El presidente Raúl Alfonsín
reunió a la cúpula militar argentina en una cena celebrada el martes en su
residencia de Olivos. El objetivo del encuentro fue limar asperezas entre el
Ejecutivo y las fuerzas armadas, especialmente ante la creciente preocupación
castrense por el enjuiciamiento de mandos intermedios implicados en la guerra sucia contra la
oposición durante el pasado régimen Alfonsín reiteró la imposibilidad de
interferirse en la actuación de la justicia civil.Junto al nuevo ministro de
Defensa, Roque Carranza, asistieron el jefe del Estado Mayor Conjunto,
brigadier Teodoro Waldner, y los titulares de Tierra, Héctor Ríos Ereñú Aire,
Horacio Crespo, y Armada, Máximo Rivero. Reuniones de este tipo son frecuentes
en la metodología de trabajo del presidente Alfonsín, que también asiste a
almuerzos en comandancias o en el acantonamiento del I Cuerpo de Ejército.
El principal temor de los
militares argentinos consiste en que, al margen de los procesos incoados contra
las tres primeras juntas que gobernaron el país entre 1976 y 1982, el forcejeo
entre la justicia militar y la civil termine en juicios ante la Cámara Federal
de Apelaciones y en condenas individualizadas.
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