Las promesas de la jefa del
justicialismo de regresar a Argentina en febrero para retomar e impulsar la
conducción del movimiento peronista han quedado incumplidas, y aún pueden pasar
meses antes de que los propios peronistas tengan algún atisbo de que la
impenetrable señoradecida,
al fin regresar a Buenos Aires.Carlos Menen, gobernador peronista de La Rioja,
la tierra de Isabel, y hasta ahora incondicional dela señora, ya ha tenido que declarar que "si
Isabel viene al país, en buena hora; pero si no viene hasta abril o mayo, el
justicialismo se tendrá que reorganizar con o sin ella". Sin embargo, la
dirección justicialista calla, siguiendo el ejemplo de su jefa y recordando que
ella guarda en Madrid las renuncias a sus cargos, con fecha en blanco, de todos
ellos.
Fuentes próximas a la
presidenta afirman que Isabel quiere diferir su regreso hasta tener garantías
de que una vez en Argentina no va a ser citada por los jueces en relación con
muertes o desapariciones achacables a la Triple A (Alianza Anticomunista
Argentina). Presumiblemente, tendrá que afrontar ese riesgo, al ser la Triple A
el brazo asesino de José López Rega, su ministro de Bienestar Social, valido, brujo y principal consejero. Pero otros
deslices habrían desaconsejado su vuelta en la fecha prometida, como la
relación entre varios de los miembros de su comisión
de enlace con el vaciamiento
fraudulento de la Caja de Crédito Independencia.
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