Un vasto plan de explicación
y convencimiento fue puesto en marcha por el Gobierno radical de Raúl Alfonsín
para recabar el apoyo de las fuerzas políticas y sociales a su proyecto de
lucha contra la inflación. El rninistro de Trabajo, Barrionuevo, convocó a la
Confederación General del Trabajo (CGT), que no acudió a la cita tildándola de
inoportuna e inoperante.
Movilización sindical
La CGT, al conocer los
alineamientos generales del plan gubernamental, decretó el estado de
movilización y alerta de todas las organizaciones obreras del país y convocó
"a los partidos políticos, entidades representativas de la producción y
expertos económicos y sociales para armonizar una acción común tendente a la
efectiva articulación de un plan defensivo de la producción y el trabajo
nacional".El violento enfrentamiento de la CGT reside, tanto en que estima
que el proyecto antiinflacionario está inspirado por el Fondo Monetario
Internacional, como en que el Gobierno lo ha sacado en solitario sin
concertación previa con los sindicatos.
El ministro del Interior,
Troccoli, sí logró explicar las intenciones del Gobierno a los dirigentes
políticos de la oposición, que expresaron con cautela críticas generalizadas al
proyecto, haciendo hincapié en la duda de que la Casa Rosada pueda funcionar
sin emitir moneda espúrea y en la eficacia del control de los precios.
Los empresarios apoyan
De los cuatro bloques de diputados
peronistas sólo dos concurrieron a la cita del ministro, y aún así las dos
fracciones presentes no pudieron unificar un criterio ante lo expuesto.No
concurrió a la cita la representación del peronismo legal, liderada por el
senador Oraldo Britos.
Altos funcionarios de
Economía y Comercio citaron en sus despachos a 300 empresarios industriales, y
el propio ministro, Juan Sourroulle, se entrevistó con los gerentes de las
empresas libres.
Las reuniones se celebraron
en privado, pero trascendió que los empresarios otorgaron un apoyo escéptico a los planes del Gobierno,
coincidiendo, no obstante, con él en que la declinación generalizada del país
resulta inevitable con los actuales índices de inflación.
El canciller Dante Caputo
informó a los obispos católicos del alcance de las medidas adoptadas. Por el
momento, no ha trascendido la menor opinión de la jerarquía católica argentina.
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