pagos al exterior serán efectivas el 8 de marzo.
La ingente cuantía de la
deuda externa argentina es constante fuentes de rumores y fue caballo de
batalla para los grupúsculos de izquierda durante la campaña electoral. Se
adujo entonces desde estos planteamientos maximalistas que no lograron un solo
escaño- que la deuda había sido originada por un latrocinio combinado de la
oligarquía nacional y el sistema financiero occidental. Pero tanto radicales
como peronistas, las dos únicas fuerzas con peso político en Argentina,
admitieron abiertamente que la deuda externa debía ser sufragada con
puntualidad.Por supuesto que ambos partidos coinciden también en que las
negociaciones con el club argentino de acreedores y el FMI no pueden abocar a
una transferencia de acciones de empresas estatales o a un calendario de pagos
y unes. tipos de interés en la refinanciación que impidan la recuperación de la
maltrecha economía argentina. En el parlamento, la oposición peronista no
critica al Gobierno por su decidida intención de pagar la deuda externa, sino
por lo que estiman una ausencia de proyecto de desarrollo económico integral
por parte de los radicales.
Evasión de capitales
Los mayores problemas
respecto a la deuda externa argentina provendrán de su cuantificación y
clarificación. La cifra de 48.000 millones de dólares es estimativa, y tanto la
última Junta Militar como el actual Gobierno democrático coinciden en que
ignoran el exacto montante total, con variaciones en las cuentas de miles de
millones de dólares. Por otra parte, los más solventes economistas argentinos
dan por descontado que al menos un tercio de la deuda es pura evasión de
capitales: créditos, internacionales que jamás llegaron a entrar en el país y
sobre los que habrá que exigir cuentas judiciales a los particulares
beneficiados. El Senado argentino acaba de designar por unanimidad una comisión
con plenos poderes sobre el aparato del Gobierno para investigar los delitos
económicos presuntamente cometidos bajo las cuatro juntas militares.Finalmente,
respecto a países amigos y con los que Argentina mantiene deudas
comparativamente pequeñas -el caso de España-, el Gobierno radical ya ha
manifestado en varias ocasiones su deseo de ser asistido con generosas
moratorias como contribución solidaria al afianzamiento de la democracia en el
Cono Sur.
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